lunes, 1 de junio de 2020

Dualidad De Criterio


Del latín dualĭtas, el término dualidad señala la existencia de dos fenómenos o caracteres diferentes en una misma persona o en un mismo estado de cosas. 

En el ámbito de la filosofía y la teología, se conoce como dualismo a la doctrina que postula la existencia de dos principios supremos independientes, antagónicos e irreductibles.

En este sentido, las nociones del bien y del mal son un ejemplo de dualidad. Ambas pueden definirse por oposición y hacen referencia a dos esencias completamente distintas. Materia-espíritu y realismo-idealismo son otras muestras de conceptos que conforman una dualidad.

En este caso, todo el conjunto de doctrinas dualistas existentes y que, como hemos mencionado, parten de esa diferenciación entre el Bien y el Mal tienen una serie de rasgos en común. Así, por ejemplo, nos encontramos con el hecho de que el Bien siempre se identifica con la luz y también con el espíritu. 

Por su parte, el Mal se asocia en todo momento con la oscuridad, con lo que es la parte corporal y también con el propio Diablo.

De esta manera, podemos ver perfectamente esa dualidad de la que estamos hablando en uno de los personajes literarios más importantes de toda la historia. Nos estamos refiriendo al protagonista de la obra “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, que en el año 1886 creó el escritor escocés Robert Louis Stevenson.

En concreto, se trata de un científico que ha sido capaz de crear una poción que le permite cambiar física y personalmente. Así, cuando se convierte en Hyde pasa a ser un hombre violento capaz de acabar con la vida de otro ser humano. De esta manera, asistimos a las dos caras que puede tener cualquier persona, el doctor representa al Bien y Hyde a la cara más oculta, siniestra y violenta del género humano.

La filosofía china apela a la noción del yin y el yang para resumir la dualidad de todo aquello que existe en el universo. Esta idea puede aplicarse a cualquier situación u objeto, ya que podría explicarse en la premisa que sostiene que en todo lo bueno hay algo malo y viceversa.

No obstante, a lo largo de la historia han existido otros dualismos importantes. En el caso de la filosofía nos encontramos, por ejemplo, con el pensador prusiano Immanuel Kant que estableció la siguiente dualidad: la razón práctica y la razón pura.

El dualismo teológico se basa en la existencia de un principio divino del bien (asociado a la Luz) en contraposición a un principio divino del mal (las Tinieblas). Dios es señalado como responsable de la creación del bien, mientras que el mal es atribuido al diablo. El dualismo, por lo tanto, libera al hombre de la responsabilidad por la existencia del mal en el mundo.


Ser Receptivos


Llegas a la oficina y te dicen que el trabajo que entregaste el día anterior está muy mal. Se te acerca un compañero que te comenta, de forma burlona, que la ropa que te has puesto puesto no te favorece. Un pariente te dice que una vez más, has llegado tarde a la reunión familiar.

No, no es un mal día. Piensa que esto se repite con habitualidad. Pero, ¿cómo reaccionas? ¿Eres capaz de tolerar las críticas de los demás, ya sea de jefes, compañeros de trabajo, amigos o familiares? ¿O, por el contrario, te angustia comprobar que alguien te reprueba o no le caes bien?

Hay que tener en cuenta, en primer lugar, qué es realmente una crítica, porque ello determinará cuándo tenemos un problema o cuándo, en realidad, el problema es del otro, del que nos critica.

«La crítica constructiva no existe. Una cosa es corregir, proponer, ser un mentor, y otra es criticar por criticar. En este último caso, hay un fin negativo ya que no hay propuesta, solo se incide en el problema», explica el psicólogo Bernardo Stamateas y autor del libro «Trátame bien».

Al «categorizar» el tipo de crítica, podemos también identificar los distintos tipos de personas que las efectúan:

-El que lo hace siempre es porque está frustrado: «La persona desplaza el enojo hacia los demás. Por ejemplo, una persona frustrada en el trabajo suele criticar siempre a sus compañeros», señala Stamateas.

-El que critica y juzga para no pensar en sí mismo: «Es un factor distractor, el que lo hace pretende no pensar en sus errores, es una forma de decirse: "tú eres peor que yo"».

-El envidioso: «Necesita remarcar y poner la lupa porque eso le alivia la angustia que le genera lo bien que le va al otro».

En este sentido, hay un punto en común, como señalaba Stamateas, en todos los tipos de críticos: No hay consejo en ningún caso, pero además, «se marca el error desde el odio y no desde el amor y nosotros no podemos cambiar desde el odio». 

El que propone algo, el maestro, el amigo «marca el error desde el amor, porque es necesario marcarlo, no hay que taparlo, pero el objetivo en ese caso es la mejora».

Por lo tanto, «hay que ignorar la crítica negativa, agresiva, sin consejo y cargada de odio porque no hay un proceso reflexivo». En cambio, «si hay contenido de reflexión, sí hay que escuchar».



Esperanza


La esperanza es el alimento para la existencia, y le da sentido a nuestras vidas cuando creemos que no lo tiene, cuando la intención pasa por bajar los brazos, o suponer que mágicamente con solo el transcurrir del tiempo algún alivio llegue a nuestro ser. 

Nos ayuda a salir del lugar de víctima impotente, o cuando aparece la insensibilidad  como una protección necesaria porque el dolor se hace insoportable, o como a muchos que en algún momento hemos pensado en dejar de  vivir como una salida, ante la falta de esperanza de que era posible algo mejor para nosotros.  Nietzsche afirma que  “quien tiene algo porque vivir es capaz de soportar cualquier como”.

Seguramente mucho de lo que estamos diciendo hoy no sea algo nuevo pero  todos necesitamos permanentemente recordar, más aún cuando estamos mal, porque solemos  olvidar  lo valioso que nos queda y cuanto aún a pesar de todo, podemos.

