martes, 6 de febrero de 2018

Caminemos



La vida es una experiencia y hay que aprender de ella en cada paso.

En el camino suele haber días tan dulces y días tan tristes, pero en esto me pregunto, qué sería de mi si no conociera la tristeza, el dolor, no lo sé, simplemente he dado respuesta a esto con más preguntas.

Dentro del camino suelen tener la compañía o la presencia en algunos momentos, pero también puede reinar la soledad. Puedes observar las huellas que han quedado impregnadas dentro de tu camino y puedes darte cuenta de lo que en realidad necesita tu vida
.
Dentro de este camino hay espinas que nunca salen de tu interior, hay estrellas que suelen señalar, pero quizás nunca llegues a palpar su calor. Hay momentos que rebasas tu felicidad y momentos en agonías en tu dolor, pero la vida es un subir y bajar de emociones, es una vida peligrosa pero a la vez suele ser hermosa.

El ser no es más grande por su tamaño si no por la fuerza que se encuentra en su interior: ¿Qué pasaría con las ilusiones y con los logros si entre ellos no existe un esfuerzo? ¿Qué pasaría con caer y no levantarse? No podríamos conocer el éxito, hay personas que luchan y consiguen llegar a la meta sin limitarse en ella, sino seguir más adelante.

“En el camino en algunos momentos es necesario mirar hacia atrás, pero no es necesario retroceder, es necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más profundo de lo que escucharás en la turbulencia, trata de observar a tu alrededor; cada uno tiene un universo diferente, tal vez inexplorado o sin descubrir, tal vez tu sólo estés soñando, y yo sólo sea parte de tu sueño”
Autor Desconocido.


La Vida es un proceso que hacer germinar dentro de nuestro corazón las semillas de la Esperanza, la Fe y El Amor. 

Nunca exterminemos esas semillas, por el simple hecho que no entendamos los momentos críticos de la Vida.

Que Percibes En Mí


¿Quién eres tú realmente?
Una pregunta bastante profunda… y difícil de responder. Pero no es difícil porque no se pueda llegar a descubrir quién eres tú realmente, sino porque es difícil expresarlo con palabras.

Es relativamente fácil que cualquier persona conecte con su identidad profunda y que la vea por sí misma. Al fin y al cabo, estamos hablando de nosotros mismos. No tenemos que ir demasiado lejos para encontrarnos.

Lo que no es tan fácil es ponerle palabras. Lo que somos se encuentra más allá de las palabras.

Por esta razón, normalmente no hablo mucho de este tema. Ya sea aquí en el blog, o en charlas y cursos, me gusta mucho más hablar del sentido de nuestra vida: el motivo por el cual estamos aquí. Este tema sí tiene una respuesta clara y concreta, y se puede expresar con palabras.

La cuestión de quién somos realmente, en cambio, es mucho más escurridiza.
Pero por muy escurridiza que sea, no deja de ser un tema importante. Así que intentaré hablar un poco de él. Pero siempre teniendo en cuenta que no hay ninguna palabra que pueda describir quién eres tú. Tú eres mucho más grande que cualquier palabra.

Describir quién eres tú con palabras no es fácil. Pero hay otra cuestión muy relacionada con ésta que sí se puede abordar más fácilmente: quién NO eres tú. Así que podemos empezar por aquí.

Tú no eres cualquier cosa que tenga una etiqueta fija. Tú no eres tu cuerpo, ni tu personalidad, ni tus sentimientos ni tu manera de pensar, por ejemplo. Cualquier cosa que se pueda etiquetar fácilmente es algo que no eres tú.

En el fondo, esto lo sabemos todos perfectamente, y se ve muy claramente en nuestra manera de hablar. Fíjate que cuando hablas de tu cuerpo, no utilizas la palabra “yo”, sino que usas la expresión “mi cuerpo”. Y lo mismo sucede con “mis sentimientos”, “mis pensamientos” o “mi personalidad”.

Cuando usas estas expresiones, implícitamente estás diciendo que por un lado estás tú, y por otro los pensamientos, los sentimientos y el cuerpo. Si te fijas, son expresiones idénticas a otras como “mis zapatos”, “mi coche” o “mi trabajo”. Son cosas que forman parte de tu vida, pero que no son tú.

Si tú no eres tu cuerpo ni tu personalidad, entonces ¿quién eres?
Pues la mejor manera que se me ocurre de describirlo es decir que eres el creador de tu persona. Eres el creador de lo que aparentemente eres. Eres el creador de tus pensamientos, tus sentimientos y de la persona que ves cuando te miras al espejo.

Piensa un momento en todo aquello con lo que normalmente te sientes identificado: tu cuerpo, tus sentimientos, tus ideas… Pues esto es tú obra, no tú. Tú eres el creador de esta obra.

Tu personalidad, tu cuerpo y tus experiencias son como una obra de arte, y tú eres el artista que la ha creado.

Lo que pasa es que es una obra tan fascinante, que te ha cautivado completamente. Tu atención está totalmente fija en tu creación, y no ves lo que hay alrededor. No ves el pincel que la dibuja, ni la mano que sostiene el pincel, ni la inteligencia que guía la mano.

Imagínate a un pintor que está tan metido en su obra que ya no ve nada más. Se ha olvidado de sí mismo y sólo ve el cuadro.

Pues esto es lo que te ha pasado a ti. Y a mí también.

Pero tú eres el pintor, no el cuadro.


Tiempos Modernos: Dismorfofobia



Muchas personas en todo el mundo tienen una apreciación de si mismas que no tiene relación con la realidad, puede que se vean demasiado gordas, demasiado delgadas, se sientan poco atractivas o con una nariz muy deforme, la mayoría de ellas padece un trastorno de la autopercepción.

También denominada trastorno dismórfico corporal o síndrome de distorsión de la imagen, la dismorfofobia es un trastorno de la percepción y valoración corporal que consiste en una preocupación exagerada por algún defecto inexistente en la apariencia física, o bien, en una valoración desproporcionada de posibles anomalías físicas que pudiera presentar un individuo aparentemente normal.

