martes, 31 de mayo de 2016

De Aquellos Polvos Provienen Estos Lodos


Durante todo el siglo XIV, y agudizándose hacia el año 1400, Europa occidental, atravesó una crisis que minó los basamentos del estado feudal, disminuyendo la población a límites insospechados.
Las tierras, base económica de la época, se tornaron improductivas por el agotamiento de los suelos, las variaciones climáticas con lluvias intensas que provocaron inundaciones, y la falta de técnicas agrícolas adecuadas. Se cambió el cultivo de cereales por el de legumbres y centeno, encareciéndose por consiguiente el precio de los cereales. Todo esto motivó grandes hambrunas que ocasionaron un debilitamiento generalizado de la población que quedó expuesta a contraer enfermedades.
A partir de 1348, Europa se vio afectada por una epidemia de peste negra, que le costó la vida aproximadamente a 25.000.000 de personas. Las deficientes condiciones sanitarias contribuyeron a su propagación, extendiéndose desde el norte de Europa (Noruega y Suecia) hasta el mar Mediterráneo y desde Constantinopla hasta Gran Bretaña.
Es probable que la enfermedad haya tenido su origen en China, y llegó a Europa a través de las rutas comerciales.
La peste manifestaba sus síntomas a través de dolores de cabeza, fiebre, manchas negras, forúnculos y expectoraciones. Hoy se sabe que la peste negra o bubónica es causada por la bacteria Yersinia pestis propagándose a través de las pulgas de las ratas, y tiene cura, pero en ese tiempo fue atribuido a un castigo divino, y la gente llegó a auto-flagelarse como penitencia para obtener la salvación.
Esta recesión produjo un aumento de precios, una baja en los salarios y por consiguiente el aumento de la tensión social.
Las guerras que enfrentaron a los diversos reinos agravó aún más el problema, como la que sostuvieron Francia e Inglaterra, conocida como la guerra de los Cien años.
Los campesinos que sobrevivieron, debieron emigrar a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida y así nació un nuevo orden económico-social, con el desarrollo de las ciudades y la concentración del poder real, que desembocaría en un cambio político, del feudalismo al absolutismo monárquico, que caracterizaría a una nueva etapa histórica, conocida como Edad Moderna.




