sábado, 18 de abril de 2020

Las Emociones


No podemos evitarlo, experimentamos emociones. Tienen una función educativa y evolutiva en nuestra vida. Pero una emoción intensa puede desencadenar un desequilibrio emocional.

Ante todas las emociones que podemos experimentar, las más intensas y duraderas son las denominadas “negativas”, pero no por denominarse así son malas. Experimentar una emoción negativa es una señal de alarma que nos advierte que algo no va como deseamos.

Un ejemplo es el miedo. Nuestra reacción es rápida, movilizamos una gran cantidad de energía de tal forma que la respuesta puede ser más intensa que en condiciones normales.

Las preocupaciones imaginadas pueden desencadenar emociones muy intensas. La preocupación en equilibrio es buena, es nuestra manera de buscar que puede ir mal y cómo prevenirlo. Pero la preocupación descontrolada puede generar ansiedad, que es desproporcionadamente intensa respecto al estímulo.

La ira es una de las emociones más fuertes e intensas que podemos experimentar.

Es una emoción de supervivencia, con ella aprendemos a defendernos ante situaciones que pueden hacer daño, incluso nos anima a luchar ante una injusticia.

El problema viene cuando la ira desencadena acciones de defensa tan fuertes que puede desatar violencia. Por ello, es necesario conocer su origen y saber cómo gestionarlo.

Aprender a gestionar estas emociones es fundamental para poder consolidar una buena salud mental.

Las emociones o sentimientos son parte de nuestra vida y nos proporcionan la energía para resolver un problema o realizar una actividad nueva. En definitiva, actúan como resortes que nos impulsan a actuar para conseguir nuestros deseos y satisfacer nuestras necesidades.

Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Unas se aprenden por experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por observación de las personas de nuestro entorno.

Las emociones o sentimientos son parte de nuestra vida y nos proporcionan la energía para resolver un problema o realizar una actividad nueva. En definitiva, actúan como resortes que nos impulsan a actuar para conseguir nuestros deseos y satisfacer nuestras necesidades.

Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Unas se aprenden por experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de las veces se aprende por observación de las personas de nuestro entorno.

Emociones como estas son parte de la naturaleza humana. Nos dan información sobre lo que estamos viviendo y nos ayudan a saber cómo reaccionar.

Sentimos las emociones desde que somos bebés. Los bebés y los niños pequeños reaccionan ante sus emociones con expresiones faciales o con acciones como reírse, dar un abrazo, o llorar. Sienten y muestran emociones, pero aún no tienen la capacidad de darle un nombre a la emoción o decir por qué se siente de esa manera.

A medida que crecemos, nos volvemos más hábiles al entender las emociones. En lugar de reaccionar cómo reaccionan los niños, podemos identificar lo que sentimos y ponerlo en palabras. Con el tiempo y la práctica, nos volvemos mejores para descifrar lo que sentimos y por qué. Esta habilidad se llama conciencia emocional.

La conciencia emocional nos ayuda a develar lo que necesitamos y queremos (o no queremos). Nos ayuda a construir mejores relaciones. Esto se debe a que el ser conscientes de nuestras emociones nos ayuda a hablar claramente sobre nuestros sentimientos, evitar o resolver mejor los conflictos y superar los sentimientos difíciles con mayor facilidad.


Algunas personas están naturalmente más en contacto con sus emociones que otras. La buena noticia es que todos pueden ser más conscientes de sus emociones. Solo hace falta práctica. Pero vale la pena el esfuerzo: la conciencia emocional es el primer paso hacia la construcción de la inteligencia emocional, una habilidad que puede ayudar a las personas a ser más exitosas en la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario