lunes, 6 de abril de 2020

Ética ;Lo Bueno Y Lo Malo

Resulta difícil escribir sobre ética y lo que es bueno o malo, no porque yo no tenga claro lo que debo o no debo hacer, pero creo que es un tema difícil de encarar porque todos tenemos nuestra propia opinión formada sobre lo bueno y lo malo y que, con certeza, su percepción difiere entre una y otra persona. Lo que algunos jamás se atreverían a hacer, otros lo hacen todos los días, pero lo esconden o maquillan para que no se sepa.


Evidentemente, hay cosas obvias en las que se diferencia lo bueno de lo malo fácilmente. Pero hay muchas situaciones en que esa diferencia depende del punto de vista de cada quien y de la situación particular del momento (el contexto), y ese punto de vista puede llevar a las personas a cometer actos que pueden ser ilegales o, en el mejor de los casos, poco éticos. 

Como ejemplo podemos citar el caso reciente de Volkswagen y quien hasta el viernes pasado fue su presidente (Martin Winterkorn), al que la fiscalía alemana está acusando de fraude. Supuestamente, de acuerdo a la información en los medios de comunicación, Volkswagen engañó a las autoridades de varios países y a sus clientes con respecto a las emisiones reales de algunos modelos de sus motores diesel. De ser cierto lo que se ha informado, Volkswagen usó un software que manipulaba la información de las emisiones de gases para hacer ver que sus motores cumplían con las leyes de regulación ambiental.

¿Qué hace que una persona se comporte de esta manera? ¿Cómo es posible que personas de tan alta posición en sus correspondientes organizaciones tengan comportamientos poco transparentes? En defensa de estas personas, dándoles el beneficio de la duda, se puede pensar que no fueron directamente ellos los que cometieron esos supuestos delitos pero entonces queda cuestionado inmediatamente su liderazgo, su influencia y su capacidad de dirección dentro de la organización, lo cual no es menos grave.

Las personas nos movemos por prioridades y por incentivos. Tratamos de lograr aquello que nos es prioritario, bien sea por una satisfacción personal, por una obligación contractual o moral, o porque nos sentimos responsables de las consecuencias de no lograr las metas prioritarias. Generalmente, ese logro viene asociado a algún incentivo monetario, a alguna satisfacción personal o a alguna obligación con la sociedad, con nosotros mismos, con nuestra comunidad, etc. (el incentivo de muchos voluntarios es simplemente la satisfacción de ayudar a los demás). Muchas veces, en mi opinión, se presentan conflictos entre lograr los objetivos prioritarios y la manera cómo lograrlos.

Muchos pueden pensar que se debe lograr esos objetivos a cualquier costo, particularmente cuando el incentivo es económico. Sin embargo, ese costo debe estar dentro de las leyes, los principios y valores tanto personales como de la empresa donde se trabaja y el compromiso por no hacer nada que cause daño a los demás. Las personas nos movemos por prioridades y por incentivos. Tratamos de lograr aquello que nos es prioritario, bien sea por una satisfacción personal, por una obligación contractual o moral, o porque nos sentimos responsables de las consecuencias de no lograr las metas prioritarias. 

Generalmente, ese logro viene asociado a algún incentivo monetario, a alguna satisfacción personal  o a alguna obligación con la sociedad, con nosotros mismos, con nuestra comunidad, etc. (el incentivo de muchos voluntarios es simplemente la satisfacción de ayudar a los demás). Muchas veces, en mi opinión, se presentan conflictos entre lograr los objetivos prioritarios y la manera cómo lograrlos. 

Muchos pueden pensar que se debe lograr esos objetivos a cualquier costo, particularmente cuando el incentivo es económico. Sin embargo, ese costo debe estar dentro de las leyes, los principios y valores tanto personales como de la empresa donde se trabaja y el compromiso por no hacer nada que cause daño a los demás.


domingo, 5 de abril de 2020

Frases para motivarse y luchar por nuestros sueños

Piénsalo, después motívate, inténtalo y lucha hasta conseguir lo posible e imposible en la vida.
Algún día diré "no fue fácil, pero lo logré".

Si lo puedes soñar, lo puedes hacer. Todo depende solo de ti.

La única persona que estará contigo toda la vida, eres tú. Así que ámate, considérate, cuídate y vive orgulloso de ti.

MANTÉN en tu vida gente que de verdad te quiera, te anime, te inspire, te motive, te haga mejorar, te haga feliz...

Si estás con personas que NO hacen nada de lo anterior: ¡Deja que se vayan!
La vida te va a poner piedras en tu camino. Depende de ti lo que haces con ellas, una pared o un puente.

No te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que verdaderamente te mereces.
Ningún soñador es demasiado pequeño, ni ningún sueño es demasiado grande.

Esta es tu VIDA, haz lo que te gusta y hazlo seguido...
l
A VIDA ES CORTA, vive tus sueños y comparte tu pasión.

Un día brillante depende más de TU ACTITUD, que del Sol.


