miércoles, 15 de mayo de 2019

El Valor Del Trabajo

El valor del trabajo humano no se mide por el tipo de actividad de cada uno (carpintero, profesional, campesino...), sino por el hecho de ser persona quien lo ejecuta. Entre todas las criaturas, sólo el hombre es capaz de trabajar de manera "programada y racional", en forma "consciente y libre". Con su trabajo humaniza y ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus intereses primordiales, en directa relación con su desarrollo y autopromoción integral.

Por ejemplo si para tí el trabajo es un valor que requiere y exige su ejercicio. Habrá que iniciar por la descripción que de él se tenga, la cual puede ser de una manera positiva o negativa, optimista o pesimista y que resulta ser el reflejo de la valoración que se le da.

El trabajo ofrece a cada hombre la oportunidad de crecer, desarrollar todas sus capacidades congénitas, realizarse como persona y ser cada día "más plenamente hombre". Así perfecciona su humanidad y mantiene el predominio y superioridad efectiva que debe ejercer sobre las cosas.


El trabajo desarrollado por la persona engendra, por sí mismo, el derecho al bienestar suficiente,
 personal y familiar, derecho que es independiente de la valoración económica, científica o técnica que tenga el trabajo realizado.

Tiempo De Reflexión


El tiempo pasa y nunca vuelve atrás. Vivimos en constante cambio, en constante evolución, sumidos en rutinas estresantes, viendo cómo el tiempo se nos escapa de las manos sin que seamos plenamente conscientes de ello.

Muchos autores y pensadores de la historia han reflexionado sobre el paso del tiempo y cómo la vorágine del día a día nos influye irremediablemente.

Existen frases sobre el tiempo y el paso de la vida que nos invitan a poner más atención a las pequeñas cosas de la vida.

En este recopilatorio leeremos grandes citas célebres sobre el tiempo. Son citas célebres que nos harán reflexionar sobre el valor del tiempo y la necesidad de aprovecharlo. ¡Cada instante es único! Escoge tus favoritas y, si lo deseas, aplícalas a tu vida.

1. El tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar (Theophrastus)
Olvídate de los bienes materiales. La verdadera felicidad reside en valorar el tiempo y emplearlo para vivir al máximo.
2. El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia. (Jeff Zinnert)
Una de las muchas frases célebres que relacionan el amor con la ausencia del factor tiempo.
3. ¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida (Benjamin Franklin)
Darnos importancia de que el tiempo se va es la mejor vacuna contra la tristeza.
4. Los que aman profundamente nunca envejecen, pueden morir de vejez pero mueren jóvenes (Arthur Wing Pinero)
La dicha de ser apasionado.
5. El amor es la energía: ni se crea ni se destruye. Simplemente es y será siempre, dando sentido a la vida y dirección a la bondad. El amor no morirá jamás (Bryce Courtney)
Una cita célebre algo abstracta para comprender el paso del tiempo.
6. Todas mis posesiones por un momento más de tiempo (Isabel I)
De nada sirve ser ricos si nuestro tiempo se acaba.
7. El pasado nos limita, pero el futuro nos atemoriza. El único lugar seguro es el presente (Isaac López)
El único lugar donde tenemos poder de cambiar las cosas es el presente.
8. Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro… Vive tu propia vida. Todo lo demás es secundario (Steve Jobs)
Olvídate de las preocupaciones triviales y céntrate en disfrutar de tu propia vida.


Comprensión Y Civilización


Comprender a los demás puede ser nuestro aporte individual a la mejora de la civilización. Nuestro medio social sigue siendo indispensable para nuestra sobrevivencia, pero ya no como protección contra los depredadores, somos los mismos seres humanos los que nos hemos convertido en depredadores uno del otro, corrompiendo nuestra civilización con el egoísmo, el engaño y la violencia. 

