jueves, 4 de junio de 2020

El Talento Vigente

Recuerdo que era todavía un adolescente cuando cayeron en mis manos las obras completas de William Shakespeare. Vienen a mi memoria, aquel hondo impacto que me causaron cada uno de sus personajes y sus tramas y la viva emoción con que las leí. ¿Por qué? Porque es un autor sumamente sugerente, que invita al lector a pensar, a reflexionar sobre temas profundos, como son: el sentido de la vida, las pasiones humanas, los conceptos del bien y del mal, la muerte, el Más Allá...


Desde luego, no se trata de un autor más entre los muchos escritores, sino de un gigante de la Literatura Universal de la talla de Miguel de Cervantes Saavedra; del Dante y su “Divina Comedia”; de Homero con su “Ilíada” y “La Odisea”; de Thomas S. Eliot con su magistral obra poética “La Tierra Baldía”, quien aporta las claves de la crisis de valores de nuestra cultura; de Charles Dickens, quien a través de sus obras despertó la conciencia social de millones de ingleses de varias generaciones; de Alexandr Solzhenitsyn, quien descubrió al mundo occidental el verdadero rostro de la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, etc.

¿Por qué resulta fascinante la lectura de Shakespeare? Porque explora la conciencia humana hasta límites nunca antes abordados en el quehacer literario. Desglosa asombrosamente las diversas facetas que tienen la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia, la pereza...

Por ejemplo, resulta estremecedora su obra “Macbeth” en la que los esposos protagonistas van cometiendo una serie de crímenes, mediante engaños, hasta que –con las manos manchadas de tanta sangre derramada– comienzan a perder la lucidez y el equilibrio mental. 

El autor inglés demuestra cómo el ser humano tiene la funesta capacidad de hacer el mal hasta límites insondables.

Si alguien dijera que “Shakespeare resulta ya obsoleto”, sin duda, sería una afirmación desacertada, porque tan sólo en su obra “Hamlet” en que el joven protagonista sufre y se enfrenta a una serie de graves sucesos y desencantos, en su desesperación, se plantea una frase que ha permanecido a lo largo de los siglos: “Ser o no ser. Ésa es la cuestión”. Es decir, si existen la maldad y los engaños, entonces, ¿qué sentido tiene la vida humana? ¿Hay alguna razón por la que valga la pena existir?...

La misma cuestión fue planteada en el siglo pasado, cuando la humanidad se enfrentó a dos terribles Guerras Mundiales y sobrevino en la población un estado generalizado de tristeza, pesimismo y hartazgo de vivir y que desembocó en la “Filosofía Existencialista”, como por ejemplo: el pensamiento de Jean Paul Sartre, quien afirmaba: “el hombre es una pasión inútil” y “el infierno, en realidad, son los demás”; Martin Heidegger, filósofo alemán que sostenía que “el-hombre-es-un-ser-para-la-muerte”; el escritor francés Albert Camus aseveraba que no se podía vivir con esperanza, ilusión ni alegría porque –en su particular visión trágica de la vida– el hombre es un ser intrínsecamente perverso y había que explicar antes las raíces profundas del mal. Así lo expresa en sus obras: “La Peste” y “El Extranjero”.


Por otra parte, William Shakespeare sigue siendo fuente de inspiración para novelistas, poetas, autores de obras de teatro, escritores de guiones de cine y series de televisión. Fue tal su genialidad, que sus obras de teatro se siguen presentando con éxito; algunas han sido convertidas en piezas de ópera; y, en definitiva, perviven muchas de sus frases y conceptos en la cultura de nuestro tiempo.


Construir Nuestra Senda

Por eso conviene seguir lo que es general a todos,  es decir, lo común; pues  lo

general a todos es lo común. Pero aun siendo el logos general a todos, los
Más viven como si tuvieran una inteligencia propia particular”
Heráclito

Uno de los mayores enemigos de la realización y el éxito es esa tendencia que solemos tener los seres humanos de compararnos constantemente con los demás. Tendemos a mirar a nuestro alrededor con la intención de encontrar precisamente esos ejemplos que hacen que nuestros logros parezcan insignificantes en relación a los conseguidos por otros. Y esa dinámica termina siendo totalmente desalentadora.

Pienso por un instante en la increíble cantidad de personas que fruto de esta dinámica han terminado incubando una falsa creencia de falta de valía para lograr sus sueños y aspiraciones. Por qué lo triste es que no se dan cuenta de que en la mayoría de las ocasiones están comparando sus comienzos con los finales de los demás.

Y permíteme que me explique. Es muy frecuente caer en el error de comparar nuestros resultados cuando iniciamos la persecución de cualquier objetivo con los resultados de otras personas que ya tienen mucha experiencia o resultados en esas mismas áreas. De ese modo, es habitual encontrar por ejemplo al joven programador que compara sus resultados con los obtenidos por el fundador de Facebook, o el guitarrista que está comenzando que se compara con Mark Knopfler o el empresario que se compara con alguien que tuvo mucho suceso.

