sábado, 15 de octubre de 2016

Amor Visceral



Tenemos incorporado a nuestro comportamiento social una especie de filtro por el cual intentamos encauzar nuestras reacciones públicas tratando de esta manera que nuestras opiniones puedan ser fácilmente “digeribles” para aquellos a quienes dirigimos nuestras expresiones.

Lo que puede suceder es que esta preocupación por lo que manifestemos a través de la emisión de nuestras opiniones, el recurso en exceso del filtrado de nuestros sentimientos primarios, nos incline por priorizar el comportamiento aceptado como “socialmente correcto” al que debería emanar “naturalmente”  del caudal humano que nos identifica.

Resulta claro y evidente que este filtrado previo seguramente nos será de provecho en el marco de nuestra inserción social, pero es posible que en muchas ocasiones dejemos de lado ese calor único, espontáneo e insustituible de nuestra propia humanidad, cuando esto nos pueda suceder estaremos demostrando en los hechos que "nos puede salir más caro el remedio que la propia enfermedad”.

“Tanto los brotes espontáneos de ira como las personalidades formadas en torno a la sinceridad extrema escapan de los modelos de conducta que la sociedad espera encontrar. Por lo general, se nos educa con una serie de estructuras que nos impiden expresar lo que sentimos constantemente; se nos entrena para reservar este grado de apertura para ciertos momentos muy particulares, muy íntimos. Para atravesar el día a día, las personas consideradas normales deben hacer uso de la mentira y de la falsedad para (según hemos aprendido) evitar herir a quienes nos rodean.

Estamos programados para dejar la sinceridad como último recurso, y esto lo justificamos de muchas maneras: si nuestros empleadores nos explotan y se abusan psicológicamente de nosotros, no los enfrentamos porque la crisis económica vuelve difícil encontrar trabajo; si nuestros amigos no nos apoyan cuando más los necesitamos, a pesar de exigirnos que estemos para ellos el cien por ciento del tiempo, decimos que cada uno es como es y que lo compensan con sus rasgos positivos.”

Entiendo que debemos incentivar el cultivo de nuestros valores, ahondar “en las entrañas de los “valores humanos” para que podamos recoger natural y espontáneamente, todo aquello que nos enriquece en nuestro concepto de lo que debe ser una persona socialmente comprometida e integrada.

Hugo W Arostegui


viernes, 14 de octubre de 2016

Ser Condescendiente


Hay ciertas ocasiones en las cuales nos sentimos inclinados por asumir una postura que nos permita el trazado de líneas de acercamiento con aquellas personas que por una razón u otra se encuentren atravesando situaciones a las que consideramos que necesitan de nuestra aproximación solidaria.

Ahora, cuando nos referimos concretamente al hecho de pretender adoptar una “aptitud condescendiente” sería muy bueno tener en cuenta ciertas consideraciones pues la condescendencia no debería ser utilizada, digamos, livianamente, quien recurra a tal procedimiento, el de ser condescendiente, deberá contar con un sólido criterio, pues no se trata de “ver lo que le pueda estar pasando a este” la aplicación de la condescendencia nos puede resultar como una “espada de doble filo” si lo que nos induce es una forma indirecta de mostrar “cuan superiores podemos ser con tales personas, estaríamos muy lejos de demostrar el grado de empatía que nos embarga.

“Condescendiente es la persona que condesciende o que lleva acabo un acto de condescendencia. Tal como lo dice su nombre, la idea de condescendiente supone que la persona efectúa una acción de ponerse al nivel del otro, tratando de empatizar con sus conflictos y sentir de manera honesta y real la pena o el sufrimiento que el otro siente para poder acompañarlo en tal situación. La condescendencia puede hacerse por gusto, es decir, en situaciones en las que el que actúa como condescendiente también se ve beneficiado, pero también por bondad o por altruismo, a modo de hacer sentir al ser querido que se lo acompaña y entiende. Así, la condescendencia tiene mucho que ver con la empatía, otro sentimiento muy similar.

Sin embargo, en muchos casos la idea de condescendiente también puede tener un aspecto negativo que tiene que ver con la idea de que actúa a partir de la lástima hacia el otro, lo cual nos habla de una cierta sensación de superioridad del que lleva a cabo la condescendencia hacia aquel que sufre. En este sentido, la frase "no seas condescendiente conmigo" significa justamente esto, es decir, una persona que siente que el otro se está tratando de poner en su lugar pero desde un lugar artificial, desde la lástima y desde la superioridad que lo puede caracterizar en ese momento o circunstancia específica.

En nuestro fuero íntimo residen los atributos que nos habilitan para ejercer con total eficacia el debido tratamiento que nuestro espíritu solidario nos indique y confiamos de que podamos aplicarlos en beneficio de toda la comunidad.