El mandato religioso de amar al prójimo resulta ya casi ilusorio, en cambio tratar de comprenderlo nos puede introducir las verdaderas causas y las posibles mejoras de nuestra sociedad. El ser humano es sociable por naturaleza, necesita de los demás, no sólo para su sobrevivencia, sino también para su complacencia. La negación sistemática del otro para imponerse a él, contradice nuestro instinto de animal social y nuestra razón. Ello no es parte de la naturaleza humana, sino la descomposición de las reglas no escritas que rigen nuestra civilización.
La comprensión de los demás no es una solución definitiva pero a ella conduce. Es complejo mejorar nuestra civilización porque ella nunca se ha regido por la razón, lo que parece una incoherencia, pero no lo es. Hemos errado el camino pero aún sobrevive nuestra especie. El sentido de comprensión humana nos redime, al menos en parte, del atropello de la vida diaria. El desgarramiento todavía no es total ni generalizado, disfrutamos también de compartir la naturaleza, del privilegio de estar vivos, de compartir con algunos congéneres cuya existencia hace más grata la nuestra.
Podemos escoger entre las alternativas de vivir una vida amargada o tratar de ser felices. Tenemos también las opciones de militar con quienes ejercen el atropello sobre los demás, de apartarnos para hacernos insensibles en el aislamiento de la soledad, o de buscar sentido a la vida contribuyendo al logro de una civilización más humanizada. Esta última es una labor que posiblemente sólo nos dejará la satisfacción del sembrador porque serán otras generaciones las que verán los frutos.
Debemos empezar por ejercer el sentido de la comprensión humana con gratitud por los beneficios de la existencia. El logro de una sociedad más justa y una mejor civilización sólo es posible con la aceptación generalizada de nuevos valores por parte de todos los individuos. Cambiar la sociedad y los errores que ha arrastrado nuestra civilización no es una utopía, pero su posibilidad está limitada al aporte individual casi insignificante de cada individuo, que al multiplicarse con el aporte de muchos, puede lograr el cambio.
La idea común, y en apariencia lógica, de que así como los seres humanos con nuestra razón creamos las instituciones de sociedad y civilización; utilizando la misma razón, podríamos también alterarlas a voluntad, según nuestros anhelos o deseos, es errada, porque no creamos de manera razonable la sociedad ni la civilización. No podemos cambiar nuestra civilización a voluntad porque tanto la razón como la civilización tuvieron su origen al mismo tiempo. Razón y civilización se desarrollaron y se siguen desarrollando en interacción mutua, de la misma forma como nació el lenguaje sin que nadie lo inventara.
Debemos comprender que no todos los fenómenos resultantes de la mente humana han sido concebidos como objetivos de la mente, y como lo explica Friedrich Hayek, erróneamente se nos induce a pensar que la moral, la ley, las artes y las instituciones sociales, pueden justificarse sólo en cuanto correspondan a un propósito preconcebido. Cuando los etnólogos intentan comprender otras culturas, por lo general encuentran que sus miembros no tienen idea de la razón por la cual observan determinadas reglas, y aunque muchos teóricos sociales lo desconozcan, lo mismo pasa con la civilización occidental. No sabemos por lo general qué beneficios derivamos de nuestras costumbres. Los mismos teóricos, concluye Hayek, consideran ese hecho como una deficiencia lamentable de la civilización.
En el proceso de la evolución humana, nuestra especie obedeció a una serie de reglas que han sido la base de nuestro orden social y no necesitan ser expresadas ni escritas porque se formaron antes de que los humanos aprendiéramos a hablar y a razonar. Sin embargo, gracias a estas reglas nuestra especie ha sobrevivido. Hayek también nos indica que esas reglas originaron un sistema de relaciones abstractas cuyas manifestaciones concretas dependen de circunstancias particulares que no es posible conocer en su totalidad porque tienen un significado o función que nadie les ha asignado y que los teóricos sociales deben descubrir.
Pese al reconocimiento que debemos a los filósofos del Racionalismo por el avance de nuestra civilización después del oscurantismo de la Edad Media, es necesario también comprender sus errores para entender que no fue la razón humana la que llevó a la civilización, sino lo contrario. Fue la civilización la que nos llevó a la razón. Así lo comprendió David Hume, crítico del Racionalismo, quien como rechazo a la afirmación de Voltaire: “Si queréis buenas leyes, quemad aquellas que tenéis y dictaos otras nuevas”, explicaba que las estructuras sociales son el resultado de las acciones humanas, pero no de la concepción humana.
Debemos partir sin prejuicios en las posibilidades de una acción efectiva para mejorar nuestra civilización. No es la razón humana la que llevó a la civilización porque la razón humana es el resultado de la civilización, al igual que lo fue nuestro lenguaje y nuestras ideas. Debemos aceptar que la razón, como una forma avanzada de la inteligencia, fue el resultado de la civilización, habiéndose originado ambas en el proceso evolutivo de la humanidad. La moral y los valores sociales tienen esta base evolutiva y nos ofrecen un conocimiento de tipos de conducta que debemos evitar. No se trata de un conocimiento positivo, razonado, de causa y efecto, sino de una guía instintiva de lo que debemos evitar, pero que pesa más que cualquier razonamiento.
Según explica el filósofo británico Richard S. Peters en “Los conceptos de motivación”, el hombre es un animal que no sólo busca objetivos, también sigue reglas. Se trata de reglas que no se afirman pero que se observan como el sentido de la justicia o la sensibilidad al lenguaje. Estas reglas a veces pueden expresarse con palabras, pero sólo dicen aproximadamente lo que hace tiempo se observa en las acciones humanas. Son formas aceptadas de conducta que se trasmiten en un proceso cultural de generación en generación.
Sin embargo se han observado formas de cambio en estas reglas para un orden más eficiente de un grupo, lo cual lo lleva a prevalecer sobre otros grupos para conseguir un estado real de cosas diferente a la regularidad de la conducta observada. Se trata de un orden válido para la totalidad de los individuos que los capacita en base a su conocimiento respectivo para crear expectativas relativas a la conducta de otros y que se demuestran correctas haciendo posible un ajuste mutuo con éxito en las acciones de todos. Así algunos individuos, basados en su conocimiento, pueden crear nuevas expectativas en la conducta de otros buscando ese ajuste que a la larga mejore nuestra civilización.

El orden social que existe, formado a través de milenios con reglas de conducta cuyas funciones verdaderas los individuos desconocen, tuvo su origen en un principio para miembros de una misma tribu y se ha extendido a toda la comunidad global con los medios tecnológicos de información y comunicación. Esos mismos medios que han originado cambios antes sólo imaginables, pueden servir también a otro grupo de individuos que seguramente existe, basado en el sentido de la comprensión de los demás, proponerse hacer reconocer las fallas y las injusticias que genera nuestra sociedad para mejorar así nuestra retardada civilización.

martes, 14 de mayo de 2019

Convicciones


En la conducta diaria del ser humano, hay conceptos que encierran grandes verdades que casi todos los tenemos y los desarrollamos en las características de nuestra personalidad; en el trato diario con otras personas y en general, con quienes tenemos relaciones sociales permanentes o casuales. El presente artículo no pretende ser una lección de psicología o filosofía, pero al repasar el contenido esencial de las conductas actuales en la vida diaria y en la administración pública de muchos países, nos parece útil explicarlo.

Los PRINCIPIOS son las ideas básicas sobre las cuales se desarrollan que dan origen, razón fundamental discurriendo en cualquier materia y son la causa u origen de algo; cualquiera de las primeras proposiciones o verdades fundamentales por donde se empiezan a estudiar las ciencias o las artes. Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.

Los Principios considerados como deseables para orientar las acciones de un ser humano, indican los derroteros a tomar en los diferentes aspectos de nuestra vida. Hay principios familiares, políticos, religiosos y profesionales que indican cuáles son los objetivos inmediatos y mediáticos que se persiguen con determinada conducta. Sin principios, nos alejamos de las buenas acciones y permitimos que cualquier actitud sea contraria a los intereses generales de la sociedad.

El VALOR, entendido como el grado de respeto y atención que se merece la persona para ser tratada de acuerdo a los conceptos morales, sociales, religiosos y educativos que se merece atendiendo a su edad, sexo y otros factores como salud, necesidad u otros.


Los valores tienen polaridad en cuanto a positivos o negativos y jerarquía en cuanto a superiores o inferiores y desarrollan virtudes que desplegadas diariamente benefician a nuestro entorno y a la sociedad en general. Éstos pueden ser universales, es decir, de observancia general y sirven para apreciar a quienes los practican y los ostentan. 

Cada época social en el desarrollo de las culturas se demuestran en aspectos de: honestidad, respeto, gratitud, responsabilidad, tolerancia, integridad, amistad, lealtad y otros más.

La Mente Extendida


La tesis de la mente extendida (TME) propone que, en ocasiones, la mente se extiende más allá del cerebro y de la piel. Uno de sus principales argumentos apela al “principio de paridad”, que implica la equivalencia funcional entre los recursos internos (fundamentalmente cerebrales) y ciertos recursos externos empleados para llevar a cabo una determinada tarea cognitiva. Esta equivalencia tiende a ignorar las diferencias entre los recursos internos y los externos. Nuevas orientaciones de la TME pretenden reconocer la relevancia, en términos cognitivos, de algunas de estas diferencias y proporcionar argumentos alternativos que no apelen al principio de paridad.