Cuando esos ejemplos sirven de inspiración, están cumpliendo su verdadera función: demostrarte lo que es posible lograr cuando uno pone en juego todo su máximo potencial. Pero cuando para lo único que sirven es para multiplicar en ti sentimientos de falta de valía o capacidad, sería mucho mejor que dejaras de fijarte en ellos y pasases a centrarte en tu propio crecimiento y evolución en relación a tu punto de partida.

Lo que muchas veces se nos pasa por alto es precisamente eso: estamos en una etapa del camino diferente, y por tanto no es comparable. 

Céntrate en dar lo mejor de ti mismo y en disfrutar todas y cada una de las etapas del camino. Y desde esa perspectiva toda la experiencia se transforma, y se empieza a ver como posible alcanzar cualquier altura que te atrevas a soñar.


Contemplemos


 Decíamos el otro día lo muy importante que es observar (contemplar). Es todo un arte al cual uno debe dedicar enorme atención. Vemos sólo de un modo parcial, 
nunca vemos algo por completo, con la totalidad de nuestra mente y no lo hacemos porque el mundo de nuestra percepción lleva subtítulos. 

Vemos el mundo a través de unas gafas conceptuales.

Hemos de aprender este arte extraordinario o siempre andaremos funcionando, viviendo a través de una parte muy pequeña de nuestra mente, de un pequeño segmento del cerebro: el prejuicio.

Nunca vemos nada de manera total, debido a diversas razones, y no solo nuestra visión es parcial sino que no vemos nunca “la cosa en si” sino más bien la utilidad de las cosas. Por ejemplo este teclado que ando aporreando en este momento, es un “teclado”  que sirve para escribir en mi ordenador, ¿pero qué es en realidad un teclado, ¿sabemos qué es un teclado en sí?

 Estamos tan comprometidos con nuestros pequeños problemas, tan densamente cargados con creencias, con tradiciones, con la memoria y con la utilidad, que esto nos impide realmente mirar o escuchar simplemente. 

Nunca vemos un árbol, lo miramos siempre a través de la imagen que tenemos de él, del concepto acerca de ese árbol; pero el concepto, el conocimiento, la experiencia es algo por completo diferente del árbol real.

En este lugar uno está rodeado ‑afortunadamente‑ por una gran cantidad de árboles; y si ustedes miran en torno mientras proseguimos con este tema, si verdaderamente miran, descubrirán lo extraordinariamente difícil que es ver de manera tal que ninguna imagen, ninguna pantalla se interponga entre el ver y el mirar. 

Por favor, háganlo; no me miren a mí, miren el árbol, descubran si pueden verlo completamente. Por «completamente» quiero significar con la totalidad de la mente y el corazón, no con un fragmento de ellos, pues lo que vamos a investigar esta noche requiere una observación así, un ver así. A menos que lo hagan realmente (sin teorizar, sin intelectualizar o traer a colación temas que no hacen al caso) me temo que no podrán seguir de cerca aquello que intentaremos examinar juntos.

Este párrafo de Khrishnamurti al que he modificado en algunos tramos me viene perfecto para hablar de algo que esta mañana me ha estado rondando por la cabeza. 

Es la dificultad que tenemos los humanos para observar un fenómeno sin meter en esa observación algo nuestro, sea emociones, el miedo, la rabia, la compasión o nuestro prejuicios -creencias- políticas o de cualquier otra clase.

Pretender discutir con alguien que (aparentemente) para sus adentros no traza una línea divisoria entre voz imperativa (lo que se debe) y voz descriptiva(lo que es); entre su deseo de apreciar (visualizar) “Lo que es” y “Lo que debería ser”; es pretender y nada más que pretender realizarlo.

Creo que este comentarista puso el dedo en la llaga entre las diferencias entre contemplar un fenómeno y resolver un fenómeno problemático,


Ver y mirar no son la misma cosa.


El Libro Adecuado

Me he dado cuenta de que existen muchas personas que dicen que no les gusta leer, pero llenan sus redes sociales de frases, las comparten, les dan like en instagram, las convierten en su nuevo tatuaje, o las ponen como mensaje en todas sus fotografías. Y además están las personas que leen cadenas, estados largos de confesiones de otros usuarios y miles y miles de tweets.

Si eres de esas personas, te hago esta pregunta:

¿De verdad no te gusta leer, o solo no te estás dando la oportunidad de encontrar algo que te gusta?
Entiendo que nuestro sistema educativo le ha quitado todo el romance a la lectura, y ha hecho que se vuelva una obligación de mal gusto, a pesar de que sus beneficios son hasta transformadores; pero si a ti te encanta leer frases, quizá hay en ti un lector reprimido que está esperando por algo que lo inspire.