Hugo W Arostegui


Tendencias


Cuando se trata de asuntos relacionados con la intención de introducir cambios en el rumbo por el cual nos conducimos, es necesario que prestemos una adecuada atención a los factores que creemos intervienen y que nos obstaculizan una adecuada visión de nuestro horizonte.

Lo que resulta claro es que por el rumbo en el cual transitamos no nos satisface, es decir que nuestra tendencia a continuar haciendo las mismas cosas que hemos hecho siempre necesita que demos un vuelco en el timón y por más agradable y placentera que nos resulte la senda a la que siempre recurrimos vamos inevitablemente a cumplir con esa ley, no escrita pero siempre vigente, “de volver a tropezar nuevamente con la misma piedra”

Entiendo que hay algunas decisiones que no son nada fáciles de tomar, por alguna razón hemos dejado nuestras huellas adentrarse en lo profundo del camino, esa ha sido nuestra tendencia y resulta más que evidente que contiene a lo largo de su recorrido muchas situaciones que nos causan placer y a las cuales nos resultarían dolorosas  el tener que renunciar.

Es al tenor de estas “tendencias” a las cuales nos referimos, todo cambio que debamos realizar indefectiblemente se darán de frente con “nuestras tendencias” y es muy probable que la decisión que tomemos nos obligue al sacrificio personal de desprendernos de todo aquello cuya apariencia agradable nos conduzca nuevamente a “enterrarnos” en lo profundo de la huella que nos marcan nuestra tendencia.

Hugo W Arostegui


jueves, 13 de octubre de 2016

El Ser Consecuente


Hay personas que actúan en la vida conduciéndose por un derrotero preconcebido, lo que significa que han asumido cierta predisposición a adecuar su comportamiento tanto individual como colectivo, a los principios y valores con los cuales se siente consustanciado.

Ser consecuente nos permitirá establecer bases sólidas y confiables que nos allanen el camino, a través del cual compartir una relación que paulatinamente nos vaya abriendo los espacios necesarios para que podamos construir juntos sentimientos de mutuo acuerdo que converjan en el cultivo de una sólida amistad.

“Se denomina consecuentes a las personas que llevan a la práctica lo que dicen y creen,  aquéllos que son fieles a sus principios e ideas. Para lograrlo es necesario contar con libertad de conciencia, con respeto por uno mismo y por los otros,  y por sobre todo, aún convencido, aceptar que uno se puede equivocar.

Tener estas características implica responsabilizarse por lo que pueda ocurrir a partir de una decisión que se tome, pero quien está seguro de lo que quiere, lo hace pensando no solamente en él, sino en los demás. De lo contrario se convertiría en una persona egoísta y despótica.”

Que podamos ser capaces de irradiar por medio de nuestras acciones diarias la imagen de que poseemos los atributos necesarios como para que aquellos, que nos encuentran o detectan en los diversos medios en los cuales interactuamos, puedan, en el intercambio que eventualmente seamos capaces de establecer, elaborar una armónica y constructiva relación que nos restablezca la tan necesaria confianza que todos necesitamos.

Hugo W Arostegui



Poner Toda La Carne En El Asador


“Cuando empleamos esta frase nos estamos refiriendo a que estamos haciendo todo lo que podemos, utilizando todos los medios con los que contamos y esforzándonos al máximo para conseguir el fin deseado.”

el que quiera llevar una vida cómoda seguramente va a conseguir pocas cosas valiosas. Pocas cosas de las que sentirse orgulloso. El que aspire a una vida cómoda, además de comodidad va a conseguir frustración. La frustración que da una vida sin sentido.”

“Con su permiso voy a entrar aunque no me hayan invitado pero en mi tierra un asado no es de nadie y es de todos.”   Jorge Cafrune

Como vemos este dicho, el de poner toda la carne en el asador, tiene, en nuestras latitudes un significado muy particular, sobre todo considerando la importancia de la carne asada en la mesa de casi todos los comensales que participan de un almuerzo, debe ser una característica de quien actúa como anfitrión en un asado el poseer la suficiente amplitud y generosidad como para demostrar que no ha escatimado en nada sus posibilidades de agasajar y para eso se hace necesario “el poner toda la  carne en el asador”.

En realidad a lo que apuntamos es a la actitud que suponemos tiene que tener todo aquel que pretenda sentirse útil en aquello que realice, sería un lamentable engaño que nos realizamos a nosotros mismos pretender ser mezquinos “en todo lo que ponemos en el asador” en aras de alcanzar aquello que pretendamos conquistar a través de nuestro esfuerzo y dedicación.