El deseo de compartir nos sirve para ayudarnos a forjar fortaleza y esperanza que solos, es mucho más difícil de  alcanzar, lo nuestro no es una enfermedad, es una crisis existencial que debemos atravesar en búsqueda de un sentido, y nuestro mensaje de esperanza es que eso es posible.

Quiero  compartir  algo de lo que he ido leyendo últimamente referido a estos temas,  pero desde otro lugar. En los últimos tiempos la ciencia ha dado crédito a la conexión entre nuestras emociones y el ADN, se ha demostrado que la frecuencia vibratoria de nuestras emociones pasa a través de las células y  activa el código genético dentro de la molécula. Si dejamos de juzgarnos y nos damos el permiso de  sentir todas las emociones, que a veces  bloqueamos, mientras más nos permitamos sentirlas, cualquiera que ellas sean, más sano será para todo el ser.. Cuanto más nos expresamos  comenzamos a utilizar nuestro potencial total para estar  más libres de ser nosotros mismos…..y más libres para  sentir esperanza,

Paul Pearsall, psiconeuroinmunólogo, que estudió su propio proceso de enfermedad terminal a través de la física cuántica, y se ha dedicado últimamente  a investigar transplantados de corazón, sostiene que nuestro ser está comandado por dos sistemas que piensan por igual: el cerebro y el corazón, y que el cerebro ha ido logrando que no  podamos escuchar al corazón
.
Dice que el cerebro está concebido como un sistema reactivo para el mantenimiento de la salud, cuya misión es mantenernos vivos y conseguir que nuestra vida como individuos sea físicamente lo más placentera posible, se guía por la energía de la urgencia.

El corazón, afirma él, es un sistema contemplativo y sensible   que piensa con lentitud y sentimentalismo. Que trata de unir su sutil energía con otros corazones, como un medio de establecer intimidad en los vínculos.  El cuidado, el amor y el relacionarnos son expresiones del código del corazón.

El cerebro tiene tendencia a la censura crónica, se considera a sí mismo el más importante de los órganos, es impaciente, y si no se cumplen rápido sus objetivos y sus expectativas conduce rápidamente a la ira, y necesita el control de todo. 

Hay un constante abuso y exigencia del cerebro sobre el cuerpo y el corazón.


El corazón sabe que el éxito no puede ser perseguido, sino conseguido como el resultado de una relación con el mundo, más suave, equilibrada, unida y amorosa. Sabe que ciertos obstáculos de la vida no se nos han puesto para que los superemos, sino para que nos detengamos y aprendamos a empezar a ser más que  hacer.

Aspiraciones Humanas
El grado de dolor o satisfacción en el género humano es una cuestión totalmente subjetiva, que bien podría estar definida por su naturaleza, o subjetivamente dependiendo de la situación en específico. Si no existiera una gran angustia que ocupara la mente del individuo, ésta se vería reemplazada por cientos de pequeñas dolencias que en conjunto tendrían la misma magnitud de la primera. Es por esto también que cuando se ha librado un inmenso dolor que se padecía, surge casi inmediatamente alguna otra preocupación que ocupa su lugar.

Según lo explicado, todo gran dolor o gran júbilo son sensaciones erróneas, meras ilusiones causadas por una falta de conocimiento, el primero por no comprender que el dolor es algo intrínseco en el hombre, y el segundo por creer haber descubierto algo que no se pensaba encontrar en el mundo.
Aspirar a una vida estoica, es por tanto el ideal de quienes buscan liberarse del dolor del mundo: “La ética estoica trataba principalmente de liberar el ánimo de todas las ilusiones de esa clase y sus consecuencias, ofreciéndole a cambio una inquebrantable impasibilidad” (Schopenhauer, 2004, p. 376).
Si como se ha dicho, dinámica del querer funciona de tal manera que una vez satisfecho un deseo surge otro y así continuamente, pero también se da el caso de encontrar un deseo que no es posible satisfacer pero tampoco dejar de lado y entonces el individuo se aferra a éste, creyéndolo además culpable de todos sus sufrimientos y nuestro destino. Para que los seres humanos logren una reconciliación con ellos mismos, es necesario conocer que el sufrimiento es parte fundamental de la vida y que una satisfacción de todos los deseos es imposible.

Tender Puentes


Dos hermanos, cuyas tierras colindaban, un día tuvieron una grave discusión. Desde entonces llevaban meses sin hablarse.  De repente dejaron de colaborar, después de una vida de intercambio y ayuda mutua.

Una mañana alguien llamó a la puerta de Juan, el hermano mayor. Al abrir la puerta, encontró a un carpintero.

– Estoy buscando trabajo por unos días – dijo el extraño.

Juan respondió:
– Sí, tengo un trabajo para usted. Mire aquella granja al otro lado del arroyo. Ahí vive mi hermano menor, que es mi vecino y hace meses que no nos hablamos. Quiero que construya una cerca de dos metros de alto con aquellas maderas que encontrará en la orilla del río. No quiero verle nunca más.

El carpintero le dijo:                                                            
– Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están la sierra, los clavos y la pala. Le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho.

El hermano mayor dejó la granja por el resto del día para ir al pueblo. El carpintero trabajó todo el día midiendo, cortando y clavando. Al anochecer, cuando el granjero regresó, el carpintero  había finalizado su trabajo.

El granjero quedó con la boca abierta. ¡No había ninguna cerca! El carpintero había construido un puente. Un puente que unía las dos granjas traspasando el arroyo.

En ese momento su hermano menor vino desde su granja, cruzó el puente y abrazó a su hermano diciéndole:

– ¡Eres una gran persona! Gracias por construir este hermoso puente después de lo que pasó. ¡Te añoraba muchísimo!


Los dos hermanos se reconciliaron e invitaron al carpintero a celebrar su reencuentro.

– Me gustaría quedarme, – dijo el carpintero – pero son muchos los puentes por construir.


