miércoles, 8 de febrero de 2017

Siempre Vencer



“A pesar de cada día debemos estar comprometidos al mejoramiento interno lo cual nos proporciona mayor felicidad y éxito, habrán ocasiones en que una piedra aparecerá  en nuestro camino o quizás ese día no esté resultando como creíamos podía pasar, eso puede suceder, es más debe suceder para que no nos mantengamos mucho tiempo en la zona de confort la cual nos estanca y la que nos mantiene haciendo lo mismo y lo mismo generando los mismo resultados, yo lo llamaría como una rutina.
Si en el camino nos encontramos frente a un obstáculo es porque tenemos la capacidad en vencerlo y seguir mejorando, así que no lo veamos como algo catastrófico a pesar que este genere alguna incertidumbre o duda al principio; más bien tomemos ese problema y veamos las formas posibles en encontrar una solución la cual siempre nos traerá algún beneficio o aprendizaje; en resumen siempre obtendrás algo positivo que te ayude a seguir creciendo.
Saquemos el poder que traemos dentro y salgamos adelante, dejémonos de victimizarnos y levantémonos una vez más.

Que muchas veces nos vamos a volver a caer, pero sólo para volvernos a levantar. No nos quedemos ahí tirados; recuperemos el aliento e intentémoslo una vez más”.


Ser Iconoclasta



Al hacer una profunda revisión de todo aquello que ha significado a nuestro entender una consecuencia propia de las maniobras utilizadas, digamos de paso burdas maniobras, con la intensión de someter a sus intereses y voluntad de conquista a todo aquel que osara siquiera poner en tela de juicio la férrea imposición de una liturgia con cuyas imágenes se pretendía implantar en el imaginario colectivo  con la finalidad de extirpar todo vínculo existente con sus raíces ancestrales.

Un iconoclasta, en su sentido original, es una persona que se opone al culto de imágenes sagradas.

De allí que, etimológicamente, la palabra, proveniente del  griego εἰκονοκλάστης (eikonoklástes), signifique ‘rompedor de imágenes’.

El primer momento en que se registra una querella iconoclasta en la historia data del siglo VIII, en el Imperio bizantino, cuando, por resolución del emperador León III el Isáurico, se prohibió el culto de las imágenes religiosas de Jesuscristo, la Virgen María y otros santos católicos. La crisis que esto provocó fue tal, que los iconoclastas declararon una suerte de estado de guerra contra las imágenes cristianas, y perseguían a quienes las veneraban, los llamados iconódulos.

La prohibición, no obstante, se levantó en el concilio ecuménico de Nicea, en 787.
Otra etapa particularmente significativa de la iconoclasia fue la que se vivió durante el proceso de la conquista en América, donde las imágenes que adoraban los aborígenes americanos fueron destruidas para ser remplazadas por las impuestas por la religión católica, y los aborígenes obligados a convertirse al cristianismo.

Hoy en día, por su parte, se reconoce como iconoclasta a aquel individuo que rechaza las normas y las tradiciones, que va a contracorriente de las convenciones sociales y de los modelos estatuidos.

En este sentido, el iconoclasta es una persona que reacciona críticamente a su realidad, de actitud controversial y revolucionaria.

Las vanguardias artísticas de comienzos del siglo XX, por ejemplo, fueron movimientos iconoclastas en el sentido de que enfrentaron críticamente el canon artístico que los precedía y procuraron una profunda transformación, a nivel de formas y procedimientos, en las prácticas del arte.

Pensamos que considerando la enorme difusión de los acontecimientos relacionados con nuestra historia universal, no es necesario abundar con mayores detalles, la evolución de la tecnología en el área de la informática, entre todas sus posibilidades permite un rápido acceso a todo lo relacionado con este tema, quien tenga la voluntad de investigar o escudriñar en detalle sobre un asunto tan controvertido como el expuesto seguramente encontrará las respuestas que puedan satisfacer sus particulares inquietudes.

Hugo W Arostegui



martes, 7 de febrero de 2017

Transformaciones



Debemos estar listos a los acontecimientos que nos informan de las asombrosas transformaciones que periódicamente se producen en este cada vez más convulsionado mundo en el cual estamos insertos.

Nuestra vida en sociedad ya no cuenta con referencias estables que permanezcan invariables, vivimos en una constante transformación que se manifiesta en todas las áreas de la actividad humana la “revolución tecnológica” nos ha sacudido, y nos continúa sacudiendo, con tanta intensidad que nos hace tomar como si fuese una “alegoría de las transformaciones” la imagen de un campo cultivado donde florecen y dan fruto árboles de las más variadas especies, las cuales crecen en un marco de estabilidad y previsibilidad.

Pues  bien, hagamos de cuenta que súbitamente, sin aviso previo, el fuerte viento de las comunicaciones y la creciente globalización nos sacudiera de tal manera que todo saldría volando por los aires confundiendo orígenes y especificaciones, digamos que ahora todo vale y que todo puede suceder, es en medio de este torbellino en que debemos estar atentos y preparados para asimilar las transformaciones.  

“Existen muchos y variados campos que apuestan por usar el término que nos ocupa para definir a distintos conceptos”.