Te aconsejo que hagas la prueba: si te gusta una frase, busca quién es el autor, en qué libro dijo lo que tanto te gustó y leas ese libro. ¿Quién sabe? En una de esas hasta termina siendo tu libro favorito.
Que no te importe si la portada no se ve muy bonita, o si el libro tiene más de 100 páginas. Inténtalo, que tu vida está ahí para que hagas algo nuevo cada día, y para que todo eso que hagas te ayude a seguir creciendo.

martes, 2 de junio de 2020

Saturados De Tecnología

Actualmente estamos viviendo una gran revolución de la información sin darnos cuenta y sin conocer totalmente la tecnología que nos rodea. Nuevos cambios hacen que tengamos que actualizarnos constantemente en conocimientos relacionados con las nuevas tecnologías.


Las personas, tanto las que están estudiando como las que ya han finalizado su etapa de aprendizaje, tenemos la obligación de conocer cada vez más sobre el funcionamiento de las nuevas tecnologías. ¿Por qué?, realmente si queremos competir en un futuro en un mercado laboral como en el que nos encontramos hoy en día es fundamental estar actualizado.

Tenemos, es más, necesitamos, desarrollar nuevas capacidades para poder "competir" en el mercado laboral, además de aprender a manejar diferentes equipos tecnológicos ya que estos forman parte de nuestra vida cotidiana.

Las nuevas tecnologías, relacionadas con nuestro entorno, están agilizando, optimizando y perfeccionando algunas actividades que realizamos en nuestro día a día. La comunicación en la actualidad es algo que ha avanzado mucho, una comunicación que es mucho más rápida que antes. Un ejemplo de comunicación actual, en concreto a través de Internet, en el caso de transmitir mensajes, imágenes, vídeos y todo tipo de documentos desde diferentes partes del mundo durante las 24 horas del día es algo que ha desplazado definitivamente el envío de documentos por otros medios, como el servicio postal convencional.

Los nuevos "aparatos" electrónicos, de los que estamos constantemente rodeados, nos permiten realizar tareas que se hacían de forma manual, eso sí, de una forma más ágil y eficaz.

La tecnología juega un papel muy importante en el mundo desde el momento en que se crea un "algo" innovador que todos queremos tener cuanto antes. Todos queremos estar a la moda y presumir de tener lo último del mercado.

Un ejemplo de esta competitividad por tener lo mejor del mercado son los teléfonos móviles, algo que no solo es en sí el propio teléfono, sino también todos los accesorios que mejoran, ya sea en rendimiento o en la estética, nuestro móvil. En este caso además de requerir una actualización de conocimiento para comprender todas y cada una de las funciones que nuestro nuevo teléfono contiene, es necesario tener un bolsillo bastante amplio para hacer frente a los gastos que tener una tecnología de estas características. 

Pese a que el desarrollo y expansión de esta tecnología continúa siendo desigual en diferentes países del mundo, lo cierto es que ya existen más aparatos que personas en nuestro planeta. Y lo que hace solo 5 años era un teléfono móvl inteligente (smartphone), hoy día es un auténtico ordenador personal en el que la función de llamada se ha quedado en un ámbito absolutamente secundario.
Algunos usuarios de Android y otros sistemas operativos como Windows Phone, Blackberry o Iphone, montaron en cólera en 2014 al recibir una notificación por parte de la compañía propietaria de la aplicacion Whatsapp(actualmente propiedad de Facebook) con un mensaje de alerta advirtiendo que su licencia gratuita expiraría y que para seguir utilizándolo sería necesario realizar un desembolso económico, no muy alto, 0,99 céntimos, pero aquello generó un auténtico terremoto que, afortunadamente, con el paso del tiempo ha quedado en una mera anécdota.

Sin embargo, si fue la punta del iceberg de esa tecnología que llegaba para quedarse, en la que en muchos casos, el producto era el usuario, sus datos concretamente. 

Coincidiendo con esa mentalización por parte de los usuarios, en los últimos años las empresas tecnológicas más punteras han conseguido, en casos muy concretos, revertir la política del 'gratis total en internet'. Spotify, AppleMusic, Amazon Prime, abrieron el camino para que los usuarios comenzaran a darle valor a los 'micropagos' por servicios que podían conseguir gratis a través de descargas ilegales pero con mucho más esfuerzo.

Además de realizar pagos mensuales a nuestras compañías de telefonía móvil por servicios de llamadas, mensajes, conexión a internet " sin límite", hoy día ya nos podemos permitir el tener que pagar por aplicaciones que ofrecen un servicio igual a aquello que conseguíamos de manera gratuita con programas de descarga, solo con acceder a los principales markets de aplicaciones como Google Play o Apple Store.

En términos generales la tecnología ha aportado grandes beneficios a la humanidad. Su papel principal es crear una mejora de herramientas y accesorios adaptados a los usuarios para facilitar y ahorrar esfuerzo y, sobre todo, tiempo en nuestra vida cotidiana.