Seguro Alguien Tiene Razón



Me ataca la inquietud: la sospecha de que siempre hay, en algún lado, alguien que entiende y que lo dice. Que alguien, en algún lugar, tiene razón.

Leo y lo releo y me ataca de nuevo esa inquietud: la sospecha de que siempre hay, en algún lado, alguien que entiende y que lo dice. Que alguien, en algún lugar, tiene razón.

Y la zozobra y la impotencia de no saber cómo distinguirlo de los millones de tonterías que escribimos los demás. 

Es horrible pensar que nadie entiende nada; mucho peor es saber que hay alguno que sí pero uno no es capaz de descubrirlo. Por suerte, me digo, si lo descubriera no podría estar seguro de que tiene razón hasta tanto después. 

Pero ése es otro asunto. Algún día vamos a discutir qué significa estar seguro. Algún día vamos a saber qué significa saber. Lo brutal es que hay alguien, en algún sitio, en algún texto, que ya lo sabe. 

Desalineados


Cuando somos sinceros, nos comunicamos con transparencia. No fingimos y llegamos al otro sin corazas. Esta sinceridad se fortalece cuando estamos alineados en pensamientos, palabras y acciones. En cambio, cuando nuestras palabras expresan un mensaje mientras nuestro cuerpo está transmitiendo otro, estamos desalineados. Esto indica que nuestro diálogo interior no es claro, ni fluido. Quizá ni siquiera nos planteamos esa conversación entre corazón y mente, entre intuición y lógica.

Decirse la verdad a uno mismo es difícil. Según Epicuro, los tres pilares de una buena vida son la cultura, la amistad y el diálogo basado en la palabra. Esta debe ser profunda y verdadera para que todo tenga sentido y contenido. La dificultad radica en la falta de diálogo sincero con uno mismo. Las causas que nos lo dificultan son varias:

"Hay voces internas que nos hablan: el miedo, el ego, la avaricia, los deseos, el pasado... ¿a qué decimos sí y a qué decimos no?"

- Nos parece complicado mirar hacia nuestro interior. No se nos ha educado en ello. La sociedad del consumo y del entretenimiento provoca estímulos que nos distraen, y nos olvidamos de nosotros mismos. Es lo que buscan muchas personas, mirar hacia fuera antes que ordenarse por dentro. 

Muchas caen en un consumismo fácil, que les arrastra además a una carga económica adicional.
"La mayor parte de las personas occidentales son más testigos que ciudadanos que participan y reaccionan", me dijo recientemente Federico Mayor Zaragoza. Si mantuviéramos un diálogo sincero con nosotros mismos, adoptaríamos posturas más radicales, más transformadoras de la realidad. Dejaríamos de ser espectadores para ser actores que inciden en el mundo y lo transforman. 

Para ello, Gandhi ya nos dijo que "debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo". El cambio empieza en cada uno de nosotros y se basa en ser sinceros con lo que queremos.

Hablarnos con honestidad
"El diálogo más difícil es el que debemos mantener con nosotros mismos" (Epicuro)
- Tememos ver nuestras sombras interiores, nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad. Huimos de ello viviendo hacia fuera. "No te entregues a tus miedos -dice el alquimista en la obra de Paulo Coelho-; si lo haces, no podrás hablar con tu corazón".

- Dedicamos poco tiempo a la reflexión y al auténtico diálogo. Tenemos conversaciones pendientes con nosotros mismos y con otras personas. Al irlas posponiendo, funcionamos más con el piloto automático, con patrones de comportamiento "habituales". Las conversaciones sinceras nos facilitan ver con claridad lo que tenemos que conservar, mejorar o modificar. Hagamos una lista de conversaciones pendientes y dediquemos un tiempo para tenerlas. Dejemos de posponer y abrámonos al diálogo.

- Nos preocupa excesivamente la opinión de los demás. Nos evaluamos basándonos en la visión que el otro tiene de nosotros. Pero seríamos más felices y tendríamos una mejor autoestima si nuestro sistema de autoevaluación se rigiera por nuestros valores, nuestra ética de la responsabilidad y nuestro diálogo interior. Sin embargo, desde jóvenes aprendimos a depender de la aprobación ajena. 

Cuando hacíamos algo correcto según su mirada, se nos consideraba buenos. Y confundimos esa mirada de aprobación con amor. Pero cuando hacíamos algo erróneo según su mirada, se nos etiquetaba de "malos" y se nos negaba esa ola de energía apreciativa. Así aprendimos desde la infancia a creer en "ser bueno" o "ser malo" y creció en nosotros el sentimiento de culpa, cuya esencia es el autorreproche moral. Aunque preferimos culparnos que cambiar un patrón. Ser sinceros con nosotros mismos es ir a la raíz de lo que debemos arreglar. La culpa nos avisa de ello. Si nos disponemos a verlo, a dialogar y a aclararlo, vamos bien encaminados.