Así, por ejemplo, en el ámbito musical se habla de lo que se da en llamar transformación temática, que es una técnica que se caracteriza fundamentalmente porque el tema es sometido a distintas variaciones y modificaciones tales como modulaciones, disminución, aumentación…

Por otra parte, en el ámbito de las Ciencias Sociales se emplea el término transformación social. Aquel viene a dejar patente todo el conjunto de alteraciones que se producen en las estructuras sociales como consecuencia de determinados factores culturales, políticos, económicos…

La Historia de la humanidad es un fiel reflejo de cómo se han ido apareciendo unos cambios u otros hasta llegar a nuestros días. Muchos de ellos son fruto de la modernidad, la migración, la innovación o incluso las revoluciones.

“Por ejemplo, el accidente automovilístico que sufrió Juan el año pasado hizo que su vida sufriese una increíble transformación, ya no se encuentra tan preocupado por las cuestiones materiales que antes eran su prioridad”.

Cuestiones como la mencionada, que implican para quien las padece un antes y un después suelen desencadenar en las personas que las atraviesa cambios sustanciales en lo que respecta a cómo se toman la vida. Paradójicamente, aquellas personas que sufren accidentes como el indicado en el ejemplo suelen vivir a mil por hora, como consecuencia también de los requerimientos de la vida moderna, en tanto, esas situaciones suelen convertirse en enseñanzas, aprendizajes límites que alertan que se está viviendo demasiado rápido y que es necesaria una transformación de hábitos en este sentido.

Algunos logran hacerlo y cambian radicalmente sus vidas hacia existencias más positivas, mientras que otros lamentablemente no pueden hacerlo.

Hugo W Arostegui


Lo que Nos Resulta Imperativo


En todas nuestras actividades nos regimos por determinadas normas que hacen a la escala de valores que nos apliquemos a nosotros mismos, que nos definan como personas y sobre todo, que asuman en sí mismas, como una “hoja de ruta” que nos permitan una clara orientación tanto a lo referente a nuestra conducta individual como a la que se espera que asumamos por parte de aquellos que de una manera u otra pudiesen ser los destinatarios de las consecuencias de nuestras reacciones ante la demanda imperativa de aquello que se entiende que debe ser realizado.

“Etimológicamente esta palabra proviene del latín imperativus y está relacionado con alguien o algo que tiene la facultad de mandar o dominar. Así mismo, el término imperativo se vincula con el deber o requerimiento injustificable, es decir que no tiene justificación alguna para no realizarse y si por alguna causa no es obedecido no existirá ninguna justificación que excuse el hecho de no hacerlo.

Por ejemplo cuando un individuo no acude a una cita con algún familiar por motivo de algún imperativo laboral. Por otro lado está el imperativo moral que se refiere a todo aquel compromiso o deber exigido en algunas situaciones relacionadas con la ética. Esto nos lleva al termino imperativo categórico, que es un término fijado por un filósofo alemán llamado Inmanuel Kant el cual vincula al termino imperativo categórico con el deber moral, no robar o no matar son ejemplos de imperativos categóricos validados por las leyes morales universales, establecidas por la mente humana para que sean cumplidas sin ninguna excepción”.

“Por caso cuando decimos de alguien o de algo que es imperativo estaremos diciendo que el mismo impone su voluntad o autoridad por sobre el resto.”

Para la ética Kantiana, el imperativo categórico es un concepto central de su filosofía y lo que sostiene sobre él es que se trata del mandamiento autónomo, es decir, no depende ni de una ideología ni de una religión y autosuficiente que regirá el comportamiento de las personas en sus diferentes manifestaciones en la vida. El mencionado concepto fue empleado por primera vez por el filósofo alemán Immanuel Kant en el año 1785 en la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres”.

De manera de que siempre debemos asumir nuestra responsabilidad ante todo aquello que nos pudiera resultar imprevisto o impredecible, en el “panel de control” donde se registran nuestras prioridades deberán accionar las señales que nos indiquen con claridad todo aquello que por su transcendencia requiera una definición que predomine imperativamente sobre todas las opciones posibles.

Hugo W Arostegui


domingo, 5 de febrero de 2017

El Factor Fortuito


En el escenario donde se despliegan los acontecimientos que hacen y dan sentido a nuestra vida, la ocurrencia de todo lo que acontece es consecuencia del devenir humano los cuales carecen de una impronta pre establecida que les haga ser factibles de cierta previsión.

Las cosas suceden en absoluta prescindencia de nuestros gustos y apetencias, es por esta causa que cuando pareciera que estamos menos preparados para enfrentar algún revés estos se nos precipitan encima generando la sensación de que estamos enfrentando una “mala racha”

“El ser humano tiene el deseo de controlarlo todo en su entorno más inmediato, sin embargo, en la experiencia cotidiana todos descubrimos que existen episodios fortuitos que ocurren por azar e irrumpen en nuestra vida como consecuencia del factor sorpresa. Existen hechos fortuitos que son muy positivos, por ejemplo, el enamoramiento que se produce en el instante menos esperado cuando una persona comienza a sentir algo especial por otra.

También existen hechos fortuitos que pueden tener mayor o menor trascendencia, un impacto importante en el destino de la persona o por el contrario, ser hechos anecdóticos que tienen poco peso.
Muchos de los hechos fortuitos que ocurren en la vida, se convierten en experiencias totalmente enriquecedoras que traen consigo nuevas oportunidades. En nuestro día a día, suceden situaciones fortuitas tan sencillas como tener un encuentro casual por la calle con un conocido al que hace tiempo que no veíamos.

Hechos que sorprenden por algún motivo y que pueden ser agradables, por tanto, felices e ilusionantes. O también pueden ser desagradables, tristes y dolorosos. En cualquier caso, el hecho en sí mismo rompe con lo previsible para la persona y pueden producir un cambio de planes.