Con la consolidación de los estados modernos, y la desaparición de los distintos reinos feudales de la Edad media, que habían originado la fragmentación del poder entre numerosos señores feudales, surgió un régimen político caracterizado por la concentración del poder en la persona del rey, donde los poderes no están separados, para su control, sino, por el contrario, unidos para robustecer la capacidad de mando del monarca, que puede de ese modo, elaborar las leyes, aplicarlas, administrar el estado, y ejercer el poder militar.
Del latín “a legibus solutus”, significa, libre de ataduras legales, y justamente, el rey es quien podía decidir cualquier cuestión a su arbitrio, y sin sujeción a normas, que existían sólo para los súbditos.
Esta forma de gobierno encontró sustento en las ideas de Bodin en el siglo XVI y Bossuet o Hobbes en el siglo XVII.
El francés Jean Bodin (1530-1596) escribió numerosas obras, como por ejemplo “Seis libros de la república”, donde expresa “el soberano no tiene que rendir cuentas sino a Dios”.
Thomas Hobbes, filósofo inglés (1588-1679), vivió en una época conflictiva por los enfrentamientos entre los partidarios del absolutismo monárquico y los parlamentarios que querían un rey con poderes limitados por un Parlamento. Su teoría del Estado fue producto de la búsqueda de un estado más pacífico y seguro, y la elaboró durante su exilio en París. Su máxima obra, fue “Leviatán” (1651), donde parte de la existencia de un estado de naturaleza, anterior a la existencia misma del estado.
Para Hobbes, los primeros hombres que vivían libres sin autoridad ni leyes, lo hacían en un estado de guerra permanente para lograr su subsistencia. Según sus palabras “el hombre es un lobo para el hombre”. Para garantizar la seguridad y el bienestar de todos, los hombres renunciaron a todos sus derechos, salvo el de la vida, por un pacto irrevocable, para que el Estado les garantice a todos que vivirán en paz. Así nació para este autor el estado absolutista, que es para él el único posible. Puede observarse que para Hobbes son los propios hombres, mediante un contrato quienes le otorgan al monarca el poder absoluto, y no hace provenir esta autoridad de Dios, como Bodin.
El francés Jacques Bossuet (1627-1704) se mostró partidario del absolutismo con las siguientes características: la monarquía debía ser sagrada, absoluta, paternal y sometida a la razón”. El único límite a la autoridad del rey lo halla en la ley divina.
El origen de tan inmenso poder, en la mayoría de los pensadores, salvo Hobbes, estaba en Dios, teoría que se veía sustentada, además, por el antiguo Derecho Romano. La divinidad se lo había concedido para que pudieran gobernar libremente y sin ataduras, que en la práctica significaba que debían ejercer su autoridad sólo sujeta a los mandatos de la ley divina, lo que los obligaba a ser justos y dignos de tan gran privilegio. Sólo algunos monarcas lo fueron.
Un límite a tan vasto poder lo representaban los miembros de la nobleza, que gozaban de amplios privilegios sociales y económicos, estando integrados a la burocracia (como funcionarios) y a la milicia. El clero también constituía una clase privilegiada y gozaba de amplios derechos.
Con el convencimiento de la utilidad de la aplicación de la teoría económica del mercantilismo, que aseguraba que los países serían ricos y poderosos con una balanza comercial favorable, o sea, que las exportaciones superaran a las importaciones, se vieron obligados durante el siglo XVII, a fomentar el desarrollo industrial, favoreciendo así a una clase social, que pertenecía al conjunto de la población no privilegiada, el estado llano o tercer estado, que pagaba los impuestos con los que el resto de los estados se beneficiaba, y que se dedicaban a las actividades comerciales e industriales.
Sin embargo, el fortalecimiento económico de este sector social, sería en definitiva, el que pondría fin al sistema de monarquías absolutas, cuando considerándose dueños del poder económico, estas personas, llamadas burgueses, decidieron que debían participar del poder político, y no sólo obedecer en un estado que ellos económicamente sostenían. Esto ocurrió a partir de mediados del siglo XVIII, siendo su máxima expresión la Revolución Francesa.
En España, pueden considerarse absolutistas los gobiernos de Carlos I y Felipe II, pertenecientes a la dinastía de los Austrias, que fue en creciente aumento hasta hacerse fuerte en la dinastía de los Borbones en el siglo XVIII.
En Inglaterra, pude citarse como represente del absolutismo, a Jacobo I, de la dinastía de los Estuardo, que gobernó entre 1603 y 1625. Entre 1640 y 1648, Inglaterra debió hacer frente a una revolución que puso fin a este sistema, que recién fue restaurado en 1660 hasta 1668 en que una nueva revolución impidió el ejercicio del poder absoluto por parte de los monarcas.
En 1589, en Francia, el Borbón, Enrique IV trató de lograr la concentración de poderes, saliendo victorioso de la sublevación de la Fronda que ocurrió entre 1648 y 1653. Entre los años 1643 y 1715, Luis XIV, conocido como el “Rey Sol”, acuñó la frase “El Estado soy yo”, que simbolizaba la aspiración del absolutismo de la época. Fue un hábil diplomático, que organizó el mejor ejército europeo del siglo XVII.
Pero surgirán otras voces, como la de Locke (1632-1704) que se elevarán para pedir la limitación del poder del soberano para evitar el ejercicio ilimitado y arbitrario del poder. También habló como Hobbes de la existencia de un contrato social, pero para Locke el estado de naturaleza no era hostil sino que las personas vivían armoniosamente. El estado fue producto de observar las ventajas que traería su constitución, para lograr mayor seguridad y defensa de los derechos de todos, evitando la venganza privada. Para ello los individuos integrantes del Estado se reservaron el poder supremo y pudiendo destituir a los gobernantes si abusan de los poderes delegados por el pueblo, que son sólo los necesarios para poder ejercer su mandato.
Esta teoría del contrato social, va a ser profundizada por Rousseau (1712-1778), quien describe al estado natural como un paraíso donde todos los hombres son iguales y disfrutan de una abundancia de recursos que aseguran las necesidades de todos. Este estado natural es plenamente democrático ya que todos los hombres son iguales y no existe la propiedad privada. Fue recién cuando la naturaleza se tornó más rebelde generando cambios climáticos, cuando los bienes comenzaron a escasear. Esto originó la lucha por la posesión de los recursos que ya no abundaban y tornó la vida insegura. Entonces, los hombres sintieron la necesidad de crear un Estado que les brindara esa seguridad perdida, haciendo un contrato social, donde cada persona acepta someterse a la voluntad de la mayoría, que representaría la voluntad general.
Estas dos últimas ideas, junto a las de otros filósofos ilustrados, harían germinar las ideas democráticas, que luego de la Revolución francesa, irían paulatinamente aniquilando el régimen político del absolutismo monárquico para dar paso a un nuevo sistema: el democrático.
Entre los años 1756 y 1763, se desató este conflicto bélico que enfrentó a Gran Bretaña y Prusia contra España, Francia, Austria y Rusia.
Francia y Gran Bretaña rivalizaban por las posesiones de Silesia, América del Norte y la India. En 1756, el cargo de Primer Ministro inglés fue asumido por William Pitt, quien elaboró una estrategia para lograr la hegemonía inglesa en el comercio mundial. En América del norte, la zona cuestionada era del oeste de los montes Apalaches y los derechos de pesca en Terranova.
Gran Bretaña logró importantes triunfos que le posibilitaron apoderarse del Canadá francés, que fue utilizado para comerciar peces y pieles. La India, en manos francesas, era un fuerte mercado comercial, cotizado por los ingleses. Dakar, en África, fue blanco de las ambiciones inglesas, que la convirtieron en centro de provisión de esclavos y caucho.
Entre España y Gran Bretaña, la rivalidad se generó por las constantes agresiones a sus embarcaciones y comercio por parte de la segunda. En 1761, España y Francia firmaron el Tercer Pacto de Familia, por el cual España se unió a los franceses en su lucha contra Gran Bretaña,
Silesia, región ubicada en las actuales, Polonia, República Checa y Alemania, estaba bajo el dominio de Prusia, luego del Tratado de Aquisgrán de 1748, que había puesto fin a la Guerra de Sucesión austríaca. Austria se propuso recuperarla y contó para ello, con el apoyo de Francia, Rusia, Sajonia y Suecia.
En el año 1756, el rey de Prusia, Federico II el Grande, ordenó atacar Sajonia y luego Bohemia. Sin embargo en la batalla de Kolin, se produjo el triunfo austríaco. A pesar de esta victoria, los franceses, aliados de Austria, fueron derrotados por los prusianos en Rossbach, el 5 de noviembre de 1757. Exactamente un mes más tarde los austríacos sufrieron una nueva derrota en Leuthen, repitiéndose el resultado un año más tarde en Zorndorf.
El 12 de agosto de 1759, en Kunesdorf, cerca de Francfort, los prusianos sufrieron un gran revés, al ser vencidos por las fuerzas aliadas austríacas y rusas, pero al año siguiente los prusianos se impusieron a Austria, derrotándolos en Liegnitz (Silesia) y Torgau (Sajonia).
En 1761 España inició una serie de conquistas que se prolongaron el año siguiente, logrando apoderarse del norte de Portugal y de la colonia del Sacramento, pero su buena ventura duró poco, ya que sucumbió ese último año ante los ingleses, que tomaron bajo su dominio La Habana y Manila.
Los rusos se apoderaron de Berlín, pero en 1762, pero Rusia firmó, bajo el mando de Pedro III, un tratado de paz con Prusia, retirándose de la guerra.
La guerra finalizó con la firma del Tratado de París, del 10 de febrero de 1763, donde Francia perdió a favor de Inglaterra, sus tierras en Canadá, la India, salvo Mahé, Yanaon, Pondicherry, Karikal y Chandernagor, el territorio del este del Mississipi y al oeste de los Apalaches, retirándose de la isla de Menorca.
España abandonó el norte de Portugal, recibiendo Florida y Luisiana.

