domingo, 17 de junio de 2018

Ser Agradecidos


Hay dos clases de gratitud: la condicional y la incondicional. La primera consiste en sentirse bien cuando las cosas salen como uno espera. Como no siempre es así, acaba siendo una emoción esquiva y poco duradera. La segunda consiste en una actitud y un hábito de vida, sentirse bien sin que haya ocurrido nada especial; es decir: estar agradecido por todo y por nada a la vez. Y al no estar condicionada por ningún otro acontecimiento, esta actitud es la precursora de la felicidad y el éxito personal en la vida.

¿Tenemos en cuenta cuántas personas han contribuido a que este día sea posible? Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos recibiendo las bendiciones de innumerables personas, la mayoría desconocidas, que hacen de nuestras vidas una experiencia mejor. Por ejemplo, ¿cuántas personas han intervenido en la elaboración del desayuno? El agricultor, el granjero, el molinero, el transportista, el tendero… el sol, la lluvia, el viento, el agua… las manos que lo prepararon y sirvieron. Si contásemos cuánta gente nos sirve directa e indirectamente en un solo día de nuestra vida, no podríamos más que sentir puro agradecimiento.

Por no mencionar a nuestros padres, nuestros médicos, nuestros maestros, nuestros amigos, nuestros compañeros o empleados… todas las personas que han contribuido a que consiguiéramos algo significativo, o simplemente que nos han ayudado a sobrevivir hasta el día de hoy.

Es innegable que debemos un inmenso reconocimiento a infinidad de personas que hacen posible que sigamos con vida o que disfrutemos de nuestro momento actual tal como es. Y para poder expresarlo es necesario estar muy presente de manera que seamos conscientes de las cosas buenas y positivas que nos rodean.

Si además miramos hacia atrás en el tiempo y repasamos todos los descubrimientos y avances tecnológicos que hacen nuestra vida más cómoda y segura, sin olvidar los pensadores y sabios que la han enriquecido, entonces este sentimiento debería extenderse casi a los orígenes de la humanidad.

Cuando reflexionamos sobre todo ello, cada día se convierte en una sucesión de oportunidades para acordarnos con una sonrisa de personas que han contribuido con mucho o poco a nuestra vida y para sentir el deseo de devolver el favor a las generaciones futuras.

Temperamentales


¿Te han dicho que tienes el carácter fuerte? Puede tratarse de una ventaja evolutiva
Se sabe desde hace tiempo que el temperamento sesga nuestros juicios y percepciones, pero usualmente éste efecto es referido como algo irracional y desventajoso. Una nueva teoría argumenta que el estado de ánimo surge de las experiencias y puede ayudarnos a la rápida adaptación al entorno.

De acuerdo a la nueva teoría, del University College London, conforme las personas aprenden de las experiencias que son afectadas por el temperamento, sus expectativas vienen a reflejar no sólo las gratificaciones asociadas con cada estado en particular, sino también cambios recientes en la disponibilidad de recompensas en su entorno. De ésta forma, la existencia del estado de ánimo nos permite aprender a tomar en cuenta el impacto de los factores ambientales generales.

Los investigadores aseguran que el efecto del temperamento debería resultar útil cuando distintas fuentes de recompensa están interconectadas o poseen un impulso subyacente. Esto podría ser el caso en el mundo moderno, conforme el éxito de la adquisición de habilidades, recursos materiales, estatus social e incluso parejas pueden afectarse entre sí.

El equipo de científicos notó que el estado de ánimo positivo o negativo maximiza su utilidad al persistir hasta que las expectativas están en concordancia absoluta con los cambios en las recompensas. Esta podría ser la razón de por qué la felicidad eventualmente regresa a un nivel básico incluso después de un cambio significativo de las circunstancias, incluyendo ganar la lotería.

Por ejemplo, un estado de ánimo negativo persistente puede causar que una persona perciba los resultados subsecuentes como peores de lo que realmente son, derivando en una espiral descendente. Esto puede convertir el estado de ánimo en una auto profecía y derivar en episodios depresivos. Por lo tanto, al definir una función potencial del humor y describir el proceso de aprendizaje detrás de éste, esta teoría podría ayudarnos a entender mejor las causas de los trastornos emocionales.

Debido a que las emociones tienen un gran impacto en nuestras vidas, es probable que se les haya conferido una ventaja competitiva significativa a través del curso de la evolución. 

Ser temperamental en ocasiones puede ser un pequeño precio por la habilidad a adaptarse rápidamente cuando nos enfrentamos a cambios en nuestro entorno.


La Diversidad Cultural


Si los hombres han hecho de la cultura su naturaleza es porque la naturaleza ha hecho de ellos seres indeterminados e inestables.

