martes, 4 de febrero de 2020

Ilusiones


Este afecto tiene dos acepciones muy distintas:

• Sentimiento de alegría y satisfacción que produce la realización o la esperanza de conseguir algo que se desea intensamente.

• Esperanza, con o sin fundamento real, de lograr o de que suceda algo que se anhela o se persigue y cuya consecución parece especialmente atractiva

En el primer caso se trata de un Afecto-Energía que nos lleva a la Automotivación. La ilusión como fuente de energía emocional renovable, sostenible y ecológica. Hablamos de la ilusión que nos ilumina, que nos conecta con la esperanza, que nos mueve a la acción creadora. La ilusión de que algo puede llegar a ser nos mueve a hacer planes para lograr nuestros objetivos. Nos abre a lo que nos rodea y pone a nuestros sentidos atentos y en alerta para detectar todo aquello que puede transportarnos a lo que deseamos, esperamos, queremos. Cuando nos ilusionamos nos salen chispitas de los ojos y nuestro cuerpo no puede estarse quieto. Nuestros maestros en la ilusión son nuestros niños. Ellos mantienen su llama y son capaces de contagiarnos una ilusión cargada de alegría.

En el segundo caso – sobre todo si no se basa en un fundamento real — nos encontraríamos con una ilusión como engaño de la mente, que supone esperar algo sin hacer nada para ocurra. Autoengaño. 

Consensuar el significado sobre de qué hablamos cuando decimos “ilusión” es clave.

Y cómo soportaría yo ser un hombre si el hombre no fuese también poeta y adivinador de enigmas y redentor del azar? – planteaba Nietzsche.

Lo que nos asombra nos llena de ilusión.

Es importante cuidar nuestras ilusiones porque si desaparecen, aunque sigamos existiendo, habremos dejado de vivir.

Mercè Conangla y Jaume Soler

Cada Minuto Cuenta

Mi vida dista mucho de ser perfecta, y sé muy bien que jamás lo será, pero he aprendido a disfrutar las pequeñas cosas….desde un vaso de agua fría cuando más lo deseo, hasta una puesta de sol que tenga el honor de observar.


En este momento de mi vida emociono con detalles que a otras personas les parecería insignificantes, y celebro cada minuto de mi existencia, agradecida de vivir, porque como siempre digo, hay muchos que no tienen ese privilegio, no solamente a los que parten de este mundo, sino a los que aún están aquí, pero no se dan cuenta.

Y es que cada minuto cuenta, y el tiempo no regresa.  Y muchos aún no entendemos para qué estamos acá.  La vida no es fácil, hay problemas, pesares, dificultades, presiones, pero está en nosotros reconocer que nada de lo anterior es perenne y que todo tiene una caducidad.  Entonces, de qué sirve lamentarse, llorar, culpar?  De nada, la vida continúa pasando y vamos perdiendo ese tiempo precioso que no regresa.

Los tiempos malos llegan solos, y cuando llegan parece como si se detuviera el tiempo y se convierten en una eternidad.  Pero eso también pasa.

Simplemente vive.  Levántate cada día con la mejor actitud, da gracias a Dios por la oportunidad de abrir los ojos, por todo lo que te ha dado y te dará, presenta tu día a Él y entrégale todo lo que has de emprender. Luego salta de la cama con tu mejor sonrisa y decide amar a todos, especialmente a aquellos que menos lo merecen.

Siempre digo que es nuestra decisión ser feliz, y no porque lo leí por ahí, sino porque lo vivo cada día.  Abro mi corazón a Dios y le invito a quedarse en él, y con El, llega la paz, la templanza, la paciencia y  la tolerancia hacia los demás.  

También llega el agradecimiento por todo lo que me llega, por lo bueno, por lo malo y por lo espectacular.

Seamos agradecidos, cada momento cuenta!


Insistir Con La Lectura

¿Qué significa hoy leer? ¿Cómo son hoy los aprendizajes? Los nuevos soportes y dispositivos lectores hacen necesaria la redefinición de ambos términos, y una de las funciones más importantes de la lectura sigue siendo su condición de herramienta esencial para el aprendizaje.

Con este punto de partida la ILE (Institución Libre de Enseñanza) ha organizado tres jornadas durante el mes de diciembre en Madrid, Logroño y León para las que se ha pedido la participación de nuestro programa LEERES del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Todas tienen una estructura similar, a pesar de ciertas variaciones: combinan talleres a puerta cerrada para profesores y asesores de formación con una mesa redonda, abierta al público, que los responsables de los talleres comparten con otros expertos.

¿Qué hacer desde las instituciones? Merece la pena repasar documentos como el Marco teórico de la lectura de PISA 2009, el informe de un grupo de expertos por encargo de la UE, o las Conclusiones del Consejo sobre alfabetizaciones múltiples de diciembre de 2012.