Francia, la gran perdedora, conservó algunas posesiones en la India, el derecho de navegación del río Mississippi y el de pesca sobre Terranova. Obtuvo la Florida en Estados Unidos, y algunas islas como la de Gorée, San Pedro, Miquelón, Guadalupe y Martinica.

lunes, 30 de mayo de 2016

Martín Zalacaín


En estos días he estado muy asiduo a la lectura de algunos textos que aún conservo como un legado de viejos intelectuales que me los han hecho llegar a mis manos con la intención de que permanecieran en mis recuerdos de juventud como han permanecido todos ellos cada vez que evoco las mesas de bares emblemáticos como lo supieron ser “los Cafés Sorocabana” instalados en la zona céntrica de Montevideo lugar de encuentro de todos aquellos que con su pluma han “vencido al paso del tiempo” y permanecen con su bonhomía semi perdidos en la bruma del humo de sus cigarrillos y el exquisito aroma de un buen café brasileño.

Entre todo ese material de lectura ya un tanto deteriorado de tanto trasiego de un lado para el otro volvieron a mis manos los textos de Pio Baroja sobre todo aquellos que relataban las aventuras de algunos personajes que nos ilustraban con su accionar ciertos rasgos muy propios de la etnia vasca de la cual soy un tozudo y pertinaz representante.

La historia que paso a resumir me ha impactado por la autenticidad de sus trazos y de la cual conservo la fuerte impresión que me ha causado su lectura, la historia dice así:

“Es la historia de Martín Zalacaín, un joven vasco natural de Urbía, un ejemplo de héroe rural encumbrado por su forma de vivir y su singular persona.

Pronto quedó huérfano de padre y después también de madre. Fue educado de una manera especial por su tío abuelo, Miguel de Tellagorri, que se encargó de él y de su hermana Ignacia a la extraña muerte de su madre tras un espectáculo de titiriteros, en el que conoció a Linda, una joven que se volvería a cruzar más tarde en su vida.

Al tiempo, el viejo Tellagorri caería enfermo, y a su muerte, Martín hubo de encargarse de su hermana, a la que dejaría a cargo de Dña. Águeda, de los Ohando. Martín era odiado por su hijo, Carlos Ohando, y mantenía noviazgo con su hija Catalina.

Más tarde, Ignacia se casaría con Bautista, un amigo de Martín, y se iría a vivir con éste a Zaro, un pueblecito vascofrancés.

No mucho después, daría comienzo la última guerra carlista, pero Martín, Bautista Urbide y otro colega, Capistun, continuarían con su negocio de contrabando a través de la frontera francesa y la española.

En una de sus expediciones fueron sorprendidos en el monte por una fuerte tempestad que les obligó a refugiarse.

Al amanecer, unos disparos desde el cercano pueblo de Vera, llamaron su atención. Martín y Bautista descendieron hasta el pueblo, donde fueron incluidos a la fuerza en la partida del Cura. Estuvieron unos días en una posada hasta que la partida se encaminó a detener una diligencia.

Después de parada ésta y los ocupantes apresados, Martín, Bautista, un tal José, un francés, una joven y su madre huyeron en la confusión.

Martín fue herido pero todos consiguieron llegar al pueblo de Hernani con ayuda de una compañía.