¿Cuáles son los límites entre la mente y el mundo? ¿Cuál es el papel del cuerpo y del medio ambiente en los procesos cognitivos? ¿Son la piel y el cráneo fronteras o límites relevantes en términos cognitivos? La tesis de la mente extendida (TME) afronta este tipo de cuestiones para responder que, en ocasiones, la mente se extiende no sólo más allá del cerebro, sino también más allá del organismo (Clark y Chalmers, 1998). Desde este punto de vista, y según la versión de Clark, las ciencias cognitivas deberían, en tales ocasiones, ignorar los límites metabólicos de la piel y el cráneo para atender a la organización computacional y funcional de la información (Clark, 2008, p. 77).

En el ejemplo más conocido de la TME se presentan dos personajes, Inga y Otto, el segundo de los cuales padece una enfermedad que afecta a su memoria, por lo que recurre continuamente a un cuaderno de anotaciones. El cuaderno viene así a complementar su deteriorada memoria biológica. 

La idea básica es que el cuaderno de Otto es equiparable, en cierto sentido, al cerebro de Inga y forma parte, como vehículo externo, de su sistema cognitivo. El cerebro de Inga y el conjunto formado por el cerebro-más-cuaderno de Otto desempeñan el mismo rol funcional con respecto a sus respectivas conductas. Por supuesto que hay diferencias, pero no son relevantes mientras sean funcionalmente equivalentes.

La concepción clásica de la mente extendida se basa en gran medida en la noción del “principio de paridad”, tal y como fue formulada por Clark y Chalmers (1998), y cuya versión actualizada subraya su carácter funcional (Clark, 2008). Según este principio, “si una parte del mundo funciona como un proceso que, si fuera realizado en la cabeza, no dudaríamos en reconocer como parte del proceso cognitivo, entonces esa parte del mundo es parte del proceso cognitivo” (Clark y Chalmers, 1998, p. 8). La idea esencial es que, en términos cognitivos, lo relevante no es la localización espacial del proceso. El principio de paridad cuestiona los límites entre cerebro, cuerpo y mundo mediante el isomorfismo funcional entre lo interno (memoria biológica, cerebro) y lo externo (el cuaderno y su contenido).

La naturaleza de esta equivalencia ha centrado buena parte del debate sobre la TME. En general, la posición de los defensores de la TME ha sido insistir en que se trata de una equivalencia meramente funcional y que el principio de paridad no exige que los procesos internos y externos tengan exactamente las mismas características, sino solo que sean suficientemente similares (Clark, 2008). 

Por tanto, el principio de paridad es compatible con cierto grado de diferencia entre ambos tipos de procesos. El problema es cómo se determina ese grado, es decir, dónde se establece el umbral entre diferencias relevantes y diferencias irrelevantes, ya que las diferencias relevantes impedirían una similitud suficiente (equivalencia funcional).

En los últimos años varios autores han propuesto una nueva interpretación de la mente extendida que abandona el principio de paridad como argumento central. Menary (2010) distingue entre dos olas de argumentos a favor de la mente extendida. La primera ola, que coincide con la que he llamado concepción clásica, se centra en la cuestión de la paridad funcional (principio de paridad). La segunda ola se centra en la complementariedad y la integración de los vehículos externos e internos, sin hacer depender la plausibilidad de la TME del principio de paridad. Mientras la versión clásica de la mente extendida apelaba a la (suficiente) similitud o equivalencia funcional entre la memoria biológica normal (vehículo interno) de Inga y el cuaderno (vehículo externo) de Otto, la nueva ola reconoce que la equivalencia funcional sostenida por el principio de paridad oculta o desatiende importantes diferencias entre los vehículos internos y externos. Por ejemplo, la memoria de Inga interactúa dinámicamente con el resto de su mente de una manera que no lo hace, en el caso de Otto, la información almacenada en el cuaderno. Este tipo de diferencias puede ser, además de un potencial obstáculo para la TME basada en el principio de paridad, un factor relevante en la comprensión de los procesos cognitivos en cuestión. La nueva versión de la mente extendida no necesita defender la equivalencia funcional entre vehículos externos e internos, sino solo su integración para formar sistemas cognitivos unitarios y extendidos (“principio de integración”).
Sutton (2010) también apoya la segunda ola de la TME, dentro de la que defiende una aproximación interdisciplinar en la que se encuadra la ciencia cognitiva histórica que él mismo ha propuesto en otros trabajos. Según Sutton, no hay contradicción entre la primera y la segunda ola (e incluso encuentra en Clark argumentos a favor de la segunda), pero sostiene que ésta es claramente superior.

La razón fundamental es también que el principio de paridad infravalora o desatiende diferencias entre los recursos internos (“engramas”) y los recursos externos (“exogramas”) de los sistemas cognitivos. De acuerdo con el principio de paridad, cumplidos ciertos criterios no tendría importancia si lo que está involucrado en la producción de la conducta son engramas o exogramas, y no habría especial razón para estudiar las propiedades peculiares del cerebro o de un cuaderno de notas en su contribución al proceso global.


El giro desde el principio de paridad hacia el principio de integración despeja una prometedora vía de investigación y justificación dentro de la TME. La posible vulnerabilidad del principio de paridad pierde así trascendencia; sin embargo, el principio de integración debe enfrentarse al mismo reto que el de paridad: mostrar que los recursos externos no son sólo ayudas o herramientas, sino genuinos componentes de un sistema cognitivo extendido.

Las Necesidades Básicas

Se ha creído tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que están constantemente cambiando; que varían de una cultura a otra, y que son diferentes en cada período histórico. Pero tales suposiciones son incorrectas, puesto que son producto de un error conceptual, que consiste en confundir las necesidades con los satisfactores de esas necesidades.

Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables. Además las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, son la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.

Las necesidades fundamentales son: subsistencia (saludalimentación, etc.), protección (sistemas de seguridad y prevención, vivienda, etc.), afecto (familia, amistades, privacidad, etc.) entendimiento (educacióncomunicación, etc.), participación  (derechos, responsabilidades, trabajo, etc.), ocio (juegos, espectáculos) creación (habilidades, destrezas), identidad (grupos de referencia, sexualidadvalores), libertad (igualdad de derechos).

Concebir las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza y claridad la sensación de "falta de algo". Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial de afecto.

Integrar la realización armónica de las necesidades humanas en el proceso de desarrollo, significa la oportunidad de que las personas puedan vivir ese desarrollo desde sus comienzos; dando origen así a un desarrollo sano, autodependiente y participativo, capaz de crear los fundamentos para un orden en el que se pueda conciliar el crecimiento económico, la solidaridad social, el crecimiento de las personas y la protección del ambiente.