Estamos constantemente conversando con nosotros mismos. Incluso cuando no somos conscientes de ello, nuestra mente está en una cháchara constante. Cuando los pensamientos que creamos son inconexos entre sí, las palabras provocan ruido mental, que supone una polución de pensamientos inútiles y sin sentido. En esos momentos es bueno pararse, respirar profundo, centrarse y conectar con lo que sentimos. Así recuperaremos la sinceridad de la palabra que surge del corazón.

Ser sinceros con nosotros mismos implica escucharnos. Hay muchas voces internas que nos hablan, como son la voz del miedo, del ego, de la avaricia y los deseos, del pasado, de la autoestima, de los valores, de nuestros anhelos más profundos, además de las voces de las personas que tienen relación con nosotros y que nos dan su opinión. Para tomar decisiones adecuadas es necesario tener un buen discernimiento. ¿A qué decimos sí y a qué decimos no? Necesitamos estar centrados. Eso se consigue meditando.

 También nos ayuda a decidir el tener claros nuestros objetivos. Así podremos evaluar cuáles de las oportunidades que se nos presentan nos acercan a lo esencial y cuáles nos alejan. Aunque en nuestra conciencia sabemos que a veces deberíamos decir "no", decimos "sí" por miedo a ofender, a parecer incapaces, por vergüenza, para evitar un enfrentamiento o incluso por culpabilidad de no estar ahí para alguien. Entonces es un "sí" con sumisión, en el que nos dejamos llevar por la inercia. Gandhi escribió: "Debemos negarnos a dejarnos llevar por la corriente. 

Un ser humano que se ahoga no puede salvar a otros".


La Mejor Disposición

De pronto, y sin que sepas muy bien cómo, el universo entero parece hilar sus dedos artesanos para traerte cosas buenas, aquello que esperabas, aquello que sin duda mereces y que tu propia esperanza había dado por perdida.

¿Por qué no? Algunos lo llaman suerte, otros designios, unos pocos hablan de ley de la atracción, pero en realidad… ¿Quién puede negarte que tu esfuerzo, dedicación y voluntad haya tejido su propia cuerda para que al final de la misma se hallara aquello que esperabas?

“Las cosas buenas llegan a quien sabe esperar y a quien disfruta por fin de esa suerte que se ha ocupado en forjar jornada tras jornada. Es el destino, es la oportunidad y la fuerza interior de uno mismo conjugadas para traernos las cosas maravillosas que dan vida a nuestro corazón”

Si eres una persona que suele ver con gran escepticismo eso “de que las cosas buenas llegan de improviso si uno sabe esperar”, merece la pena que reflexiones con nosotros sobre estos sencillos aspectos. La magia, la suerte, la providencia y las cosas hermosas de la vida están a la vuelta de muchas de nuestras esquinas. Solo hay que sabe doblarlas, saber recorrer el camino con la mente abierta y el corazón dispuesto.

Como puedes intuir hay muy poco de magia en estos conceptos. Tampoco es una idea sacada a la fuerza de los manuales de autoayuda con los cuales, vender un slogan vacío.

La creencia en uno mismo mueve montañas y es nuestra auténtica fuerza vital. ¿La tienes tú? Te invitamos a poner en práctica estos sencillos consejos para permitir que las cosas buenas, lleguen a tu vida con la sutileza de quien por fin, ve el amanecer en su vida.













La Inagotable Capacidad De Dar Más


Todos los días hay que esforzarse para sacar adelante el trabajo. Si fuese fácil quizá no se llamaría trabajo. Aún cuando hagas algo que te apasiona, siempre habrá tareas que exijan un poco más de ti, y que por lo tanto te desgasten. Sin embargo, sin importar las múltiples cosas que hayas hecho en el día y lo cansado que estés, siempre da un poco más.

Por lo general se tienen labores que hay que hacer durante la jornada laboral, y por muy sencillas que parezca, siempre va a costar trabajo hacerlas cuando se tiene interrupciones en la agenda, o cuando hay que cambiar completamente las actividades del día, por el motivo que sea. Y esto es bastante común, pero dar un poco más a pesar de ello vale la pena.

Hay que alejarnos del conformismo, porque hacer únicamente lo que nos corresponde hacer no nos llevará a ningún lado. Es decir, mira a tu alrededor, muchos hacen sus labores esperando que el reloj marque la hora de salida, para huir inmediatamente. Esto es el resultado de un conformismo laboral muy generalizado.

No digo que tengas que quedarte más tiempo en el trabajo, lo que digo es que no te conformes. A lo que hagas ponle un plus, para que tu trabajo destaque de la media. Esta es la única forma válida que conozco para sobresalir del promedio. ¿Y sabes que le pasa a la gente que sobresale? Se le presentan mejores oportunidades laborales.

enfoco en la cuestión laboral porque es donde por lo general suele complicarse eso de poner un poco más aparte de lo que se exige. Sin embargo, eso de dar un extra es válido para cualquier actividad, y con el tiempo dicho esfuerzo te será retribuido. Si haces ejercicio da un extra corriendo un minuto más, por ejemplo.