Hugo W Arostegui 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Subiendo La Cuesta


Luego de que el sol se oculte en el horizonte y las penumbras de la noche nos indiquen que ha caído el telón del día y que para muchos de nosotros ha terminado la función, nos recogemos al amparo de las sombras de la noche con la ilusión de poder contar con un nuevo amanecer.
Cuando amanece el nuevo día, como el del día de hoy, por ejemplo, tomamos nuestros bártulos y nos preparamos para recomenzar una nueva vida, la que comienza con las nuevas impresiones propias de algo que nunca antes habíamos tenido, pudimos haber pasado por muchos otros días anteriores, pero ninguno será como esta nueva oportunidad que nos ofrece la existencia.
“   Y con la resaca a cuestas 
vuelve el pobre a su pobreza, 
vuelve el rico a su riqueza 
y el señor cura a sus misas. 

Se despertó el bien y el mal 
la zorra pobre vuelve al portal, 
la zorra rica vuelve al rosal, 
y el avaro a las divisas. …"
Joan Manuel Serrat
Es posible, como bien nos lo advierte el poeta,  que continuemos nuestra marcha con una mochila a cuestas, tan pesada que apenas podamos con ella, entonces yo me pregunto: ¿Qué está haciendo esa maleta cargada sobre tus hombros?  ¿Acaso no sabes que transitas por un nuevo día y que tu maleta tiene todo el peso de tus días pasados? No corresponde que pretendas continuar con esa mochila, déjala o la mochila te aplastará, debes despojarte de todo lo que traiga dentro, si tienes rencores, perdona, pide disculpas, si te persigue el pasado olvídate de él brinda nuevas oportunidades, considera este principio liberador: “deja que los muertos entierren a sus muertos”
"Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Es así que podremos continuar nuestra marcha, subiendo la cuesta de nuestra existencia con nuestro ánimo renovado por las oportunidades que nos brinda este nuevo día.


Hugo W Arostegui

martes, 11 de octubre de 2016

Utopía El Sueño Posible


El pensamiento utópico, ese que de alguna forma todos tenemos y que eventualmente anhelamos como ideal de convivencia entre humanos y por qué no extender esa relación ideal entre todos los que compartimos el habitab natural que nos ofrece el planeta, es y ha sido desde siempre una de las mayores inquietudes en nuestro ideario de lo que “debería ser” en el hipotético caso de que cada uno se comportase de acuerdo con lo que la sociedad en su conjunto espera de él.
Las posibilidades de alcanzar una convivencia armónica y afectiva es una postura esencialmente humana, hemos sido los creadores de todo el ideario y de todas las posturas relacionadas con lo que entendemos se espera que alcancemos como corolario de nuestro constante avance, un tanto dispar, entre los logros de la ciencia y nuestro comportamiento social.
Avances tales como: libertad, democracia, derechos universales, humanos, compromisos con el planeta, preservación del medio ambiente., etc. etc. seguramente podremos observarlos en las constituciones de los países considerados desarrollados  pero el término utopía, es decir, lo que prevalece, es que aún no hemos podido, por mal que nos pese, alcanzar un desarrollo estable y por lo menos sustentable, en ese gran debe que todos, atravesando horizontalmente todos los estratos sociales,  aún mantenemos pendiente de saldar
En general, se puede definir una utopía como un Estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia. En Utopía hay un importante componente ideal, surgen de los defectos de la sociedad y se basan en las posibilidades de cambio y transformación que ésta tiene en cada momento. Las utopías hunden las raíces en la realidad más auténtica y concreta, aunque sea para criticarlas e intentar transformarla en una cosa mejor. La palabra está ligada estrechamente a utopismo.
Todas las utopías tienen en común dos rasgos: describen sociedades que están fuera del mundo, en ningún lugar, y describen sociedades cerradas, sin contaminación exterior, inmóviles y férreamente ordenadas. La pretensión que las distingue a todas es la de dibujar las condiciones necesarias para conseguir lo que las sociedades reales jamás muestran: que todos los seres humanos son iguales. Pero en ese empeño se ignora el valor de la libertad individual, el valor que asoma con más fuerza precisamente con el humanismo renacentista.
Muchos autores, como Arnhelm Neusüss, han indicado que las utopías modernas son esencialmente diferentes a sus predecesoras. Otros en cambio, señalan que en rigor las utopías sólo se dan en la modernidad y llaman cronotopías o protoutopías a las utopías anteriores a la obra de Moro. Desde esta perspectiva, las utopías modernas están orientadas al futuro, son teleológicas, progresistas y sobre todo son un reclamo frente al orden cósmico entendido religiosamente, que no explica adecuadamente el mal y la explotación. Así las utopías expresan una rebelión frente a lo dado en la realidad y propondrían una transformación radical, que en muchos casos pasa por procesos revolucionarios, como expresó en sus escritos Karl Marx.
Se ha criticado que las utopías tienen un carácter coercitivo. Pero también se suele añadir que las utopías le otorgan dinamismo a la modernidad, le permiten una ampliación de sus bases democráticas y han sido una especie de sistema reflexivo de la modernidad por la cual esta ha mejorado constantemente. Por ello no sería posible entender la modernidad sin su carácter utópico.”
Veamos hasta donde llegamos en este intento.

Hugo W Arostegui