La fobia a la deformidad física es un cuadro clínico bastante frecuente; quienes poseen la convicción obsesiva de tener una parte o todo el cuerpo deformes sufren angustia por su supuesta fealdad y tienden a que imperfecciones minúsculas asuman una importancia desmesurada. Las quejas pueden concretarse en cualquier parte del cuerpo y afectan por igual a personas atractivas y a quienes no lo son.

Los estudios demuestran que en el 45 % de los casos la queja se centra en la forma de la nariz, si bien, las alteraciones, imaginarias o mínimas, pueden corresponder a la cara, el peso, la estatura, el trasero, la barriga, el cabello, los pechos, pies, manos, genitales, piernas, y extenderse a cualquier parte del cuerpo.
Esta fobia o miedo a no tener un aspecto normal se observa con más frecuencia en los adolescentes de ambos sexos y esta extremadamente ligada a las transformaciones que se dan en la pubertad, comenzando hacia los doce años y finalizando, en los casos no patológicos, hacia los dieciocho o veinte años.


La dismorfobia es mucho más común entre jóvenes de clase alta, con pocos o ningún defecto físico. Influenciados por los medios de comunicación y los altos estándares de belleza actual, empiezan a tener una percepción errónea o exagerada de defectos físicos imperceptibles o imaginarios.

Deambulando A Tientas


Ni los siglos ni las luchas sordas y ciegas consiguen enderezar la condición humana y convertirla en goce. Y no me refiero a la dicha liviana de la abundancia ni al orgullo de la fama. Sólo aludo a la esencia competitiva que palpita en cada persona y fatalmente se expande en los demás hasta formar multitudes, pueblos, naciones enfrentadas en el crimen de la guerra.

El gran saqueo
Como si el único destino del Hombre estuviera sellado sobre el fatalismo, es absurdo imaginar la paz. Toda negociación es un retrato anticipado del fracaso.

Ahí tenemos la muerte programando su nueva victoria en tierras de Oriente, al ritmo de las armas que fabrica, incansable, el Occidente "pacifista”. Otra comedia brutal está abriendo su telón. Mientras tanto, la estrategia de los rivales de hoy, es que en ambos sectores preparan la reconstrucción de los daños (segunda etapa de endeudamiento). El negocio es completo para los patrones del mundo. Ellos encienden las ciegas y sordas luchas entre pueblos inocentes. Levanta estatuas a los asesinos meritorios.

Hombre desteñido
Pero el ser humano, saqueado en su individualidad, se destiñe y va resignando su condición más orgullosa y entrañable. Tanto fuego de artificio va disolviendo la inteligencia de todos, sustituyéndola por una tormenta de estafas que embriagan las sensaciones primarias y montan el esqueleto del progreso. 

Toda esta arquitectura del ilusionismo, sin embargo, se derrumba cuando alguien (desde su estatura social, sea cual fuera) descubre su soledad y a partir de ella reconoce el desvalor de su existencia y se desbarranca hacia el peor de los abismos.

Los anónimos
Allí, apenas podrá cruzarse con un ejército de seres anónimos, renovando su muerte y su olvido. Y mientras el Hombre no busque la redención del amor más humilde, la única señal del más allá, seguirá deambulando a tientas.


El Rol De Las Religiones


El ser humano como ser pensante tiene una motivación suficiente, según lo dictamina su intelecto, para investigar acerca de las religiones. Es así que vale la pena preguntarnos fundamentalmente ¿qué necesidad tienen el ser humano de la religión y que beneficios le ofrece está a la humanidad? (¿Qué espera la humanidad de la religión?)

La respuesta general a esta pregunta es que el ser humano espera de la religión que ésta lo guie hacia la felicidad última en el mundo y en la otra vida. Y esta expectativa es tan grande que únicamente la religión puede satisfacerla y no hay nada que le reemplace.

Por su puesto, junto a esta necesidad fundamental y global, también existen expectativas más particulares.  La expectativa que tiene el ser humano de la religión es:
1. Que sea posible demostrarla y argumentarla. Es decir, que sea corroborada por el intelecto y la lógica, en otras palabras; que sus principios doctrinales validos frente al juicio del intelecto
2. Que le da significado a la vida: Que libere al ser humano del vacío existencial y elimine esa idea de que la vida del hombre no tiene sentido alguno.
3. Que le de tranquilidad y le sea motivadora.
4. Que tenga el poder de darle santidad a los objetivos del individuo y la sociedad.
5. Que sea comprometedora y conceda responsabilidad

Entre estas expectativas, la primera y segunda son las más fundamentales. La primera expectativa: El que los principios doctrinales de una religión sean lógicos posibilita su aceptación y remueve todo tipo de confusiones y oscuridades ideológicas.

Acerca de la segunda expectativa, podemos decir que: Para nosotros los seres humanos la vida en este mundo está acompañada de dolor y dificultades, siempre nos enfrentamos a lo desagradable. Algunas  veces este dolor y sufrimiento se elimina a través del pensamiento y la ponderación, así como por medio del desarrollo industrial, o se hace posible el eliminarlos. Pero hay un grupo de adversidades que no son de este tipo y el ser humano nunca podría hacerles frente con su propio poder. Entre ellos:
a) El ser humano es un buscador de la verdad, y puesto que es posible caer en la ignorancia y el error, entonces sufre.
b) El ser humano busca el bienestar y quiere ser impecable e infalible, y le lastima el llegar a cometer errores y malas acciones.
c) El ser humano quiere la inmortalidad, ve a la muerte como el fin de la vida y esto le aterra.
d) El ser humano busca la infinitud y los defectos y limitaciones le causan dolor.
e) El ser humano sufre al ver que desde su mismo nacimiento y a lo largo de la vida tiene menor o igual beneficios corporales y mentales que otros, o se ve con menos posibilidades que los demás y esto le causa sufrimiento.
Solamente la religión puede darle significado a la vida del hombre, sosegarlo y hacerle fácil el soportar los sufrimientos.

LO QUE LA RELIGIÓN ESPERA DEL HOMBRE

Es obvio que la religión en tanto que es un conjunto de creencias y normas, no es un fenómeno del cual pueda hablarse sobre qué espera del ser humano o de algo más, sin embargo, la finalidad de lo que la religión espera del ser humano, es una expectativa que tiene el Legislador y el Originador de la Religión, Dios Todopoderoso en la humanidad.