Fuente: Internet autor desconocido, versión adaptada



Ser Solidarios


Filosofía
Colaboración Solidaria
Sobre la perspectiva que adoptamos en el seno de ese abordaje filosófico latinoamericano cabe, por lo tanto, partir de la praxis social, detectar las contradicciones entre los distintos actores y, a partir de ellas, considerar las clases sociales y sus intereses antagónicos, descubriendo las mediaciones recurrentes en los procesos de explotación, expropiación y dominación, bien como las mediaciones de resistencia y de luchas por la liberación, esto es, por la expansión de los ejercicios de libertad pública y privada.

Como toda praxis (acción efectivadora) supone alguna teoría, todas las formas de resistencia y de lucha por la liberación están permeadas por teorías cuyo alcance y consistencia varían en función del grado de su reflexión y reelaboración por los actores que las practican.

Todavía es posible, gracias a la mediación dialógica, una reflexión colectiva, criteriosa y sistemática sobre tales elementos teóricos, sus dificultades gnoseológicas y estratégicas, su capacidad de desvendar mecanismos de dominación y de presentar alternativas. 

También es posible, como recurrencia de esa reflexión, la proposición de formas de obrar que amplíen el ético compartimiento de mediaciones materiales, políticas, informativas y educativas que mediaticen la libertad no apenas de los sujetos populares explotados, expropiados, dominados y excluidos, sino de toda la sociedad.

La teoría, en ese caso, surge de la praxis y a ella retorna buscando calificarla para que pueda ser más eficaz como elemento de liberación. En este movimiento de reflexión y de acción colectiva, la teoría y la praxis están necesariamente mediadas por el diálogo, cabiendo a cada persona humana decir su palabra, participando en la producción del conocimiento que contribuye para la liberación de todos.


Nadie, al final, libera a nadie; nadie se libera sólo: todos se liberan todos juntos. 

La reflexión que aquí presentamos se reviste, pues, de este carácter una propuesta dialógica que resulta de la investigación de distintas prácticas, y quiere ser presentada como una contribución para una construcción colectiva y emancipadora.



domingo, 31 de mayo de 2020

Arquitectura Del Lenguaje


“El lenguaje es un sistema combinatorio de señales, caracteres, signos y sonidos que permite comunicarnos de diversas formas  a partir de elementos finitos. 

En otras palabras, las distintas formas de unir estos elementos, conforman mensajes e ideas que establecen comunicación entre personas.

Éste está compuesto por la lengua y el habla, la primera es la serie de convenciones adoptadas por el cuerpo social que son exteriores al individuo quien por sí sólo no puede alterarlas, pues es un sistema general. 

A diferencia, la segunda es la manifestación individual de la lengua, ya que comprende las combinaciones que libremente escoge el individuo por lo que no es homogénea, sino cambiante y momentánea.

Adicionalmente, el habla está determinada por la cultura de la comunidad a la que pertenece el individuo y es por esto que el lenguaje varía según las características culturales de una sociedad. 

Como afirma Kramsch: actitudes comunes, creencias y valores están reflejados en la forma en que los miembros de un grupo usan el lenguaje.

Así como el lenguaje, la arquitectura se presenta como un sistema combinatorio que comunica “El arquitecto piensa, pero no producirá una obra hecha de palabras, sino un objeto hecho de formas y de materiales. Este objeto transmite su propio y particular mensaje que en buena parte no admite ser traducido a palabras.

La existencia del objeto arquitectónico como producto perteneciente al campo de la figuración, depende esencialmente del manejo de elementos y relaciones exclusivas de ese campo, en cuanto con lenguaje es un modo de conocimiento y expresión de calidades- no expresables en otras disciplinas o lenguajes- de necesidades y deseos del ser humano.”

Héctor Oddone”

sábado, 30 de mayo de 2020

Influenciables


Se cuenta que una vez, hubo alguien, que se sintió muy mal, porque todas las personas con las cuales se relacionaba, le llamaban Pato.

En todo lugar, sin importar lo que estuviese haciendo, en cualquier circunstancia, al dirigirse a él, todos le decían; Pato.

Era Pato para aquí, Pato para allá, situación ésta, que se le fue tornando insoportable, al punto de llevarle a pensar, seriamente, en la necesidad de consultar con un profesional en la materia, a fin de dilucidar, el por qué, todos cuántos trataban con él, le llamaban Pato.

Así las cosas, un día, marcó una consulta con un prestigioso profesional, y allí marchó dispuesto a develar los motivos que llevaban a todas las personas a llamarle, en todas las ocasiones, Pato.

Luego de un minucioso estudio del caso, el profesional consultado, le dice , veamos : por lo que he podido escuchar y observar durante esta consulta ; Usted, amigo mío , tiene cabeza de pato, pico de pato, cuerpo de pato, tiene plumas de pato, camina y se comporta como un pato, por lo tanto , usted ;  ¡ ES UN PATO ! .

Conflictos de identidad como el descrito nos dan una pauta de la forma tan peculiar que tenemos los “homo sapiens”  de disfrazar o esconder, ciertos aspectos, de nuestro comportamiento social, que pudiesen ser, sujetos de censura, por parte de aquellos que observan nuestra conducta.

Es como si dijésemos todo el tiempo: Aunque les parezca que hago cosas de pato, soy un miembro distinguido de la Sociedad de los Cisnes, y puedo mostrar mis credenciales que avalan lo que digo, están equivocados conmigo,    ¡Ignorantes!

Algo semejante pasa con el concepto que tenemos de la aplicación de la justicia.

Se dice que cuando Dios dicto la Ley, surgieron como hongos los abogados, para maniatarla por medio del derecho.

El inolvidable Alfredo Zitarroza nos canta en una estrofa de “La Ley es Tela de Araña”:

 “Siempre había oído mentar, que ante la ley era yo, igual a todo mortal... pero hay su dificultad en cuánto a su ejecución... Si esto se llama igualdad, ¡la perra que los tiró!”.