La Srta. Rosa Briones, a la que había salvado y de la que guardaría gratos recuerdos, se ocupó de él.

Tiempo después, en Socoa, Martín aceptaría el peligroso trabajo de conseguir que unas letras fuesen firmadas por importantes militares carlistas y por el propio Carlos, dado el elevado sueldo y su falta de compromiso con nada. A pesar de todo, Bautista decide acompañarle.

Por las primeras villas que pasan logran las firmas sin más dificultades pero sería en Estella donde la empresa se complicaría, y donde volvería a encontrarse con Carlos Ohando y el periodista francés que había compartido huida con él en Hernani; la providencia haría que estos dos personajes coincidieron innumerables veces.

Así todo, Martín conseguiría las cartas firmadas, pero dormiría un día en la cárcel de la cual acaba escapándose y además, saca a Catalina del convento donde la habían recluido. Al final, huirían los tres, 

Catalina, Martín y Bautista en una diligencia, librándose de varios perseguidores hasta llegar a Logroño.

En Logroño, entraron en el cuartel. Gracias al uniforme de general del que Martín se había apropiado y a su amistad con la familia Briones (el padre era capitán) son dejados en libertad y Martín invitado por el capitán a comer.

De la casa de los Briones no salió hasta entrada la noche y recorrió todos los albergues en busca del resto del grupo y con especial atención a Catalina. Poco después es invitado también por la joven Linda, que había conocido tiempo atrás y de la cual no se libraría en unos días, tras lo cual daría con Bautista, en Logroño buscándole.

Catalina se encontraba en Zaro y tras perdonar a Martín se celebró su boda. Poco después la guerra se daba por acabada.

Un día Catalina y Martín, de viaje cerca de la frontera, pararon en una posada donde se encontraron de nuevo con el extranjero y más tarde con Carlos Ohando y un amigo, el Cacho. Éste indignado por los actos de su hermana entra en pelea con Martín y cuando el primero estaba ya vencido, el Cacho dispara a Martín, que muere casi en el acto.

Este es el resumen de la historia que culmina bruscamente dejando una aureola de mucho pesar y particular melancolía.

Más adelante. Como un consuelo, se puede evocar este epitafio;

“Yace en esta sepultura
Martín de Zalacaín el fuerte,
venganza tomó la muerte
de su gallarda apostura.
De su audacia y su bravura
el vasco guarda memoria,
caminante de su raza
descúbrete ante su gloria.  “  

Hugo W Arostegui

domingo, 29 de mayo de 2016

Las Barbas En Remojo


Cuando vemos que a nuestro alrededor, que como ocurre con los círculos concéntricos cuando dejamos caer una piedrecita en la tranquilidad de un estanque los mismos se van expandiendo hasta cubrir toda su superficie, la situación tanto económica como la estabilidad política nos lleva a observar con mucha atención estos acontecimientos.

Es por eso que recurrimos a los antiguos dichos populares que tanto escuchamos en la voz de nuestros mayores que nos vienen a la mente como si fuesen una advertencia de que debemos actuar con mesura y previsión para que tales cosas no nos tomen desprevenidos.

Entiendo que los tiempos han cambiado y que la vigencia de las advertencias de nuestros mayores han quedado un tanto sepultadas por la vorágine de los tiempos modernos, de ahí que consideremos oportuno recurrir al intento de explicarlos.

“Existe un antiguo dicho castellano que, con algunas variantes, reza por lo menos desde el siglo XV: Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. En alguna de las variantes modernas, el verbo “pelar” ―que significaba más bien afeitar― es sustituido por “arder”, “cortar” o “rasurar”, pero la idea del refrán es que debemos aprender de los males que sufren los demás para no caer en los mismos errores y sufrir idénticas consecuencias.
En los últimos años hemos verificado en algunos medios de difusión que no pocos intelectuales utilizan una versión que viene calificada sin mucho fundamento como “verdadera” de este dicho, y que reza: Cuando las bardas de tu vecino veas arder…
Como barda significa ‘seto, vallado o tapia’, y también ‘maleza o matojos silvestres’, se afirma que es mucho más “lógico” que el viejo dicho se refiera a bardas y no a barbas, puesto que, según se alega, no tiene mucho sentido que las barbas de alguien puedan arder ni pelar, lo que parece sonar muy sensato.
A pesar de esta moda ―porque no se trata más que de una moda― abundante documentación histórica y literaria sostiene en forma concluyente que el dicho original, existente en nuestra lengua desde hace más de cinco siglos y, como veremos, probablemente originario del latín, se refiere a las barbas y no a las bardas del vecino. Una primera aproximación en ese sentido la podemos hacer en el Diccionario de uso del español, de María Moliner, que en su entrada sobre barba incluye: Cuando la(s) barba(s) de tu vecino veas pelar, pon la(s) tuya(s) a remojar. En efecto, pelar ha sido siempre más usado que el más moderno arder, como vemos en las siguientes citas de antiguos diccionarios españoles:”

Nuestro consejo es que busquemos la forma de que cuando “ardan las barbas de nuestros vecinos” pongamos las nuestras en remojo.