Desgraciadamente los factores socioeconómicos de la familia, la formación de las madres o el número de libros en casa son aún decisivos para los resultados de PISA en España pero estas circunstancias –cuando son adversas- consiguen minimizarse si desde la escuela se trabaja para hacer lectores “comprometidos” con la lectura, que hagan suyo el texto. 

Como ocurre con la formación de las rocas, uno puede llegar a ser buen lector por sedimentación o por implosión. Para acelerar el proceso hay que explorar dos vías muy distintas pero complementarias: si se interviene utilizando estrategias lectoras de orden metacognitivo que ayuden a aprehender el texto o si este se relaciona con la oralidad, con las emociones con lo performativo (lectura en voz alta, social, entre iguales, dramatizaciones, etc.) Podemos preparar al alumnado insistiendo en el valor propedéutico o terapéutico de la lectura. En ambos casos les ayudaremos a hacerse con el texto, a avanzar como lectores.

Todas estas posibilidades  han estado presentes en  las distintas intervenciones de Madrid y Logroño:
Rachel Whitaker, de la UAM, mostró un Plan de Formación del Profesorado Reading to Learn que ha sido objeto de un reciente Proyecto Comenius de cooperación entre distintos países europeos y que intenta, precisamente, acelerar el progreso lector en entornos poco favorecidos o con dificultades lingüísticas.

José Antonio Millán demostró que la lectura es hoy día un fenómeno multimodal y que la búsqueda y selección de información es parte fundamental del aprendizaje. En la Residencia de Estudiantes impartió dos talleres, el primero sobre cómo aprovechar las herramientas, cada vez más sofisticadas, que permiten buscar dentro de los textos, utilizando para ello la aplicación Web Revistas de la Edad de Plata y el segundo sobre cómo leer el lenguaje icónico, la señalética.

En Madrid Ana Gurruchaga, que fue directora del colegio ESTUDIO, tan vinculado al proyecto de Giner de los Ríos, nos habló de la importancia de la lectura en su centro, hasta el punto de que la vida escolar gira en torno a las cuatro bibliotecas que acompañan cada una de las etapas.

En Logroño, en el CEIP Cervantes de Fuenmayor (Rioja), también han hecho de la lectura el eje de las actividades del centro. Carmen del Poyo, su directora, contó cómo la incorporación de las familias como agentes dinamizadores de las actividades lectoras en infantil y primaria ha cambiado la vida de su centro.

Poco a poco o a grandes bocados, educar es ayudar a crear lectores. No hay más.

Grandeza De La Humildad

La humildad es una virtud que hoy está mal entendida y subvalorada. Inclusive, lo más común es que se confunda con “humillación”. Sin embargo, la humildad es la virtud por la cual una persona sabe cuál es el lugar que le corresponde, reconociendo sus cualidades, capacidades y, por supuesto, identificando sus propias limitaciones. Es ser realista y además, así uno sea el mejor del mundo en algo, ser humilde implica mantener en el ámbito de lo razonable las ansias de reconocimiento, adulación, honor y fama. Bajo ninguna circunstancia implica sentirse menos o dejar que lo pisen. Es saberse digno de ser valorado como ser humano y además, saber valorar al resto por esa misma dignidad.

Hoy la humildad no es fácil de cultivar, sobre todo en los ámbitos empresariales y en una sociedad en la que los más jóvenes han sido educados con mayores oportunidades de aprendizaje, sostenidos por una cultura de falsa excelencia donde el valor de una persona está puesto muchas veces ahí donde llegan sus éxitos profesionales. ¿Cómo no sentir el ego inflado cuando se escala en la pirámide jerárquica de una compañía cuando eso es para muchos la unidad de medida del triunfo?

Sin embargo, sin menospreciar el éxito profesional —que es muy bueno obtenerlo y seguramente se ha logrado con mucho esfuerzo— lo que hace la humildad es ayudarnos a mantener dichas conquistas en el lugar que les corresponde, siendo conscientes, además, de que eso no nos hace más que otros compañeros de trabajo y mucho más importante, no nos haría menos el no haberlos obtenido o perderlos.

¿Cómo trabajar la humildad?

Es una virtud que debe cultivarse continuamente y más aún cuando uno va creciendo materialmente en la vida. Algunas pautas que ayudan a no perder de vista lo realmente esencial y valioso son:
Reconocer las limitaciones propias con el fin no de tirarse al abandono si no de luchar por superarlas.
No compararse con otras personas ya que todos somos distintos. Cuando uno se compara siempre cabe la posibilidad de salir perdiendo.