Siempre pensamos que existe una línea imaginaria que separa claramente lo correcto de lo incorrecto, lo moralmente aceptable, de lo moralmente inaceptable, damos por sentado que existen límites bien definidos entre lo que se considera bueno y lo que rechazamos como malo.

Sin embargo, cuando observamos con atención esa línea imaginaria que mencionamos, veremos que en lugar de separar, esa línea une los opuestos, es una “línea de costura”    que con un hilo muy sutil, “remienda el comportamiento” conformando un entramado de acciones, las cuales no nos parecen tan malas, sobre todo cuando vemos los puntos de costura que se afirman en su lado bueno.

Por eso, cuando alguien en su comportamiento malo, se va acercando en sus acciones, a los límites de lo que es considerado bueno, la línea le atrapa y lo convierte en bueno, si por el contrario, aquel que tiene un comportamiento considerado bueno, se va acercando peligrosamente a los límites de lo considerado malo, también a él la línea le atrapa y le convierte en malo.





jueves, 28 de mayo de 2020

El Mundo De Los Mediocres


El mediocre siente la necesidad de ajustarse a los demás. Renuncia a su individualidad, a los más distintivo y precioso que tiene el ser humano: su unicidad en toda la historia de la humanidad. Se amputa de su tesoro más valioso. Deja de ser para ser los demás. Hay inseguridad y debilidad interior. La responsabilidad lo abruma, prefiere endosar las decisiones al grupo. Abdica de su persona y se incorpora a la manada. No tiene voz sino que es eco. Para él resulta inconcebible ir contra la corriente. Se masifica. Tiene que ser parte del coro. Es un masoquismo moral. Se entrega a la nada.
En debates abiertos se avanza o retrocede según sea la calidad y la solidez de los argumentos, pero cuando irrumpe el envidioso no hay razonamiento posible puesto que no surgen ideas sino que se destila veneno. Este fenómeno constituye una desgracia superlativa ya que se odia el éxito ajeno y cuanto más cercana la persona exitosa mayor es la fobia y el espíritu de destrucción.
La manía de la guillotina horizontal básicamente procede de la envidia.
Hoy en día la mayor parte de los discursos políticos están inflamados de odio y resentimiento a quienes han construido sus fortunas lícitamente en los mercados abiertos, mientras que esos mismos políticos generalmente se apoderan de dineros públicos y les cubren las espaldas a mafiosos amigos del poder, mal llamados empresarios, que asaltan a la comunidad con sus privilegios inauditos.
El igualitarismo de resultados no solo contradice la asignación eficiente de recursos sino que, estrictamente, es un imposible conceptual puesto que las valorizaciones son subjetivas y, por ende, no habría una redistribución que equipare a todos por igual (además, medir comparaciones intersubjetivas no es posible) y, para peor, aun desestimando lo dicho, en cualquier caso debe instaurarse un sistema de fuerza permanente para redistribuir cada vez que la gente se salga de la marca igualitaria.
En segundo lugar, el mediocre se burla de la teoría. Constituye una aseveración groseramente vulgar sostener que lo importante es el hombre práctico y que la teoría es algo etéreo, más o menos inútil, reservado para quienes sueñan con irrealidades.
Esta concepción revela una estrechez mental digna de mejor causa. Todo lo que hoy disponemos y usamos es fruto de una teoría previa ya sea en cuanto a medicinas, alimentos, tecnologías o lo que fuera. Los llamados prácticos no son más que aquellos que se suben a la cresta de la ola ya formada por quienes previa y trabajosamente la concibieron. En todos los órdenes de la vida.
Esta afirmación en absoluto debe tomarse peyorativamente puesto que todos usufructuamos de la creación de los teóricos. La inmensa mayoría de las cosas que usamos las debemos al ingenio de otros, incluso prácticamente nada de lo que usufructuamos lo entendemos ni lo podemos explicar.
Desde luego que hay teorías efectivas y teorías equivocadas. Las teorías deficientes no dan resultado, las buenas logran el objetivo. En última instancia, como se ha dicho "nada hay más práctico que una buena teoría". En resumen, el mediocre contribuye grandemente al retraso y al anacronismo.

miércoles, 27 de mayo de 2020

El Ser Optimista

El sentido común y la mayoría de la gente, siempre nos ha dicho que ser optimistas nos ayuda a ser más exitosos en nuestra vida. Sin embargo, es posible que no tengamos muchas respuestas lógicas al por qué debe ser así, o no tengamos claro exactamente cómo podemos ser optimistas para experimentar sus ventajas.

En los últimos años, la investigación en psicología, se ha esforzado por conocer mejor cuáles fortalezas y competencias pueden favorecer a una mayor satisfacción personal que nos ayude a tener una vida plena

Aparentemente, esta cualidad ayuda a protegernos de la visión desesperanzada que caracteriza a este problema y “amortigua” el impacto de las dificultades. A su vez, ayuda a vernos con más capacidad para enfrentar los conflictos y sobrellevar mejor el sufrimiento.

Además, se ha demostrado que el optimismo, también parece ayudar a presentar menos enfermedades físicas. Aparentemente, éste es un ingrediente fabuloso a la hora de enfrentar situaciones estresantes, lo que nos ayuda a compensar sus efectos nocivos sobre la salud.

Asimismo, el optimismo puede favorecer un mejor rendimiento académico, deportivo y una mejor adaptación profesional. Su presencia, nos ayuda a superar las dificultades, a la vez que nos permite construir metas y sueños ambiciosos, que nos mantienen motivados y orientados hacia su logro.

¿Cómo actúa el Optimismo?

El secreto parece estar en que las personas pesimistas y optimistas utilizan estrategias diferentes a la hora de afrontar situaciones estresantes

En el caso del optimismo, favorece que se empleen mecanismos mucho más eficientes y constructivos al enfrentarnos a los conflictos.