Si vas a estar con tus amigos para divertirte da un extra, que también en este aspecto es válido. No digo que todos los días se pueda poner un poco más de nuestra parte, porque hay veces que lo único que se quiere es llegar al final del día para comenzar otro, todos sabemos que a veces es así. 

Pero muchos días más si que se puede, y te invito a hacerlo.


sábado, 4 de abril de 2020

Hazlo Tu Mismo


Dicen que quien mucho espera, se decepciona y que quien nada espera, se sorprende. Es por esto que me parece mucho más atractivo vivir asombrado. Sin embargo, es verdaderamente difícil no esperar nada de nadie…

Si quieres sentirte defraudado, entonces pon toda tu ilusión en que suceda algo o en que alguien haga algo. Tus expectativas tienen mayor poder para hacerte daño cuanta más esperanza pones en ellas. Así de simple.

Lo cierto es que la vida es un misterio que merece ser vivido. En este sentido, lo recomendable es no estar pendientes de manera constante de lo que va a suceder o de cómo se van a comportar los demás con nosotros.

Estamos cansados de que nuestros planes al final nunca salgan bien, o de que sentir que nuestros amigos, nuestros compañeros, nuestra pareja o nuestra familia nos han fallado. Pero es muy complicado dejar de esperar que tu pareja esté en cada momento a tu lado o que tus amigos estén siempre disponibles es harto difícil para la gran mayoría. 

Si nos paramos a pensar sobre esto, nos daremos cuenta de que no es algo que solo nos afecte a nosotros porque nos sentimos defraudados, sino que estamos coaccionando a los demás y privándolos de su libertad de acción.

Esto se acaba convirtiendo en la pescadilla que se muerde la cola; es decir, que entramos en modo bucle, no avanzamos y enquistamos más el problema.

Para darnos cuenta de esto deberíamos de pensar lo que nos sucede a la inversa, o sea, cuando alguien espera algo de nosotros y así nos lo muestra. ¿Verdad que cuando esto ocurre te sientes con cierta “obligación moral”?

Como consecuencia de ello acabamos quemándonos y, en no pocas ocasiones, actuando en modo rebote. Es decir, que cuanto más esperen de nosotros y más hagamos por cumplir esas expectativas, más probabilidad habrá de que nos rebelemos y actuemos como nos plazca.

A veces llegamos incluso a actuar en contra de nuestra voluntad solamente por reafirmarnos. Esto ocurre con mucha frecuencia en las relaciones de pareja y es que, cuanto más se solicita, más probabilidades de saturación tenemos.

Lo ideal es que para no defraudarnos y no agobiarnos no esperemos nada de nadie, sino que dejemos que la vida fluya como corresponda.

Cuando dejemos de ponernos este tipo de trabas notaremos que todo se vuelve mucho más simple, que podemos decirle adiós a las necesidades y que hemos descargado piedras de nuestra mochila.
El objetivo último es enmarcar nuestras expectativas en nosotros mismos y no en los otros, 
pues además de que muchas veces somos injustos nos conduce a la decepción.  Este desencanto o desilusión suele producir cierta desconfianza y, por lo tanto, estados emocionales indeseables y actitudes poco saludables.

Estamos tan enfermos de certeza que no conseguimos tolerar la incertidumbre en nuestras relaciones. Por esta razón, la única medicina que puede evitar que nos sintamos abandonados o defraudados es trabajar nuestros miedos y nuestros aspectos emocionales más íntimos de tal manera que no dependamos de los demás para ser felices.

Es decir, es muy angustiante pensar que la persona que amas puede dejar de hacerlo, pero cuida que ese miedo no vaya unido a inseguridades e idealizaciones.

Que alguien no esté pendiente de ti a cada segundo o que no tenga el detalle que tu hubieses tenido no quiere decir que no te quiera. Simplemente significa que sois personas diferentes.

Ahora bien, si alguien no te atiende nunca no se trata ya de una cuestión de expectativas, sino de falta de respeto y de interés. Aunque por suerte o por desgracia esto solo se aprende a base de golpes, o sea, con la experiencia.

Volviendo al tema principal, si no quieres decepcionarte, no te esclavices esperando a que los demás actúen como tú consideras adecuado o esperas. 

No estés continuamente pendiente de que los demás muevan la ficha, pues hay partidas en las que tenemos que jugar solos.



Proyección Ciudadana

Tiene identidad. Conocer la historia del lugar donde se vive sirve para estar identificado con él. Sin embargo, eso no significa aprender una historia sesgada, como suele ocurrir cuando es escrita por los vencedores. La versión de los derrotados también es importante. Así mismo, es necesario conocer lo bueno y lo malo, las fortalezas y debilidades del municipio, el departamento y el país.


Está informado. No basta con saber qué significan los colores de la bandera, quién escribió el himno nacional o cuántas constituciones ha tenido Colombia. Hay que saber cuáles son los derechos y los deberes que señala la Constitución Nacional, qué es el Derecho Internacional Humanitario, qué leyes se están tramitando en el Congreso, etc.