Aprender a respetar la autoridad, ya sea natural o impuesta por una jerarquía empresarial. Muchas veces pensamos que sabemos más que nuestro propio jefe. Y puede que sea así, pero la humildad está en saber que precisamente es nuestro jefe. Del mismo modo, debemos reconocer que hay personas que saben más que nosotros y podemos aprender de ellos, así nosotros seamos sus jefes. La autosuficiencia nos hace menospreciar a los demás y nos convierte en soberbios.
 
En caso tengamos personas a nuestro cargo, ser humilde es no imponerse sobre ellos, sino más bien ayudarles a desarrollar sus talentos para bien suyo y de la empresa. También debemos buscar que esas personas tengan éxitos reconocidos. No hay mejor jefe que aquel que sabe identificar en su equipo el trabajo bien hecho y que ha contribuido a que uno mismo logre los objetivos. Ser humilde es tener la certeza de que uno solo no es quien logra las cosas.
 
Cuidarnos del perfeccionismo. Es un enemigo acérrimo de la humildad que más tiene que ver con el deseo inmaduro de colmar expectativas que con el trabajo bien hecho.
Evitar tirar en la cara del resto nuestros éxitos. No hay nada más detestable que un fanfarrón.
Finalmente, la mejor manera de trabajar en ser cada vez más humildes es saber identificar esos ámbitos en los que somos más débiles y podemos caer. Por ejemplo el querer tener cosas mejores que las de los demás, querer ser siempre el primero en todo, entre otros.

Por la humildad, el hombre reconoce y acepta con sencillez quién es realmente pero sin dejar de lado su grandeza y dignidad, lo que lo aleja de la humillación. Ser humilde es una virtud de los grandes. Por eso es tan difícil hacerse de ella.

Cuando Sobreviene El Espiral


El espiral tiene la capacidad de transportarnos tanto de subida como de bajada y no tiene restricciones en cuanto a las veces o la velocidad en que hagamos el recorrido.

Para aquellos que hemos tenido depresiones o lo que yo llamo “DOWNS” sabemos que todo comienza con un pensamiento de la mano de una emoción. Estos pensamientos son como los pancitos que dejaba Hansel durante el camino en el bosque. Con cada pancito un pensamiento, una emoción y un paso adelante en el espiral.

Cuando esos pensamientos son negativos, cargados de lo que se denomina en Terapia de Respuesta Espiritual (TRE) Emociones Discordantes, la dirección en la que vamos avanzando en el espiral será de bajada. A medida que seguimos profundizando o enlazando un pensamiento con otro, iremos más y más abajo y Hansel y Gretel se irán adentrando en el bosque oscuro, acercándose a la Casita de Caramelos. Estas emociones discordantes bajan nuestro nivel vibracional, bloquean nuestra energía creadora y la expresión de salud perfecta.

En su mayoría estos viajes espiral abajo son guiados por pensamientos sobre el pasado en los que tratamos de cambiar un suceso que ya ocurrió y que nos cuesta aceptar. O revivimos un acontecimiento doloroso queriendo repararlo de alguna forma en nuestra mente. Muchas veces estos pensamientos se vuelven diálogos interminables como mencioné en el artículo anterior. También están los pensamientos sobre el futuro, llenos de inquietudes y más que todo, de expectativas y mucha ansiedad por lo que pasará. Por supuesto, no sabemos lo que va a ocurrir en el futuro con certeza pero lo que sí sabemos es que en la medida en que sigamos en este viaje nos estaremos alejando del presente y por ende, estamos dejando de crear esa realidad que queremos en el futuro.



Saber Delimitar

¿Cuántas veces has llegado a la conclusión de que tienes que poner límites en alguna relación pero no sabes cómo hacerlo?

¿Recuerdas la de veces que has ido con la convicción de establecer tus límites pero en el último momento te has echado atrás?
¿Y aquellas ocasiones en las que has marcado bien los límites pero luego te has quedado con un sentimiento de culpabilidad?
Muchas, ¿verdad?
Y es que nadie nos enseñó cuál es equilibrio perfecto para relacionarnos, sin invadirnos los unos a los otros, manteniendo en todo momento el respeto mientras ganamos en confianza y cercanía.

Lo Que Se Dice

Más allá de “dimes y diretes” en los que nos encontramos estos días, lo que hay que exigir a quienes tienen que gestionar la “cosa pública”, es que den respuesta a los desarrollos sociodemográficos, al cambio climático, a la revolución digital, a los cambio tecnológicos y a la globalización de los mercados, que está llevando seguramente al paso de la Edad Contemporánea a otra Era que los historiadores dentro de unas décadas la llamarán como quieran, posiblemente la Edad de la robótica o de la tecnología, pero no podemos permitir que el análisis que realicen de esta transición, concluya con que esta generación no estuvo a la altura de las circunstancias, porque se nos había olvidado el factor humano.