Han tenido que satisfacer en su mundo abierto los impulsos que los demás animales satisfacen sin problemas en su entorno cerrado. El mundo del hombre es por esto la naturaleza una y otra vez transformada, el resultado de su actividad, de sus siempre cambiantes habilidades, experiencias, conocimientos y tendencias.

Es obra suya incluso su ser de primate vertical que ha liberado las manos del desplazamiento para poder hablar con la boca. La evolución natural ajusta cada especie a su medio, que es siempre una selección de características del exterior, y, mediante esa misma selección, ajusta también cada medio a una especie, pero el hombre ha tenido que hacerse cargo de esta doble tarea, suplantando la acción de la selección natural. 

Por esto es difícil pensar que un ser de esta índole haya podido vivir un solo tipo de vida. Eso es algo que compete a otros animales, no a él.

Él es el animal que no sólo se entrega a una variedad inabarcable de culturas, sino que estas culturas, una vez aparecidas, parecen irremediablemente destinadas a transformarse en otras.

¿No existirá algún punto hacia el que converge este caudal? El contraste con los otros animales no puede ser más grande. Una golondrina hacía su nido hace 10.000 años igual que ahora. Nuestros antepasados del Neolítico verían lo mismo que nosotros en esta ave, pero entre ellos y nosotros apenas hay algo en común, si se exceptúa un organismo natural inadaptado cuyas obras no parecen llegar a un final estable.

¿Tiene algún sentido el desenvolvimiento de las culturas humanas? Parece que no.

Sin embargo, muchos piensan que todos los ríos desembocan en el mismo mar, el Mar del Final de la Historia, cuyas aguas son más puras que las de todos los afluentes.



Laboriosidad


El valor moral de la laboriosidad conlleva que trabajemos con esmero todas aquellas cosas que requieren nuestras circunstancias personales y profesionales. 

Hablamos de un valor que debe enseñarse desde la niñez, asignando tareas en el hogar a los niños que requieran algún mínimo de esfuerzo, que ellos puedan afrontar e inculcando que lo trabajen hasta terminarlo, ya sea por rutina o por una asignación dentro de un término especifico de tiempo. Esto puede aplicarse en el cumplimiento de sus tareas escolares, así como en otras nuevas que se les asignen. Evidentemente, se cultivará mejor este valor si lo hacemos con experiencias que disfrutemos, porque se nos hace fácil gracias a un talento emergente, porque queremos aprender o porque simplemente tenemos la capacidad para hacerlo.

Vivimos tiempos en que cada vez hay menos espacio para el derroche o para esperar que sean otros los que hagan lo que nos corresponde. Por eso, ahora nos toca ejecutar tareas en el hogar por las que antes pagábamos a otro.

Además, la reducción en la fuerza laboral nos tiene a todos trabajando mucho más que antes, pues se eliminan plazas y se nos asignan más responsabilidades que antes le tocaban al que ya no está.  Por eso, para desarrollar laboriosidad entre nosotros mismos, tenemos que hacer planes rutinarios que se cumplan, que se terminen. Eso implica planificación y orden y no dejarnos dominar por la flojera, el desánimo o el cansancio. En muchos casos, basta con empezar un proyecto para que suba la adrenalina y con ésta la fuerza para terminar.

La laboriosidad necesita que estemos motivados para  poner interés y esmero en hacer bien nuestra labor y en perfeccionarla, algo que al final nos beneficia pues aumenta nuestro valor y auto-estima.

Una peculiaridad de estos tiempos es que son muchos los individuos que están trabajando en profesiones o trabajos diferentes a lo que estudiaron o para lo que se prepararon. Que nadie diga que eso no produce frustración. Tan real es esto que hubo tiempos en que el abanico estaba lleno de oportunidades y todos intentaban hacer de todo con entusiasmo, pero hoy piensan en mudarse. Son muchos los que hoy emigran y terminan haciendo doble trabajo y hasta algunos que nunca hubieran realizado en su país.

La pereza, la falta de motivación y el negativismo son enemigos de la laboriosidad. El hombre necesita y debe trabajar para sentirse productivo y positivo. El esfuerzo convierte a las personas en capaces de lograr objetivos y de esta forma se fortalece la percepción de que todo es posible de realizar o alcanzar.

En su aspecto más interesante, cuando se contempla la laboriosidad desde una perspectiva de conjunto, el empleador logra que su personal esté lo suficientemente motivado como para trabajar en equipo y que todos avancen con las fortalezas de cada uno, logrando mayor rendimiento.

Sin embargo, desde la perspectiva humana, el hecho de que una persone labore con detalle y esmerándose en hacer las cosas bien, representa que habrá de obtener mejores resultados personales, mayor satisfacción y un mejor auto-reconocimiento que redunda en un sentimiento de plenitud y felicidad
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Al final, la laboriosidad es un valor que propicia éxito… uno que genera más satisfacción que el que se logra con astucia, por herencia o con malos manejos.
 Los frutos que se logran a través de la laboriosidad no caducan y no dependen de nadie, por eso, no son efímeros, ni transitorios, sino los mejores. Frutos capaces de representar alimento para que otros muchos aprendan a ser mejores. De ahí que la laboriosidad de convierta en un valor moral.
    