Las necesidades humanas básicas referidas, deben constituirse en derechos inalienables del ser humano, ya que su posesión y práctica hacen a la dignidad del individuo y las comunidades.

La satisfacción de estas necesidades implica un marco ambiental sano. La degradación del ambiente, provocada por los procesos de contaminación y  "explotación"  irracional de los recursos, atenta gravemente contra ellas. 

Actualmente y a nivel mundial, los modelos de desarrollo económico y tecnológico han provocado que millones de seres humanos no hayan tenido posibilidad de acceder a la satisfacción de estas necesidades básicas.

El Tiempo Y Las Personas


Tanto si lo utilizas como si no, se gasta y te desgasta. Aunque nunca puedas verlo, te acompañará a cualquier lugar. Para unos siempre hay poco, mientras que otros tienen en abundancia. No entiende de clases, ni dinero y nadie es inmune a él, pues el tiempo no discrimina.

Visible para nuestros ojos a través de las manillas del reloj, se ve reflejado en las caras y cuerpos de quienes nos rodean. Su avance nos moldea y muchas veces hace las veces de espejo devolviéndolos a nosotros mismos aquello que nosotros dimos en su día.

El tiempo es como una persona. Hay que respetarlo y saber valorarlo. Cada persona necesita su tiempo y hay tiempos que piden la presencia de otras personas.

Cada uno es dueño de su propio reloj

Es habitual escuchar a las personas quejarse: «No tengo tiempo para nada», «Si algo me sobra a mí es tiempo». Aunque todavía es más frecuente escuchar como protestan sobre cómo gestionan los demás el suyo: «Nunca tiene tiempo para mí», «Si no saca tiempo para verme es porque no me quiere».

A veces hablamos del tiempo de los demás como si nos perteneciese. Usamos nuestra propia mirada y criterio para estimar que cantidad de vueltas del reloj nos pertenecen, incluso si ese reloj se encuentra en la muñeca del otro.

Cada persona necesita su tiempo

Cuando se trata de digerir eventos emocionales, como por ejemplo una ruptura, un duelo o una situación emocional complicada, cada persona tiene su propio tiempo y es importante respetarlo. Lo que una persona puede superar en una semana a otra le puede costar un mes.

Las dificultades aparecerían cuando un evento no llega a superarse del todo a pesar de que hayan pasado ya los meses necesarios, es entonces cuando convendría acudir a un especialista.

En ocasiones hemos escuchado aquello de «lo único que necesita es tiempo», y son muchas las veces que esto se cumple. El paso de los días y los meses difumina el dolor de aquello que al principio nos parecía tan doloroso. A veces lo único que una persona necesita es que respeten su ritmo.

Cada tiempo necesita de sus personas

Al igual que cada persona necesita su propio tiempo, hay espacios temporales que necesitan a sus propias personas. No es lo mismo tener 5 años que 50, al igual que es muy diferente estar en una época tranquila de tu vida que en otra turbulenta. Cada edad y condiciones necesitan de unas personas u otras a tu lado.

Los niños más pequeños necesitan personas adultas que les guíen, protejan y enseñen. Los jóvenes y adultos se alejan de quienes fueron sus referentes para buscar su propio círculo. Mientras que los muy ancianos vuelven a necesitar a su alrededor a gente que les cuide y les proteja tal y como hicieron ellos antaño con otros.

Cada instante vital necesita a sus personas y cada momento emocional pide de la misma forma unas compañías u otras. Hay quien le gusta estar solo cuando está triste, quien únicamente habla con aquellos que sabe que le van a comprender o hay quien busca apoyo en muchos hombros.

Al igual que el trascurrir de los segundos, la vida, las necesidades y las emociones no se quedan quietas. Cada persona -con su momento vital único- es diferente, por tanto cada época obedece a sus propias necesidades.

Definición De Intelectual

En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término intelectual que ahora nos ocupa. Y así lo demuestra el hecho de que se encuentra conformado por tres componentes de dicha lengua: el prefijo “inter”, que es sinónimo de “entre”; la palabra “lectus”, que puede traducirse como “leído”, y finalmente el sufijo “-al”, que es equivalente a “relación”.
         
Intelectual que permite hacer referencia a lo perteneciente o relativo al entendimiento. Por ejemplo: “Este problema es intelectual, no se soluciona con la fuerza”, “No tengo ganas de hacer un esfuerzo intelectual cuando voy al cine”, “Los alumnos muestran graves falencias intelectuales cuando no leen desde pequeños”.

El adjetivo intelectual, por lo tanto, suele utilizarse en oposición a lo corporal o físico, apareciendo asociado por lo tanto a lo espiritual o simbólico. Si se dice que algo debe resolverse de manera intelectual, se está afirmando que su solución sólo será encontrada a través del pensamiento y de la reflexión. Por lo tanto, no importa la fuerza física que se aplique al respecto.

Se conoce como intelectual, por otra parte, a la persona que se dedica a las letras y las ciencias. Estos sujetos invierten su tiempo en el estudio de la realidad y en la reflexión de los problemas sociales.
Los intelectuales, de esta manera, forman un colectivo social que intenta educar a la población, proponer debates y explicar ciertos fenómenos. En este sentido, se sostiene que los intelectuales tienen el deber moral de fomentar la reflexión crítica.

Además de todo ello hay que destacar que, en los últimos años, ha cobrado especial protagonismo lo que se conoce como registro de la propiedad intelectual. Se trata de una institución en la que los autores, editores o traductores de cualquier tipo de obra artística, literaria o científica registran sus trabajos con el claro objetivo de velar por los derechos que tienen al respecto.
En este sentido, muy en relación está, que las autoridades de los distintos países del mundo se han visto en la necesidad de sacar adelante leyes de propiedad intelectual, para hacerle frente al fenómeno de la piratería. De esta manera, con aquellas no sólo se intenta velar por los derechos de los autores de las distintas obras sino también reconocerles la retribución económica que les corresponde por ellas.

A lo largo de la Historia han existido muchos intelectuales que han aportado sus ideas y obras al mundo de la cultura, la literatura o la ciencia. No obstante, entre los más significativos de las últimas décadas se encuentran, por ejemplo, los escritores Umberto Eco, Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez así como el científico J. Craig Venter.

Para el marxismo, un intelectual orgánico es aquel que, pese a pertenecer a una clase superior, se compromete con la condición de las clases bajas y trabaja por la liberación de los desposeídos.


El coeficiente intelectual, por último, es el número resultante de un test estandarizado que mide las habilidades cognitivas de un ser humano en relación con su grupo de edad.