Es deliberante. El que delibera examina atentamente pros y contras de una decisión. No traga entero, analiza y pide razones y explicaciones, y las da cuando quiere convencer a otros.

Participa. Estar informado y ser analítico obliga a no quedarse con ese conocimiento. El buen ciudadano comparte sus saberes con los demás y toma parte de acciones que sirven a la comunidad. Además, está pendiente y alerta de los mecanismos de participación que existen en su entorno: colegio, empresa, conjunto residencial, etc.

Se rebela. Indignarse ante la arbitrariedad es una de las características más importantes de un buen ciudadano. Si se tienen claras las reglas del juego y estas se incumplen sin justificación, es obligación oponerse a ello. No se trata de recurrir a las vías de hecho sino a las de derecho o mejor, a las institucionales. Para ello es indispensable conocer cómo operan la tutela, las acciones populares, los derechos de petición y otros mecanismos que ayudan a las personas a ser oídas o incluidas.

Es ético. La moral es una cuestión complicada. Los narcotraficantes, por ejemplo, trastocaron valores como la amistad, el honor y la honestidad. En nombre de ellos asesinaron a cientos de personas. Por eso, es importante identificar los valores que son reconocidos por todos y después seguirlos al pie de la letra. La ética precede la técnica, la ciencia y el poder.

Vela por el bien público. Sus conocimientos, su posibilidad de participar, de rebelarse ante las arbitrariedades, lo obligan a buscar que prime el bien público sobre el particular. De igual forma, vela por el bienestar de los más débiles.

No basta con cátedras y clases de ciudadanía, enseñar a los niños a ejercerla de manera ejemplar resulta más eficiente con la práctica. Los gobiernos escolares, los espacios de deliberación en el aula y la creación de proyectos que tengan impacto en la comunidad sirven para que los menores entiendan el significado de esa palabra.


Por ejemplo, los proyectos que buscan cuidar el medio ambiente o proteger a los más débiles (ancianos, huérfanos, etc.) ayudan a los niños a entender qué es ser buen ciudadano. No solo pueden hacerse, es obligación hacerlos, señaló Helen Haste, doctora en psicología de la Universidad de Bath (Inglaterra).Haste también propuso que se les enseñe a manejar sus emociones para que no se dejen llevar por ellas.

Asumir El Comando

 ¿Quién no ha visto alguna vez en la televisión, periódicos, libros…. un ángel y un demonio discutiendo entre ellos para convencer a la persona para que realice o no una acción?

El neurólogo Sigmund Freud describe un esquema mental a partir de tres instancias denominadas Ello (el demonio), Yo (la persona, Homer) y el Superyó (el ángel).

Ello
El Ello se refiere a la parte más profunda, primitiva, desorganizada e innata de la personalidad. 

El Ello  se presenta de forma pura  en nuestro inconsciente y está presente desde el nacimiento (el ello no es sinónimo de inconsciente). Representa nuestros impulsos, deseos y necesidades más elementales y primitivas  del ser, de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente sin considerar las consecuencias.

Está constituido por impulsos tan básicos como la tendencia natural a satisfacer el hambre, la sed y la sexualidad, las que Freud llamó pulsiones de vida, alimentados por el libido. Mas tardé Freud descubrió y matizó la pulsión de la muerte, responsable de las conductas de tendencia agresiva y destructiva.

Yo
El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello y a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. Todas las acciones ejecutadas son analizadas por el Yo amenazando con el castigo en caso de incumplimiento. 

El Yo nos permite reconocer las acciones que realizamos, a elegir el camino a seguir, y razonar los impulsos con tal de no ceder lugar a la liberación libidinosa, y velar por la integridad general de la realidad. Es el primer paso del reconocimiento, para afrontar las alegrías, culpabilidad o castigo.

Superyó
El superyó es la parte que contrarresta al Ello, representa los pensamientos morales y éticos adquiridos y aprendidos por la cultura. Consta de dos subsistemas: la consciencia moral se refiere a la capacidad de la autoevaluación, la crítica y el reproche.


En algunas publicaciones en el idioma español se puede encontrar los términos ello, yo y superyó en latín, como id, ego y superego, respectivamente. 

Estas formas fueron adoptadas en un principio por James Strachey en su traducción de la obra de Freud al inglés, titulada Standard Edition y publicada entre 1953 y 1974. Los términos originales utilizados por Freud se encuentran en idioma alemán: das Es, das Ich y das Über-Ich —respectivamente, el ello, el yo y el superyó (literalmente sobre yo)—. 

Freud tomó prestado el término "das Es" de Georg Groddeck, un médico alemán por cuyas ideas no convencionales Freud estuvo muy atraído (los traductores de Groddeck traducen el término desde el inglés como «el ello»).


Los Tiempos Del Tiempo

Reloj no marques la horas… rezaba la letra de una conocida melodía ya un tanto añosa en la que se enfrentaba la inexorabilidad de la duración del tiempo físico con las necesidades de un corazón sufriente y es que el concepto de tiempo no estaría completo si no lo viéramos también desde el punto de vista personal, como vimos que algunos sostienen. 

