miércoles, 19 de octubre de 2016

Los Valores Intrínsecos


El mayor descubrimiento que la persona humana realiza sobre sí misma es que su esencia, lo que le define como persona, lo que le sitúa en su verdadera dimensión es aquello que se adquiere fuera de la órbita de lo meramente finito, vale decir, lo que trasciende el tiempo y el espacio y conjuga su “ser y estar” en plena consciencia con el mundo que le rodea.

Cuando el ser humano “despierta y descubre” los valores esenciales de su propia humanidad y logra situarse en su condición de ser social intrínsecamente constituido para desarrollar su  existencia en el marco de la complementariedad con aquellos que constituyen su especie y con los cuales construirse, con el aporte de todos, una civilidad acorde con sus expectativas podemos entonces decir que ha alcanzado su verdadera dimensión.

No es posible disociar al ser humano de sus valores como tampoco es posible  imaginar que los valores humanos signifiquen nada más que un enunciado exento de compromiso y plena vigencia en todo lo relacionado con la convivencia humana.

El valor humano es un valor intrínseco.

“Es el que tiene valor en sí o por sí mismo. Moore encontró un modo muy simple de identificarlos; se trata de pensar en un mundo en el que una determinada cualidad faltase, y ver si nos parecería que habíamos perdido algo importante. Podemos pensar en un mundo en el que desaparecieran la belleza, o la justicia, o la amistad, o el amor, o la salud, o la paz, o la vida, etc. Pues bien, si todas esas cosas nos parecen imprescindibles en un mundo de seres humanos bien ordenado, esos son valores en sí, valores intrínsecos.

Por más que no existan completamente realizados, esos valores son los que dan sentido a nuestras vidas y los que definen nuestras obligaciones morales.

La ética no consiste en otra cosa que en la realización de esos valores, de todos ellos, del mundo entero de los valores que es el mundo humano. 

valores, realizar la verdad, la justicia, la paz, la fraternidad, el amor, la amistad; en el caso de los médicos, la salud, la vida, el bienestar. Quien no sepa deliberar sobre los valores intrínsecos e incluirlos correcta o prudentemente en sus decisiones, no será nunca un buen profesional, por mucha técnica que sepa, mucho dinero que gane o mucho éxito que tenga en la vida.
George Edward Moore (1873-1958), filósofo británico

Hugo W Arostegui


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