Humanidad Solidaria



QUE ES LA SOLIDARIDAD? La solidaridad es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.


Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en épocas de guerra o de grandes desastres naturales.
 
De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.

2)¿PARA QUE SIRVE? Ahora usamos mucho aquello de hermanos, sin pensar (quizá) que si no hay solidaridad no hay amistad, ni hermandad ni nada que se le parezca.

"HAY QUE COMPARTIR, VER QUE NOSOTROS NO SOMOS LOS UNICOS QUE VIVIMOS EN LA TIERRA.


ASI VEMOS QUE MUCHO MAS ALLA DE LO NORMAL, EXISTE LA POBREZA, LA INJUSTICIA, TODOS LOS DIAS ES ALGO PEOR ¡AUDEMOS!

EL MUNDO ES MALO MUY MALO PONTE SERIO Y COLABORA. CADA VEZ QUE AYUDES A ALGUIEN MIRA A SUS OJOS Y TE DARAS CUENTA DE LO NECESITADO QUE ESTA”

Nuestra Empatía


El altruismo se puede definir como la preocupación constante por las necesidades ajenas, es decir, hacer todo lo posible para que los demás gocen de bienestar y tengan lo que precisan.

El altruismo está presente en la cultura, la enseñanza y la religión, así como también en el cerebro. En el caso de los animales, por ejemplo, se lleva a cabo cuando uno de los ejemplares está dispuesto a sacrificarse por el bien de la manada.

El altruismo puro significa sacrificar una cosa, ya sea el tiempo, la riqueza, la energía o el conocimiento sin buscar a cambio ningún tipo de recompensa o compensación. No se busca un beneficio por los actos, ni directos ni indirectos.

El comportamiento altruista dentro del reino animal aumenta las posibilidades de supervivencia de los otros a costas de la reducción de las probabilidades de subsistir uno mismo. Esta teoría, igualmente, no explica mucho más sobre aquellos animales que dan la vida por otros por los que no están emparentados.

Algunas personas son todo lo contrario a egoístas, dan sin mirar a quién, ofrecen hasta lo que no poseen por el bien del prójimo. Las investigaciones mostraron que la clase social, el nivel de educación, el género o los ingresos de dinero pueden explicar por qué se puede ser altruista o egoísta.

El comportamiento altruista no está determinado únicamente por factores cerebrales o biológicos. El volumen de materia gris puede influenciarse por diferentes procesos sociales.

Por ejemplo, al estar rodeado de personas caritativas, con el hábito de donar, dar limosna o ayudar al otro, aumentará la posibilidad de ser altruista también. Si, por el contrario, se vive en un ambiente de egoísmo, de pensar solo en uno y de no dar nada al otro, esto influirá en las decisiones y actitudes. 

Como se decía, no es solamente una cuestión de materia gris, sino hay varios factores influyentes.


Ser Constantes

Hace más de 2000 años, Aristóteles escribió: “la felicidad es la condición”. No es algo que se consigue persiguiéndolo directamente, sino algo que se alcanza por la práctica continua de determinadas acciones de propósito. Es la Ley del esfuerzo Indirecto, que dice simplemente que cualquier cosa que conseguimos en la vida lo hacemos por la vía indirecta, más que de manera directa. 


Todo llega como resultado de hacer otras cosas. Si tú persigues directamente la felicidad, ésta te elude, pero si haces esas cosas que realmente son importantes para ti, y progresas en dirección a tus anhelos según tus valores, te encuentras sintiéndote feliz.

La autoestima también está sujeta a esta ley. Alcanzarás mayor autoestima estableciendo y consiguiendo objetivos y metas cada vez mayores. 

A medida que avances en tu vida, paso a paso, te sentirás mejor y más confiado, y capaz de asumir mayores retos. Tu capacidad para alcanzar grandes logros se desarrolla consiguiendo pequeños logros. De hecho, el hábito de establecer y conseguir pequeños logros es indispensable para pasar a mayores. Sólo puedes creer en ti mismo cuando estás absolutamente seguro de que consigues lo que te propones.

La autoestima no viene de desear, de querer, de pensar; viene de la certeza, de probarte a ti mismo una y otra vez que tienes lo que hay que tener para llegar a donde te propones, sea donde sea. 

Es un estado mental, una actitud más importante que los hechos. Pero debe estar basada en hechos. Tu trabajo es tomar las acciones necesarias para convencerte objetivamente de que eres imparable y capaz de conseguir cualquier cosa en lo que enfoques tu mente.

Toma conscientemente una pequeña acción diaria durante una semana, una acción que te apoye en tu autoestima y que refuerce tus cualidades y tus valores. Sólo una cada día. Y al cabo de siete días, mira a ver cómo te sientes y escríbelo también.

¿Cómo sería si lo hicieras cada día durante un año? ¿A dónde te llevaría?