Y es que en estos últimos 10 años no se han resuelto bien los problemas que la crisis económica y social ha creado a una gran parte de la población. Ahí también tenemos que buscar la causa de algunas reacciones de desconfianza en las instituciones que existen en muchos segmentos de la sociedad, o ¿qué creemos que hay en fenómenos como el BREXIT o en el ascenso de opciones políticas antisistema?

¡Claro! Es que tenemos que dar respuesta a un mundo laboral cada día más complejo, en el que 9 millones de personas se van a jubilar en este país en los próximos 10 años, a los que habrá que sustituir por nuevos trabajadores con competencias profesionales y personales distintas y dentro de este mismo reto demográfico, también hay que dar respuesta a la realidad de que el 87% de la población en este país reside en entornos urbanos, con el consiguiente despoblamiento del mundo rural.

Un complejo mundo laboral en el que en términos de igualdad plena, deben estar las mujeres y los inmigrantes, por razones fundamentalmente de dignidad, pero también por eficiencia económica.

El Altruismo


Altruista es un adjetivo que define a una persona que practica el altruismo, es decir, que es dedicada a los demás. El altruismo también se ve como sinónimo de filantropía y solidaridad. El término altruista proviene del francés antiguo altrui, que significa de los otros.

El término altruismo fue creado por el filósofo francés Auguste Comte en 1851 para designar una actitud solidaria opuesta al egoísmo. Es como el amor al prójimo abordado por el cristianismo, aunque no se basa en lo sobrenatural. El filósofo alemán Ludwig Feuerbach también defendió este concepto, a pesar de no utilizar la palabra altruismo literalmente.

Una persona altruista tiene una actitud altruista, o sea, tiene un comportamiento que aumenta las probabilidades de supervivencia de otros a costa de una reducción de las propias, un comportamiento de ayuda a los compañeros que están en peligro, un sacrificio personal por el beneficio de otros, es la preocupación o atención desinteresada por el otro o los otros.

Es por lo anterior que se usa el amor altruista que, a pesar de ser una redundancia porque el altruismo es necesariamente amor y el amor es necesariamente altruista, refuerza ambos términos porque a pesar de estar interligados son conceptos diferentes. El altruismo también se define como una acción que usa la cabeza y el corazón.

El altruismo no es una característica única del ser humano, también se puede encontrar en los animales, especialmente en los más evolucionados. El altruismo, en etología y en biología evolutiva, se ha observado en las aves (cuervos, por ejemplo) y en los mamíferos.

Un ejemplo de un animal altruista es el delfín, que ayuda a un compañero herido para mantenerse a flote, y lo alimenta y lo proteger de los ataques de los depredadores (como los tiburones).

El antónimo de altruista es egoísta, es una persona que no es altruista, es egocéntrica, es decir, siempre piensa en primer lugar en sus propios intereses y nunca en los de los otros.

Algunas investigaciones muestran que el altruismo aparece en el ser humano al cumplir los 18 meses, al igual que en el chimpancé; lo que sugiere que los seres humanos tienen una tendencia natural a ayudar a los demás.

Pese a esto, cabe destacar que algunos filósofos como John Stuart Mill defendían que el ser humano no es naturalmente altruista, sino que necesita ser educado para llegar a serlo.



El Aquí Y El Ahora


Seguro que has oído hablar de la conciencia o de los estados de conciencia: son conceptos misteriosos y complicados para las personas ajenas a las ciencias cognitivas. En este artículo te resumimos las ideas más importantes: cómo se miden los estados de conciencia, niveles, contenidos, estados alterados de conciencia, etc… de forma sencilla. 

Vivir aquí y ahora. Estar presente parece obvio, y aunque debería serlo, en realidad es la excepción. ¿Por qué? Porque la verdadera presencia es más que estar físicamente en un lugar: es estar conectados con nuestra esencia, que es hermosa e imperturbable.

Lamentablemente, esa paz interior se ve perturbada, a veces violentamente, por nuestros pensamientos y emociones, que nos alejan del momento presente, del aquí y ahora.

“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente.”
-Gustave Flauvert-

Descartes el famoso filósofo francés del siglo XVII dijo: “Pienso, luego existo”. Esta frase define la forma como el ser humano moderno se identifica a sí mismo: a través de sus ideas y pensamientos. Sin embargo, en la actualidad existen otras visiones que se permiten disentir de tan respetable y erudito pensador.

Y es que, aunque los pensamientos e ideas son poderosos e importantes, no dejan de ser relativos y pasajeros. Es decir, si nos definiéramos a nosotros mismos por lo que pensamos, estaríamos asentando nuestra identidad sobre arenas movedizas.