Sociedad Y Cultura


La cultura es el conjunto de todas las formas de vida y expresiones de una sociedad determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista podríamos decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología.

...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

Aunque muchas de las concepciones sobre cultura en el lenguaje común tienen su origen en el debate de las ciencias sociales, o bien, existieron primero en el habla cotidiana y luego fueron retomadas por las segundas; aquí se presenta un repaso sobre la construcción histórica del concepto de cultura en las disciplinas sociales.

La sociedad es el conjunto de individuos que comparten fines, conductas y cultura, y que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una comunidad. Existen sociedades animales cuyo estudio lo realiza la sociobiología o la etología social, como las sociedades de hormigas o las de primates.

Las sociedades de humanos estudian las llamadas disciplinas sociales, principalmente la sociología y otras como la antropología y la economía. Modernamente, existe un interés de la física, desde la perspectiva de sistemas complejos, por el estudio de fenómenos sociales y este esfuerzo ha dado lugar a disciplinas como la sociofísica y la econofísica. En un sentido aún más amplio, se habla de sociedad virtual a los fenómenos que se generan y observan en grupos bajo interacción en el ciberespacio, sociedades artificiales como las de computadoras interconectadas o sociedades de robots, de autómatas, de criaturas digitales, etcétera.

Sociedades humanas

Las sociedades humanas, son unas entidades poblacionales, que considera los habitantes y su entorno, interrelacionado con un proyecto común, que les da una identidad de pertenencia. Asimismo, el término significa un grupo con lazos económicos, ideológicos y políticos.

Estas agrupaciones distintas deben tener una representación en un territorio, y un alto grado de acción social conjunta, en otro caso no pueden ser objeto de métodos sociológicos para su análisis.

Además de los habitantes, el entorno y el proyecto societario, pueden incorporarse otras categorías a la definición de sociedad según la especialidad del proyecto o de su grado de desarrollo, esto será la tecnología alcanzada en los medios de producción, desde una sociedad primitiva con simple tecnología especializada de cazadores —muy pocos artefactos— hasta una sociedad moderna con compleja tecnología —muchísimos artefactos— prácticamente en todas las especialidades.

Estos estados de civilización incluirán el estilo de vida y su nivel de calidad que, asimismo, será sencillo y de baja calidad comparativa en la sociedad primitiva y complejo o sofisticado con calidad comparativamente alta en la sociedad industrial. La calidad de vida comparativamente alta es controversial pues tiene aspectos subjetivos en los términos de cómo es percibida por los sujetos.

Prometer Y Cumplir


Hablar es fácil, prometer también, pero cumplir es todo un reto. ¿Qué significa cumplir? Es realizar un trabajo o una tarea, una encomienda en tiempo y de manera acertada, con todo lo que prometió hacer al respecto.

Muchas veces somos muy dados a prometer cosas y luego nos olvidamos de lo que prometimos, son detalles que nos pasan de largo porque se nos olvidan, no lo consideramos importante o simplemente no nos interesan.

Por eso es importante no prometer lo que no será, ya que empeñamos nuestras palabra, en ello, y de no cumplir estaremos fallando como personas. Cuántas veces decimos a los niños frases como : “Al rato te llevo”, “Cuando llegues te lo doy”, “ Mañana te lo compro”, cosas que la mayoría de las veces no cumplimos y pensamos que estas palabras son sólo excusas, sin reparar en el daño que estamos haciendo a nuestros hijos, quienes ven mermada su fe en nosotros, y lo que es peor, que estamos enseñándolos a no cumplir promesas, por lo que de grandes no podremos quejarnos de esta horrible costumbre que tendrán, ya que nosotros contribuimos en propiciarla. Debemos ser honestos y leales a nuestra palabra, claros, concretos y prometer sólo aquello que podemos cumplir, pues eso es una base importante de la honradez.

No podemos andar por la vida diciendo tal cosa y al final entregando otra, de ahí que “del dicho al hecho hay mucho trecho”, o “te dieron gato por liebre”. Es importante ser personas íntegras y hablar con la verdad y con claridad, por el respeto que merecen los demás. Un sí es un sí y un no es un no, aquí no existen medias tintas.


En todos los ámbitos del ser humano las promesas son para cumplirse. En el trabajo no hay que crear falsas expectativas o promesas que no se darán; en la casa no podemos utilizar las promesas para salir del paso, con los amigos esta prohibido tener promesas no cumplidas y mucho menos con la familia. En fin, una promesa es algo que debes hacer y antes de hacerla debes cerciorarte de que la podrás cumplir, es mejor alguien que promete poco pero cumple, que uno que promete mucho y nada cumple, por lo que recuerda: una promesa se cumple, ya que es tu honorabilidad la que la sella. 

La Educación Y Los Medios


La relación entre educación y medios de comunicación es un tema de debate interesante para los profesionales, al tratarse de dos temáticas vinculadas estrechamente. En la actual sociedad del conocimiento existen muchos canales de comunicación y aunque, a menudo es difícil reaccionar ante tanta información, los educadores se han esforzado para crear materiales para trabajar en el aula y han elaborado muchas teorías sobre su función como profesionales en la educación para la comunicación.

En este sentido, el sector educativo se ha centrado en analizar si los medios de comunicación son educativos o no, de qué forma podemos utilizarlos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de qué forma contribuyen a la formación en valores, etc. Por eso, en el monográfico sobre educación y comunicación se plantea qué implicación deben tener los medios de comunicación en la educación, intentando abrir el debate sobre si existe una cierta responsabilidad por parte de los profesionales de la comunicación.

La importancia de los medios de comunicación en el contexto actual

Hoy por hoy, nadie discute la importancia de los medios de comunicación en la sociedad actual. Nos encontramos inmersos en una sociedad mediática y nuestro estilo de vida convive con los mensajes que nos transmiten los medios de comunicación. De la misma forma, hablar de medios de comunicación implica abarcar un abanico de posibilidades muy amplio: muchos canales de televisión, radio, Internet, publicaciones impresas de todo tipo...

Los medios de comunicación de masas constituyen un aparato de socialización muy importante: influyen en nuestras ideas, hábitos y costumbres. Algunos expertos incluso llegan a afirmar que la cantidad de información comunicada por la prensa, las revistas, las películas, la televisión y la radio, excede en gran medida al volumen de información que llega a través de la enseñanza y los contenidos que se transmiten en la escuela.

De ser cierto este hecho, convertiría a los medios de comunicación en una herramienta educativa muy poderosa, con las ventajas y desventajas que esto supone. Pero, educar no es su finalidad última. Aunque los medios incluyen formatos y contenidos adecuados para el público en edad escolar, existe otro gran volumen de información que no va dirigida a este público pero que es percibida y asimilada por él.