Hugo W Arostegui


sábado, 28 de mayo de 2016

Más Caro El Remedio Que La Enfermedad


Nos hemos encontrado con situaciones que a primera vista nos parece que necesitan una toma de decisiones drásticas y sobre todo urgentes, el común denominador de nuestras reacciones ante situaciones un tanto conflictivas o que parecieran evadirse de nuestro control, donde las posibles soluciones no nos parecen lo suficientemente claras, es la búsqueda de remediar sus posibles efectos con decisiones tan inútiles como ineficaces en el tiempo.
Hay ocasiones en las que se dice aquello de a grandes males, grandes remedios, lo cual significa que los problemas de gran envergadura requieren soluciones acordes (es decir, soluciones drásticas o grandes soluciones). Pero a veces esas soluciones o remedios al problema son peores que el problema en sí.
Por ejemplo: imaginemos que tenemos una infección de garganta y el médico nos receta unos antibióticos, así que empezamos a tomarlos y éstos nos crean un dolor en el estómago tremendo. En este caso podríamos decir que es peor el remedio que la enfermedad (ya que antes sólo nos dolía la garganta y gracias al remedio, no sólo nos sigue doliendo la garganta, sino que además nos duele el estómago).
Otro ejemplo: resulta que inventan los biocombustibles para respetar el medioambiente y para poder producirlos se está desmantelando la selva amazónica brasileña en la que talan los árboles para poder cultivar la soja necesaria para la generación de biocombustibles. Este sería otro claro ejemplo de que es peor el remedio que la enfermedad.
Así que nada, la próxima vez que tengamos un problema, pensemos bien en las consecuencias de adoptar una posible solución, no vaya a ser que nos resulte peor el remedio que la enfermedad.
https://expresionesyrefranes.com

Hugo W. Arostegui


viernes, 27 de mayo de 2016

La Carabina De Ambrosio


Hacía mucho tiempo de que no escuchaba este término el cual se mencionaba popularmente en mis tiempos de juventud para referirse a la inutilidad de alguna persona o de algún objeto.
Ser catalogado como “la carabina de Ambrosio” era algo muy similar a un insulto pues con semejante referencia de eficiencia difícilmente alguien optaría por utilizar sus servicios.
He aquí parte de esta historia:
"Ambrosio fue un labriego que existió en Sevilla a principios de siglo (del siglo XIX). Como las cuestiones agrícolas no marchaban bien a su antojo, decidió abandonar los aperos de labranza y dedicarse a salteador de caminos, acompañado solamente por una carabina.
Pero como su candidez era proverbial en el contorno, cuantos caminantes detenía lo tomaban a broma, obligándole así a retirarse de nuevo a su lugar, maldiciendo de su carabina, a quien achacaba la culpa de imponer poco respeto a los que él asustaba"
Aunque la expresión ya existía antes, es en escritores de finales del siglo XIX cuando la carabina de Ambrosio aparece con más frecuencia
A finales del XIX se puso de moda la palabra carabina para referirse a esa señorita de compañía que los padres de la buena sociedad imponían a sus hijas para garantizar la moralidad en su trato con los chicos. 
Sabemos que ésta carabina surge relacionada con la de Ambrosio por su manifiesta inutilidad en el intento de garantizar la moralidad de las jóvenes.
Es probable que con la aparición de estas inútiles carabinas de compañía se reactivase la expresión la "carabina de Ambrosio" que ya existía en nuestra lengua caracterizada por su inutilidad.
La mención más antigua de esta famosa carabina aparece en P. José Francisco Isla. 
También aparece en Gustavo Adolfo Bécquer,  en Benito Pérez Galdós,  y en Valera. 
También aparece en Juan Montalvo.
Aunque podemos observar a muchos Ambrosio/Ambrosia en nuestro diario vivir en sociedad al igual que tener que padecer el  accionar de sus inútiles carabinas, es bueno tener en cuenta que cualquier semejanza con nuestros diarios padeceres, sin duda debe ser atribuido a nuestra primordial imaginación.

Hugo W Arostegui

La Caja De Pandora


 En estos días pasados he tomado la decisión de poner un poco de orden en el contenido de uno de los cajones de mi escritorio, una muy postergada decisión por cierto, en el cual se han ido acumulando con el paso del tiempo una enorme cantidad manuscritos realizados en la más variada colección  de objetos que uno pueda imaginar.

Lo que ha ido apareciendo a medida que avanzaba mi “puesta en orden” me retrotrajo a épocas durante las cuales cualquier objeto me resultaba lo suficientemente útil como para insertar en ellos cualquier impresión que en aquel entonces me cruzaba por la mente.

Servilletas de papel, tarjetas de presentación, invitaciones para cumpleaños, casamientos, comprobantes de gastos, etc. etc. contenían escritos prácticamente ilegibles por la cantidad de garabatos que más parecían “ganchos de carnicería” que apuntes de una persona supuestamente educada y en uso de sus facultades mentales.

Es por esta razón, un tanto irracional, que al intentar ordenar el caos que tenía por delante, me vino a la mente el mito de la caja de Pandora con el cual titulo este artículo.

Parte de este mito de la Grecia clásica dice lo siguiente:

“Llegó un momento en que los mortales e inmortales se separaron. Mediante un engaño, Prometeo logró que cuando los hombres hicieran sacrificios a los dioses, los hombres se quedaran con los huesos y los inmortales pudieran disfrutar de la carne y los órganos. Zeus, en venganza, le quitó el fuego a los hombres. Sin embargo, nuevamente Prometeo se las arregló para devolvérselos.