Así, lo que los demás o incluso nosotros pensamos de nosotros mismos, no nos define, sino que son solo conceptos que no logran abarcar nuestra verdadera esencia. Además, la perorata interminable de pensamientos que constituye nuestro diálogo interno produce un ruido que nos impide escuchar la hermosa melodía que proviene de nuestra presencia y nos mantiene desconectados del momento actual.

Desde que Freud destapó la olla del inconsciente y comenzó a interpretarlo, la psicología comenzó a moldear la forma como percibimos nuestra vida mental y emocional. Como ciencia al fin, está basada en un modelo mecanicista y racional, con énfasis en la patología o enfermedad.

Por lo tanto, si tenemos ciertos síntomas y conductas que se ajustan a ciertos patrones, somos etiquetados, medicados y hasta condenados a “cargar” con una “enfermedad mental” de por vida.
Aunque es innegable que las emociones son parte de nuestra humanidad, estas son igualmente pasajeras y no constituyen la parte más profunda ni real de nuestro ser.

“Las emociones son fenómenos temporales como lo son las tormentas. Siempre pasan, y el imperturbable firmamento reaparece porque en realidad siempre estuvo allí, a pesar de lo escandaloso que haya podido haber sido el fenómeno meteorológico (o psicológico).

Por lo tanto, como diría Eckhart Tolle, autor de El poder del ahora, “no te tomes tus emociones demasiado en serio”. Estas solo se instalan si nos identificamos con ellas y dejamos que se posesionen de nosotros.

No te engañes, tu presencia está por encima de las emociones y es imperturbable. Desde las alturas de la presencia puedes observar la tormenta de tus emociones pasar; acéptalas, siéntelas, pero sin sufrimiento innecesario. Ten la certeza de que la presencia que eres tú es fuente inagotable y permanente de paz y felicidad.

La lista de lo que no eres y te impide el vivir aquí y ahora no se agota con los pensamientos y las emociones. Hay muchas otras cosas que nos desconectan de la presencia, como identificarnos con nuestras habilidades (soy inteligente, o soy tonto), posesiones (soy rico o pobre), logros o títulos (soy ejecutivo, doctor, o delincuente).

Todas estas condiciones van y vienen, y son relativas, pues no son más que conceptos y etiquetas que no son la presencia, que hoy las tenemos y mañana quién sabe.

Sin embargo, nos atormentan, porque nos mantienen alejados del momento presente, que es lo que nos permite conectarnos con nosotros mismos. Así, nos angustiamos por lo que hicimos o dejamos de hacer en el pasado, o nos preocupamos por lo que puede llegar a ocurrir en el futuro.


Entonces, solo es necesario que en este momento abras el presente que tienes en tus manos. Allí encontrarás la presencia, el mejor regalo que puedes darte a ti mismo y a los demás.

El Lobo Nos Enseña


Los lobos son animales extraordinarios, que desde siempre han despertado la curiosidad y la admiración de los humanos. 

Hay muchos mitos y leyendas de diferentes pueblos que aluden a ellos. De hecho, en algunas culturas indígenas norteamericanas en el comienzo fue el lobo. Su mito de la creación dice que los seres humanos vivían bajo la tierra y fueron los lobos los que lo sacaron de ahí. Después los hombres los expulsaron.

Pocos animales tienen un comportamiento tan interesante como el de los lobos. Aúllan bajo la luna, aparentemente sin explicación, y son capaces de transitar enormes extensiones de tierra completamente solos. Pero siempre vuelven a su manada. Son solidarios y fieros a la vez. Son cautos y audaces. Tienen costumbres muy arraigadas y de todas ellas emana un aura de dignidad.

“El lobo es nuestro poder y nuestra fuerza, muchacho. La licantropía no es una maldición, sino un don”.
-Laura Gallego García-

Los seres humanos tenemos una gran afinidad con esta especie. De hecho, puede decirse que los perros son lobos que han permitido que los domestiquen. Su lealtad, su alegría y su capacidad de dar amor son algo que nos conmueve. También esto lo han heredado de los lobos llamados “salvajes”, que, sin embargo, son muy evolucionados.

Al frente de la manada siempre van unos cuantos lobos. A diferencia de los humanos, quienes los guían a todos son los más ancianos y los enfermos. ¿Por qué hacen esto? Simplemente porque la manada valora los conocimientos y la experiencia que ellos tienen. Tenerlos al frente es una manera de cuidarlos, de protegerlos y de aprovechar su sabiduría.

Los demás lobos de la manada siguen a sus mayores y acatan todas sus indicaciones. Los ancianos y enfermos van adelante porque si fueran atrás, posiblemente se rezagarían y terminarían apartados de la manada. Todos caminan al ritmo de los que se mueven con mayor dificultad.

En la segunda línea van los lobos más fuertes. En el centro del grupo van los demás lobos. Al final, en solitario, va el Macho Alfa. Este controla el avance de la manada y decide la dirección desde allí. No va al frente, sino que es el último. 