En pocas palabras, la expectativa del Legislador de la religión en el ser humano es que éste acepte las creencias de la religión, forje una fe arraigada y sólida en ésta,   practique sus normas e instrucciones,  adorne su forma y su comportamiento como lo quiere la religión, y que aleje de él todos los vicios reemplazándoles por virtudes.


Debe decirse que este tema es para el beneficio del ser humano, es decir; si decimos que la religión tiene expectativas en el ser humano, no es que quiera utilizar una parte de su componente existencial, extraerlo y añadirlo a la religión. Por el contrario, el que esto tenga lugar, no es más que para el propio beneficio del hombre. 

En otras palabras; lo que la religión espera de la humanidad es que ella misma se conduzca hacia la perfección y se beneficie de los más elevados y exaltados dones divinos.

Línea De Pobreza


Paradójicamente el empresario inglés Charles Booth fue el primero en dedicarse a estudiar y medir la pobreza. Perteneció a la tercera generación de una familia de exportadores de Liverpool y fundó una empresa naviera, la Booth Stemship Company con la que logró acumular mucho dinero. 

Junto a su actividad empresarial, Booth emprendió un estudio en el que por primera vez se midió la pobreza y que concluyó en un libro publicado en 1902 denominado “La vida y el trabajo de la gente de la ciudad de Londres”.

A Booth se le atribuye haber creado el concepto: “línea de pobreza”, metáfora a la que llegó observando los barcos de su empresa. La línea que marcaba, en el caso de las naves, el nivel de flotación, era considerada una referencia importante para Booth. Entendió que si una persona no reunía el dinero necesario para vivir estaba por debajo de esa línea de flotación que luego en sus libros transformó en la “línea de la pobreza”.

El estudio que realizó sobre la pobreza demoró 17 años, pero mientras avanzaba en sus informes no abandonó sus actividades empresariales: escribía a la noche, en los fines de semana y durante sus viajes. Tampoco les pagaba a otros para que levantasen los datos de su estudio. Aunque tenía ayudantes, él mismo convivía en la casa de las familias pobres estudiando su vida y sus hábitos. Llegaba a pasar semanas completas viviendo en los barrios más humildes de Londres. 

Presentando los resultados de su trabajo cuantitativo y cualitativo en la Real Academia Estadística de Londres afirmó: “En la vivencia con los pobres… y no en la estadística radica el poder de cambiar el mundo”.

“El origen de la línea de la pobreza.” Los Andes. Miércoles, 21 de mayo de 2008.
Desde: http://www.losandes.com.ar/noticia/sociedad-359932



El Camino Correcto


¿Qué tanta diferencia habrá entre robar y aprovechar algo que no le sirve a nadie, aunque… no sea exactamente tuyo? Hay ocasiones en las que la vida te enfrenta al dilema de querer hacer algo que dentro de ti sabes que no deberías. Una parte de ti te dice que “más vale pedir perdón que pedir permiso” pero otra te detiene porque, en el fondo, sabes que no es lo correcto.

Creo que es algo que pasa todo el tiempo, incluso ante pequeñas decisiones… el problema está cuando te encuentras en el momento de elegir entre un camino y otro con algo realmente importante que puede incluso afectar a terceros. Y es aquí donde me ha surgido la duda sobre el verdadero significado de “hacer lo correcto”; tal vez lo que para ti está bien para los demás no lo es del todo o puede ser que sepas que no es lo ideal pero a largo plazo todos se darán cuenta de que fue lo mejor.

Y el dilema puede ser aún peor cuando sabes que cualquier decisión que tomes tendrá serias consecuencias. Por eso te recomiendo que, ante esta situación, hagas una lista de los pros y contras de cada uno de los posibles caminos; valora los beneficios y perjuicios de cada uno y elige… siempre con la conciencia de que tendrás que enfrentarte a los resultados.

Es posible que tus decisiones puedan lastimar a alguien, por eso intenta tomarlas con la cabeza bien fría pero sin olvidar tus valores. Descarta aquellos caminos en donde será inevitable herir a otro y, si no encuentras una mejor opción, platícalo con la persona involucrada… tal vez esté de acuerdo contigo o juntos logren encontrar otra solución.

Hagas lo que hagas siempre habrá peros, frustraciones y hasta decepciones porque no eres perfecta y puedes equivocar el camino; pero si no decides ni arriesgas, no serás dueño de tu destino.


Perseverancia Y Constancia

Frases:
En lo ideal todo depende del impulso; en lo real, de la perseverancia.
Goethe.         
De todos los medios que conducen a la fortuna, los más seguros son la perseverancia y el trabajo.
Marie Roch Louis Reybaud.
Sin prisa, pero sin descanso.
Johann W. Goethe.
Si el hombre fuera constante, sería perfecto.
William Shakespeare.
La perseverancia en el mal no es conciencia, es más dureza o pertinencia. 
Fernando de Rojas.
La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma.
Mahatma Gandhi.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
Mahatma Gandhi.
Perseverar es perseguir alguna cosa, es lucha contra todo. El universo hace lo posible para impedir que una desgraciada idea llegue a su término.
Paul Valery.
La marca esencial que distingue a un hombre digno de llamarse así, es la perseverancia en las situaciones adversas y difíciles.
Beethoven.
Hay que seguir la lucha con lo que podamos hasta que podamos.
Benito Juárez.
Se quiere más lo que se ha conquistado con más fatiga.
Aristóteles.
Dios concede la victoria a la constancia.
Simón Bolívar.
Un camino de mil millas comienza con un paso.
Benjamin Franklin.

lunes, 5 de febrero de 2018

La Riqueza Del Saber


Cuentan de un hombre al que se le dio un aparato para que lo armara; poco después el gerente cayó en la cuenta de que se le había olvidado entregarle el papel con las instrucciones. Y volvió para excusarse y entregarle el papel. Para su sorpresa se encontró con el aparato armado y funcionando. “No importó mucho no tener las instrucciones, le informó el hombre. No hubieran servido de mucho, porque no sé leer. Por suerte soy consciente de que el que no sabe leer tiene que saber pensar”.