Esta potente herramienta promueve que se activen respuestas orientadas directamente a resolver el problema, lo que impide, por ejemplo, caer en el típico error de tratar de “olvidar” o de “huir” de ese elemento doloroso o angustiante, lo cual definitivamente no nos ayuda a buscarle una solución al conflicto.

Los optimistas, parecen moverse más fácilmente a resolver lo que les preocupa, se sienten más capaces, con más control y probabilidad de éxito. Por lo cual, hacen más para mejorar y piensan menos en su malestar, buscan más y mejores soluciones, y lo intentan muchas más veces. Por el contrario, los pesimistas tienden a enfocarse en las emociones negativas que les suscita el problema, quedan “encerrados” en un bucle del que es difícil salir y no les conduce a la solución.

Pero… ¿Cómo ser realmente optimista?

Parece tener mucho que ver con las expectativas. Los optimistas, tienen una predisposición a esperar resultados positivos en sus vidas, con una creencia general de que “las cosas van a salir bien” aunque pasen por momentos difíciles. Esta virtud parece desarrollarse en función de la explicación que hemos dado a los eventos en el pasado, es decir, cómo interpretamos nuestras experiencias.

Según se ha encontrado, las personas con un estilo optimista, suelen atribuir los acontecimientos positivos, a causas permanentes, globales y que tienden a deberse a sí mismos.

Por ejemplo, cuando son ascendidos en el trabajo, lo atribuyen a que la vida es justa y que ellos son realmente competentes. Esto ayuda a tener creencias positivas que invitan a aproximarnos al mundo, a la gente, a experimentar sin miedo, y a confiar en nuestras capacidades, sobre las que tenemos control y son estables en el tiempo.

A su vez, los eventos negativos suelen atribuirlos a factores externos, temporales y específicos.

Por ejemplo, una actitud hostil de su pareja o un amigo, la atribuyen a que posiblemente ha tenido un mal día y lo ha hecho sin pensar.

Este tipo de explicación nos invita a darle una segunda oportunidad, protege la relación con el otro y a nosotros mismos.

Esto es mucho menos doloroso y más fácil de manejar, que pensar que todas las personas son crueles y que hay algo malo en nosotros que no nos permite tener buenas relaciones. Por lo tanto, el optimista, pone la causa de este evento negativo en algo pasajero y puntual, ¡mañana será otro día!

Aunque el éxito de las cosas que hacemos depende de muchos factores, parece que puede resultarnos mucho más útil aprender a cambiar las explicaciones que damos a nuestras experiencias.

Mantener la esperanza de que las cosas vayan a mejorar definitivamente nos puede hacer la vida un poco más fácil y ¡más exitosa!


martes, 26 de mayo de 2020

Virtudes Humanas

La gran virtud que el mundo necesita es una mente positiva, de fuerza y valor para poder enfrentar todo aquello que obstaculiza a los seres humanos para obrar con integridad y ánimo. Las adversidades golpean a los seres humanos. La pobreza, el hambre, la desigualdad son embates que hacen creer que un hombre moderno no puede ser virtuoso; sin embargo, hoy presentamos tres formas de poder serlo:

Nada preocupa más a los seres humanos que la búsqueda de la felicidad. Para ello, la principal receta es ser un hombre de virtudes intelectuales y morales, llenar nuestros actos con inteligencia y hacer el bien a los demás. ¿Cómo empezar? Integrando hábitos de ayuda a los demás, de amor hacia uno mismo, de fortaleza para resistir a las tentaciones.
El mundo actual requiere de nuevas virtudes como la prudencia y la paciencia humana; con ellas el mundo se tornará más humano, menos violento y, por lo tanto, más feliz. Se busca la felicidad y no se encuentra porque no se ha alimentado el espíritu de la humanidad; para ello es necesario integrar virtudes como la fe, la esperanza y la caridad. El hombre actual, sobre todo a causa de la ira, la envidia y la pereza, no confía en las virtudes. El miedo al futuro y la incertidumbre del existir han robado la paz y la tranquilidad para ser felices. Cuando se integran las virtudes de la felicidad se deja a un lado la existencia de uno mismo para poner atención al prójimo, justo donde se encuentra el secreto para ser plenos.
Las virtudes humanas han existido durante la historia de la humanidad. En el mundo de hoy no pueden dejar de existir porque entonces se produciría un vacío en el hombre. Lo material y la superficialidad no tienen nada que ver con la felicidad. Se requiere de justicia Se buscan respuestas en el mundo exterior. Se sufre de males que parecen irremediables. Pareciera que la vida es una batalla donde el hombre no ha encontrado su sitio. Es urgente que nos demos cuenta que somos personas únicas y completas. No obstante, para ello es necesario integrar los nuevos dones de la modernidad, virtudes humanas que se requieren para reencontrarnos como seres humanos hechos a la imagen de Dios. ¿Cuáles son esas virtudes modernas?
La empatía, la resiliencia, el sacrificio, la conciencia humana, que buscan sacarnos de nosotros mismos y escuchar a los demás. Es muy común que el hombre actual muera espiritualmente a causa de la decepción o los problemas. Muere porque no ha encontrado las fortalezas necesarias para entender las maravillas de la vida, el buen humor, la paz social, la confianza y el perdón. La realidad está llena de excesos y pasiones que enredan a los seres humanos. La lucha está en encontrar que, ante los embates del mundo, se puede uno recuperar con fuerza y dignidad. Para ser pleno, único y completo se tiene que ver el futuro como una oportunidad. El tiempo enseña a cada uno a sacudirse el estrés, la desesperación y el olvido.
Nada preocupa más a los seres humanos que la búsqueda de la felicidad. Para ello, la principal receta es ser un hombre de virtudes intelectuales y morales, llenar nuestros actos con inteligencia y hacer el bien a los demás. ¿Cómo empezar? Integrando hábitos de ayuda a los demás, de amor hacia uno mismo, de fortaleza para resistir a las tentaciones.
El mundo actual requiere de nuevas virtudes como la prudencia y la paciencia humana; con ellas el mundo se tornará más humano, menos violento y, por lo tanto, más feliz. Se busca la felicidad y no se encuentra porque no se ha alimentado el espíritu de la humanidad; para ello es necesario integrar virtudes como la fe, la esperanza y la caridad. El hombre actual, sobre todo a causa de la ira, la envidia y la pereza, no confía en las virtudes. El miedo al futuro y la incertidumbre del existir han robado la paz y la tranquilidad para ser felices. Cuando se integran las virtudes de la felicidad se deja a un lado la existencia de uno mismo para poner atención al prójimo, justo donde se encuentra el secreto para ser plenos.
Las virtudes humanas han existido durante la historia de la humanidad. En el mundo de hoy no pueden dejar de existir porque entonces se produciría un vacío en el hombre. Lo material y la superficialidad no tienen nada que ver con la felicidad. Se requiere de justicia y equidad para combatir la negatividad y el desánimo. No se requiere ser perfecto para alcanzar a ser un hombre virtuoso.