Este es un tiempo elástico, de cronología incierta, de períodos no uniformes ni iguales, cuya duración está determinada por las circunstancias que atraviesa el medidor. 

No es, sin embargo, un tiempo ficticio ni artificioso porque asienta su realidad en las honduras del alma en donde se manifiesta como sensación palpable e influyente. Es el tiempo tal cual lo sentimos en nuestro yo único y personal. Por eso decimos que los años de la infancia transcurren lentos y largas son las extensiones de su marcha mientras que los de la edad adulta, cortos y veloces, corren en desaforado galope hacia su inexorable y azaroso final. 

Para su mejor estudio, los historiadores han dividido la historia del mundo en eras para la remota antigüedad geológica y en edades para épocas más cercanas. Ambas son mensuras del tiempo, pero mientras en la primera se basa exclusivamente en el tiempo físico (el tiempo de los astros que pueblan el universo, podríamos decir), en la segunda entran tanto este último como el tiempo de los hombres, es decir, el tiempo que viven los hombres según su propia subjetividad. 

Como el hombre es por naturaleza gregario, lo que supone que sólo puede vivir y desarrollarse dentro de las comunidades que conforma, cuando hablamos del tiempo de los hombres, estamos refiriéndonos al tiempo de las sociedades que los aglutinan, llámense tribu, clan, nación, en épocas que van desde la remota prehistoria hasta la creación del Estado Moderno, entre los siglos XlV y XV, cuando los reyes respaldados por la burguesía aprovecharon la crisis del feudalismo para retomar su poder, conformándose una nueva forma de organización de la sociedad occidental que cuenta entre sus componentes constitutivos fundamentales el territorio, sus fronteras geográficas y el elemento síntesis por excelencia, la soberanía nacional. 

Operan en el Estado Moderno organismos que son fundamentales para materializar el poder soberano de los mismos y que desempeñan funciones de interés público como son las Fuerzas Armadas asignadas a la función Defensa. Reina actualmente entre los estudiosos e investigadores de las diversas disciplinas un palpable espíritu de convergencia, alejado de toda exclusión y refractarias soberbias. Hasta la filosofía y la religión encuentran fronteras comunes al igual que las ciencias llamadas duras con las sapiencias humanísticas. Esto viene a reactualizar lo sostenido por el presocrático Anaxágoras cuando decía que todo tiene que ver con todo, que nada puede existir aislado. 

He aquí, por un extendido carácter transitivo, como se conectan el vago concepto de tiempo con el concreto de Defensa y Fuerzas Armadas, lo cual justificaría de algún modo la inclusión en los textos navales de la materia de un breve análisis de la esencia del tiempo antes de encarar el específico de su medición.

Frases Que Nos Animan


Michel Eyquem de Montaigne (Burdeos, Francia, 28 de febrero de 1533 - 13 de septiembre de 1592) fue un filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés del Renacimiento, autor de los Ensayos, y creador del género literario conocido en la época moderna como ensayo.

"A medida que el hombre exterior se destruye, el hombre interior se renueva."
"A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo no tenga la culpa."
"A quienes me preguntan la razón de mis viajes, les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco."
"Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable."
"Dejemos que la naturaleza actúe a su aire; ella conoce su oficio mejor que nosotros."
"Del mismo papel en que el juez ha escrito una sentencia contra un adúltero rasgará un pedazo para escribir unas líneas amorosas a la esposa de un colega."
"Del obedecer y del ceder nace toda virtud."
"El hombre sabio no lo es en todas las cosas."
"El matrimonio es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y los que están dentro igualmente desesperados por salir."
“El mejor matrimonio sería aquél que reuniese una mujer ciega con un marido sordo."
"El provecho de uno es el perjuicio de algún otro."
 "El tiempo… excelente médico de nuestras pasiones."
"El valor, como las demás virtudes, tiene sus límites."
"Encuentro más soportable estar siempre solo que no poderlo estar nunca."
"Encuentro tanta diferencia entre yo y yo mismo como entre yo y los demás."
"En perfecta salud he tenido más miedo a las enfermedades que cuando las he sufrido."
"Es más fácil escribir un poema insignificante que comprender uno bueno."
"Es preciso prestarse a los otros, pero no darse sino a uno mismo."


Encuentros Y Desencuentros

Viajar con frecuencia tiene estas cosas.

A veces todo parece perfectamente ordenado, y todo sale según el guión previsto. Otras veces los acontecimientos giran en direcciones inesperadas y aquello que parecía fácil, casi hecho, se vuelve imposible.

Hace tiempo que acepté que los viajes están llenos de encuentros y desencuentros. No todos los encuentros son esperados o planeados, pero no por ello dejan de ser agradables. Incluso cuando ves por azar a alguien que hace mucho tiempo que desapareció de tu vida. El pasado lima las diferencias si las hubo.

Algunos desencuentros son tristes. No se puede satisfacer a todo el mundo. No hay tiempo ni energía para ello. Hay que aceptar que siempre vas a quedar mal con alguien, o que alguien no tiene el mismo interés que tú en facilitar el encuentro. Así son las cosas.

