En este momento de mi vida emociono con detalles que a otras personas
les parecería insignificantes, y celebro cada minuto de mi existencia,
agradecida de vivir, porque como siempre digo, hay muchos que no tienen ese
privilegio, no solamente a los que parten de este mundo, sino a los que aún
están aquí, pero no se dan cuenta.
Y es que cada minuto cuenta, y el tiempo no regresa. Y muchos aún
no entendemos para qué estamos acá. La vida no es fácil, hay problemas,
pesares, dificultades, presiones, pero está en nosotros reconocer que nada
de lo anterior es perenne y que todo tiene una caducidad. Entonces,
de qué sirve lamentarse, llorar, culpar? De nada, la vida continúa
pasando y vamos perdiendo ese tiempo precioso que no regresa.
Los tiempos malos llegan solos, y cuando llegan parece como si se
detuviera el tiempo y se convierten en una eternidad. Pero eso también
pasa.
Simplemente vive. Levántate cada día con la mejor actitud, da
gracias a Dios por la oportunidad de abrir los ojos, por todo lo que te ha dado
y te dará, presenta tu día a Él y entrégale todo lo que has de emprender. Luego
salta de la cama con tu mejor sonrisa y decide amar a todos, especialmente a
aquellos que menos lo merecen.
Siempre digo que es nuestra decisión ser feliz, y no porque lo leí por
ahí, sino porque lo vivo cada día. Abro mi corazón a Dios y le invito a
quedarse en él, y con El, llega la paz, la templanza, la paciencia y la
tolerancia hacia los demás. También llega el agradecimiento por todo lo
que me llega, por lo bueno, por lo malo y por lo espectacular .
Seamos agradecidos, cada momento cuenta!
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