lunes, 17 de octubre de 2016

Exabrupto: Expresión Más Común Que Lo Que Debiera


En el ámbito del intercambio comunicacional que entablamos con nuestros “nuevos amigos" que comparten espacio en “las redes sociales” es proclive a que nuestras manifestaciones, las que se tornan cada vez más frecuentes, ultrapasen los límites del mero formalismo de “las primeras veces” estableciendo  “relaciones de confianza” que se van haciendo cada vez más estrechas y espontáneas creando un ambiente expresivo donde es probable que caigamos en la tentación de confundir “familiaridad con vulgaridad”

Es entonces que entren  en escena sin necesidad de mediar invitación alguna los mentados exabruptos, los mismos que generalmente suelen aparecer en ambientes reducidos como lo pueden ser, el ámbito familiar, incluyendo amigos, parientes y vecinos cercanos, lugares de trabajo, de estudio, etc.

Todo parece indicar que tenemos la convicción de que no debe haber una mejor forma de “sentirnos amigos y colegas” que el introducir la mayor cantidad posible de “puteadas” entre palabra y palabra, llegando a extremos de “alto contenido” a medida en que vamos estrechando los “lazos de familiaridad” con todos aquellos a quienes lleguen nuestros comentarios

“Se entiende dentro del lenguaje común y corriente que un exabrupto es cualquier cosa que se exceda a lo que es socialmente aceptado para el espacio en el que uno se maneja. Así, lo que es un exabrupto en un ámbito laboral y/o profesional, puede no serlo en el ámbito deportivo o informal cuando uno se encuentra reunido con amigos o familiares. De todos modos, si bien hay una cuestión subjetiva que depende de cada uno y de cada situación en particular, el exabrupto es siempre una forma de violencia que puede ser más comprendido y tolerado en algunos ámbitos pero que siempre genera algún tipo de malestar en la persona que se ubica como receptora del mismo.

Lo más común del exabrupto es que se base no sólo en palabras o términos agresivos, insultantes y despectivos sino que además a esto debemos agregarle una tonalidad específica que se caracteriza por el aumento de la voz, por gritos, por gestos, por actitudes iracundas o violentas, etc. Esto, en conjunto, hace que el exabrupto sea ya más característico de una situación de violencia explícita a diferencia de otros insultos que pueden pasar como más disimulados por la forma en la que se dicen. El exabrupto puede ser muy característico de algunas personalidades aunque es claro que situaciones de tensión, de malestar o de bronca también pueden hacer que personas tranquilas y pacíficas recurran a él para expresarse.

Hugo W Arostegui


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