El Ser Consciente

La existencia de límites de la conciencia, en términos del procesamiento de información, pudiera ayudar a contextualizar dos de las creencias más generalizados sobre el funcionamiento del cerebro: que solo usamos una proporción muy limitada de nuestra capacidad cerebral; y que, determinadas personas pueden prestar atención a varias cosas de manera simultánea.

Las evidencias que se han venido acumulando en los últimos años sobre la forma en que funciona nuestro cerebro parecieran discrepar de esas creencias.
Todo pareciera indicar que nuestro cerebro es un órgano supremamente eficiente. 
Lo que sucede es que su eficiencia es muy diferente de la que podemos esperar de un artefacto electromecánico o electrónico. Ha estado determinada por el imperativo de la supervivencia y el esfuerzo permanente de adaptación al medio, que han sido factores determinantes del trayecto evolutivo de nuestro grupo zoológico, así como de las demás especies. La reducción y simplificación de la información, que caracterizan la atención consciente, son expresión de la eficiencia de funcionamiento cerebral construida, de manera constante y progresiva, durante los millones de años transcurridos en el curso de nuestra evolución biológica.

En todo caso, los procesos de reducción de la información, que se expresan en el fenómeno de la conciencia, son una parte esencial de la eficiencia del funcionamiento cerebral. Pueden ser interpretados como una expresión de eficiencia cerebral en el contexto nuestra evolución biológica.

Por otra parte, la atención que determina los objetos que son abordados de manera consciente, puede asumirse como una expresión de las estrategias de selectividad de la información sensorial que se expresa en los límites de la conciencia.

Sin importar la intensidad del esfuerzo que hagamos por concentrarnos, no podemos percibir de manera simultánea sino unas cuantas señales sensoriales. 

Algunos sugieren que siete percepciones es el número máximo de las que podemos darnos cuenta de manera consciente. Más aún, cuando creemos poder atender a más de un objeto, o representación metal de un objeto, lo que sucede es que podemos modificar, también con una rapidez limitada, el foco de nuestra atención.

Todos hemos aprendido a realizar determinadas tareas de manera inconsciente; sin embargo, cabe destacar que el dominio de la mayoría de los aprendizajes que hemos adquirido de manera deliberada depende del progreso logrado desde el esfuerzo consciente a la automatización.

Pensemos, para ilustrar este hecho, en la lectura que usted está realizando en este momento. La mayoría de los procesos involucrados en ella los está llevando a cabo de manera inconsciente. Tanto el reconocimiento de las letras como representación de sonidos, de los conjuntos de letras como representación de palabras y, progresivamente de ideas, así como de interrelaciones entre esas ideas, son cada uno de ellos conjuntos definidos de tareas, que, en distintos momentos, han requerido una inversión importante de tiempo y dedicación consciente.

Después de considerables y reiterados esfuerzos, dedicados a la práctica intencional de esas diferentes tareas, ahora la mayoría de esos procesos son realizados en su cerebro de manera automática. Si esos esfuerzos se han realizado, es probable que ahora su atención pueda centrarse en otros aspectos de la lectura, como la estructuración de los argumentos, la fuerza de las emociones experimentadas por los personajes, y por usted mismo, o la belleza de las expresiones. O, tal vez, el automatismo de la lectura transcurra incluso sin mayor involucramiento de su atención, mientras su mente explora otros objetos totalmente distintos de la lectura, sin que esto suponga una disminución de su capacidad para la lectura.

No obstante, cuando las condiciones características de la expresión de la automatización se alteran de manera inusual, su atención debe intervenir. Cuando esa alteración demanda respuestas urgentes, la variación del foco de atención suele demandar, entonces, una intervención de la consciencia. Sin embargo, dependiendo de las restricciones existentes en ese instante para la intervención de la atención consciente, las respuestas generadas por esa variación pueden ser, también, inconscientes, con resultados fuera de control y, en ocasiones, catastróficos. Eso es lo que sucede cuando la creencia de que podemos atender de manera simultánea a varios objetos mentales nos lleva, por ejemplo, a asumir el riesgo de pretender llevar a cabo una conversación telefónica y conducir un automóvil.

Muchos de los mitos predominantes sobre el funcionamiento del cerebro se originan en la asimilación de ese funcionamiento de las herramientas construidas por los seres humanos.

En los tiempos más recientes, el funcionamiento del cerebro se ha considerado como análogo a la forma de funcionamiento de las computadoras, destacando el hecho de que el cerebro puede ser considerado, de manera primordial, como un órgano especializado en el procesamiento de información.

Esa forma de ver las cosas parece estar cambiando de manera radical. Hoy en día pareciera irse conformado un consenso, cada vez más amplio, en el sentido de que el cerebro humano es el objeto de mayor complejidad, y de funcionamiento más eficiente que podemos conocer.