Precisamente esa figura del Macho Alfa en los lobos es una de la cual muchos “machos” de nuestra cultura podrían aprender.

La Capacidad De Conocer



La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo.
Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.

Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia.
Sócrates (470 AC-399 AC) Filósofo griego.

Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas.
Albert Schweitzer (1875-1965) Filósofo, médico y escritor alemán.
El conocimiento nos hace responsables.

Ernesto 'Che' Guevara (1928-1967) Revolucionario argentino.

La soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos.
Sir Francis Bacon (1561-1626) Filósofo y estadista británico.

El conocimiento viene, la sabiduría se queda.
Alfred Tennyson (1809-1892) Poeta inglés.

Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita.
Karl Popper (1902-1994) Filósofo inglés.

El conocimiento si no se sabe aplicar es peor que la ignorancia.
Charles Bukowski (1920-1994) Escritor estadounidense.

La manzana no puede ser vuelta a poner de nuevo en el árbol del conocimiento; una vez que empezamos a ver, estamos condenados y enfrentados a buscar la fuerza para ver más, no menos.
Arthur Miller (1915-2005) Dramaturgo estadounidense.



lunes, 3 de febrero de 2020

Ser Tenaces

Alcanzar un sueño, lograr una meta o conseguir un propósito vital no siempre depende de la suerte. Los auténticos héroes tienen la maestría de la paciencia, el doctorado en la tenacidad y la virtud de la insistencia. Porque quien crea lo contrario se equivoca: hay que luchar por lo que se quiere y quien no lo haga no merece lo que desea.


En la actualidad, son muchos los sociólogos y filósofos que nos advierten de algo muy concreto: estamos inmersos en la cultura de la falta del esfuerzo, de la ausencia de tenacidad. Para justificarlo, argumentan que vivimos un presente regido por la gratificación inmediata, ahí donde las redes sociales o la sociedad del consumismo nos hacen creer que existe un camino fácil y rápido hacia el éxito.

“El 90% del éxito se basa simplemente en insistir”
-Woody Allen-

Si bien es cierto que en una determinada época de nuestra vida puede alimentar la creencia de que todos los sueños tienen atajos o caminos cortos, siempre llega un instante en que la realidad nos abre los ojos con un jarro de agua fría. Ese momento en nuestro ciclo vital es como una inflexión, un cruce de caminos decisivo y determinante.

La tenacidad psicológica, expresada en muchas ocasiones como resiliencia, es la mejor estrategia que podemos aplicar en estos casos. Estamos ante una herramienta de crecimiento personal donde confluyen múltiples procesos emocionales y cognitivos en los que invertir tiempo y esfuerzo. Lo que de ella podemos obtener, no tiene límites. Te proponemos profundizar en este tema tan útil como enriquecedor.

La adversidad y la tenacidad intelectual
Simon Sinek es un escritor, motivador británico y experto en liderazgo que expuso una serie de hechos en una entrevista sobre los Millenials (generación nacida a partir de 1984) que se convirtió, al poco, en viral. Según este autor, nuestros jóvenes son ese grupo poblacional brillantemente preparado a quienes se les prometió éxito y felicidad. Sin embargo, el actual mercado laboral dista mucho de poder dar respuesta a estas expectativas.

La insatisfacción y la falta de un proyecto vital determinan que los índices de depresión sean cada vez más elevados entre todos estos chicos con edades comprendidas entre los 20 y los 33 años. 

Por otro lado, y según el propio Simon Sinek, a ello se le suman otras dimensiones que intensifican aún más esta realidad social y psicológica: adicción a las redes sociales, la baja autoestima, la poca resistencia a la frustración y la falta de paciencia y tenacidad.

Ahora bien, queda claro que hay muchas diferencias personales entre nuestros jóvenes. Los hay perseverantes, exitosos, tenaces y también quienes se sumen en su universo de pasividad. 

Sin embargo, existe un dato que admite poca réplica: la sociedad actual exige ahora aptitudes distintas a las de hace solo unos años; unas aptitudes que todos -jóvenes y no tan jóvenes tenemos que tener desarrolladas en alguna medida si queremos ser competitivos.

El Bien De Todos

El bien común es un término que se refiere a todo aquello que puede dar beneficios a todas las personas, dentro de una comunidad todos sus integrantes pueden ser beneficiados por estos bienes los cuales pueden ser materiales o también pueden tratarse de cosas intangibles como la seguridad ciudadana o los centros de asistencia médica gratuitos, en este caso son los estados de los países quienes se dedican a promover este tipo de bienes buscando una mejor calidad de vida para todos sus miembros, incluso en el campo de la filosofía se considera el bien común aunque con una connotación más profunda como pueden ser los bienes de tipo simbólicos y abstractos.