Pero en el fondo, el encuentro y el desencuentro más fructífero de todo viaje es con uno mismo. Te ves en lo mejor y en lo peor: alegre y cansado, disfrutando y aburriéndote, confiado y temeroso. Te ves en tu realidad más descarnada, sin distracciones ni rincones conocidos en los que esconderte.

De ahí mi consejo de siempre. Si quieres conocer de verdad a una persona, viaja con ella. Si quieres conocerte, adóptate como compañero de viaje. Nunca dejarás de sorprenderte

Sentirnos Útiles

¿La conoces? ¿Conoces esa maravillosa sensación de sentirte útil? Es algo realmente alentador para el ser humano. Ese sentido de utilidad, ese «estoy siendo útil para alguien», ese sentirse partícipe del cambio de otra persona, es algo muy valioso. Un oasis dentro de este temporal de egoísmo y falta de empatía en el que a veces vivimos.

Seguro que en más de una ocasión te has visto dudando sobre tu capacidad para hacer aportes interesantes a un proyecto. Te has preguntado ¿para qué valgo yo? ¿Qué puedo aportar al mundo? Bueno… este tipo de cuestiones requieren de una respuesta bien elaborada, de manera que la interioricemos y evitemos que las dudas se cronifiquen y se conviertan en el mejor caldo de cultivo para la inseguridad.

Nuestra existencia a veces queda relegada a una serie de pasos bien definidos y estructurados. Pasos que muchas veces hemos elegido sin desearlos realmente, pasos que otras veces eran los que creíamos debíamos tomar…

Muchas veces nos encontramos viviendo sin un propósito que sirva como una motivación intrínseca. Trabajamos por muchas razones: para ganar el dinero que cubra nuestras necesidades, ya sean reales o espejismos, para estar ocupados y sentirnos realizados en nuestro día a día, para establecer relaciones sociales, etc. Trabajamos en aquello que nos gusta, o trabajamos en aquello que no nos quedaba otro remedio trabajar para poder sobrevivir. Si es que tenemos la suerte de poder trabajar.

De una manera o de otra, para muchas personas el trabajo se convierte en una auténtica prueba de voluntad, ya que no les gusta nada. Una situación que asumen pero que no se cuestionan porque intuyen que si miran para abajo los metros de caída pueden ser muchos. Han dejado de preguntarse qué les emociona, qué les alimenta o qué podría enriquecer sus almas.

Sin embargo, también hay esperanza. A veces se produce ese «CLICK». Algo toca nuestro ser. Algo aparece bien nítido y definido. Un sentido de vida, un sentido de utilidad, ¡un motivo por el cual vivir! Vivir una vida digna de ser vivida, una vida bien vivida desde MI persona.

Esa sensación es maravillosa. Ese momento exacto en el que nos descubrimos a nosotros mismos siendo relevantes. El ser humano, como sabemos, es un ser social. Necesita de un buen apego en la infancia para poder tener una psique sana con la que desarrollarse en su adultez. Somos seres sociales por naturaleza.

Ser útiles tiene que ver con crear o producir que se percibe como valioso, ya sea en nuestro mundo, en los alrededores o en las lejanías. Repercutir en los otros y serles de utilidad es una sensación que nos reafirma y nos conecta con aquello que es importante para nosotros. Muchas veces nos sentimos así a través de la profesión que desempeñamos, pero este no es el único ámbito de nuestra vida donde podemos sentirnos útiles.

Muchas personas descubren este sentido después de haber estado en múltiples trabajos, y llegan a la conclusión que estos trabajos no estaban alimentando sus necesidades más genuinas. Y es de manera azarosa como, en muchas ocasiones, acaban descubriendo ese sentido de utilidad. Se descubren ayudando a los demás y se encuentran, paradójicamente, a sí mismos en este movimiento.

Cuando somos útiles de manera genuina, y el sentimiento tiene que ver con nuestras habilidades y nuestras fortalezas más auténticas y propias, generamos la sensación de que tenemos un poder potencial mucho más grande que el que nos correspondería si comparásemos nuestra insignificancia física con la inmensidad del Universo. Fluimos. Somos conscientes de que nos estamos ayudando -o de que estamos ayudando al otro- y eso nos llena de ilusión y alimenta de paz.

Por ello, ser agradecidos con quien nos ayuda -de una manera en la que lo perciba- es una actitud que no deberíamos obviar ni olvidar. La gratitud alimenta el propio corazón y el ajeno. Todavía estás a tiempo de descubrir dónde te encuentras siendo útil y a la vez sintiéndote en plenitud por ello. ¡Tienes todo tu presente por delante!

Audacia Creativa


Practicar el valor de la audacia es tener gallardía, ser valiente y decidido. Es es atreverse a tirar la primera piedra, cuando los demás hacen silencio. La vida es un proyecto, una misión en cuya realización se encuentra el pleno sentido. Todo proyecto implica cierto riesgo, aventura e imprevisto. 