lunes, 25 de mayo de 2020

La Necesaria Adversidad

Todos atravesamos momentos difíciles a lo largo de nuestras vidas. Afrontar la adversidad es algo más que un deseo o un propósito, es una necesidad, una obligación que integrar en la mente y el corazón. Ahora bien, si hay algo que todos sabemos es que aplicar este enfoque y desplegar adecuados recursos del cambio no siempre es fácil.

Las dificultades que nos encontramos en uno u otros momentos de nuestras vidas como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa o la mala noticia de un despido pueden ahogarnos en un océano de malestar. Tanto si lo queremos como si no, nadie es inmune a la adversidad. Ninguno nos encontramos a salvo de los vaivenes del destino, buenos y malos.

Es en estos momentos de adversidad cuando atravesamos emociones muy poderosas como la tristeza, la impotencia, la frustración, etc… Ahora bien, hay un dato interesante que vale la pena tener en cuenta.

En un estudio llevado a cabo por los psicólogos Linley, PA, y Joseph, S. de la Universidad de Warwick, Reino Unido se demostró que las personas capaces de afrontar los momentos difíciles, adquieren valiosos aprendizajes para encarar el futuro con mejores recursos.

«Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos»
-Viktor Frankl-

Cuando la adversidad decide golpearnos y experimentamos esas emociones tan poderosas, resulta beneficioso expresar aquello que sentimos. Podemos hacerlo con un familiar o amigo, o a través de la escritura, para llegar a hacerlo cada vez más consciente y poder desahogar esos nudos emocionales.


· Si ponemos palabras a cómo nos sentimos, nos será más fácil ir canalizando presiones, miedos, angustias. De ese modo, podremos asociar nuestros pensamientos con los sentimientos de forma rápida y casi simultánea.

· Por eso, cuando nuestras emociones sean demasiado negativas, podemos emplear la escritura como medio para expresarlas, librándonos de ellas sin tener repercusiones exteriores.

La creatividad como canal para liberar emociones

Expertos en el tema como Scott Barry Kaufman, autor del libro Conectado para Crear, nos explica que hacer uso de la creatividad, es un mecanismo idóneo para liberar emociones.

Cualquier situación adversa puede ser vista como una interrupción de nuestra trayectoria vital, pero si la relatamos y la expresamos, estaremos más cerca de la posibilidad de aceptarlo y seguir avanzando.

Incluso si tenemos dificultades a la hora de la escritura, también podemos utilizar otro tipo de actividades como la pintura, el baile, el deporte o el teatro… Todos estos tipos de arte son canales para poder llegar a controlar y elaborar lo que sentimos.

Tras esto, podemos poner en marcha todo nuestro propio mecanismo de resolución de problemas, ahí donde utilizar nuestros propios recursos para avanzar y hacernos paso ante la dificultad que se nos presenta.

Ante una situación difícil hay veces que nos cuesta aceptar que nos está afectando. Todo ello pone murallas a la hora de afrontar la adversidad. Si nos negamos a reconocer lo que duele no avanzamos. De algún modo, estamos obligados a entender que el dolor, es parte del proceso de recuperación. Aceptarlo, integrarlo, desmenuzarlo y canalizarlo es parte de todo proceso terapéutico.

A la hora de afrontar la adversidad las personas solemos arrastrar cierta sensación de culpabilidad y eso, es algo de lo que debemos liberarnos.

· Todos necesitamos nuestro tiempo de asimilación y elaboración, unos más extensos que otros, lo importante es respetarlo, y no acelerarlo o posponerlo, sino manteniendo un cierto equilibrio.

· Es como atravesar por un proceso de duelo o pérdida, ya que se necesita un período de adaptación emocional necesario, pasando por una serie de etapas.

· Hay que clarificar propósitos, darle un sentido a la vida. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo. Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza.

· Pensemos en ello. Aprendamos a ser resilientes, encendamos esa fuerza interna para afrontar la adversidad con éxito y sabiduría.

sábado, 23 de mayo de 2020

Enfrentar Nuestros Miedos

Solemos permitir que el miedo, las preocupaciones y la inseguridad dominen y definan nuestras vidas. Les permitimos robarnos la diversión, el sueño y nuestras ilusiones más preciadas. Si quieres alcanzar la felicidad y llevar a cabo todos tus sueños debes estar preparado para dar un salto de fe y enfrentar tus miedos.

Las causas por las que preferimos seguir jugando con lo seguro y evitamos el éxito es el temor al ridículo, a parecer tontos, salir heridos, enfrentar el rechazo o fallar. Aprendemos a vivir con miedo desde nuestra infancia y a causa de experiencias traumáticas o de los mensajes negativos que vemos en todos lados. A pesar de que los miedos no son nuestra responsabilidad, solo nosotros podemos enfrentarlos y eliminarlos de nuestra vida.

