Solemos escuchar algunas
afirmaciones del más variado tenor que nos hacen pensar en aquella tan
comentada frase de la niña genio Mafalda cuando nos dijo: ¡paren el mundo que
me quiero bajar!
Vivimos rodeados de
incongruencias como la del poeta que antes de ser internado por tiempo
indefinido en un psiquiátrico declamaba a viva voz:
“la gallina esquizofrénica
pone huevos
O las estrofas de aquel
cantor que al compás de su guitarra entonaba:
“de las aves que vuelan
me gusta el chancho, me gusta el chancho”
“En ocasiones afirmamos
cosas que contradicen nuestras acciones. Si digo que soy una persona generosa
pero no ayudo a los demás, estoy diciendo una incongruencia, pues lo que digo y
lo que hago no coinciden.
La incongruencia no es necesariamente una mentira, ya que alguien puede creer honestamente que dice la verdad aunque sus palabras no sean ciertas. La no correspondencia entre las palabras que decimos y nuestra conducta es la expresión de una contradicción interna.
Si alguien quiere lograr un objetivo pero no actúa en consecuencia nos encontramos con otra contradicción.
La incongruencia no es necesariamente una mentira, ya que alguien puede creer honestamente que dice la verdad aunque sus palabras no sean ciertas. La no correspondencia entre las palabras que decimos y nuestra conducta es la expresión de una contradicción interna.
Si alguien quiere lograr un objetivo pero no actúa en consecuencia nos encontramos con otra contradicción.
Así, si digo que quiero
mejorar mi inglés pero no estudio más estoy siendo incongruente.
Mundos contradictorios
El mundo de los sueños no cumple con las reglas del sentido común. Cuando soñamos tenemos vivencias que pueden ser absolutamente incongruentes. Puedo soñar que estoy volando por encima del Sol o que un dragón sale de mi boca. En el mundo onírico la idea de incongruencia tiene un sentido muy diferente al mundo real.
Algunos fenómenos paranormales tienen una dimensión incongruente, ya que no se ajustan al sentido común y van más allá de la lógica y la racionalidad.”
Mundos contradictorios
El mundo de los sueños no cumple con las reglas del sentido común. Cuando soñamos tenemos vivencias que pueden ser absolutamente incongruentes. Puedo soñar que estoy volando por encima del Sol o que un dragón sale de mi boca. En el mundo onírico la idea de incongruencia tiene un sentido muy diferente al mundo real.
Algunos fenómenos paranormales tienen una dimensión incongruente, ya que no se ajustan al sentido común y van más allá de la lógica y la racionalidad.”
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