En nuestros días suele asumirse cada vez con mayor frecuencia, que el futuro desarrollo de los sistemas computacionales depende, de manera fundamental, de la forma y medida en que estos puedan llegar a reflejar la eficacia y eficiencia de la organización y el funcionamiento del cerebro humano. Situación que, desde luego, plantea nuevos desafíos al destino futuro y la coexistencia de los seres humanos y las máquinas.

 Aun desconociendo el curso que habrán de seguir esos desafíos, podemos afirmar que muchos esfuerzos de aprendizaje pueden ser mejor orientados y justificados, y muchos riesgos del comportamiento podrían evitarse, si nos atrevemos a aceptar las limitaciones y, en consecuencia, las posibilidades más realistas y evidentes de nuestra conciencia.



Algo Esencial

Esencia es una palabra que representa algo que está más allá de la comprensión humana, algo que las palabras no pueden expresar.

La Esencia es el origen y la sustancia de todo lo que existe. Es la Fuerza Creadora de todo y la Energía, la sustancia, de la que todo está formado. Toda la Creación es Esencia manifestándose en una variedad infinita de formas. Tú eres una de esas formas, y al mismo tiempo la Totalidad de la Esencia.

La Esencia es un ser, el Ser Único. El Uno es también el Todo. La Esencia es la Unidad y la Totalidad de la existencia. Es Infinita, no tiene límites. La Esencia es lo único que verdaderamente existe. Se manifiesta a Sí Misma en una infinidad de dimensiones, universos y realidades.

Pero todo eso son ilusiones: la única verdad detrás de todas las apariencias es la Esencia; es la verdad. La Esencia es la Fuerza Inteligente Creadora de todo lo que existe, y forma la totalidad de la Creación de Su Misma Esencia—no existe otra cosa con la que se podría crear algo. La Esencia es tanto el Creador como lo Creado. La Esencia es el principio, el proceso y el fin de todo lo que existe, y al mismo tiempo Ella es sin fin, infinita. Toda la Creación es una ilusión dentro de la Esencia, hecha por la Esencia a partir de la Esencia.

Solo existe la Esencia; el Uno. TÚ eres ese Uno. TÚ eres la Totalidad de la Esencia, tú eres el Uno. No hay otra cosa que podrías ser; solo existe el Uno. Y no eres una parte de la Esencia: no hay partes, solo el Uno. La Verdad es que solo existe la Esencia Única y TÚ eres Eso; eres el Uno-Todo. (Esta verdad, que TÚ eres el Uno y el Todo, es algo que no se puede comprender con la mente humana—pero tú puedes experimentarlo porque tú Eres Eso.

Por tanto, el estudio de la Esencia es el estudio de Ti Mismo, de Quien Eres Realmente.

Valor Del Tiempo


 La riqueza es la libertad y la capacidad de elegir qué voy a hacer con mi tiempo."
 Chuck Blakeman

“Cuando eres joven tienes todo el tiempo y toda la energía para disfrutar de la vida, pero no tienes dinero. Cuando llegas a una edad madura tienes el dinero y la energía, pero no tienes tiempo. Y cuando te retiras, tienes el dinero y todo el tiempo, pero no te queda energía.” 

Esta es, desgraciadamente, la gran paradoja de nuestra sociedad moderna. Pero no tiene por qué ser así. Tu visión de la vida puede incluir tiempo, energía y dinero a partes iguales en todas sus etapas. Sólo tienes que dejar de pensar en la jubilación y definir los objetivos que te lleven a disfrutar de todo tu tiempo.

Y empezar.

Ahora.


lunes, 1 de junio de 2020

La Templanza

El término templanza es de origen latín templararia, es una cualidad humana que consiste en actuar o hablar de forma cautelosa y justa, con sobriedad, con moderación o continencia para evitar daños, dificultades e inconvenientes.

La templanza es una virtud que permite al individuo controlar las pasiones, vicios e impulsos frente a los encantos de los deseos, placeres o instintos. La templanza requiere un buen juicio, prudencia, discernimiento, precaución y sabiduría.

La templanza es un valor que permite al individuo tener dominio y control sobre sus actos, logrando mantener el equilibrio, a través del disfrute de las cosas buenas sin caer en el exceso ya que se puede transformar en dañino o perjudicial para el propio. Por ejemplo: el alcohol, la comida o el sexo, que pueden ser peligrosos si se deja a un lado la templanza.

Por otro lado, en el área de la pintura, la templanza es la armonía y buena disposición de los colores.

En relación a la climatología, la templanza hace referencia a la moderación del clima. “El trabajo del jardín se llevará en épocas de mayor templanza”.

Los sinónimos de templanza son moderación, mesura, ponderación, cuidado, prudencia, etc. Por su parte, los antónimos son abuso, exceso, imprudencia, desenfreno, entre otros.

