general a todos es lo común. Pero aun siendo el logos general a todos,
los
Más viven como si tuvieran una inteligencia propia particular”
Heráclito
Uno de los mayores enemigos de la realización y el éxito es esa
tendencia que solemos tener los seres humanos de compararnos constantemente con
los demás. Tendemos a mirar a nuestro alrededor con la intención de encontrar
precisamente esos ejemplos que hacen que nuestros logros parezcan
insignificantes en relación a los conseguidos por otros. Y esa dinámica termina
siendo totalmente desalentadora.
Pienso por un instante en la increíble cantidad de personas que fruto de
esta dinámica han terminado incubando una falsa creencia de falta de valía para
lograr sus sueños y aspiraciones. Por qué lo triste es que no se dan cuenta de
que en la mayoría de las ocasiones están comparando sus comienzos con los
finales de los demás.
Y permíteme que me explique. Es muy frecuente caer en el error de
comparar nuestros resultados cuando iniciamos la persecución de cualquier
objetivo con los resultados de otras personas que ya tienen mucha experiencia o
resultados en esas mismas áreas. De ese modo, es habitual encontrar por ejemplo
al joven programador que compara sus resultados con los obtenidos por el
fundador de Facebook, o el guitarrista que está comenzando que se compara con
Mark Knopfler o el empresario que se compara con alguien que tuvo mucho suceso.
Cuando esos ejemplos sirven de inspiración, están cumpliendo su
verdadera función: demostrarte lo que es posible lograr cuando uno pone en
juego todo su máximo potencial. Pero cuando para lo único que sirven es para
multiplicar en ti sentimientos de falta de valía o capacidad, sería mucho mejor
que dejaras de fijarte en ellos y pasases a centrarte en tu propio crecimiento
y evolución en relación a tu punto de partida.
Lo que muchas veces se nos pasa por alto es precisamente eso: estamos en
una etapa del camino diferente, y por tanto no es comparable.
Céntrate en dar lo mejor de ti mismo y en disfrutar todas y cada una de
las etapas del camino. Y desde esa perspectiva toda la experiencia se
transforma, y se empieza a ver como posible alcanzar cualquier altura que te
atrevas a soñar.
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