Zeus se puso furioso, y ordenó a Hefestos que creará la figura de una hermosa princesa en arcilla, tan bella como un inmortal, y le diera vida. Entre varias ninfas, le dieron sensualidad, cualidades para telar, y por último con el fin de darle un toque de algo "bello malo", le dieron el poder de seducir, mentir y crear caos.

A esta imagen, se le llamó Pandora. Y es conocida como la primera mujer, que traía consigo el mal. El hombre entonces debía escoger entre:
·                  Evitar el matrimonio, y tener una vida donde no perdería sus riquezas materiales, pero sin la posibilidad de tener una descendencia que mantenga sus posesiones luego de su muerte.
·                  Casarse, y vivir constantemente con los males que traía la mujer.
Prometeo había advertido a Pandora que no recibiera ningún regalo por parte de Zeus, sin embargo ella hizo caso omiso de la advertencia. Recibió la que hora comúnmente llamamos la Caja de Pandora (Ánfora de Pandora o Jarra de Pandora), que contenía dentro todos los males y que fueron liberados cuando ella abrió la caja. La jarra se cerró momentos antes de que la esperanza pudiera salir. De aquí se atribuyen la existencia de todos los males del hombre.”

Esta esperanza, último recurso de Pandora, es la que me anima a introducir mis manos entre tanta multitud de papeles y mantener la confianza de que en algún momento este postergado cajón de mi escritorio vuelva a recobrar el orden y la limpieza que se merece.

Hugo W. Arostegui


jueves, 26 de mayo de 2016

200 Años De La Biblioteca Nacional

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A instancias de Dámaso Antonio Larrañaga y con el apoyo de José Gervasio Artigas, quienes en 1815 reclamaron al Cabildo la creación de una biblioteca pública, el 26 de mayo de 1816 abrió sus puertas la Biblioteca Pública la primera del país. Su acervo comprendía 5 000 volúmenes entre las donaciones de José Manuel Pérez Castellano, José Raimundo Guerra, y otras provenientes del convento de San Francisco. Durante la invasión luso-brasileña (1817-1828) la colección quedó reducida a unos dos mil volúmenes.
En 1926 se adquirió el predio del actual edificio y su piedra fundamental fue colocada el 26 de mayo de 1938. La misma pasó a denominarse Biblioteca Nacional a partir de ese año, aunque la nueva sede se ocupó recién en 1955 y fue finalmente inaugurada en forma oficial en 1964..
Como se puede apreciar hoy es un día muy importante para todos los que cultivamos el preciado hábito de transmitir a través de la escritura, las múltiples vivencias que afortunadamente nos siguen incentivando a su relato, recurriendo al arte de nuestra expresión creativa, tal como lo haría el artista pictórico que utiliza su paleta y sus colores en la narrativa de sus obras.
Salvando las distancias, las cuales indudablemente son enormes, en lo personal nos hemos abocado a la construcción de nuestra propia biblioteca, recogiendo los temas más diversos en nuestro blog muchos de los cuales vamos publicando de tanto en tanto, claro, lo hacemos por el puro placer del ejercicio intelectual sin pretender en nuestras publicaciones una pretensiosa e inútil comparación con quienes nos han enriquecido culturalmente hablando a través de su genialidad.
En este día quiero recordar a una escritora ya fallecida, hermana de mi padre, cuyo nombre se encuentra en los registros de autores en la Biblioteca Nacional, me refiero a mi tía Rola, cuyo nombre es María Del Carmen Arostegui Hoyo, poetisa que siempre admiré desde mi niñez y que tuve el agrado de conocer y compartir con ella y su esposo en tiempos en que ambos vivían en el Chuy en un lugar muy cercano a la frontera con el Uruguay.
Hugo W Arostegui