Por ejemplo, como consecuencia de un hecho fortuito una persona puede tener que anular una cita porque ese hecho le impide acudir en la hora prevista. Este tipo de acontecimientos influyen en la gestión del tiempo.

Por eso, pese a que la mayoría de las personas dedican mucho tiempo a planificar su agenda anotando todo tipo de tareas, en realidad, es recomendable reservar un margen de dos horas cada día para poder atender asuntos imprevistos.

No se trata de intentar hacer previsible la propia imprevisibilidad de los acontecimientos, como tampoco se pretende que seamos capaces de reservar espacios para prevenir lo fortuito que pudiese ocurrir, simplemente se espera que tengamos una actitud acorde a las circunstancias aunque las tales se nos presenten un tanto fortuitas.


Hugo W Arostegui

Involucrados




Hay una fábula que especifica con brillantez la diferencia entre estar involucrado y comprometido con una causa, la cual reza de la siguiente manera:

“Una gallina y un cerdo paseaban por la carretera un día, cuando la gallina le dijo al cerdo:
— Oye cerdo, ¿qué te parece si nos asociamos y abrimos un restaurante?
El cerdo consideró la propuesta y respondió:
— Me parece buena idea. ¿Cómo lo llamaríamos?
La gallina pensó un poco y contestó:
— ¿Por qué no lo llamamos ‘Huevos con jamón’?
El cerdo se detuvo, hizo una pausa y contestó:
— Pensándolo mejor, creo que no voy a abrir un restaurante contigo. De ser así yo estaría comprometido pero tú solamente estarías involucrada.”

Este interesante escrito nos lleva a la reflexión de dichas diferencias y saber si estamos solamente involucrados en nuestros sueños e ideales o en verdad hay compromiso por dar lo mejor en nuestra vida y no limitar nuestros esfuerzos por cumplir hasta el final.”

“Quién se involucra se deleita en los elogios. El comprometido, no se deja llevar por ellos. Hace oídos sordos a las felicitaciones y a las críticas, se comporta con prudencia y siempre vive para que dejar semillas de desarrollo en los demás”.

“Si, en nuestras comunidades, en nuestro país y en nuestro mundo, hay cosas que tienen que cambiar y mejorar. ¿Cómo se cambia algo cuando uno mismo (personalmente o sistemático) no admite que hay un problema?  ¿Qué medidas podemos tomar? ¿En dónde empezamos? Los actos de un policía o de una persona no debe de reflejar que todos son o somos así y que nuestra comunidad es así.
Pero no todos pensamos de esta forma porque es difícil.

El mundo se cambia, no con nuestras opiniones, pero si con nuestro ejemplo y nuestras acciones. ” #lasvidasimportan 

Cuando hablamos de involucrarnos  en alguna actividad o proyecto debemos tener presente de que el involucramiento no debería condicionarse, cuando alguien asume el compromiso de alcanzar determinadas metas sean estas individuales o colectivas, implica que estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos en procura de lograr los objetivos propuestos.
Involucrarnos es mucho más que manifestar nuestra adhesión a un determinado proyecto significa de que estamos ahí, que siempre estaremos, sin claudicaciones de ningún tipo, todo lo que somos está representado en lo que hacemos, es lo que nos identifica, es nuestra esencia de ser, y el elemento motivador de tal involucramiento.

Hugo W Arostegui


Nuestra Premisa: Avancemos


La palabra avanzar es un término que solemos emplear con frecuencia en nuestro idioma y que presenta varias referencias que son las que lo hacen un término de uso popular.

Uno de sus usos más habituales permite referir el movimiento hacia adelante o la prolongación con el mismo sentido. Generalmente, esta acepción de la palabra se la usa cuando se quiere dar cuenta del adelantamiento de posiciones logrado por alguien o por algo. Es realmente caótico el estado del tránsito esta mañana, hemos podido avanzar muy poco al momento.

También, es usual que usemos la palabra para dar cuenta del anticipo de algo que vendrá, se mostrará o de lo cual se hablará. Este sentido del término es muy usado en la jerga de la comunicación mediática cuando se presenta un tema del cual luego se hablará en profundidad.
Comúnmente se los llama avances y puede tratarse de temas inherentes a la vida pública que un periodista comentará o informará, imágenes que descubren alguna realidad, entre otras alternativas”.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/general/avanzar.php

“Cuando nos embarcamos en un cambio, pero no logramos liberarnos de alguna circunstancia o simplemente nos sentimos impotentes para dar algunos pasos, siempre hay alguien que sugiere aceptar que las cosas no podrán ser diferentes: dejar pasar, olvidar y fluir. De algún modo, resignarnos con lo que nos está sucediendo, consejo que sin dudas no tiene ningún sentido, ya que entre aceptar o resignarse hay un abismo de diferencia.

Esto es porque en medio de las transiciones difíciles de la vida, muchos escogerían escapar del momento, prefieren llegar fácilmente a la solución sin enfrentar los desafíos.

Cuando sin darnos cuenta, el dolor, los fracasos y la lucha que sentimos a medida que nuestra vida cambia son donde encontramos las lecciones de la vida más valiosas. Y después de atravesar esas incomodidades, entonces llegamos a la aceptación.