“El miedo es ese pequeño cuarto oscuro donde los negativos son revelados”
-Michael Pritchard-

Enfrentar tus miedos no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Por eso, hoy te daremos algunas claves sencillas para que puedas hacerles frente sin añadir más dosis de ansiedad y estrés a tu vida. Ponlas en práctica y verás cómo enfrentar tus miedos es algo que dejará de preocuparte. ¡Vamos allá!

Tienes que hacerte amigo de tus miedos. Ya sabes cuáles son tus miedos, ahora invítalos a entrar a tu vida. Atrévete a ponerte en las situaciones que te dan miedo, respira profundo y da el salto. Solo de esta forma aprenderás a romper tus límites, aunque te parezca algo totalmente descabellado.


Para enfrentar tus miedos tienes que hacer que tus pensamientos positivos sean los que te dominen. Los pensamientos que se relacionan con el miedo solo te atraerán más miedo, así que déjalos atrás. En lugar de esperar siempre lo peor, entrena a tu mente para ver y esperar lo mejor. Dale cabida a las mejores ideas sobre el futuro.

«Y fue cuando estaba cayendo que abrí mis alas y aprendí a volar»
-Anónimo-

Quítale tiempo, energía y atención al miedo. Vuélvete consciente de la forma en que gastas estos tres elementos. Es importante estar consciente, preparado y enfocado en encontrar las soluciones que reduzcan las situaciones que te generan miedo. No intentes huir. Empieza a contraatacar.

El miedo se alimenta de los fracasos y de las ideas negativas que surgen de los eventos negativos de nuestras vidas. Por ello, para enfrentarlo es importante que recuerdes y conozcas cada victoria que has tenido. Solemos restarle importancia a nuestros triunfos, cuando deberían ser nuestra herramienta para imponernos nuevos retos y persistir.


«La verdadera fuerza viene no de aparentar fortaleza todo el tiempo, sino de reconocer las propias debilidades y saber pedir ayuda»
-Melody Beattie-

Pide apoyo a tu familia y amigos. La familia y los amigos son una de las fuentes que más confianza nos generan. Cuando sientas que estás a punto de ser vencido por tus miedos pídeles ayuda. Seguramente te ayudarán a ver las alternativas y a tomar los riesgos necesarios. Así podrás ver desde diferentes perspectivas tu situación y abrir los ojos ante una realidad diferente.

Nuestros miedos, reales o imaginarios, se alimentan de nuestra inseguridad. Pero cuando nos reímos de ellos y los minimizamos los podemos ver con la perspectiva adecuada. Al hacerlos el objeto de nuestra risa, les quitamos poder y lo tomamos nosotros, esto nos facilitará tomar el reto y enfrentarlos.


Lleva una lista de los miedos vencidos. Cada vez que logres el punto 1 y hayas vencido un miedo, anótalo en una lista. Esto será un recordatorio de tu capacidad para salir adelante y la próxima vez que te enfrentes a un miedo, revisa esa lista y ármate de valor para aumentarla. Además, así también podrás ver tus avances y analizar todo desde una perspectiva diferente.

«Atrévete a enfrentar tus miedos: si algo temes hacerlo, el miedo se desvanecerá cuando lo hagas»
-Desafiando imposibles (libro)-

Detrás De La Apariencia

Si un hombre o una mujer hace una pregunta clamando por la verdad pero a su vez pide que la respuesta sea amable respetando la sensibilidad de quien pregunta es porque el que pregunta quiere seguir siendo infantil. Está mostrando la dualidad enfermiza en la que vive. Afirmando: “quiero pero no quiero” es una persona que se reconoce como es pero además reconoce que no puede ser así hacia fuera, que está obligada a mentir, pero esa idea es mentira.

El que escribe la carta asume el engaño y se hace cargo del motivo por el que miente. Esto es muestra de que es una persona que es consciente de sí misma.

Por otro lado reconoce su mentira, su autoengaño y sus estrategias para ocultar lo profundo y esconderse. Esto prueba que es una persona que ya ha iniciado y avanzado mucho en el camino de Evolución Interior.

Y además se hace cargo de haber creado su propia cárcel en donde vive, y revela la auténtica valoración que se tiene a sí misma. Por tanto sabe lo que no es y lo que es, pero está tan atrapada en el confort de la mentira -que le asegura la falsa aceptación de los otros- que pide a gritos que alguien desde fuera de su cárcel le pueda demoler el muro de la cárcel de autoengaño en la que se encuentra. Esto demuestra que está lista para ser confrontada.

Por eso puedo decirte directamente: «No puedo hacer nada para que ese muro se derrumbe», “Eliges no vivir” “Has decidido no madurar” “Tienes miedo a cambiar” “Te has acostumbrado a sentirte sola e infeliz” “Eres capaz de sacrificar tu floreciendo para respetar la mentira de otros” “Todavía no has podido sanar la herida del rechazo” y podría decirte muchas cosas más que se resumen en una sola pregunta ¿Te vas a perder esta oportunidad que te da la vida de romper con todas las mentiras de un solo golpe?

Con un golpe de consciencia te liberas para siempre.

La libertad está en tus manos no en las mías, el muro es tuyo e interno, los otros no tienen nada que ver con tu cárcel, es tuya, allí vives; y la mala noticia es que es una cárcel sin rejas, sin cadenas ni candados y sin muros, por tanto puedes salir cuando quieras sencillamente porque ya eres libre pero te has creído ser una esclava. Ahora tú decides si seguir tu camino creyéndote la mentira de que no puedes y que tú misma has credo, o respetando la verdad que ahora conoces, y que tu misma has buscado.

Dando el salto de tu vida hacia la comprensión del valor de una decisión, ocurre el milagro de la propia liberación.