Una característica del bien común es que no se puede determinar por el conjunto de bienes que cada persona puede aportar, es de un tipo más bien imperceptible a la vista y los demás sentidos y que puede lograrse mediante la aportación de los integrantes de una comunidad, en el campo de la política se puede definir el bien común como algo que es mucho más que el bien individual y de hecho el filósofo Platón fue quien le dio dicha definición mientras que Aristóteles por su lado le aportó un toque más moral y esto debido a que según él creía todas las personas tienen una tendencia natural hacia el bien aunque se vincula con el de otros miembros de la comunidad por lo que tiene una importante influencia en la política.

El bien común, se construye desde la imperfección, por la sencilla razón de que es construido por las personas, contando con ellas, responsabilizándonos unos de otros, unas de otras. Por eso, tampoco se puede admitir que todos estemos en el mismo saco: conozco y conocemos a mucha gente que, día sí y día también, se compromete al servicio de los demás, que es gente noble, comprometida que está en partidos políticos, en sindicatos, en el movimiento feminista, ecologista, vecinal; que pelea todos los días, que se lo cree y que lo hace como mejor sabe y puede, que se forma para hacerlo un poco mejor y que incluso se equivoca, pero que sabe rectificar y avanzar y ponerse de nuevo en camino. 

No todo puede ser desprestigiado de la forma que se está haciendo, hay que tener también sentido común para saber distinguir entre instituciones, ambientes o personas que “se sirven de”, a quienes construyen para el bien común. Creo en la madurez y en la responsabilidad de la gente, como creo que estamos llamados a seguir responsabilizándonos unos de otros para mejorar nuestra sociedad y eso pasa por la permanente conversión personal, esa que nos va transformando para crecer, junto al otro, en un buen lugar. 

Dependerá de hechos concretos el convertir el poder de la gente en mejoras del bien común.
El bien común es un término que se refiere a todo aquello que puede dar beneficios a todas las personas, dentro de una comunidad todos sus integrantes pueden ser beneficiados por estos bienes los cuales pueden ser materiales o también pueden tratarse de cosas intangibles como la seguridad ciudadana o los centros de asistencia médica gratuitos, en este caso son los estados de los países quienes se dedican a promover este tipo de bienes buscando una mejor calidad de vida para todos sus miembros, incluso en el campo de la filosofía se considera el bien común aunque con una connotación más profunda como pueden ser los bienes de tipo simbólicos y abstractos.

Una característica del bien común es que no se puede determinar por el conjunto de bienes que cada persona puede aportar, es de un tipo más bien imperceptible a la vista y los demás sentidos y que puede lograrse mediante la aportación de los integrantes de una comunidad, en el campo de la política se puede definir el bien común como algo que es mucho más que el bien individual y de hecho el filósofo Platón fue quien le dio dicha definición mientras que Aristóteles por su lado le aportó un toque más moral y esto debido a que según él creía todas las personas tienen una tendencia natural hacia el bien aunque se vincula con el de otros miembros de la comunidad por lo que tiene una importante influencia en la política.

El bien común, se construye desde la imperfección, por la sencilla razón de que es construido por las personas, contando con ellas, responsabilizándonos unos de otros, unas de otras. Por eso, tampoco se puede admitir que todos estemos en el mismo saco: conozco y conocemos a mucha gente que, día sí y día también, se compromete al servicio de los demás, que es gente noble, comprometida que está en partidos políticos, en sindicatos, en el movimiento feminista, ecologista, vecinal; que pelea todos los días, que se lo cree y que lo hace como mejor sabe y puede, que se forma para hacerlo un poco mejor y que incluso se equivoca, pero que sabe rectificar y avanzar y ponerse de nuevo en camino. 

No todo puede ser desprestigiado de la forma que se está haciendo, hay que tener también sentido común para saber distinguir entre instituciones, ambientes o personas que “se sirven de”, a quienes construyen para el bien común. Creo en la madurez y en la responsabilidad de la gente, como creo que estamos llamados a seguir responsabilizándonos unos de otros para mejorar nuestra sociedad y eso pasa por la permanente conversión personal, esa que nos va transformando para crecer, junto al otro, en un buen lugar. 

Dependerá de hechos concretos el convertir el poder de la gente en mejoras del bien común.



Normas De Convivencia


El respeto, el diálogo y la responsabilidad son solo algunos de los valores que los expertos recomiendan a los padres y educadores fomentar en los más pequeños. Estos son parte fundamental en la formación y representan las referencias vitales que conviene inculcar para que las personas crezcan de forma integral, convivan armónicamente con los demás y tengan una vida más feliz.

Igualmente, estos elementos significan los soportes que sostienen a la cultura e impulsan el desarrollo de los potenciales humanos, por lo que, si bien los colegios y universidades tienen parte de la responsabilidad, los padres y las familias también están en la obligación de compartir el compromiso de su enseñanza.