Motivados


La motivación es un reflejo de tus emociones y no puedes confiar en ellas por completo cuando se trata de formar nuevos hábitos. En cambio debes combinarla con autodisciplina. Esa palabra puede dar miedo a algunos de ustedes pero la verdad es que no pueden estar seguros de que su excitación inicial sobre un nuevo hábito estará en el mismo nivel después de unas semanas.

La autodisciplina es la parte desafiante del proceso pero se puede aprender. La motivación te llevará a través de la puerta si quieres entrenar para un medio maratón pero la autodisciplina te hará usar esos zapatos para correr incluso cuando llueva afuera y todo lo quieras hacer es acurrucarte y ver programas de televisión. La autodisciplina es esencial para alcanzar tus objetivos porque te hará superar tus límites y descubrir un lado nuevo de ti mismo.

“La disciplina es el puente entre las metas y los logros.”
Jim Rohn.

Experimentarás malos días en tu viaje de formación de nuevos hábitos y eso está perfectamente bien. Después de todo estás tratando de mejorar y no siempre será fácil especialmente después de que la euforia desaparezca. Sin embargo la autodisciplina te mantendrá en el buen camino y continuarás avanzando. Y después de un tiempo tus nuevos hábitos se convertirán en parte de tu vida.

Si quieres formar un nuevo hábito, debes ser dedicado. Como cuestión de hecho, un estudio mostró que generalmente te tomará sesenta y seis días antes de que un hábito se convierta en una parte normal de tu vida cotidiana. Tienes que seguir con eso hasta que el hábito se convierta en una rutina

La motivación es crucial para el primer paso de tu viaje. Te hará sentir la emoción y estarás ansioso por cambiar. Tus emociones y enfoque serán altos durante las primeras semanas pero desaparecerá. La autodisciplina debe hacerse cargo cuando esto suceda. Pero ten en cuenta que no eres una máquina y que puedes permitirte omitir uno o dos días. Eso está perfectamente bien siempre que sepas lo que está sucediendo. Deberías seguir adelante el día siguiente.

Formar nuevos hábitos se sentirá como un paseo salvaje porque a veces estarás motivado para revisar toda tu lista de tareas y completar cada tarea en un día. 

Pero habrá momentos en los que ni siquiera podrás comenzar a escribir. Esta es la razón por la cual tanto la motivación como la autodisciplina son partes significativas de la formación de hábitos. 

Una vez que los combines, obtendrá la clave que eventualmente te ayudará a formar un hábito.


Somos Diversos


Es preciso rechazar contundentemente la crítica que a menudo se hace de la diversidad cultural como causa de conflictos.

Son los intentos de suprimir la diversidad lo que genera los problemas, cuando se exalta "lo propio" como lo único bueno, lo verdadero, y se mira a los otros como infieles a convertir, si es necesario, por la fuerza.

O cuando se considera que los otros representan "el mal", la causa de nuestros problemas, y se busca "la solución" en su aplastamiento.

 Los enfrentamientos no surgen porque existan particularismos, no son debidos a la diversidad, sino a su rechazo. Son debidos a los intentos de homogeneización forzada, a los fundamentalismos.

Conviene aclarar, por otra parte, que la defensa de la diversidad cultural no significa aceptar que todo vale, que todo lo que los pueblos crean sea siempre bueno.


Lo que es siempre bueno, en cualquier dominio, es la diversidad, porque nos hace ver que no hay una única solución a los problemas, una única ley incuestionable…


La Mente Puede

Durante siglos, mujeres y hombres intrépidos han desafiado los límites de la resistencia humana en algunos de los eventos deportivos más duros realizados en los sitios más inhóspitos.


Tan pronto como el hombre primitivo empezó a recorrer largas distancias para cazar, nuestras largas extremidades, piel sin pelaje, combinada con la habilidad de sudar para regular la temperatura del cuerpo, han evolucionado para hacernos más resistentes. Pero esto no quiere decir que nuestro cuerpo no tenga sus limitaciones.

En el pasado, se creía que la fatiga muscular hacía que nuestro cuerpo se frenara tras un excesivo esfuerzo intenso.

Pero hoy en día un creciente número de científicos cree que la clave de la resistencia física está en la mente.

La teoría del profesor Tim Noakes, de la Universidad de Ciudad de Cabo en Sudáfrica, sugiere que es nuestro cerebro y no los músculos lo que dictamina cuán lejos podemos llegar. Durante la actividad intensa nuestro cerebro inconscientemente sienta las bases para evitar que el cuerpo sucumba ante el esfuerzo extremo.

El ex jugador de rugby Richard Parks fue la primera persona en escalar las montañas más altas del mundo y alcanzar los tres polos -el norte, el sur y la cumbre del Everest- en siete meses.

"Ya sea esquiar al Polo Sur o escalar las montañas más altas del mundo, como atleta extremo siempre he tenido que entrenar muy duro físicamente", explica Parks. "Pero cada vez soy más consciente de que es mi mente y no la fuerza bruta lo que me ayuda a superar las situaciones más difíciles y de vida o muerte".