Educar a través de los medios vs medios educativos

Existen muchas formas de entender la relación entre educación y medios, en este apartado hemos querido abordar algunas de ellas.

En primer lugar, vamos a analizar la incorporación de los medios al currículo escolar. Podemos apreciar que los medios de comunicación se han vuelto imprescindibles en un proceso educativo, ya que forman parte del material didáctico utilizado con frecuencia en el aula. Quizás Internet es el medio que se ha incorporado más rápidamente a la educación, pero el resto aparecen frecuentemente en propuestas curriculares.

Aun así, educar utilizando las nuevas tecnologías (pizarra digital, Internet, audiovisuales, prensa, etc.) es quizás más común que planear actividades que contribuyan a formar en el uso de los medios de comunicación.

Este tipo de iniciativas son las que tienen como finalidad ampliar las capacidades de análisis activo y crítico de la oferta televisiva, periodística y radiofónica. A la vez, se intenta familiarizar al alumnado con los códigos propios de los medios y enseñarle cómo se selecciona la información que aparece en los periódicos, de qué forma se nos presentan los contenidos y tratamientos de la información en función del medio, sus propósitos implícitos y explícitos, etc. En definitiva, se trata de propuestas que ayuden a los usuarios de los medios a ser críticos con ellos, a seleccionar lo que les interesa y hacer un buen uso de toda la información que tienen a su disposición.

Pero, la complejidad de esta tarea radica en el hecho que aprender a utilizar y a entender los medios debe ser una responsabilidad compartida entre padres, educadores y profesionales de la educación.

Los Obstáculos Que Nos Pone La Vida


Muchas veces pensamos que estamos en el camino incorrecto, que nos ocurren cosas que no nos merecemos y que no parecen justas, sin embargo, no nos damos cuenta que la vida nos pone enfrente aquellas experiencias que necesitamos para aprender en la vida, para trascender y para seguir progresando.

Podemos decir de alguna manera, que tarde o temprano se llega ese despertar de conciencia que nos hace llevar una vida más equilibrada, serena y armoniosa, sin embargo, si reflexionamos, nos preguntamos cuál es el camino realmente más simple? el camino de la felicidad o el camino del sufrimiento?..

Concluir alguna de estas dos alternativas sin revisar a profundidad lo que pudiera significar no tiene ningún sentido, lo que sí podemos saber es que cada experiencia que nos toca experimentar, deja una huella en nuestra alma.

De manera que cada vivencia que pasa por nuestra vida, cada persona, cada escenario, cada decisión y cada alternativa que nos toca tomar en la vida, tiene un significado, no podemos sentirnos ajenos o incapaces de superar los obstáculos que se atraviesan en nuestro camino, tenemos la fortaleza y la voluntad para superar cada nuevo día, para recibir cada nueva enseñanza y para salir adelante.

Debemos tener la fortaleza en la vida para confiar en nosotros mismos, tener la valentía para asumir nuestras acciones, las consecuencias de nuestros actos y dejar de lamentarnos por cada nueva situación que nos toca vivir, abrirnos al progreso, abrirnos a la oportunidad y el entendimiento y dejar las quejas a un lado, dejar los pensamientos negativos, dejar los malestares y las emociones tóxicas, que sencillamente nos limitan y se convierten en una carga muy pesada para nuestro espíritu.

La experiencia en la vida trae consigo su propia carga emocional, sus propias situaciones y es menester tolerarlas, recibirlas, superarlas y trascenderlas, pues si nos quedamos sumidos en los lamentos, en la euforia que puede significar cada nueva situación, dejamos de lado lo que realmente nos resulta provechoso y es la enseñanza que nos está dejando, es la experiencia, es ese adquirir de conciencia que nos es tan necesario para progresar en nuestra existencia.




Superar La Adversidad

Para afrontar la adversidad necesitamos recordar cuál es nuestro sentido vital. Clarificar propósitos y despertar la resiliencia nos ayudará a transitar por este proceso con mejores recursos y entereza.

Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Afrontar la adversidad es algo más que un deseo o un propósito, es una necesidad, una obligación que integrar en la mente y el corazón. Ahora bien, si hay algo que todos sabemos es que aplicar este enfoque y desplegar adecuados recursos del cambio no siempre es fácil.

Las dificultades que nos encontramos en uno u otros momentos de nuestras vidas como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa o la mala noticia de un despido pueden ahogarnos en un océano de malestar. Tanto si lo queremos como si no, nadie es inmune a la adversidad. Ninguno nos encontramos a salvo de los vaivenes del destino, buenos y malos.

Es en estos momentos de adversidad cuando atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, etc… Ahora bien, hay un dato interesante que vale la pena tener en cuenta.

En un estudio llevado a cabo por los psicólogos Linley, PA, y Joseph, S. de la Universidad de Warwick, Reino Unido se demostró que las personas capaces de afrontar los momentos difíciles, adquieren valiosos aprendizajes para encarar el futuro con mejores recursos.

«Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos»
-Viktor Frankl-

Cuando la adversidad decide golpearnos y experimentamos esas emociones tan poderosas, resulta beneficioso expresar aquello que sentimos. Podemos hacerlo con un familiar o amigo, o a través de la escritura, para llegar a hacerlo cada vez más consciente y poder desahogar esos nudos emocionales.
Si ponemos palabras a cómo nos sentimos, nos será más fácil ir canalizando presiones, miedos, angustias. De ese modo, podremos asociar nuestros pensamientos con los sentimientos de forma rápida y casi simultánea.

Por eso, cuando nuestras emociones sean demasiado negativas, podemos emplear la escritura como medio para expresarlas, librándonos de ellas sin tener repercusiones exteriores.

La creatividad como canal para liberar emociones
Expertos en el tema como Scott Barry Kaufman, autor del libro Conectado para Crear, nos explica que hacer uso de la creatividad, es un mecanismo idóneo para liberar emociones. 

Cualquier situación adversa puede ser vista como una interrupción de nuestra trayectoria vital, pero si la relatamos y la expresamos, estaremos más cerca de la posibilidad de aceptarlo y seguir avanzando.

Incluso si tenemos dificultades a la hora de la escritura, también podemos utilizar otro tipo de actividades como la pintura, el baile, el deporte o el teatro… Todos estos tipos de arte son canales para poder llegar a controlar y elaborar lo que sentimos.

Tras esto, podemos poner en marcha todo nuestro propio mecanismo de resolución de problemas, ahí donde utilizar  nuestros propios recursos para avanzar y hacernos paso ante la dificultad que se nos presenta.