Tradicionalmente entendemos la aceptación como tolerancia ante lo que nos hiere o a quedarnos conformes con situaciones y ser pasivos; sin embargo es un acto de valor que implica que avancemos, cometamos errores, luchemos contra injusticias, desaprendamos conductas, busquemos caminos desconocidos. Ya que intentamos todo, sin importar el resultado, comprendemos el porqué de la realidad, y en ese punto se puede aceptar la situación.

Cuando aceptamos un suceso, con todas las implicaciones que tiene para nosotros, estamos tomando actitud activa ante la vida. De esta manera, tenemos la oportunidad de ver el mundo con otros ojos y al desempeñar un papel activo en el proceso cambia nuestra percepción.

 Avanzamos de ser víctimas a ser protagonistas, de ser esclavos en una zona de confort donde habíamos aceptado en apariencia, a sentirnos con la oportunidad de soltar la negatividad en nuestra vida y comenzar renovados”
mundoejecutivo.com.mx/management/.../aceptar-o-resignarse-que-mejor

Nuestro límite simplemente no existe, las dificultades que podamos enfrentar hacen parte de nuestros desafíos de vida, de manera que cuando pensamos que ya no damos más, cuando extenuados nos sintamos que estamos al borde del abismo, al levantar nuestra visión observaremos la apertura de un nuevo horizonte, las vicisitudes pasadas tendrán el poder de incentivar nuestra determinación y desde la propia génesis de nuestra capacidad creativa seguiremos avanzando, esta es nuestra premisa: avanzar, avanzar, avanzar.


Hugo W Arostegui

sábado, 4 de febrero de 2017

Nuestras Incongruencias


Cuando nos expresamos deberemos considerar  con mucha atención de no incurrir en las incongruencias insertas casi subrepticiamente en la forma en que nos comunicamos localmente no siempre el uso de las mismas palabras contienen el mismo sentido de apreciación cuando son interpretadas en otras áreas geográficas con la salvedad de que algunas expresiones pueden contener un sentido implícito que puede llegar a considerarse ofensivo o un tanto bizarro por algún lector inadvertido. 
  
“Cuando hablamos debemos cumplir con algunas reglas lógicas básicas.

Si nuestras palabras no respetan los principios lógicos se produce una incongruencia.

En este sentido, el principio de no contradicción es un criterio de congruencia, pues no podemos decir que algo es una cosa y al mismo tiempo no lo es (Juan es alto pero bajo no cumple dicho principio).
El principio de identidad es otro criterio fundamental, ya que una cosa es necesariamente igual a sí misma. Estos dos principios son claros ejemplos de leyes del pensamiento que afectan al lenguaje. El hecho de no respetarlos implica una evidente incongruencia.

Algunas figuras retóricas tienen una cierta incongruencia, pero no se trata de una contradicción estricta sino que es un juego del lenguaje. Por ejemplo, la paradoja que expresamos al hablar de una música silenciosa, el célebre verso de Santa Teresa "Vivo sin vivir en mí" o la descripción de alguien como un pobre rico. El teatro del absurdo y el arte surrealista tienen igualmente un claro sentido ilógico e incongruente pero esto no significa que carezcan de sentido.

Incongruencias en relación con las acciones

En ocasiones afirmamos cosas que contradicen nuestras acciones. Si digo que soy una persona generosa pero no ayudo a los demás, estoy diciendo una incongruencia, pues lo que digo y lo que hago no coinciden.

La incongruencia no es necesariamente una mentira, ya que alguien puede creer honestamente que dice la verdad aunque sus palabras no sean ciertas. La no correspondencia entre las palabras que decimos y nuestra conducta es la expresión de una contradicción interna.

Si alguien quiere lograr un objetivo pero no actúa en consecuencia nos encontramos con otra contradicción. Así, si digo que quiero mejorar mi inglés pero no estudio más estoy siendo incongruente.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/comunicacion/incongruencia.php

Resulta algo obvio de que cada vez que intervengamos en el uso de las expresiones idiomáticas  implícitas en el rico acervo de nuestro lenguaje deberemos demostrar con nuestro aporte de que asumimos con seriedad el compromiso de ser exponentes de esta riqueza expresiva de la cual debemos ser cultores y exponentes.

Hugo W Arostegui


Nuestra Responsabilidad



Debemos considerar seriamente todo aquello que compartimos evitando incurrir en errores de apreciación que puedan ocasionar algún tipo de confusión en aquellos que acceden al contenido de nuestras opiniones muchos de los cuales parten de la premisa de que todo aquello que decimos está avalado por la sensatez y sentido de responsabilidad que nos caracteriza.

No es un tema menor el hecho de que evidentemente somos humanos y como tales estamos sujetos a incurrir en errores involuntarios, cuando nos percatamos de que hemos dicho algo que pudo ser malinterpretado lo mejor que podemos hacer es retractarnos y pedir las disculpas del caso, tal procedimiento pondrá en evidencia, no solamente nuestro sentido de responsabilidad, sino que además se podrán considerar la presencia ineludible de valores tales como la humildad y el reconocimiento del error cometido.

La palabra responsabilidad contempla un abanico amplio de definiciones. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), hace referencia al compromiso u obligación de tipo moral que surge de la posible equivocación cometida por un individuo en un asunto específico.

La responsabilidad es, también, la obligación de reparar un error y compensar los males ocasionados cuando la situación lo amerita.

Otra definición posible mencionada por la RAE señala que la responsabilidad es la habilidad del ser humano para medir y reconocer las consecuencias de un episodio que se llevó a cabo con plena conciencia y libertad.

