Nuestra alma anhela la magia. A los niños les encantan las
historias sobre magia y los cuentos de hadas. A medida que nos hacemos
mayores la fantasía y la magia siguen teniendo su lugar, pero cada vez es más
fácil olvidar los “conjuros” que la generan. Atraer la magia a nuestra vida se
convierte entonces en una necesidad vital.
Las historias sobre un mundo mágico invisible son atractivas para niños
y adultos porque contienen en su narración los arquetipos antiguos que
experimentamos en el viaje de nuestra vida. Estas historias abren nuestros
sentidos, lo despiertan, de manera que podamos percibir la magia -sencilla,
simple y maravillosa- que ya nos rodea todos los días.
Todos necesitamos magia y cuando renunciamos a ella es que algo
falla. Pero la magia está en todo lo que nos rodea. Renunciar a ella es
renunciar a una buena parte de nosotros mismos y de nuestras posibilidades.
De forma especial, son las circunstancias difíciles las que
más parecen sumergirnos en esa dinámica adulta que tanto repele la
magia. Esa dinámica de la que tanto se esconde el niño que todavía
llevamos dentro: ya no es que no sea divertida, es que es angustiante.
Como adultos, a menudo nos encontramos atrapados resolviendo problemas,
luchando -o protestando- contra las injusticias de las que nos sentimos víctimas.
Circunstancias a las que tratamos de sobrevivir, mientras nos olvidamos de
levantar la vista. La buena noticia es que es posible atraer o re-atraer
la magia. Crear una visión mágica en las cosas más pequeñas es un estado
mental, y todos tenemos el poder de crear nuestro propio “botón mágico”
que de paso a ese estado en cualquier momento.
“Solo hay dos maneras de vivir tu vida. Uno es como si nada fuera un
milagro. La otra es como si todo fuera un milagro”.
-Albert Einstein-
Tu mente es increíblemente poderosa -mucho más de lo que piensas- y con
un poco de entrenamiento puedes cambiar completamente tu mentalidad. Se
trata de que tú también puedas atrapar todos esos momentos mágicos
que has dejado de percibir persiguiendo al reloj, que al contrario que tú, no
para en ninguna estación.
Cree en ti mismo
No puedes buscar belleza en el exterior si no eres capaz de verla dentro
de ti. Si siempre buscas la aprobación externa perderás un tiempo muy
valioso. Tiempo en el que podrías estar soñando con tu próximo gran proyecto o
desarrollando una nueva habilidad que quieras aprender.
Cuando creemos en nosotros mismos y en nuestras habilidades, las
posibilidades se hacen infinitas. Nos convertimos en seres creativos, nos
atrevemos a soñar, nos atrevemos a crecer, nos atrevemos a compartir nuestras
visiones y perdemos el miedo a ser ridiculizados por ello.
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