“Tener una buena formación en valores nos ayuda a desarrollar todas nuestras habilidades intelectuales y talentos, pero no se puede esperar que sean las instituciones las encargadas de que los estudiantes se desarrollen en esta materia, que debe ser una preocupación de toda la familia”, asegura Henry Condía, profesor de Ética de la Universidad del Rosario.

“La enseñanza de valores es fundamental para que las personas encuentren el sentido de su vida y, en el caso de los jóvenes, estos cumplen la misma función que una brújula, pues les muestran la ruta que deben tomar en su vida, ruta cuyo último objetivo es alcanzar la felicidad”, agrega Condía.

Por su parte, Francesc Torralba, director de la cátedra Ethos de Ética aplicada de la Universidad Ramón Llull de Barcelona (España), agrega que la importancia de los valores también está en que estos apuntan a la necesidad de prestarle atención a lo inmaterial en un mundo cada vez más volcado hacia el consumismo.

“El mejor legado que podemos dejar en herencia a nuestros hijos no son los bienes materiales, sino los intangibles, los cuales les trasmitimos informalmente a través de la vida cotidiana, del contacto diario con ellos, del ejemplo, y del testimonio que les comunicamos. Aquí se incluyen todos los valores y principios”, señala Torralba.

Para el académico, “los padres y educadores tienen que implicarse activamente en la apasionante y compleja tarea de ayudar a crecer a sus hijos y alumnos, y en la ardua y extraordinaria aventura de educarlos”.

Jesús Blanquet, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona y autor del libro Avanzar en valores, asegura que, aunque la misión de transmitir valores no es fácil, tampoco es imposible si se tienen ideas claras de lo que se pretende y “se actúa con sentido común, paciencia y afecto”.

Según este pedagogo, “la familia debe ser la primera escuela de valores, pues esta sigue siendo el espacio idóneo para que los hijos reciban los consejos y las orientaciones más importantes para la vida”.

En ese sentido, Condía recalca que los valores y principios son una fórmula efectiva para eliminar formas de violencia como el bullying o acoso escolar, que ponen en peligro la convivencia en los colegios y otros espacios vitales.

“La igualdad, la solidaridad, la libertad y el respeto son las mejores armas para que los niños entiendan que es posible compartir con los otros por más versátiles que sean nuestras posturas y opiniones”, finaliza el experto.

Cinco valores fundamentales y consejos para fomentarlos
Respeto
Respetar es manifestar consideración, atención, afecto y valoración hacia las personas con las que nos relacionamos. Esta acción tiene que ser compartida: todos debemos respetar y esperar lo mismo hacia nosotros. No importa quién dé el primer paso.
La clave: siempre demostrar respeto en las relaciones con las otras personas. Así, se logrará el aprecio de los demás y se evitarán posibles conflictos con los semejantes, lo cual facilita la convivencia.
Diálogo
Es la clave de la convivencia, que aunque es una necesidad humana, nunca es sencilla y debe construirse y reconstruirse cada día. Una buena capacidad de diálogo debe suponer saber escuchar más que saber hablar.
La clave: cuando hable con un amigo, hay que escucharlo atentamente y no interrumpirlo. De esta manera, se conseguirá entenderlo mejor y ponerse en su lugar, manteniendo un verdadero diálogo. La otra persona sabrá apreciarlo.
Responsabilidad
Es la capacidad que cada persona tiene para conocer y aceptar las consecuencias de sus palabras y actos; implica la capacidad de sentirse urgido a dar respuesta o a cumplir un deber sin recibir ninguna presión externa.
La clave: si hay un compromiso de ayudar a alguien y en el momento de hacerlo se duda entre cumplir la promesa o hacer otra cosa, dejando plantado al otro, se demostrará inmadurez; en cambio, si se cumple, seremos dignos de confianza.
Austeridad
La sociedad consumista no debe hacernos olvidar que cada persona debe adaptarse a sus posibilidades económicas. Tenemos que ser consumidores críticos, conscientes de la necesidad de inculcar el ahorro en nuestros hijos.
La clave: si ve algo en una tienda que quiere, pero no lo necesita y es un capricho pasajero, no se debe caer en la tentación de la compra compulsiva. Así se puede vencer el consumismo que agobia a la sociedad.

Actitud crítica
Adoptar una actitud crítica ante un hecho es analizar y valorar sus características y consecuencias en función de las circunstancias y del contexto en que este se ha producido, y de los propios valores.

La clave: si se oye, ve o lee una noticia u opinión, y no se asume su contenido porque entra en conflicto con la manera propia de ver las cosas, hay que aplicar el sentido crítico para no dejarnos manipular.