Por lo tanto, una persona responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consciente y que puede ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea. De este modo, la responsabilidad es una virtud presente en todo hombre que goce de su libertad.

Más exactamente podemos determinar que una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.

Por ello, es necesario añadir que un elemento que tiene que estar presente y que sin él es imposible hablar de responsabilidad es el de libertad, pues esta es la que determina el que alguien pueda realizar cualquier acción porque así lo estima oportuno o lo desea. Pero también es vital que dicho individuo tenga también razón. Así, quien carece de raciocinio, como por ejemplo un niño o un desequilibrado, no puede ser responsable de sus actos.

Muchas son las personas que carecen de esta virtud que, según señalan los expertos, se hace más patente en personas que cuentan con otras dos cualidades muy positivas. Por un lado, estaría la valentía y por otro la humildad. Y es que esta última es vital para que alguien que ha cometido un error con sus actos carezca de orgullo para pedir perdón.


Hugo W Arostegui

La Mirada Extendida



Luhmann (1998:59) «La sociedad es el sistema que engloba todas las comunicaciones». « Toda comunicación engloba un triple proceso de informaciones, expresiones y comprensiones»
La comunicación humana es de contenido simbólico y conceptual de gran abstracción, trasciende el aquí y ahora.

«La comunicación es un tipo diferenciado de actividad social que implica la producción, transmisión y recepción de formas simbólicas que compromete la materialización de recursos» (Thompson 1998:36) 

La acción social tiene siempre un propósito y sentido y se lleva a cabo en contextos estructurados. Los individuos e instituciones ocupan posiciones diferentes en los contextos sociales y disponen de diversos recursos (poder) para la consecución de sus objetivos.

“Ahora bien, la mirada individual, debido a la complejidad de la mente, evoca la existencia de incontables miradas, tan innumerables como son los objetos percibidos y reconocidos.
Vivimos, además, en la sociedad de la saturación de la representación y de la imagen. Y nuestras conductas y sentires grupales e individuales son, incesantemente, guiados por el mundo icónico.

Así, la mirada contemporánea muestra cansancio, pues, ¿acaso podemos elegir mirar en la era de la ubicuidad de las pantallas?

No podemos sustraernos a la omnipresencia de las imágenes, tanto a las producidas desde el exterior como a las que recreamos o se recrean, sin control, en nuestra psique.
Somos, desde esta perspectiva, los límites que impone cada una de las miradas asumidas, para luego circunscribirlas, consciente o inconscientemente, a nuestra identidad, prejuicios, pensares y creencias.

Pero también somos la prolongación de la mirada, pues más allá de nuestra piel y de nuestros ojos está ese algo que llamamos mundo, lo social, el medio ambiente... eso con lo que conectamos haciéndolo parte de uno mismo.

“Los silencios de algunas personas muchas veces hablan. La voz de los silencios viene dada por aquello que no se dice, pero que sabe expresarse de otras formas, a través del lenguaje del cuerpo y de los gestos. La mayor parte de las veces, es esta comunicación no verbal es la que prima a la hora de tomar un primer contacto con alguien, la que nos da la primera imagen, esa que es tan difícil de borrar o difuminar después”.

No debemos descartar a priori ni mucho menos descalificar argumentando los motivos que fueren los distintos medios por los cuales el mundo exterior nos hace llegar sus mensajes, una mirada extendida hacia todos aquellos que de una forma u otra integran “nuestro mundo” nos mantendrá en un contacto constructivo mediante el cual logremos percibirnos mucho mejor de lo podríamos ser capaces de comprender en otras circunstancias.

Hugo W Arostegui

viernes, 3 de febrero de 2017

El Lenguaje Prosaico



Resulta interesante incursionar por los senderos que nos conducen a los medios y formas que utilizamos en la construcción de nuestras expresiones tanto sean éstas orales como escritas.

Sin duda el lenguaje que utilicemos será un factor determinante a la hora de evaluar lo  avanzado de nuestra cultura y el grado de riqueza expresiva que incorporemos en nuestras manifestaciones idiomáticas.

Digamos que:

“El término prosaico tiene su origen en el latín. Procede del latín tardío prosaicus, adjetivo formado por el sustantivo prosa y el sufijo –icus (a partir de, desde). A su vez, el sustantivo prosa, prosae viene de “prosa oratio” cuyo significado es discurso en línea recta, derivado del adverbio prorsus formado por el prefijo pro (delante, en adelante) y vorsus, vocablo en el que se halla la raíz vors (una variante de vers que significa verso) que indica movimiento, dirección.

En la Antigua Roma los poetas eran muy rigurosos en la construcción poética: utilizando rima, un cierto número de sílabas por cada verso y determinados versos por cada poema. Pero esto fue modificado por una nueva poesía en forma de prosa, de esta manera se la llamó prosaica en el sentido de baja, burda y vulgar.
De esta manera se puede considerar como el concepto etimológico de esta palabra lo relativo o perteneciente a la prosa o que la contiene”.
“Cabe mencionar que la noción de poético y prosaico se encuentra sumamente vinculada a las cuestiones sociales y culturales de un grupo. Por ejemplo mientras que para algunos la figuración de una rosa amarillenta dentro de un libro puede ser una imagen poética, mientras que otros lo consideran prosaico porque les resulta desagradable que las personas puedan disfrutar ante la percepción de una planta muerta

Cuando se dice que un poema es demasiado prosaico se está expresando que el autor se enfocó poco o malamente en la expresión de un idea mediante los recursos de la poesía y que, en cambio, se basó en aspectos más propios de la narrativa. 