No se trata naturalmente de criticar los programas de alfabetización, ni mucho menos. Se trata de señalar el fracaso de la educación en general. Cada vez se invierte más tiempo y más dinero en mayor número de gente sin que se vea por ningún lado los resultados.

Nuestra cultura no ha tenido mucho éxito; nuestra educación, nuestra política y nuestra economía conducen a la guerra; nuestras medicinas no han acabado con las enfermedades; nuestra rebelión no ha abolido la usura y el robo; nuestro decantado humanismo permite aún que la opinión pública apruebe los bárbaros deportes de la caza, la pesca, las corridas de toros, el boxeo y las peleas de gallos; nos amenazan nuevas guerras mundiales; los progresos de la época son meros progresos mecánicos, en radio, televisión y electrónica, satélites artificiales y aviones de propulsión a chorro.

Cada día estamos más informados y conocemos más cosas. Y, sin embargo, los problemas por resolver son también cada día más abrumadores: cómo vivir en paz, cómo alimentar y vestir una población cada día más numerosa, cómo persuadirla para que no crezca con excesiva rapidez y cómo educarla. No se enseña a los jóvenes cómo usar la información en forma creadora. Formamos autómatas, no personas con iniciativa, imaginación y confianza en sí mismos, dispuestos a enfrentarse a los problemas con sus propias ideas.
Y es claro que el hombre educado, el hombre verdaderamente triunfador, el hombre libre y feliz, el hombre provechoso para su patria y la sociedad no es el que más conocimientos tiene, sino el que sepa utilizar mejor esos conocimientos, valga decir el que sepa pensar. Y eso, pensar, es lo que no sabemos.
Solo el pensamiento puede hacer al individuo realmente libre, verdaderamente independiente y sólidamente feliz. Nada hay más interesante para los humanos que la actividad humana. Y la actividad más propiamente humana es pensar. Pensar es el método, propio únicamente del hombre, de evadir, esquivar o vencer, mediante la reflexión, los obstáculos que, de otro modo, tendrían que atacarse con la fuerza bruta. 
No podemos vivir humanamente sin ideas. De ellas, de nuestro pensamiento depende lo que hagamos. “Nuestros actos siguen a nuestros pensamientos como la rueda de la carreta a la pezuña el buey”, dice el proverbio hindú.
Claro que esto supone que nos liberemos de muchos prejuicios, de muchas ataduras, de muchísimas esclavitudes. Esto supone, como dijera Ortega, una reforma de la inteligencia. Ser no es tener. La vida del hombre, la felicidad del hombre no es lo que tiene. 


