Las emociones conocidas como primarias (miedo, sorpresa, aversión, ira,
alegría y tristeza), son reacciones que pueden surgir de forma automática.
Son intensas y de corta duración.
Si cualquier emoción se prolonga, es porque está siendo "alimentada" por nuestros pensamientos.
Son intensas y de corta duración.
Si cualquier emoción se prolonga, es porque está siendo "alimentada" por nuestros pensamientos.
Cada persona vive y expresa sus sentimientos de una forma muy personal.
Esto sucede por su carga genética y por las experiencias vividas, que hacen que perciba e interprete la realidad de manera diferente a los demás.
Las experiencias vividas, son como un cristal de color a través del cual vemos el mundo.
Esta percepción influye en nuestras emociones.
Ciertas experiencias nos hacen ver todo a través de un lente sumamente oscuro y otras, a través de uno claro y lleno de luz.
Sin embargo, nosotros podemos quitar ese cristal que distorsiona y afecta nuestra manera de ver al mundo y de reaccionar ante él.
Cuando ese cristal empezó a ser parte de nosotros mismos, no teníamos la capacidad, herramientas y fuerza necesarias, para evaluar y calificar adecuadamente lo que vivimos y nuestra forma de reaccionar.
Hoy ya no somos esos niños o adolescentes vulnerables.
Hoy podemos ver las cosas desde un punto de vista diferente, porque somos más fuertes y capaces.
Podemos solucionar los problemas o buscar ayuda, si la necesitamos.
Podemos manejar el dolor y nuestras emociones "negativas".
Esto sucede por su carga genética y por las experiencias vividas, que hacen que perciba e interprete la realidad de manera diferente a los demás.
Las experiencias vividas, son como un cristal de color a través del cual vemos el mundo.
Esta percepción influye en nuestras emociones.
Ciertas experiencias nos hacen ver todo a través de un lente sumamente oscuro y otras, a través de uno claro y lleno de luz.
Sin embargo, nosotros podemos quitar ese cristal que distorsiona y afecta nuestra manera de ver al mundo y de reaccionar ante él.
Cuando ese cristal empezó a ser parte de nosotros mismos, no teníamos la capacidad, herramientas y fuerza necesarias, para evaluar y calificar adecuadamente lo que vivimos y nuestra forma de reaccionar.
Hoy ya no somos esos niños o adolescentes vulnerables.
Hoy podemos ver las cosas desde un punto de vista diferente, porque somos más fuertes y capaces.
Podemos solucionar los problemas o buscar ayuda, si la necesitamos.
Podemos manejar el dolor y nuestras emociones "negativas".
Cuando expresamos una emoción, es importante hacerlo en primera persona
(yo me siento…) y no atacar o culpar al otro.
También es necesario ser claros y concisos, sin darle muchas vueltas, para que los demás entiendan fácilmente lo que estamos expresando.
Recuerda que luchar contra nuestras emociones, aumenta nuestro malestar y hace que nuestra atención y energía se centren en la emoción y no en la solución del problema.
Lo mismo sucede cuando nos enfocamos en negarlas o en quejarnos de ellas.
Conoce más detalladamente, la relación entre nuestros pensamientos y nuestras emociones y de la importancia de ciertas ideas y creencias, que nos pueden estar afectando.
Para controlar y disminuir las emociones que nos están perjudicando, necesitamos reconocer y aceptar los pensamientos que las mantienen o incrementan y modificarlos.
Esto no significa simplemente cambiarlos por un pensamiento contrario.
No se trata de cambiar el "no puedo, soy incapaz", por "si puedo, soy muy capaz", si no me creo esto último.
Se trata de hacer un análisis objetivo y detallado del porqué de dicho pensamiento y del motivo por el que es un pensamiento erróneo.
Recuerda que todo pensamiento que mantiene una emoción innecesariamente, es erróneo y por lo tanto es necesario modificarlo.
También es necesario ser claros y concisos, sin darle muchas vueltas, para que los demás entiendan fácilmente lo que estamos expresando.
Recuerda que luchar contra nuestras emociones, aumenta nuestro malestar y hace que nuestra atención y energía se centren en la emoción y no en la solución del problema.
Lo mismo sucede cuando nos enfocamos en negarlas o en quejarnos de ellas.
Conoce más detalladamente, la relación entre nuestros pensamientos y nuestras emociones y de la importancia de ciertas ideas y creencias, que nos pueden estar afectando.
Para controlar y disminuir las emociones que nos están perjudicando, necesitamos reconocer y aceptar los pensamientos que las mantienen o incrementan y modificarlos.
Esto no significa simplemente cambiarlos por un pensamiento contrario.
No se trata de cambiar el "no puedo, soy incapaz", por "si puedo, soy muy capaz", si no me creo esto último.
Se trata de hacer un análisis objetivo y detallado del porqué de dicho pensamiento y del motivo por el que es un pensamiento erróneo.
Recuerda que todo pensamiento que mantiene una emoción innecesariamente, es erróneo y por lo tanto es necesario modificarlo.
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