Los textos prosaicos suelen ser menos coloridos y carecen de metáforas y analepsis, por nombrar dos recursos propios de la poesía. 

Por tanto un poema prosaico es aquel que a simple vista no representa lo que se entiende por poema propiamente dicho.

Otro concepto vinculado con este es el de prosa poética, es aquella en la que la narrativa se encuentra expresada de una forma sumamente ilustrativa, al utilizar ciertas acentuaciones en cadencias en las palabras. 

Además las pausas son más propias de la poesía que del género narrativo, y todo se construye de una forma musical.

Hugo W Arostegui


Manos Firmes En El Timón


El sentido de nuestra vida se encuentra firmemente ligado a las metas y objetivos que nos hayamos impuesto, diría que cuando notamos que existe una ausencia en todo aquello relacionado con nuestras aspiraciones, lo que percibimos es que navegamos al garete, sin un rumbo fijo, carentes de las coordenadas que nos indiquen el lugar exacto en donde nos encontramos, nuestros objetivos se nutren de las certezas que recogemos por el camino y cuánto mayor sea el esfuerzo que realicemos mayores serán nuestras expectativas de alcanzar las metas que nos hayamos propuesto.
“Cada vez que repetimos un comportamiento, del cual se desprende una emoción, estamos reforzando estas mini-redes, las cuales con el transcurrir del tiempo, van moldeando nuestra identidad y terminamos identificándonos con estas emociones y conexiones, aun sin desearlo, pues es un acto totalmente inconsciente.
Por otro lado, nuestro cerebro es un laboratorio  sumamente complejo, donde constantemente se están produciendo cientos de sustancias químicas, las cuales están asociadas a las diferentes emociones que experimentamos: alegría, tristeza, ira, frustración, amor, odio, etc. Esto hace que cuanto más repitamos un comportamiento o hábito, más se verá afectada la química de nuestro cerebro por este, lo que hará que nuestro cuerpo se vuelva más y más dependiente de esta emoción o sentimiento para “subsistir” sin importar si esta emoción es “negativa” o “positiva”.
Se podría decir entonces que nuestras emociones son productos químicos elaborados por nuestro organismo (científicamente llamados neuropéptidos) en respuesta a determinados estímulos y estas sustancias químicas recorren nuestro cuerpo y se unen a las células, marcándole como una especie de pauta a nuestro cerebro que le avisa cuando no están satisfechas estas necesidades químicas en nuestro cuerpo.
Es por esta razón que muchas veces, buscando revivir la emoción, repetimos el mismo comportamiento una y otra vez, aunque sepamos de antemano que el resultado puede no ser satisfactorio o que incluso venga acompañado de una gran carga de culpabilidad por no ser lo suficientemente fuertes para resistirnos a la tentación de prender ese último cigarrillo, o de comernos ese último pedacito de torta, o de soltar lo primero que nos cruza por la cabeza cuando sentimos que alguien está interfiriendo en nuestros asuntos. 
Lo hacemos siguiendo el impulso de nuestro cerebro, el cual tiene como objetivo mantener el suministro constante de las sustancias químicas que nuestro cuerpo necesita para sentirse bien. Es aquí donde nos volvemos adictos. Adictos a la comida, a los juegos de azar, al cigarrillo, al sexo, a las drogas, etc., y de igual manera, adictos a las emociones.
Entonces vemos personas a quienes no les importa arriesgar su vida con tal de sentir una descarga de adrenalina, o las que se regocijan y disfrutan el conflicto porque su cuerpo se lo pide y entonces de cualquier cosa hacen una polémica, o las que necesitan constantemente la aprobación de los demás y por ende buscan ser perfectas en todo, privándose de intentar cosas nuevas por el temor a “no ser la mejor”.
Quiere decir esto que la clave para lograr deshacernos de esos comportamientos que solo nos generan frustración y/o culpa es deshacer las mini-redes neuronales que nos mantienen atados a nuestras emociones adictivas. Para lograrlo no es suficiente el deseo y la fuerza de voluntad; es necesario encontrar la causa raíz de nuestra adicción, hacernos conscientes de cuál es el detonante que hace que nos comportemos de determinada manera. Por lo tanto, si quieres ver un cambio definitivo en tu vida y no seguir sintiéndote culpable por tu falta de voluntad, te invito a que inicies un proceso de indagación que te permita conectarte con lo más profundo de tu inconsciente en busca de las respuestas, en busca de esos mensajes y sentimientos que forman parte de tu memoria celular.
El hecho de que nuestros pensamientos y emociones son energía, que todo en nosotros es energía, incluyendo nuestro cuerpo, en mayor o menor grado de densidad, nos lleva a la conclusión de que para cambiar patrones de conductas y hábitos, debemos liberar la energía asociada a las imágenes mentales y recuerdos negativos que subyacen detrás de estos. 
Esto quiere decir vaciar nuestro inconsciente para luego “cambiar su configuración” y poder colocar información nueva en él. Información que nos sea útil para lograr las metas que nos hemos trazado. No podemos llenar una copa que ya está llena, hay que vaciarla primero para poder verter agua nueva y fresca en ella”.
Hugo W Arostegui


Cuando No Entran Ni Las Balas


 impertérrito:
“[persona] Que no se altera, perturba o muestra emoción alguna ante una impresión o estímulo externo que normalmente producen turbación, desencadenan una emoción o inducen a determinada acción.”