Frutos Del Conocimiento


Decía Tales de Mileto que la felicidad del cuerpo se funda en la salud y la del entendimiento en el saber y, quizá por eso, los grandes países son los que dedican más recursos a la educación, investigación y al gasto social.
La ciencia moderna es una actividad transitiva y trascendente, que no pertenece al científico aislado de los demás, sino a la sociedad en general, y que pierde todo sentido cuando se encierra en sus límites más reducidos. Se investiga por y para la ciudadanía, para generar conocimiento, que suele acabar transformándose en progreso y en bienestar de todos. Así ha sido a lo largo de toda la edad moderna y la edad contemporánea, en las que muchos de los adelantos más revolucionarios estuvieron precedidos por avances científicos. Como observaba Gregorio Marañón, "la verdadera grandeza de la ciencia, además del conocimiento, acaba valorándose por su utilidad".
Es bien conocido, en efecto, que la revolución científica del siglo XVII allanó el camino para el pensamiento ilustrado del siglo XVIII y para la revolución industrial del siglo XIX. No es casualidad que el Reino Unido, el país donde surgió esa revolución industrial, sea uno de los países con más premios Nobel, porque conocimiento, ciencia y progreso social suelen ir unidos de la mano. Al seguir Louis Pasteur su máxima de "si no conozco una cosa, la investigaré", estaba dando respuesta a las necesidades de los ciudadanos y comprometiéndose socialmente. De esta forma, con sus descubrimientos, provocó avances gigantescos en un buen número de procesos industriales, médicos y farmacológicos. Logró que mejorase desde la fabricación de la cerveza, o la obtención de la seda, hasta la detección de enfermedades contagiosas y el desarrollo de vacunas.
En Europa, nos sentimos justamente orgullosos de nuestra rica tradición artística, de nuestros paisajes y de nuestra arquitectura, pero en Europa, además y sobre todo, se desarrollaron los conocimientos fundamentales de la revolución científica que subyacen al mundo actual: Copérnico, Galileo, Newton, Darwin, Einstein, Watson, Crick... son buenos ejemplos de ese pasado. Estos científicos contribuyeron al desarrollo de nuevas disciplinas como la astronomía, la biología, la física, la biología molecular y el desarrollo tecnológico, promoviendo un nuevo marco de conocimiento que permitió un extraordinario avance en la agricultura, la industria y el comercio, y que dio lugar a una prosperidad que, a su vez, permitió un mayor desarrollo de las artes.
Hoy, la creciente dependencia del desarrollo tecnológico, el efecto de la globalización y la escasez de los recursos, requiere de cambios económicos, políticos y sociales profundos, cambios seguramente tan radicales como los que supusieron la transición de las sociedades agrarias a las industriales hace 500 años, y que, con toda seguridad, también van a requerir del avance del conocimiento. La lucha contra el cambio climático, la crisis energética, el envejecimiento de las sociedades occidentales y los flujos migratorios representan, sin duda, situaciones que requieren nuevas formas de pensar, de vivir, de actuar y cuyas soluciones quizás serán tan relevantes hoy como la revolución industrial lo fue para la superación del Antiguo Régimen.
En contra de lo que postulan algunos profetas apresurados, no hemos llegado todavía al final de la historia; al menos no en ciencia, en donde apenas hemos empezado a levantar el velo de la ignorancia. Seguiremos necesitando, pues, la curiosidad, la creatividad, la inteligencia, el rigor, la constancia y la inagotable sed de conocimiento de los científicos, para seguir haciendo de este planeta un hábitat más amigable para sus miles de millones de habitantes.
En la actualidad, Europa produce el 33% de las publicaciones científicas y el 34% de las más citadas en la literatura, mientras Estados Unidos, con una producción del 24%, contribuye al 43% de las publicaciones más citadas. Solamente dos universidades europeas se encuentran en el ranking de las 20 universidades más prestigiosas.
Con una contribución cada vez mayor de China e India a la generación de conocimiento y con un decreciente número de premios Nobel europeos, es ciertamente preocupante observar que en la actualidad el 80% de los investigadores, el 75% de la investigación y el 70% de las patentes se originan fuera de Europa.
En este contexto, la ciencia española, que ha experimentado un crecimiento extraordinario en los 25 años de democracia y ocupa la novena posición en producción científica mundial (el 3,34%), dista mucho de alcanzar esos niveles en las publicaciones de alto impacto o en las publicaciones de mayor citación, en el ranking de instituciones de excelencia, o en la generación de patentes (el 0,8%).
Es, por tanto, necesaria una actuación de emergencia donde el objetivo, ante este necesario cambio, es que nos veamos a nosotros mismos como lo que somos, un país de talento cultural pero también científico que necesariamente ha de incorporarse a la investigación de excelencia. Caminamos hacia la Gran Ciencia, caracterizada por proyectos con elevado presupuesto, por la interdisciplinariedad y dependientes de la colaboración internacional dentro del marco de la cada vez más creciente globalización. Si se quiere estar en ella, y se debe estar, hay que estimular la ciencia y la tecnología con el calor de todos. Es necesario el apoyo de los Gobiernos, las instituciones, la implicación del sector productivo, de toda la sociedad, especialmente de esa juventud entre la que se encuentran o deberían encontrarse los miembros de la comunidad científica del mañana.
Ante esta nueva situación, donde Europa ha perdido el liderazgo del pasado, una apuesta por la excelencia y la ciencia de frontera parece más necesaria que nunca. Esa ciencia asociada a la protección de los datos y vinculada a la colaboración con la iniciativa privada, que es la directamente responsable de la generación de riqueza (en Europa ésta invierte en I+D+i solamente el 1%, comparado con el 1,69% en Estados Unidos o el 0,47% en España), ha de aportar las bases para dar respuesta a la nueva situación mundial.
Decía Goethe que "el espíritu humano avanza de continuo, pero siempre en espiral". En este siglo XXI, la espiral virtuosa de crecimiento se seguirá generando a partir del saber. Asistiremos a la revolución del conocimiento. Se lograrán nuevos hallazgos y se avanzará socialmente; entonces, la nueva situación permitirá avanzar aún más y crear más riqueza, una actividad fundamentalmente desarrollada por el sector productivo. Éste, sin embargo, tiene clara la necesidad de apostar por la generación de conocimientos con fondos públicos, como expresaban los presidentes de las 25 mayores empresas de EE UU en una carta abierta al Congreso que, entre otras cosas, decía: "Nuestro mensaje es simple. Nuestro sistema educativo y sus programas de investigación juegan un papel crítico y central en el avance de nuestro conocimiento... Sin el apoyo federal la industria americana dejará de tener acceso a tecnologías básicas... Por lo tanto, respetuosamente solicitamos que se mantenga el apoyo a un vibrante programa de investigación...".
Stephan Zweig explicó con enorme sencillez la relevancia de los empresarios en el progreso del mundo. Dijo una vez: "Las invenciones y descubrimientos decisivos se inician siempre con un estímulo intelectual o moral como fuerza motivadora, pero, normalmente, el ímpetu final a la acción humana lo ponen los impulsos materiales... Los mercaderes fueron la fuerza motriz tras los héroes de la edad de los descubrimientos; el primer impulso heroico de conquistar el mundo emanó de fuerzas muy mortales: en el principio, fueron las especias". Quizás, las especias hoy capaces de cambiar el mundo están representadas por el conocimiento.



Esclavos De La Ambición


Lo vemos a menudo a nuestro alrededor y, a veces, hasta lo padecemos nosotros mismos. Personajes que a toda costa, por encima de lo que sea y de quien sea, quieren sobresalir. De ellos ya hablaba Voltaire: «El furor de dominar es la más terrible entre todas las enfermedades del espíritu humano».

La ambición es, en nuestras latitudes, el equivalente a la esclavitud. El ambicioso es un esclavo. «El ambicioso es un esclavo de todo el mundo: -decía fray Benito Feijoo- del príncipe porque conceda empleo, del valido para que interceda, de los demás para que no estorben».

Una esclavitud que hace que el ambicioso prescinda de todo, sea lo que sea, que pase por encima de todo, sea lo que sea, con tal de conseguir asomar, siquiera la cabeza, por encima de los demás. En su obra «Máximas y pensamientos», el francés Chamfort escribió: «Existen individuos que sienten la necesidad de sobresalir y elevarse por encima de los demás a costa de lo que sea. Todo les es indiferente con tal de manifestarse ante sus semejantes: en el tablado del charlatán, en un teatro, en un trono o en un patíbulo, en cualquier parte se darán por satisfechos con tal de atraer las miradas».

Son el vivo retrato de aquella dama que cantaba la malograda cantante Cecilia. Y, en definitiva, nada. Satíricamente lo reflejaba así el escritor italiano Giusti en sus «Cartas»: “¡Cuántos por llegar a mandar han doblado el espinazo! No es ninguna maravilla que acaben corcovados y que el hábito de doblarse les haga inhábiles para realizar cosa derecha”. 

Hay entre nosotros muchos ambiciosos. Y en todos nosotros puede nacer la ambición. Importante será que sepamos limitarnos para llegar a ser alguien.

Porque, por el contrario, quien todo lo desea no quiere nada, en realidad, y nada consigue. Bien cierto es que nada podrá alcanzar quien no alargue el brazo, pero el que lo alarga demasiado se lo disloca.