Sin embargo, científicos como el profesor Sam Marcora, de la Universidad de Kent, opinan que la razón por la que los atletas pueden superar sus límites, descansar y recuperar las condiciones para intentarlo otra vez, se debe a un mecanismo consciente que depende de la percepción individual del esfuerzo excesivo.

Varios estudios demuestran que los atletas que hacen un entrenamiento físico y mental tienen un mayor margen de mejora: tanto como 120%, comparado con el 40% de aquellos que sólo trabajan su forma física.

El hombre detrás de los mejores logros deportivos del Reino Unido, el doctor Steve Peters, cree que nuestro cerebro se puede verse como tres áreas independientes capaces de trabajar en conjunto.

Nuestro lado "humano" es lógico, el "animal" es emocional, vital para sobrevivir pero responsable de la ansiedad, el nerviosismo y las decisiones impulsivas.
Por último está nuestra "computadora", responsable de programar los pensamientos y el comportamiento aprendido. Para los atletas de élite, aprender a controlar el lado animal es vital.

Afortunadamente, como el resto del cuerpo, el cerebro puede entrenarse para un gran evento.

El ciclista de pista británico Chris Hoy es un gran defensor de las técnicas de Peters. Él ha ganado seis medallas olímpicas y once de mundiales
Los avances en neurociencia y tecnología utilizando pantallas táctiles han revolucionado la forma en que los atletas pueden entrenar.

Las habilidades que antes se pulían en el campo ahora se mejoran en laboratorios futurísticos deportivos donde el entrenamiento del cerebro mejora el desempeño atlético.

Ahora el entrenamiento por encima del cuello se considera tan importante como el físico, lo que le permite a los atletas añadir repeticiones mentales a sus series sin ninguna fatiga física.

Las pruebas cognitivas también pueden detectar áreas de debilidad, lo que para un atleta de resistencia puede incluir ansiedad, fatiga, estrés, metabolismo y clima.

Entonces, ¿en verdad reside en la mente la resistencia física?

De acuerdo con Matt Furber, jefe científico del laboratorio GSK de desempeño humano, "definitivamente la mente juega un papel en el desempeño físico, pero la economía del ejercicio, maximización y horas de entrenamiento son la prioridad en el desempeño de resistencia".

Sin embargo, Barry O'Neill, jefe del laboratorio cognitivo, cree que mucha gente puede lograr ese nivel de preparación fisiológica "pero lo que diferencia a una pequeña élite del resto del grupo es la mente".

El entrenamiento del cerebro sólo está rasguñando la superficie sobre lo que es posible. Pero ya es visto como un ingrediente esencial para que cualquier atleta logre esa diferencia sobre su oponente.


Para ser el mejor, la mente debe ser tan fuerte como el cuerpo.

Ley De Atracción


El universo es complejo y todos formamos parte de esa estructura que estamos lejos de comprender, por lo tanto, nos parece más razonable pensar que todo obedece a un plan común y que unos nos servimos a otros porque todos somos la misma cosa.

Es decir, que la única ley de la atracción de vale es aquella que favorece a todo el mundo, que lo único que el universo está dispuesto a ofrecernos es aquello que sirva a nivel global.

Por ejemplo, quien sabe si, en algún lugar del mundo, hay alguien ahora mismo haciendo algo que será importante y necesario para mí, y yo, mañana, haré algo que tendrá un gran impacto en la vida de otra persona, sin siquiera saberlo.

Quizá todos y todas somos de una forma específica y pensamos de una forma específica porque somos necesarios para el mundo así.

No es que no seamos partidarias de cambiar aquellas cosas que nos limitan o nos hacen infelices, pero también hemos de tener en cuenta que no somos el ombligo del mundo, que en la vida (como dice el Tao) hay un momento para el éxito y otro para el fracaso y que, muchas veces, es más rentable (emocionalmente hablando) la serenidad de aceptar que el éxtasis de conseguir.

La gran cuestión es, si es la felicidad la finalidad de la vida, o si lo es la calma y la serenidad. A veces, lo que llamamos felicidad es una especie de éxtasis vital que, casi siempre, se parece más a una montaña rusa poco estable que a un estado de plenitud duradero. Sin embargo, la serenidad tiene un componente más estable.

Nos parece más bella una orquídea que un cardo, sin duda, pero el cardo tiene su función en el mundo y pedirle que se convierta en una orquídea puede resultar contraproducente.

Es un ejemplo simplista, sí, pero queremos decir con ello que, a veces, el esfuerzo que nos va a llevar cambiar algo puede tener un peaje más elevado que aceptarnos tal y como somos, aceptar que todo tiene su ritmo y su momento, y aceptar que, no hay mayor logro en la vida que ser uno mismo.