El neurólogo Sigmund Freud describe un esquema mental a partir de tres
instancias denominadas Ello (el demonio), Yo (la persona,
Homer) y el Superyó (el ángel).
Ello
El Ello se refiere a la parte más profunda, primitiva, desorganizada e
innata de la personalidad.
El Ello se presenta de forma pura en nuestro inconsciente y
está presente desde el nacimiento (el ello no es sinónimo de inconsciente).
Representa nuestros impulsos, deseos y necesidades más elementales y primitivas
del ser, de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente sin
considerar las consecuencias.
Está constituido por impulsos tan básicos como la tendencia natural a
satisfacer el hambre, la sed y la sexualidad, las que Freud
llamó pulsiones de vida, alimentados por el libido. Mas
tardé Freud descubrió y matizó la pulsión de la muerte, responsable de las
conductas de tendencia agresiva y destructiva.
Yo
El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas
del Ello y a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. Todas las
acciones ejecutadas son analizadas por el Yo amenazando con el castigo en caso
de incumplimiento.
El Yo nos permite reconocer las acciones que realizamos, a elegir el
camino a seguir, y razonar los impulsos con tal de no ceder lugar a la
liberación libidinosa, y velar por la integridad general de la realidad. Es el
primer paso del reconocimiento, para afrontar las alegrías, culpabilidad o
castigo.
Superyó
El superyó es la parte que contrarresta al Ello, representa los
pensamientos morales y éticos adquiridos y aprendidos por la cultura. Consta de
dos subsistemas: la consciencia moral se refiere a la capacidad de la
autoevaluación, la crítica y el reproche.
En algunas publicaciones en el idioma español se puede encontrar los
términos ello, yo y superyó en latín,
como id, ego y superego,
respectivamente.
Estas formas fueron adoptadas en un principio por James
Strachey en su traducción de la obra de Freud al inglés, titulada Standard Edition y
publicada entre 1953 y 1974. Los términos originales utilizados por Freud se
encuentran en idioma alemán: das Es, das Ich y das
Über-Ich —respectivamente, el ello, el yo y
el superyó (literalmente sobre yo)—.
Freud tomó prestado el término "das Es" de Georg
Groddeck, un médico alemán por cuyas ideas no convencionales Freud estuvo muy
atraído (los traductores de Groddeck traducen el término desde el inglés como
«el ello»).
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