Laicidad y laicismo

Filosofía
Laicidad y laicismo

Laicidad y laicismo son dos vocablos utilizados indistintamente por la mayoría de los laicos, y comprendidos como la separación de la Iglesia y el Estado. Aunque los dos vocablos tengan en el fondo la misma finalidad, sobre el plan académico cada uno tiene sus propios significados.
Laicidad, en sus comienzos llamada secularización,  representa en la actualidad un movimiento ciudadano que lucha por la separación del Estado de la  Iglesia Católica, en nuestro país. La Iglesia católica continua teniendo una gran influencia en las Instituciones del Estado, en los centros de enseñanza y goza de privilegios que no son compatibles con los principios de un estado democrático.
El Laicismo, o pensamiento laico, es un sistema de ideas que comenzaron a aparecer al mismo tiempo que las ideas del estado democrático. Para la construcción de la democracia era necesaria la laicidad, es decir separar las creencias y lo divino de lo que es lo laico y lo humano. Como la democracia se crea sobre la base de la igualdad de todos los ciudadanos y de sus libertades, es lo mismo que defiende el laicismo.
El laicismo es una ideología que no está en contra de las religiones siempre y cuando que no quieran imponerse a los Estados. La realidad es que la historia de la Iglesia y la de los Papas es una historia de poder terrenal y de influencia en los Estados europeos, y que el laicismo ha tenido que seguir y desarrollarse para la libertad de conciencia y la igualdad de todos los ciudadanos quedase a la voluntad de los altos eclesiásticos. Pero los enfrentamientos no han sido tanto por la doctrina cristiana que por las ambiciones terrenales de la Iglesia lo que ha producido los grandes problemas en las naciones y en las sociedades. Las derivas de la Iglesia católica han sido tan enormes, tan graves y perjudiciales a tantas personas que se puede decir que es la misma Iglesia la que abandonó el camino del cristianismo primitivo para convertirse en una potencia más terrenal entre las potencias terrenales de Europa.  Esto tampoco significa que el laicismo no reconozca a personajes de estos periodos con conductas de humildad y de caridad hacia el prójimo, pero estas personas hacia cada vez la diferencia del lujo, las riquezas, los metales preciosos y el fausto de la corte vaticana y de tantos otros palacios episcopales que llegaban a deslumbrar a los de los reyes y príncipes por su extraordinario fausto.
Para comprender la evolución de la humanidad y del pensamiento humano, es necesario presentar algunas etapas esenciales del desarrollo del hombre y de las sociedades, hasta el momento en el que el humano comienza a separar dos identidades distintas, la de las creencias y religiones y las propias a las posibilidades del hombre, que era de poder crear con toda independencia, sin la asistencia de Dios ni de sus representantes, sus propias normas humanas, políticas y morales.
Los primeros hombres, después de siglos de evolución de las especies simias, nace la especie humana. El hombre nace libre de su conciencia, sin ninguna influencia ni presiones otras que las de la naturaleza.
El pensamiento humano, desde los comienzos evoluciona, se adapta o se transforma según las exigencias de la naturaleza y las necesidades materiales y sus preocupaciones   existenciales. El testimonio de esta primera evolución son los objetos encontrados encontramos  en las búsquedas arqueológicas, armas y utensilios utilizados por estos primeros hombres, que si no hubiesen tenido la capacidad de pensamiento y de imaginación no hubiesen podido fabricarlos.
Henri Laborit, describe a los primeros hombres iguales a las otras especies animales, absorbidos  enteramente por la inmediata supervivencia y el aprovisionamiento de alimentos. Los primeros hombres vivían en “hordas”, pequeños grupos de humanos,  sin otras leyes que las de la naturaleza, y las normas de convivencia que ellos mismos decidieron. 
El pensamiento religioso aparece en la historia de la humanidad en todos los continentes entre los años 800 y 1200 antes de nuestra era según los cálculos de Karl Jaspers, al denomina periodo axial de la humanidad, tiempo en el que según él aparecen todas las ideas fundamentales de las religiones. No hay que considerar que el fenómeno religioso tiene las mismas significaciones en los diversos puntos del mundo. Las religiones son diferentes y adaptadas a las culturas ya existentes en la diversidad de los pueblos.
Las construcciones de las creencias y las religiones parecen ser una etapa necesaria a la evolución de la humanidad. La necesidad de conocer el comienzo del Cosmos y el comienzo del hombre y el significa de su existencia. Como los misterios que encierra el cosmos es imposible de descubrir por falta de conocimientos y medios, no le queda otro remedio que de construirlo con la imaginación.
Si los humanos tenían ya antes sus creencias, lo ignoramos. Algunos científicos creyentes avanzaron la hipótesis que el hombre nació religioso, es decir, que desde el principio tenían la idea de la existencia de Dios en sus conciencias. No existe ninguna prueba científica para afirmarlo, es más la expresión de un deseo que de una realidad. Lo más probable es, que durante siglos el hombre ha vivido sin dioses, y que cuando llegaron vendrían de la imaginación humana sirviendo de respuesta a las interrogaciones sobre misterios imposibles de comprender.
Las religiones, cada una a su manera dará una explicación a los comienzos del cosmos. La gran diferencia entre estas formas de explicación es manifiesta entre el mundo occidental y el Oriente.
Los dioses son el principio del cosmos, antes de ser dioses eran considerados como fuerzas misteriosas sobrenaturales incomprensibles al espíritu humano. Una vez transformadas en dioses y divinidades hacen de estas fuerzas identidades existentes en el mundo de los hombres. Ahora, ya conocidas e identificadas en sus individualidades se les puede respetar y venerarles con ritos y ofrendas para obtener su protección. Su historia quedará presente en el imaginario de cada pueblo y transmitida de una generación a otra oralmente, siglos antes de ser consignadas par escrito que son las que hoy conocemos. Las historias de los dioses, con sus hazañas y aventuras serán relatadas serán relatadas en leyendas y en los mitos. Las mitologías son diversas y las encontramos en muchos de los pueblos prehistóricos. Aunque los contenidos pueden ser diferentes, las estructuras son semejantes como lo atestan los estudios y análisis de una gran cantidad de mitos comparados.
Nuestro camino continuará por el estudio del pueblo griego, pues de la cultura y civilización de este pueblo son los comienzos de nuestra cultura y civilización occidental.
