Cuando se trata de asuntos relacionados con la
intención de introducir cambios en el rumbo por el cual nos conducimos, es
necesario que prestemos una adecuada atención a los factores que creemos
intervienen y que nos obstaculizan una adecuada visión de nuestro horizonte.
Lo que resulta claro es que por el rumbo en el
cual transitamos no nos satisface, es decir que nuestra tendencia a continuar
haciendo las mismas cosas que hemos hecho siempre necesita que demos un vuelco
en el timón y por más agradable y placentera que nos resulte la senda a la que
siempre recurrimos vamos inevitablemente a cumplir con esa ley, no escrita pero
siempre vigente, “de volver a tropezar nuevamente con la misma piedra”
Entiendo que hay algunas decisiones que no son
nada fáciles de tomar, por alguna razón hemos dejado nuestras huellas
adentrarse en lo profundo del camino, esa ha sido nuestra tendencia y resulta
más que evidente que contiene a lo largo de su recorrido muchas situaciones que
nos causan placer y a las cuales nos resultarían dolorosas el tener que renunciar.
Es al tenor de estas “tendencias” a las cuales
nos referimos, todo cambio que debamos realizar indefectiblemente se darán de
frente con “nuestras tendencias” y es muy probable que la decisión que tomemos
nos obligue al sacrificio personal de desprendernos de todo aquello cuya
apariencia agradable nos conduzca nuevamente a “enterrarnos” en lo profundo de
la huella que nos marcan nuestra tendencia.
Hugo W Arostegui
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