Las Adversidades


Superar la adversidad es sobreponerte a los malos momentos o problemas que puedas estar atravesando en tu vida, por ejemplo, dificultades: financieras, comunicación familiar, empleo, enfermedad, una separación, un retroceso en las utilidades de tu negocio, conflictos de creencias, etc.

Hay personas que nunca se han podido levantar de una situación adversa, pero ¿por qué? Existen varias causas que provocan que pierdas el carácter, deseo y motivación para superar la adversidad, algunas de ellas son las siguientes:

Aferrarte a que ciertas condiciones o personas van a permanecer siempre:
La gran mayoría de las cosas son transitorias, de modo que apegarte en extremo a una posesión o incluso una persona es perjudicial. Dentro de los consejos para ser feliz, está en buscar esa paz interior que solo la puedes encontrar en ti mismo, obviamente no se trata de renunciar a las cosas magníficas que te ofrece el mundo, pero debes hacerlo desde una perspectiva de libertad. Cuando actúas con mayor autonomía, entonces es mucho más fácil superar la adversidad.

Permitir que las circunstancias o creencias negativas dominen tu vida:
Los problemas te sirven para el desarrollo personal y en ningún momento permitas que la adversidad se vuelva una condición normal. Por supuesto exceptuando los casos en los que no puedes hacer nada para cambiar un hecho determinado. Pero si estás completamente seguro que hay una vía para salir de la adversidad tienes que buscar hasta “debajo de las piedras”  la solución. Una de los factores que más limita la vida de las personas es la actitud de conformismo, quejas y pretender que otros resuelvan sus problemas, si demuestras un gran deseo por salir de la adversidad seguro que lo lograrás.
cambios milagrosos cuando no se está actuando en dirección de la solución:
Este es el típico autoengaño de las personas que dicen: “algún día saldré”, “sé que Dios no me tendrá así todo el tiempo”, “tiene que venirme la suerte”, etc. El problema es cuando se usan esas frases pero se continúa con el mismo comportamiento de siempre. Es favorable tener una expectativa positiva, pero cuando existen sólidos argumentos para afirmar que los cambios vienen. Está claro que la autocompasión por sí misma no produce buenos resultados.

Permitir que las emociones jueguen en tu contra:
No hay duda que al enfrentar problemas te sentirás triste, decepcionado, desanimado, etc. En esos momentos tienes que usar la mente racional y preguntarte ¿hacia dónde va mi vida si me quedo con estas emociones? Es ahí donde la sabiduría tiene que sacarte del hoyo y donde necesitas la fuerza del corazón que te impulse a superar cualquier problema por duro que sea.

Nunca permitas que las emociones jueguen en tu contra, por supuesto que eres un ser humano y es normal que en algunos momentos te sientas mal, pero deberás levantarte y seguir el camino de la felicidad.


Hay situaciones dolorosas que quizás no estaba en tus manos solventar, por ejemplo el hecho que la empresa donde laborabas quebrará era algo que dependía de muchos factores ajenos a tu voluntad personal. Pero otros problemas como los vinculados con tu pareja, estar en un mar de deudas o tener un gran sobrepeso sí tienen causas en tus acciones en el pasado. 

Comienza por aprender algo o mucho de las adversidades, lastimosamente a veces se requieren algunos golpes de la vida para entender ciertos conceptos.

El Poder De La Inspiración

La inspiración es la fuerza sobrenatural que surge espontáneamente cuando un ser humano logra liberarse de esos lastres que le atan a la densidad, tales como prejuicios, razones, inhibiciones, vergüenzas, miedos, sentimientos de ridículo, orgullos, soberbias, etc. y que da lugar a una chispa de la que brotan las ideas de una forma fluida y natural. Los momentos de inspiración no surgen de una planificación previa sino que pueden surgir a partir de situaciones del día a día, a través de una película, mediante un buen libro, en una conversación con amigos, etc., de hecho la inspiración muestra que el ser humano necesita salirse de sí mismo para seguir aprendiendo constantemente de otros.

Una inspiración es aquello que evoca en uno algo especial. Un efluvio mental que conecta con una gran idea. Dentro de los escenarios que son ideales como punto de inspiración conviene destacar que la naturaleza es un marco perfecto de bienestar que produce sensaciones y emociones muy especiales. Al estar en contacto con la naturaleza, la mente se siente desbordada por la perfección de tanta belleza, además, por el hecho de respirar aire puro, cualquier persona se siente más relajada y tranquila, conecta más y mejor consigo misma. Y en ese entorno de bienestar absoluto, también fluyen mejor las ideas porque para tener una buena inspiración es fundamental, entre otras cosas, estar perfectamente descansado y relajado.