La mitología griega,  comienza por el principio que antes de la creación del Cosmos todo era obscuridad y caos. Del caos, surgen las divinidades creadoras responsables del orden cósmico. Cada elemento del Cosmos, tiene sus leyes y una función, que atribuida por los dioses, aseguran el orden y la armonía del funcionamiento cósmico.
Los dioses y las divinidades son antropomorfos, y también su carácter es igual al de los hombres. Al crear a los dioses semejantes a los hombres, es por utilizar la mejor referencia que conocen, la imagen del hombre. La diferencia que separa al hombre de los dioses griegos, es que son inmortales y poseen poderes sobrenaturales. Los dioses griegos comparados con el dios bíblico, es que el de la biblia es infinito, ya que no tuvo comienzo.
A los dioses se les asigna sus misiones para con los humanos. La misión principal será la de la protección de las ciudades, también habrá otras a las que se les puede implorar para ser ayudados relacionas con necesidades personales de la vida de los ciudadanos, siendo las más frecuentes el amor y la fertilidad.
El orden cósmico, procedente del caos primordial y de la acción de dioses, servirá de modelo en los primeros tiempos a la organización social y política de los gobiernos. La estructura funcional del cosmos en que cada elemento tiene una función indispensable para mantener el orden cósmico, este mismo principio será aplicado a la estructura social de los hombres. Cada individuo que nace, nace en una estructura social determinada para mantener el orden. La estructura de los hombres es piramidal y jerárquica. Unos nacen para mandar y gobernar, esos serán los reyes a los que todos los otros humanos les deben obediencia y respeto. Luego vendrá la casta de los guerreros con sus estructuras militares, su misión es la defensa de las fronteras del reino, la protección de los ciudadanos y la de los reyes. En último lugar, el pueblo llano o la plebe, predestinados al trabajo y la producción para el mantenimiento de todos. Este modelo perduro siglos en los reinos de las civilizaciones de la Antigüedad.
Pero para mantener el orden es necesario un superior o jefe. Esto es lo que ocurrió en el mundo de los dioses. Hesíodo, el poeta, nos relata las luchas entre los dioses por el poder superior divino. Zeus ganando las batallas es el dios superior de todas las divinidades. Dando lugar a una jerarquía divina por orden de importancia en las misiones atribuidas en la corte de los dioses.
Los mitos, son esos relatos de la existencia de los dioses, de sus vidas y pasiones, de sus relaciones con los hombres y de sus poderes sobrenaturales. A los relatos míticos de los dioses a veces se añaden la de algunos héroes por su bravura y valencia en las contiendas contra sus enemigos. Estos héroes pueden también devenir dioses si los hombres lo quieren.
La importancia de los mitos son los símbolos y las interpretaciones que los dan a los acontecimientos. La simbología de estos relatos ha despertado un interés por su estudio y análisis en los círculos universitarios. La simbología perdura en muchos de las situaciones actuales aunque las interpretaciones hayan cambiado.
Entre las personalidades que se han dedicado a su estudio está Freud, para la elaboración de su teoría psicoanalítica. Para Freud, la significación y los símbolos representan las estructuras primarias del pensamiento humano, pues es de los mitos que han comenzado las culturas de los pueblos. De estos estudios Freud percibe los secretos del inconsciente humano. Levi-Strauss vio en la estructura de los mitos el funcionamiento general del pensamiento humano. Tanto Freud como Levi-Strauss vienen a confirmar los mismo, que los mitos son una etapa de la evolución mental de los hombres. Del pensamiento mítico procederá  el pensamiento religioso y que al pensamiento mítico le sucede el pensamiento filosófico.  
Las construcciones mentales de las religiones son muy similares a las construcciones mentales míticas, tienen como  elementos los simbólicos y las significaciones de los rituales. En la misma Iglesia, Filón de Alejandría dijo que las secuencias de la biblia son interpretaciones alegóricas. Para San Agustín, vio en los símbolos un medio para penetrar en el pensamiento divino. Y si se analizan las herejías, son otras interpretaciones diferentes que hacen los hombres de los mismos textos religiosos.
El politeísmo de las primeras religiones, es comparable a la de la Iglesia católica con el número impresionante de vírgenes y de santos. Cada uno su función para cada remedio. A santa Lucio los ojos, a san Cristóbal los conductores y santa Cecilia la música…y así tantos otros para cada necesidad. La religión nos proporciona nuestro santo para cada necesidad terrenal. La protección, de una ciudad o pueblo la dejamos a un santo patrón y se nombra alcalde o alcaldesa a una virgen o santo nombrada por los concejales de un ayuntamiento.
También hay medallas oficiales para una virgen o un santo, cuando este o esta han cumplido  algo de extraordinario, entonces es el gobierno que por ley la designa por méritos en un acto oficial  y en presencia de las altas autoridades civiles y religiosas.
Añadir estos comentarios, es añadir un reflexión a una  situación actual  y hacer comprender que el laicismo es necesario para salir del obscurantismo protegido y mantenido por un gobierno que debería ser civil y laico.
La religión de los griegos, es una religión al servicio del Estado. Las autoridades civiles son los encargados de organizar los cultos, los sacrificios y ofrendas a los dioses. Los sacerdotes al servicio de los cultos son las autoridades del Estado las que las nombran por un periodo determinado según las tradiciones. Estado y religión son Uno pero en las manos del Estado.
Un cambio se producirá en las mentalidades de los griegos, cuando comienzan a dudar de la veracidad de los mitos. El pensamiento se racionaliza y buscan los griegos  las verdades en la observación directa de la naturaleza, sirviéndose de lo que ya conocen las matemáticas y la geometría. El pensamiento filosófico es  remplazado  por el pensamiento filosófico. Pensamiento que no niega la existencia de los dioses pero que los separa de lo que es lo humano y perteneciente al hombre.
El origen del pueblo griego.  En el principio de unos tiempos que se desconocen, grupos de hombres habitaban las islas y parte del continente del á siglos más tarde territorio griego. Del norte,  llegaron unos pueblos de origen indo-europeo que junto con los autóctonos constituirán el pueblo griego, y crearán la primera civilización griega: La civilización Micena.  Civilización que desaparece, sin que conozcamos las causas, en el año 1200 antes de nuestra era. Desde esta fecha se desconoce la historia de este pueblo. Es la llamada: Época obscura del pueblo griego”