Hay que clarificar propósitos, darle un sentido a la vida. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo.

Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza.


Pensemos en ello. Aprendamos a ser resilientes, encendamos esa fuerza interna para afrontar la adversidad con éxito y sabiduría.

lunes, 13 de mayo de 2019

Saber Y Conocer


Entonces, la posibilidad del conocer y hacerlo correcta y verdaderamente depende de ser sujetos o entes que conocemos, que diferenciamos de los seres objetos o entes que conoceremos. Por lo que este ser sujeto no será posible sin el otro ser objeto, más allá de las condiciones naturales o culturales en las que nos desenvolvamos. Esto implicará, en primera instancia, superar una visión cientificista que afirma que el saber de los pueblos no occidentales es inferior al conocer de los occidentales, obligándonos a identificar y establecer los criterios de corrección y veracidad de los saberes no occidentales, porque de seguro allí también podremos hablar de saber correcto y verdadero.

Concluyendo digamos entonces, que el saber/conocer es posible. Posible porque existe un ser que sabe/conoce. Posible porque existe algo que se sabe/conoce. De donde el que este saber/conocer sea correcto y verdadero dependerá de la relación que se establezca entre el sujeto y el objeto. Dependerá del resultado de esa relación cognitiva – cognoscente y, por ello, consciente. Dependerá del asumirnos seres nacidos - luego formados - para saber/conocer.


Este tendrá que ser el principio para que desde la Universidad se encaren lo que ahora se pretende hacer realidad, incorporar la investigación en el proceso de formación profesional, en el contexto de un modelo educativo que desde el nivel primario y secundario busca formar la capacidad de incidir en la realidad no solo para conocerla, sino transformarla. Modelo que, para la curricula universitaria, busca que se complementen los conocimientos occidentales con los saberes ancestrales.

La Función Socio Cultural

Filosofía
La Función Socio Cultural
El Profesor Mario Sambarino, filósofo uruguayo (1918-1984), se pregunta por la función sociocultural de la Filosofía en América Latina en la ponencia que presentara en el Primer Coloquio Nacional de Filosofía realizado en México en el año 1975. 

Haremos un recorrido deliberado del contenido de dicha ponencia gracias al cual obtendremos mayores luces sobre la función sociocultural que nosotros consideramos que debe tener la filosofía en la sociedades latinoamericanas actuales con el fin de enriquecer nuestra propuesta, a saber, construir un pensamiento crítico para América Latina que promueva la mirada solícita del otro en lo social.
Recordamos que cada entrega se nutre y supone la anterior.

“Un filosofar verdadero se origina en relación con una situación problemática, cuando de ésta surge una forma de preguntar cuya respuesta ha de tener carácter fundacional”. (SAMBARINO, 1975: 25)
Precisa Sambarino que si bien del filosofar obtenemos pautas de acción la filosofía no se subordina a éstas porque su carácter fundacional consiste precisamente en tomar distancia de las situaciones inmediatas para ver, juzgar y, añadimos nosotros, proponer respuestas a las situaciones problemáticas que la han originado.

Así, para el autor uruguayo, un filosofar efectivo es aquél que toma formas posibles de acción sin reducirse a las mismas: he allí su radicalidad. Y, a su vez, si bien las respuestas para la acción son provisorias, éstas al ser filosóficas han de tener carácter fundacional, es decir, ser el producto de un pensar crítico que se ha volcado sobre sí mismo tratando de poner en relieve los fundamentos que sostienen a determinadas situaciones que se han vuelto disfuncionales a nivel social. Lo anterior con la pretensión de que dicha comprensión oriente la discusión sobre los problemas que aquejan la praxis o por lo menos ilumine a los diversos actores sociales con la misma intención.


“Por esa misma radicalidad la filosofía, si bien sumida en el movimiento histórico, debe alejarse de lo inmediato, aunque sea para volver con más fuerza y razones para actuar en él”. (SAMBARINO, 1975: 26). 

Así, alejarse o tomar distancia de lo inmediato no significa negarlo, más bien, en el proceso de ir y venir de la inmediatez la filosofía construye la posibilidad de re-crear lo social en tanto que el filósofo es capaz de hacerse preguntas que de haber estado supeditado a la inmediatez no se formularía y, de igual manera, es capaz, gracias a esta distancia metodológica, de imaginar escenarios posibles como respuestas a los problemas inmediatos. 

De forma tal que el pensamiento filosófico va con mayor fuerza y capacidad de acción a la situación problemática porque se ha abstraído de la misma sin que ésta dejase de ser su norte y sin que esto suponga dar soluciones abstractas o carentes de asidero en la realidad.

Evitar La Discriminación


La discriminación se produce cuando juzgamos a una persona, es decir, discriminar es emitir un juicio u opinión negativa respecto a otra persona.

Quiero contarte que en realidad no venimos a este mundo a juzgar sino a amar, ese es nuestro diseño original.

Así como amar es una decisión, juzgar también lo es. Está en nosotros decidir si juzgaremos a alguien por como luce, por sus capacidades o discapacidades, por sus habilidades, su status económico, etc.

Con esto no te quiero decir que todas las personas que te rodean deben caerte extremadamente bien y que todos tienen que ser tus súper amigos, lo que quiero decirte es que debemos respetar la personalidad, las opiniones, los gustos y los intereses de otros.

Tal vez suene complicado para ti poder llevar a cabo esto, pero pensando en ayudarte traigo para ti 5 consejos que te podrán ayudar a no juzgar ni discriminar a otros:

Recuerda que todos somos humanos y que estamos propensos a tomar decisiones incorrectas.
2. Trata de entender que la otra persona tiene sentimientos y que nosotros con nuestras acciones/actitudes podemos dañarlos.

3. Tomarte un momento antes de expresar una opinión negativa acerca de alguien.
4. Si tu comentario no es positivo, mejor reservarlo.

5. Aplica la regla de oro “trata a otros como quisieras que te trataran a ti.”

Discernimiento

El discernimiento es el juicio por cuyo medio percibimos y declaramos la diferencia que existe entre varias cosas.

El término discernimiento se forma a través del sufijo en latín mentum que significa medio o instrumento” y discernir que también proviene del latín discernere y expresa “distinguir o separar”.

El acto de discernir es una virtud ligada a un juicio moral que permite al individuo valorizar si una acción es buena o mala.

El discernimiento como juicio moral es la habilidad o capacidad que posee una persona para certificar o negar el valor moral de una determinada situación.

La palabra discernir es sinónimo de juicio, perspicaz, distinguir, comprender, es decir, cuando una persona discierna algo debe de comprender, distinguir lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto y ser prudente en su manera de actuar.