.sinónimos: impasible, imperturbable

“Existen distintas características del carácter que definen el modo de ser de una persona. El modo de ser de una persona no se describe, únicamente, por un rasgo en concreto sino por la suma de varias cualidades. Un rasgo habitual de aquellas personas que tienen una gran fortaleza emocional es que son imperturbables, es decir, pueden permanecer inalterables a nivel anímico ante un estímulo externo.

Una persona imperturbable es aquella que tiene un gran control sobre su estado de ánimo y sus sentimientos potenciando el valor de la fortaleza como muestra el estoicismo. Desde el punto de vista de las relaciones personales, aquellas personas que tienen un modo de ser de estas características pueden mostrarse distantes en ciertos momentos al parecer frías”.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/social/imperturbable.php

En nuestras latitudes se suele describir a este tipo de personas como “que tienen sangre de pato”, nada les altera, se muestran incapaces de demostrar emociones o aptitudes solidarias ante situaciones adversas que puedan ocurrir en su entorno o afecten directamente a sí mismo o a alguno de sus allegados.

Resulta algo común convivir con personas que demuestran tales características y a las cuales se intenta evitar por inútiles e insípidas en toda participación que les pudiese involucrar.


Hugo W Arostegui 

jueves, 2 de febrero de 2017

Vorágine


Mezcla de sentimientos muy intensos que se manifiestan de forma desenfrenada.
"estaba poseído por una vorágine de amor y pasión hacia ella"

La vorágine, en este sentido, puede ser la sucesión o al amontonamiento de elementos o situaciones que, por su velocidad, genera confusión y desconcierto. Por ejemplo: “Mañana concluyen mis vacaciones y vuelvo a la vorágine de la oficina”“¡No lo puedo creer! En el medio de la vorágine, me olvidé del cumpleaños de Paula”“Siempre es bueno salir de la vorágine y detenerse a reflexionar.

La mayoría de las veces se vive al límite de todas las posibilidades, pareciera que se quisiera estar presente en todas las opciones posibles, aunque estas opciones, nos exijan movernos a un ritmo tan acelerado, que casi sin darnos cuenta, nos precipitemos al borde de la cornisa, es decir, no poder  controlar el desborde de los acontecimientos quedando a merced de las circunstancias y que éstas adquieran las características propias de una verdadera vorágine.

La aceleración de todo lo que pretendamos hacer nos llevará a una necesaria evaluación apresurada de cada acontecimiento con el agregado de que en tales circunstancias se corre el altísimo riesgo de perder la objetividad necesaria para actuar en consecuencia.

Hugo W Arostegui


La Mentira Como Recurso





Se suele decir que el recurso de la mentira como “medio de presentación” de nuestra imagen pública, método que pareciera contar con muchos adeptos, es una forma de divulgación que no se sostiene en el tiempo pues como se suele decir en el refranero popular “la mentira tiene patas cortas”

“A veces viene bien recordarles a los demás o hacerles saber que su comportamiento resulta un tanto falso e hipócrita, sin alterar el ecosistema de una red social.

Los cárteles son la forma más indirecta de dejar escapar nuestros pensamientos sin tener que enfrentarnos a su destinatario.

Si es en una red social como Facebook, bien pueden etiquetarse, pero una enemistad con alguien siempre tiene consecuencias, sobre todo entre amigos. Muchos también opinan que eso es de cobardes, juzga tú mismo o tú misma, cada una sabe lo que hace, lo que quiere, lo que necesita.

Las formas directas son las más razonables, o sea, decirlo cara a cara y dejan desnuda cualquier defensa, pero siempre hay que hacerlo en presencia de testigos porque la mentira tras una disputa en la que tienes razón puede distorsionar la realidad, una herramienta básica que vimos en el post de cómo detectar a un mentiroso”.

Los que  vivimos en comunidades relativamente pequeñas aunque hoy en día se dice que “el mundo es un pañuelo” que bien puede caber en un puño, conocemos y tenemos muy en cuenta todo aquello que nos advierte: “pueblo chico infierno grande” claro que ahora con las “nuevas cajas de resonancia” de las redes sociales, tenemos otra posibilidad de “darnos a conocer” y tratar de “vender la falsedad de una imagen”.

Cuando estas cosas ocurren todo mentiroso sabe que estemos donde estemos, aunque inútilmente “nos mimeticemos” la realidad pondrá de manifiesto nuestra verdadera identidad, no somos tantos y en muy poco tiempo “nos conoceremos todos”

Hugo W Arostegui


miércoles, 1 de febrero de 2017

Ser Uno Mismo


Sólo decir que soy como soy, nada más...

Y el que quiera saber más, tendrá que conocerme...;)

Caminamos por este mundo interrelacionándonos unos con otros, cada uno dentro de su propia esfera, orbitando su propio mundo, e irradiando su imagen a todos los confines, con la finalidad de establecer contacto, entablar un vínculo que nos permita compartir inquietudes, intercambiar nuestras experiencias de vida, como todos aquellos que se desprenden de lo mejor de sí, para recibir en una contrapartida no reclamada ni exigida lo mejor del otro en ese dar y recibir que enaltece nuestra existencia.

“La hipocresía, la falsedad o la mentira son comunes entre los humanos. En contraposición, se considera que alguien tiene autenticidad cuando no finge, no engaña y se presenta tal y como es en realidad.

Las personas auténticas se muestran a los demás en su verdadera dimensión personal, sin dobleces ni estrategias, diciendo la verdad aunque no sean comprendidas.