El pueblo griego reaparece en la historia en el siglo VII antes de nuestra era. Una etapa de progreso comienza para la Humanidad. Los griegos de estos tiempos no creyendo en la veracidad de los mitos, abandonan ciertas tradiciones del pasado para consagrarse a la construcción del futuro.
Los primeros pueblos de Grecia, que conocemos de esa nueva época se debatían en medio de situaciones conflictivas y caóticas. Las relaciones entre los dirigentes y el pueblo eran una continua confrontación. Al interior mismo de las clases sociales, el entendimiento era imposible, cada uno defendía sus propios intereses y privilegios sin preocuparse del interés general de todos. Los gobiernos se sucedían entre tiranos y las clases aristocráticas. La justicia, dependía de los que la administraban, ya que las leyes escritas no existían.
 “Los mismos ciudadanos son los que quieren destruir nuestra gran ciudad, por su afán de riquezas, y los jefes del pueblo con sus injusticias y privilegios, preparan grandes  con su avaricia y desmesura. No saben frenar su rapacidad…se enriquecen dejándose llevar por actos injustos, sin ni siquiera respetan los bienes del Estado; cada uno por su lado roban y saquean.” Finley-Los primeros pueblos de Grecia.,
La ciudad era ingobernable y las reformas se hacían indispensables. Las reformas vendrán de los sietes sabios de Grecia. Ellos fueron los que trajeron al pueblo griego La Sabiduría”. La sabiduría, concepto utilizado en la Antigüedad, significando “el saber vivir en la felicidad”. La sabiduría del saber vivir engloba el conocimiento de sí mismo y los conocimientos del mundo. Para llegar a la sabiduría que los siete sabios de Grecia trajeron al pueblo eran necesarias la introducción de “Las virtudes cívicas”; principios éticos marcados por la prudencia, el equilibrio y la medida. La sabiduría griega es un concepto civil y laico, que hace referencia al humanismo. La Sabiduría de la Iglesia es la que hace referencia a los divino.
El primer pensamiento laico, racional, dirigido a la organización de la “Cité” es atribuido a los siete sabios de Grecia.” P.Nemo-Hist. de las ideas políticas-Puf.
Las virtudes ciudadanos son las normas que regirán las conductas civiles de los griegos, mientras que “la Piedad”, rigen las conductas para con los dioses. La piedad es el respeto de las leyes divinas y el respeto de las tradiciones. Sócrates fue condenado a muerte por el delito de impiedad, no aceptaba someterse ni a la tradición ni al culto a los dioses oficiales. Él tenía el suyo.
Muchos se han preguntado sobre la religiosidad de los griegos, la respuesta es difícil a dar, lo que sí es diferente entre la religiosidad de los griegos y la de los cristianos en que son conceptos muy diferentes en las mentalidades de entonces y la de nuestros tiempos.
Con las reformas emprendidas para organizar las ciudades, se produce un acontecimiento importante que es la separación de un poder civil y laico, de los conceptos e influencias de lo divino y lo religioso. Esta misma separación la hará siglos más tarde el mismo Jesús: “Dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.
La democracia, otro de los grandes acontecimientos en la historia proviene también del pueblo griego, representado una ruptura total con los antiguos conceptos, al proclamar que todos los hombres son iguales contra l sistema de clases por nacimiento. La libertad total para los hombres no era todavía su momento. La igualdad era solo para los hombres libres, excluyendo las mujeres y los esclavos.
En un sistema, donde los hombres son iguales, el poder tenía que residir en el pueblo, haciendo de todos los hombres libres los responsables del gobierno.
La democracia solo duró unos años. Durante siglos, la democracia, fue un recuerdo de la Historia. Los caudillos de la guerra, los reyes y los emperadores retomaron de nuevo el poder y gobernaron. Los dioses continuaron su carrera  en el Imperio Romano y hasta la persona de los Emperadores se hicieron dioses.
La democracia y el laicismo nacieron juntos, y juntos tienen sus caminos, defienden idénticos valores y el mismo destino. Durante siglos quedaran en la penumbra de la historia en la espera que llegara su momento. El momento llegó y la lucha continua hasta conseguir los ideales de la democracia y del laicismo.
La llegada del cristianismo primero, luego fue la Iglesia la que llegó, convertida en una potencia más entre las potencias terrestres. Como el poder espiritual le parecía insuficiente reclama también el poder terrenal, incluyendo como derecho, documentos falsos que le daban la herencia del Imperio. Con la llegada de los Papas, el cristianismo declina en sus valores y en su doctrina. El lujo y la ambición del poder están por encima de los Evangelios. Durante siglos la Iglesia estuvo arraigada a la codicia de sus prelados sin que nada ni nadie pudiera impedirlo.
En el periodo medieval,  La Iglesia domina todo el continente europeo cristiano. El poder del Papado solo rivaliza  con el poder del Imperio. Las luchas y las intrigas entre el Papado y los reinos son frecuentes en los tiempos medievales, el Papa que no renuncia al poder terrenal desea hacerse con los territorios pertenecientes a los monarcas, y estos hacen alianzas para defender sus territorios  de la codicia papal. El Papa, cuando está en litigio con los reyes, en el nombre de Dios les excomulga a los que no se someten. Y, en medio de una  decadencia moral de las altas jerarquías religiosas, el pueblo llano sigue fiel y escucha a los predicadores. Era necesario convencerles de los pecados,  de dar tributos a la Iglesia y de poder comprar la salvación eterna con monedas. Todo era fácil de convencerles cuando los creyentes son analfabetos y supersticiosos. La ignorancia de los hombres siempre ha sido beneficio para las religiones.   
La gran parte de la historia del laicismo, se puede decir que comienza con el fin de la Edad Media y la llegada del Modernismo.
Otro de los problemas actuales es el multiculturalismo, que si se puede decir que es una riqueza cultural, tiene también sus peligros contra la democracia y los principios que la sustentan. Unos no quieren verlo y minimizan y otros lo utilizan y lo exageran. No se puede ignorar en los nuevos movimientos emigratorios han llegado movimientos islámicos radicales y conquistadores.
Estos son los grandes desafíos a los que tendrá que responder el Laicismo. Lo que presupone una preparación y una estrategia para el futuro, sin por tanto olvidar el pasado.