Por ejemplo, cuando a una persona le proponen un trabajo debe de discernir, es decir, debe de analizar lo bueno y lo malo de esa propuesta de trabajo para poder tomar una correcta decisión.

Otro ejemplo puede ser cuando un individuo se desenvuelve en un grupo de personas, debe observar su entorno para determinar lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto de sus acciones con el fin de llevar una convivencia saludable.

Por otro lado, lo contrario de discernir es imprudencia, inocencia, insensatez, irreflexión, entre otros. Se refiere a la persona que no es capaz de hacer un juicio cabal sobre la situación y sin apreciar las consecuencias de sus actos.

Asimismo, en el ámbito jurídico se refiere a la acción que toma un juez al asignar a un sujeto un curador o tutor, a causa de su falta de discernimiento, con el fin de representarlo en ciertos actos de la vida civil.


En estos casos el tutor debe de tomar decisiones personales en nombre del pupilo y, a su vez, un curador toma las decisiones que afectan el patrimonio del sujeto bajo su responsabilidad.

La Ignorancia De Sentirse Superior

La relación entre estupidez y vanidad se ha descrito como el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son. El fenómeno fue rigurosamente estudiado por Justin Krugger y David Dunning, psicólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, y publicado en 1999 en “The Journal of Personality and Social Psychology”.

Se basa en los siguientes principios:
1º. Los individuos incompetentes tienden a sobreestimar sus propias habilidades.
2º. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades en los demás.

Antes de que estos estudiosos lo evidenciasen científicamente, Charles Darwin ya había sentenciado que “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”,  y los que tenemos la manía de reflexionar, que es lo mismo que mirarse al espejo, ya sospechábamos que la mayoría tendemos a valorarnos a nosotros mismos por encima de la media, cosa que, lógicamente, es estadísticamente imposible.

El avance de Krugger y Dunning fue simplemente demostrarlo en un experimento consistente en medir las habilidades intelectuales y sociales de una serie de estudiantes y pedirles una auto-evaluación posterior. Los resultados fueron sorprendentes y reveladores: Los más brillantes estimaban que estaban por debajo de la media; los mediocres se consideraban por encima de la media, y los menos dotados y más inútiles estaban convencidos de estar entre los mejores. 

Estas observaciones, además de curiosas me parecen preocupantes, pues según ellas los más incompetentes no sólo tienden a llegar a conclusiones erróneas y tomar decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello.


Pues bien, en la actualidad estos parámetros vienen al pelo para catalogar e interpretar muchas de las decisiones y desaciertos de tantos pretendidos “expertos” en economía y política, que nos han llevado a donde estamos. No estoy aludiendo a ningún personaje concreto, ni a ninguna opción política, sino simplemente me atrevo a proponer el modelo para diagnosticar a tantos líderes, peritos, charlatanes, 
sacamantecas y desatinados que pululan por doquier y padecen este “Síndrome de Dunning-Kruger”, 
y de paso recomendarles que, como diría un catalán, se lo hagan mirar ya que ellos solos, por si mismos, son incapaces de reconocer que lo padecen. 

Y el resto mejor no dárnoslas de sabios en nada, no sea que también estemos afectados.

La Pobreza En Niños

Actualmente muere un niño cada 3 segundos a causa de la pobreza, lo que significa que mueren unos 30.000 niños diariamente. Los niños son las primeras víctimas de la pobreza, siendo ésta la principal causa de la violación de sus derechos.

En general, la pobreza se define como “un estado de existencia en el cual una persona no tiene cubiertas las necesidades básicas para vivir”. Una persona pobre “carece de lo que necesita”, y un menor pobre es “un niño o niña a quien le falta lo necesario para sobrevivir”.

Desde una perspectiva económica, se puede definir la pobreza de dos maneras:
 Pobreza absoluta: Los ingresos son insuficientes para mantener las necesidades físicas de un individuo.
Pobreza relativa: Los ingresos de un individuo son inferiores a los de otros miembros de la comunidad.

Es importante resaltar que la definición económica de pobreza está invariablemente ligada a la riqueza monetaria.

Sin embargo, no se le puede definir simplemente en términos materiales, también se debe tomar en cuenta la “habilidad de una persona para utilizar los recursos que tiene.

Más allá de la dimensión económica, la pobreza afecta a otros derechos fundamentales. La dignidad y la autoestima de una persona también se ven afectadas y la pobreza impide el ejercicio de las libertades individuales; es una amenaza para la seguridad de la propia existencia (ausencia de ingresos y de acceso a una vivienda, a la atención sanitaria y a la justicia) y socava el desarrollo personal general (intelectual, cultural, familiar y social)

En cuanto a la niñez, la definición de pobreza no debe limitarse a una consideración de recursos financieros insuficientes. De hecho, los niños que sufren la pobreza también se ven privados de sus derechos fundamentales y de sus perspectivas de futuro.

La pobreza le impide a un niño sobrevivir y le dificulta todos los aspectos de su desarrollo, ya sea físico, mental, emocional, cultural, social, familiar o espiritual.

El impacto de la pobreza es tan grande que se podría considerar, sin duda alguna, como la principal causa de la violación de los derechos infantiles.

Los niños pobres suelen haber nacido ya en un entorno de pobreza. “La pobreza engendra pobreza y crea un círculo vicioso”. Un niño vive en la pobreza porque su familia y/o su país la sufren.


Históricamente, todas las naciones han tenido que hacerle frente en algún momento al problema de la miseria y la pobreza. Hoy en día, la pobreza extrema afecta a más de mil millones de seres humanos alrededor del mundo.

Medios De Comunicación

La función más obvia de los medios de comunicación es comunicar o informar, sin embargo existen muchas otras que no solemos tener en cuenta:

Entretener: proporcionar un espacio de diversión.
Enseñar: así la población conoce mejor la realidad y aprende.
Formar opinión o influir en ella: concienciar, manipular, sensibilizar o movilizar.
Socializar: formar consenso, que la población esté de acuerdo en diversos aspectos y compartir información común que integre y nos una.
Márqueting: la publicidad o la misma información publicada predisponen a la población a la demanda (o no) de un producto o un servicio.

Habitualmente se critica que la mayoría de los medios de comunicación han priorizado las funciones de entretenimiento, opinión y márqueting porque consideran que reportan más beneficios económicos. Mientras, las funciones de información o la de enseñar son las menos cuidadas.


Tenemos que recordar que la información y la comunicación son un derecho humano reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, lo que implica el derecho a no ser molestado por sus opiniones y por buscar, recibir y propagar, sin consideración de fronteras, informaciones y opiniones por cualquier medio de expresión”.