Alguien es auténtico cuando no le importa la opinión de las demás y quiere ser fiel a sí mismo. Esta actitud es loable pero no está exenta de un posible rechazo social, ya que ser fiel a unos principios y valores supone posibles enfrentamientos con algún sector de la sociedad.

Ser auténtico es una aspiración personal y la mayoría de individuos tiene una opinión favorable en relación con su grado de autenticidad. Sin embargo, las distintas formas de manipulación son consideradas útiles socialmente y, en consecuencia, las actitudes sinceras y honradas resultan en ocasiones perjudiciales para los intereses personales de cada uno.

Ser auténtico es no engañar a los demás y, sobre todo, no engañarse a uno mismo. Quien posee este rasgo de personalidad asume las consecuencias de sus actos y sabe que muy probablemente tendrá que ir contracorriente o pagar un elevado precio por ello”.


Hugo W Arostegui


La Indiferencia


“A veces, la indiferencia y la frialdad hacen más daño que la aversión declarada”. JK Rowling.

La indiferencia es un estado afectivo neutro. Solemos definir a una persona indiferente como alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Sin embargo, cuando recibimos un zarpazo de indiferencia de alguien, sus garras nos producen heridas dolorosas.

Pensar en alguien indiferente es atribuirle una serie de adjetivos, que poco o nada tienen que ver con el ideal de una persona virtuosa. La indiferencia está asociada a la insensibilidad, el desapego o la frialdad, características que se presuponen son contrarias a la condición social que tenemos los seres humanos y que provoca que nos relacionemos unos con otros.

Ser indiferente implica que “nada nos importa”. Que no sentimos nada ante una situación o persona, que “todo nos da igual”. Aunque estemos seguros de que esto es así, habría que preguntarse si es posible conseguir aislar nuestras emociones de esta manera. Realmente, cuando mostramos indiferencia hacia algo o hacia alguien, lo que hacemos es acercarnos o alejarnos de esa persona o esa circunstancia.

LA INDIFERENCIA DUELE

La vida está llena de momentos y circunstancias en la que optar por la indiferencia no siempre es lo mejor. Puede importarnos más o menos, pero nunca podemos dejar de sentir. Es un recurso que nos permite elegir unos estímulos para sentirlos o simplemente para apartarlos de nosotros. Por tanto, la indiferencia absoluta, nunca es posible.

Dice la sabiduría popular que “la indiferencia es la respuesta más dura, aun cuando esperas poco”. Está demostrado que cuando hacemos gala de nuestra indiferencia hacia otra persona, esta actitud es una de las más agresivas y dolorosas que podemos proyectar. Mostrar nuestra indiferencia a alguien implica que estás retirando todo tus sentimientos, que no existe para ti.

Pero no siempre la indiferencia es negativa. También es un mecanismo de defensa al que nos agarramos para no sufrir continuas decepciones, antes las vicisitudes de la vida.

“Mantenernos al margen” o “no esperar nada de nada, ni de nadie” es una manera de protegernos. Si no tuviéramos la capacidad de recurrir a la neutralidad, si tuviéramos que dar una respuesta negativa o positiva a cada estímulo que recibimos, terminaríamos agotados.”


“No podemos obligar a las personas a que nos traten de una manera diversa y abandonen su actitud indiferente. Sin embargo, cuando se trata de alguien realmente importante y significativo para nosotros, podemos esforzarnos por conocerle mejor y poner en práctica comportamientos que hagan resonancia con su sistema emocional.

En muchas ocasiones las personas que se muestran indiferentes lo hacen porque otras, a su vez, lo han hecho con ellas. La indiferencia es la única manera de relacionarse que conocen. Otras veces se comportan de esta manera porque temen implicarse demasiado emocionalmente y salir heridas. En ese caso, el secreto radica en demostrarles que eres una persona de fiar, que no les defraudarás.

Sin embargo, en algunos casos la mejor estrategia consiste en establecer una distancia de seguridad y rodearte de personas positivas que realmente te valoren por tus cualidades y te hagan sentir bien. Recuerda que no puedes elegir a tu familia pero sí a tus amigos y, sobre todo, no olvides que solo tú tienes el consentimiento para darles poder sobre ti”.


Describiendo La Vida


En este hermoso día de febrero que estamos compartiendo seguramente ocurren cosas que nos involucran a muchos de nosotros, de no ocurrir así, algo deberá ser corregido, pues nadie puede de motu proprio,  “tirarse al costado del camino” y dejar que la vida continúe como si tal cosa, como si lo que hagamos, o lo que resulta peor, dejemos de hacer, no tuviera ninguna relevancia en el quehacer diario.

La vida continúa con o sin nosotros, quien nada hace simplemente no existe, la vida se le escurre como se escurre la arena entre nuestros dedos, pensar en una “automarginación”  voluntaria de lo mucho que podemos y debemos aportar es un derroche inconsciente  de las “muy pocas oportunidades” que podamos encontrar para poder integrarnos al accionar conjunto, nuestra vital inclusión a la “vida en sociedad” en la comunidad que integramos.

El cúmulo de los días como el de este primer día de febrero es el que constituye “la existencia humana” un regalo invalorable en el cual no se nos requiere retribución alguna, malgastar estas oportunidades, demuestran el grado de ingratitud y de ceguera existencial que no solamente nos excluye como individuos sino que, además, nos condena a continuar vegetando sumidos en la ignorancia.


Hugo W Arostegui