Las personas que arrastran altas dosis de estrés y de cansancio tienen pocos momentos de inspiración porque la ansiedad agota y el momento de inspiración es una especie de instante mágico a través del cual una persona puede dar rienda suelta a toda su creatividad gracias a ese chispazo de luz que se funde con una idea brillante, original y genuina. Por eso, quienes mejor se inspiran son precisamente aquellas personas que se sienten liberadas de esos lastres a los que antes he aludido y que son consideradas “raras” o “especiales”, tales como artistas, escritores, científicos “locos”, etc.

Sin embargo, la inspiración es más que una fuerza mental y física, es emocional y espiritual y hace que las personas logren cosas extraordinarias a un nivel superlativo. La supresión de ataduras permite conectar desde la esfera subconsciente con los grandes bancos de datos ubicados en las mallas ionosféricas del planeta, ese neologismo conocido como registros akáshicos y acceder a información determinante, ubicada en cualesquiera de los infinitos canales, que suele derivar finalmente en lo tipificado como descubrimiento o invento.

A diferencia de la fuerza que proviene de la motivación, la inspiración añade un condimento de magia que trasciende la fuerza física y mental. Quién está inspirado goza de un talento maravilloso y sorprendente; de alguna manera se encuentra en trance consigo mismo y genera, crea, brinda al mundo un aporte soberbio directo desde su ser. Así, esta capacidad misteriosa y maravillosa, surge desde el interior de cada uno, desde el corazón, como una expresión de la propia esencia y constituye un atajo en donde nuestro ser se comunica con los planos más sutiles de forma directa, esquivando las barreras de la densidad y trascendiendo el plano físico y real; genera irrealidad y es el origen de la creación manifestada a partir de estímulos emocionales que abren la puerta al infinito y permite fluir más allá de la luz.

Pero para que exista inspiración debe existir un sentimiento, ya sea éste positivo o negativo, si bien la inspiración siempre es positiva y da origen al talento. Una persona que se inspira con frecuencia es una persona talentosa (independientemente que el sentimiento que la provoca sea positivo o negativo) ya que, por ejemplo, el dolor emocional también inspira. Por ello, la inspiración es sin duda una forma de expresión que, independientemente del canal escogido, contiene un mensaje que aparece develado con una intensidad majestuosa y supranatural. Su exteriorización afecta al entorno de diferentes maneras. Por un lado genera admiración, placer, curiosidad y por otro lado motivación, es decir “ganas de hacer”.

El efecto provocado a partir de la inspiración es tan intenso que puede durar toda una vida, incluso por momentos intermitentes, es la necesidad de ser, más que de hacer, tiene que ver más con el camino, con el trayecto, con el medio que con el fin o con los objetivos.


sábado, 16 de junio de 2018

Debemos Leer Más


Los índices de lectura siguen siendo uno de los caballos de batalla de la sociedad. Cada cierto tiempo los medios de comunicación nos recuerdan que los españoles leemos poco, mucho menos de lo deseado.

La afirmación está clara. Quizás lo que se echa en falta son medidas que ayuden a paliar esta situación.

Los libreros hacemos todos lo que está en nuestras manos. Los editores luchan día a día contra miles de trabas. Por no hablar de los escritores, muchos de los cuales acaban enterrando definitivamente páginas y páginas escritas a base de horas y horas de trabajo.

Los últimos datos apuntan que el 35% de los españoles no lee nunca o casi nunca. Por contra sorprenden los habitantes de un pequeño país, Finlandia, que rompen todos los moldes: la media de lectura por habitante al año es de 47 libros.

Claro, que si pensamos en las ayudas a la Cultura, los apoyos por parte de los estamentos encargados y la importancia que debería darse al fomento de la lectura desde ciertos sectores, quizás nos salga la media.

En Cervantes nos sentimos muy orgullosos de mimar a nuestros clientes, algunos de los cuales son ya amigos. Y observando día tras día comprobamos que hay muchas personas que leen mucho. Claro, para hacer la media, hay otras a las que nunca hemos visto.

A veces, percibimos un ansia de lectura, pero una desorientación clara. Ése es uno de los aspectos que cultivamos, precisamente, para contribuir, aunque sea modestamente, a que las cifras que nos ofrecen de vez en cuando, tengan un giro favorable.

Busquen el libro que les pueda gustar, entretener, llevarles a otro y otro,… Hay géneros para todos los gustos. Autores de todo tipo. Libros más o menos voluminosos. Elijan. Pregunten. Pidan consejo. Ayudemos entre todos a cambiar esas horribles cifras que nos martillean.

Seamos, aunque sea en un sólo aspecto, un poco finlandeses.