Hay que prever y programar, pero es imposible hacerlo en modo absoluto. El que espera una programación perfecta sin ningún tipo de riesgo jamás podrá triunfar.


Todo ser humano tiene el deber de ser valiente, audaz. Ser fuerte y decidido a luchar por los demás, para emprender grandes obras. 

El cobarde muere dos veces, pero la valentía no se manifiesta con violencia, ni con riñas y pleitos con nuestros hermanos. Se practica la audacia con proyectos de vida. Asumiendo metas, propósitos que persigan logros importantes para la familia y la comunidad. Sea audaz. Sea valiente. Luche por sus derechos.

Ser audaz es no transigir ante la oleada de antivalores. Hay que ser valiente para no dejarse seducir por el mundo bajo. Ser audaz es mantenerse sano, limpio y libre de contaminación ente las tentaciones de la sociedad actual. Sea audaz, luche por superarse. Luche por encaminar a su familia y su comunidad hacia adelante. Nuestra sociedad tiene que ser redimida, tiene que ser liberada. Pero esta integración social solo es posible transformarla con el aporte de personas audaces.

La persona audaz se resiste al consumismo al que nos empuja la sociedad actual. Los cobardes caen endeudados, deprimidos, envueltos en las trampas del consumo irracional. De los recursos naturales sin control. De joyas, vestimenta, vehículos y demás artículos suntuosos. Ser audaz es resistir todo esto y sobreponerse y practicar la organización, la humildad y la valentía. Hoy más que nunca nuestra sociedad necesita y espera el ejemplo de personas audaces para echar hacia adelante.

Cuánta falta hacen los protagonistas en este proceso de cambios que esta sociedad ha emprendido. 

Las personas audaces ocupan un espacio interesantísimo para forjar la unidad de las mayorías. 

Solo con audacia podemos cambiar todos los males que nos arropan. Necesitamos hombres y mujeres audaces, en la familia, en la sociedad, en los grupos sociales, en las instituciones públicas, en el gobierno, en las presidencias de las repúblicas.


Comprometernos Al Cambio

Aceptación y Compromiso: una nueva fórmula para superar los problemas del Déficit Atencional del Adulto.


Si muchas veces, ante los desafíos de la vida diaria, el desánimo se apodera de ti y sientes que nada de lo que hagas por mejorar tendrá resultados, déjame decirte que no estás sol@ en eso.

Una de las consecuencias psicológicas del ADHD es un fenómeno que Martin Seligman bautizó en los 70 como Learned Hopelessness (desesperanza aprendida) y que se caracteriza por la creencia de que no importa lo que hagas, las cosas no van a mejorar.

Al considerar las dificultades características del ADHD no es sorprendente que esto suceda, ya que es muy probable que a lo largo de tu historia hayas experimentado muchos tropiezos y frustración por no lograr alcanzar tus metas.

Esto hace que muchas veces, ante nuevos desafíos o proyectos relativamente complejos puedan surgir pensamientos desmoralizadores (“para qué intentarlo si ya sé que no va a funcionar”), los cuales por lo general vienen acompañados de desánimo y desaliento.

Evidentemente que en ese estado todo se vuelve más difícil…

¿Qué hacer ante esta situación?

Actuando a pesar de todo.

El poder de los “pensamientos automáticos” y la influencia recíproca entre ellos y la conducta y las emociones.

Cuando ante situaciones difíciles surgen pensamientos desalentadores, existen distintas opciones.
Las técnicas de la terapia cognitiva tradicional buscan primero identificar estos pensamientos y luego modificarlos por medio de un procedimiento llamado “reestructuración cognitiva”. Básicamente se trata de registrar y anotar los pensamientos que puedan surgir en una situación dada y luego someterlos a cuestionamiento para examinar su validez.

Veamos un ejemplo…
Pensamiento: “no me van a resultar estas técnicas, ya lo he intentado antes y no ha funcionado”.
Cuestionamiento: ¿Qué evidencias sustentan esta convicción? ¿Cuántas veces lo has intentado? ¿De qué manera? ¿Con qué persistencia? ¿Por cuánto tiempo? …Y un largo etcétera.

La idea es desmantelar la “armazón cognitiva” que sustenta el pensamiento o la creencia y desafiar su estatus de verdad incuestionable (como suele presentarse), de modo tal que la persona pueda liberarse de su influencia y seguir adelante.

La otra parte de la fórmula es el Compromiso, que se refiere a tomar la decisión de actuar en la dirección de tus propias metas, con determinación y a expensas de lo que tu mente te pueda decir mientras lo intentas.

Es decir se trata de acción comprometida, con propósito, dirigida hacia la vida que quieres vivir.


Ahí está la clave para actuar de forma poderosa y decidida: no es necesario cambiar los pensamientos o creencias “negativos” por otros “positivos”, sino que es posible hacerlo directamente a nivel conductual, aceptando y haciendo espacio para todo aquello que surja en tu mente y que es producto de tu historia y la de tu ADHD.