En el fondo de esta situación se debate la autoridad interna, el sentido de la vida y la posibilidad de vivirla desde el poder interior que fluye desde el día que decidimos ponernos a nosotros mismos en primer lugar, y a partir de ahí no permitir que los otros nos aleje de lo que sentimos ni nos hagan responsable de ellos y sus asuntos.

En la manera que tenemos de comunicarnos con los otros están los secretos del nivel de madurez que tengamos y del nivel de madurez que creamos que los otros tienen. Cuando nos tratamos desde lo profundo con madurez evolucionamos, tanto el emisor como el receptor dan un giro hacia la madures. Pero cuando nos tratamos desde la mentira o el miedo a ser rechazados estamos siendo conniventes con el engaño y la desgracia de no poder ser nosotros mismos.

Es cierto que el amor es más fuerte que cualquier barrera; cuando abrimos el corazón, se expande el amor propio, y se derrumban todos los límites.

viernes, 22 de mayo de 2020

El Valor De Una Vida


Nada debe valorarse más que la vida humana, de la misma manera que no hay justificación para que un ser humano se considere superior a otro. Sin embargo, nos encontramos inmersos en un sistema deshumanizante que otorga valor a las personas por el dinero, posesiones o logros. Esto nos crea la necesidad de redescubrir el valor del ser humano.

Tenemos un valor incalculable; no somos el resultado de la evolución, de un accidente cósmico o una forma de vida biológica elevada que por casualidad adquirió conciencia. Fuimos creados como seres racionales, con moralidad, voluntad y discernimiento, únicos sobre la tierra con cuerpo, alma y espíritu, capaces de obrar para bien. Somos obra de un creador que con sabiduría e inteligencia nos hizo con un propósito, que no consiste en acumular posesiones o riqueza, sino en que tengamos como prioridad el cuidado y desarrollo integral de todo ser humano desde el momento de su concepción, utilizando para ello todos los recursos disponibles.

La racionalidad y moralidad nos da la capacidad de obrar para el bien, no solo para sí mismo, sino también para los demás. ¿Qué ha ocurrido entonces que hemos desvalorizado la vida, perdiendo la sensibilidad ante la necesidad y el dolor ajeno? Los grandes desafíos que tenemos en nuestro país, como la desnutrición infantil, carencia de atención en salud primaria y preventiva, el hambre y la miseria, el analfabetismo, la violencia que produce muerte y dolor a millares de familias o la desintegración familiar, exigen de cada uno de nosotros una respuesta concreta, comenzando con los gobernantes, puesto que han sido puestos en autoridad para servir, para buscar el bien común, no el beneficio propio.

Con frecuencia argumentamos que somos un país pobre, dependiente y limitado para enfrentar estos desafíos. Sin embargo, somos un país rico en recursos y potencial humano, con capacidad de generar oportunidades para el desarrollo integral de todos sus habitantes. El verdadero problema radica en que no estamos valorando la vida en la dimensión correcta, nos hemos vuelto indiferentes ante el drama de nuestros semejantes. Esto se evidencia, por un lado, en la forma como se administran y distribuyen los recursos públicos (actos de corrupción o en la priorización de cosas que no buscan satisfacer las necesidades primarias de la población) y por el otro, en la negativa o evasiva de cumplir a cabalidad la responsabilidad de pagar impuestos. Tanto lo uno como lo otro es inmoral y condenable.

La valoración del ser humano es un desafío ético para todos los que formamos parte de la sociedad. La riqueza y las posesiones son instrumentos que deben servir para el beneficio de los demás, no para fines egoístas.

Evaluemos nuestro actuar, cumpliendo de manera justa y honesta con el rol que nos corresponda y en cuanto tengamos la oportunidad y la posibilidad ayudemos al necesitado, recordando que aquel que sabe hacer el bien y no lo hace, le cuenta como pecado, porque pudiendo hacer algo por sus semejantes y no lo hizo, se hace parte del problema, no de la solución. Solo con Dios es posible construir una sociedad distinta.


Las Convicciones



 “Lo que creemos tiene el poder para crear y para destruir”

Lo malo es que la mayoría de nosotros no decidimos conscientemente en qué vamos a creer y, además, nuestras creencias se basan a menudo en una mala interpretación de experiencias pasadas. Solemos desarrollar con frecuencia creencias limitantes acerca de quiénes somos y de lo que somos capaces. Como no hemos alcanzado el éxito en el pasado creemos que ya no lo podremos alcanzar en el futuro.

La mayoría de quienes dicen ser realistas están viviendo en el temor, asustados ante la posibilidad de verse defraudados de nuevo. A partir de ese temor desarrollan creencias que les hacen vacilar y esconderse. No están dispuestos a arriesgarse. Son los pesimistas. Manejan expresiones como “es lo que hay” “las cosas son así” o “no hay nada que hacer”. Estas creencias destruyen su capacidad para actuar y enfrentarse a los retos que se les presentan.

En psicología este estado mental destructivo se denomina incapacidad adquirida. Se presenta en las personas que suponen que tienen información completa de una situación por sus experiencias. Esto es debido a una aceptación rígida de algo que funcionó en el pasado y una negativa a considerar otras alternativas y perspectivas. Estas experiencias pueden ser tanto personales como provenientes de situaciones que han observado en otros. También por aprendizajes familiares
.
Los optimistas son aquellos que, a pesar de no disponer de referencias para el éxito, o incluso de tener referencias de fracaso, se las arreglan para ignorarlas. Se imaginan a sí mismos haciendo algo diferente cada vez y teniendo éxito con creencias como “el pasado nunca equivale al futuro” o “si persisto lo conseguiré”. 

Su confianza les hace tenaces y perseverantes y esto les aporta certidumbre lo que contribuye a que desarrollen convicciones poderosas que les ayudan a alcanzar sus objetivos.