miércoles, 25 de mayo de 2016

Globalización y economía

Globalización y economía

Cuando exponemos cualquier criterio relacionado con la economía mundial y el análisis de la situación nos conduce a mencionar a la creciente globalización de prácticamente todos los acontecimientos que se interrelacionan de un extremo al otro del planeta a un punto tal de que  podemos decir de que nada de lo que acontece en el mundo sucede inadvertido por el resto de las naciones, lo mismo se puede decir de cualquier conclusión que podamos emitir al respecto.
La globalización es un hecho consumado e irreversible que cual si fuese una ciénaga en medio de arena movediza, nos ha atrapado irremediablemente y de la cual no se vislumbran salidas posibles.
La globalización es un proceso dinámico de creciente libertad e integración mundial de los mercados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capitales.
Este proceso no es nuevo, viene desarrollándose paulatinamente desde 1950 y tardará muchos años aún en completarse, si la política lo permite.
Definiciones para un proceso
Existen varias definiciones sobre globalización, sus orígenes y causas, de las que se pueden destacar las siguientes:
a) "Es un proceso de integración de la economía mundial". La globalización económica no es un evento inédito y asustador. Este es un proceso que ocurre en olas, con avances y retrocesos, separados por intervalos que pueden durar siglos.
1.   La Primera Globalización se dio con los romanos, cuando éstos articularon un imperio, construyendo caminos y canales de riego, impusieron su sistema legal, forzaron el uso de su moneda y protegieron el comercio contra los piratas. La posterior vigencia del feudalismo significó un retroceso en este proceso.
2.  La Segunda Globalización ocurrió en los días de los grandes descubrimientos, en los siglos XIV y XV. Se descubrieron nuevos continentes y fue abierto el camino a la India y a la China. Sin embargo, el comercio internacional en marcha fue interrumpido frecuentemente por guerras religiosas y los enfrentamientos de las monarquías europeas.
3.  La Tercera Globalización aparece en el siglo XIX después de las guerras napoleónicas. Fue el siglo en el que el liberalismo se impuso sobre el mercantilismo y comienza a prosperar el sistema democrático de gobierno. Coincidentemente, tanto el liberalismo económico, como la democracia política surgen a fines del siglo XVIII, y en particular en el año 1776. En ese año se publica la obra "La Riqueza de las Naciones" de Adam Smith y se firma la Declaración de Filadelfia, sobre las libertades políticas. Los principales rasgos de esta tercera globalización fueron:
La Liberación del comercio, gracias a la anulación de la "Corn Law" de Inglaterra y la firma del Tratado de Libre Comercio entre Francia e Inglaterra, en 1860.
La colonización europea de África y Asia, generando nuevas corrientes de comercio.
Una enorme transferencia de capitales, sobre todo ingleses, como consecuencia de su expansión imperial.
Las grandes migraciones humanas para la colonización de los nuevos continentes.
La Tercera Globalización, sufriría una violenta interrupción con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y peor aún, con la crisis económica mundial de los años 20 y el surgimiento de modelos fascistas como los de Alemania e Italia, todos los cuales colocaron al mundo en subsistemas autárquicos.
4.     La Cuarta Globalización, surge al finalizar la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento de instituciones como las Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y principalmente del GATT (Acuerdo General de Comercio y Tarifas), que impulsaron la apertura de globalización de la economía y o mundialización del capital economías, el fomento del comercio internacional y la cooperación y ayuda entre los pueblos. Esto también se reforzó con los acuerdos entre países, primero para organizar la producción de algunos bienes en particular (acero y carbón) y luego a seguir, acuerdos más amplios, como el Mercado Común Europeo.
La Cuarta Globalización causa más preocupaciones que entusiasmo, por las siguientes razones:
Porque el progreso globalizante se tornó mucho más rápido con la revolución de las comunicaciones y la difusión de la sociedad del conocimiento.
Porque este proceso abarca un espacio mucho mayor que las anteriores experiencias, desde que no sólo considera el comercio y los capitales, sino también las telecomunicaciones, las finanzas y los servicios en general. Apenas en dos aspectos la globalización actual pierde comparada con la anterior. Gracias a la convertibilidad y el automatismo del patrón-oro, la integración de los mercados de capitales fue tal vez mayor en el siglo pasado, en tanto que las migraciones en masa aseguraron una flexibilidad de la mano de obra; superior a las restricciones encontradas en la actualidad.
b) "La Globalización es el resultado de la división internacional del trabajo y el aprovechamiento de las ventajas competitivas de las naciones, en base a la intensificación del comercio internacional".
Este concepto, que en parte coincide con el anterior, es el sustento ideológico del liberalismo y del capitalismo, entendido como economías de mercado.
En general todas estas teorías buscan demostrar que el comercio internacional, así organizado, aumentará la frontera de posibilidades de producción y consumo de los países, mejorando así el bienestar económico y social de los pueblos.
Ventajas absolutas y comparativas de la globalización
El comercio internacional históricamente se ha desarrollado basándose en las ventajas absolutas y comparativas. En el caso de la ventaja absoluta esto significa que cuando un país posee condiciones específicas para ser más eficiente en la producción de un bien o servicio, deberá dedicarse exclusivamente a producir y exporta éste, e importar todo lo demás en lo cual es menos eficiente.
Este concepto, que predominó la economía mundial durante siglos, ha sido nefasto para los países menos desarrollados, pues estos se dedicaron básicamente a producir y exportar materias primas y mano de obra barata e importar bienes manufacturados, tecnología y mano de obra especializada.
El resultado histórico ha sido una relación de intercambio desventajosa para los países más pobres y muy beneficiosos para aquellos países más ricos y desarrollados, aumentando cada vez mas la diferencia en crecimiento económico entre ambos grupos de países.
En el caso de la ventaja comparativa ésta se basa en que aun cuando una nación es menos eficiente que otra (o tiene una desventaja absoluta) debe producir y exportar aquellos bienes y servicios en que su ventaja absoluta sea menor e importar aquellas en que su ventaja absoluta sea mayor. El resultado histórico ha sido también desfavorable pero al menos permitió que las naciones más pobres desarrollasen algunos sectores manufactureros y de servicio, que aunque menos eficientes, significó un cierto grado de desarrollo y crecimiento económico.
Efectos para los países desarrollados
Los países desarrollados indudablemente se han beneficiado de la globalización. En primer lugar por qué han sido los responsables de dicho proceso. Siendo sus economías más productivas, son los que más, mejor y más barato producen. Han gastado inmensas cantidades de recursos financieros, tecnológicos y humanos en investigación y desarrollo para la producción de nuevos bienes y servicios. La innovación ha crecido en forma geométrica en las últimas décadas y como resultado han lanzado al mercado innumerables productos con el consecuente efecto de un crecimiento económico y mayor enriquecimiento para éstas naciones.
Efectos para los países en desarrollo
Para los países en desarrollo el efecto ha sido totalmente opuesto. Al no poseer los recursos necesarios para investigar y desarrollar, no han podido innovar y por ende sus productos han quedado rezagados y poco a poco están siendo sustituidos por aquellos producidos en los países desarrollados. El efecto ha sido de cierre de fábricas, al no poder competir con los bienes y servicios importados y el resultado ha sido menos producción, más desempleo, esto ha llevado a mayores importaciones, y a una relación de intercambio desfavorable en el comercio internacional al depender cada vez más en sus exportaciones de materia primas e importar productos manufacturados, igual que hace cien años. Esto ha llevado a un decrecimiento económico general con el resultado de un mayor empobrecimiento para estas naciones.
Ver: PSU: Historia y Ciencias Sociales:


Hugo W. Arostegui

Crisis Financiera: El Síndrome Inmunodeficiente De La Economía Mundial


Como toda ciencia social, la economía está estrechamente relacionada con el comportamiento humano, quizás, o tal vez, sin quizás, sea esta disciplina una de las que más nos identifica como seres interdependientes los unos con los otros, en la coparticipación de los recursos, cada vez más escasos, con los cuales debemos atender las necesidades y reclamos de una población mundial que ya ha sobrepasado los siete mil millones de habitantes.

El éxito o el fracaso de los resultados que obtengamos en su aplicación estarán supeditados al grado de compromiso que asumamos como conciudadanos, integrantes de una urbe inserta en un mundo globalizado donde los  hechos económicos se interrelacionan  entre sí conformando un mosaico de pluralidades productivas provenientes desde  los más recónditos puntos del planeta. 

Los efectos de la globalización nos han ido transformando en una especie de espermatozoides que pugnamos por introducirnos en los ovarios de un mundo virtual  para dar vida a una nueva criatura que nacerá desposeída de una cultura definida, sin raíces ni tradiciones, que se sabe poseedor de un gen universal  cuya lectura atraviesa horizontalmente todas las razas, todos los credos, todas las diversidades, todas las formas de ser y de aceptarse tal cual se percibe que es.

El ser humano que ha surgido - el cual se expresa a través de las redes sociales - trasciende todos los estereotipos que le han precedido…

“Según la Real Academia Española de la Lengua, un estereotipo es una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. Dos son las características básicas de los estereotipos: simplicidad -el mínimo común múltiplo de un grupo social se establece aceptado por la mayoría como patrón o modelo de cualidades o de conducta- y su uso peyorativo. Los individuos a través de la cultura económica adquieren y se identifican con toda una serie de instituciones, principios, normas y comportamientos económicos.

Gracias a este aprendizaje el empresario es capaz de enfrentarse al mercado –bendita competencia- sacar conclusiones, basadas en el sentido común y mediante el procedimiento de prueba y error -de experiencia-, depurar el entendimiento y lograr la capacidad cognitiva. En su definición tradicional, la cultura se opone al instinto, al ser aquella una característica del ser humano y ésta de los animales. No obstante en la economía de mercado, cultura e instinto se entrelazan en el estadio superior de la cultura debido a los diferentes niveles de razonamiento que se pueden llevar a cabo. Cabría preguntarse entonces si  la economía es una ciencia o un arte. O ambas cosas a la vez.”
 Juan Royo, Economista

“Los estereotipos de la economía de mercado en particular y los de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en particular son muchos. ¿Es la RSC una herramienta de Marketing o, en el mejor de los casos, de Comunicación? ¿Su implementación es competencia de las ONG más innovadoras? ¿Es un coste que solo pueden permitirse las grandes compañías? ¿Se basa en exclusiva en obra social, solidaridad o caridad? Un reciente debate sobre los Códigos de Conducta Empresariales, preámbulo del 2º Congreso Nacional de RSE que se celebrará en Zaragoza en junio, trató de aportar luz sobre algunos estereotipos que inundan la actividad empresarial. 

Sin líderes que apuntalen los Principios Corporativos (su Ética personal), no hay nada que hacer. Sin estructuras de retribución variable que hagan a trabajadores y empresarios remar en la misma dirección para lograr la supervivencia de la empresa y de sus puestos de trabajo, no hay nada que hacer. Sin transparencia a la hora de comunicar los objetivos que se quieren alcanzar y el modo que se propone para lograrlo, no hay nada que hacer. Liderazgo, flexibilidad y transparencia. Nada nuevo bajo el sol.

Los sesgos perceptivos son fenómenos habituales en economía. Se forman involuntarias asociaciones de ideas entre aquellos que poseen rasgos comunes. Comportamientos tramposos como la información privilegiada se confunde con la lícita especulación y el dañino abuso de posición dominante o la manipulación de precios con el libre mercado. En el momento en que se ha forjado una primera impresión es difícil deshacerse de ella y va a condicionar el resto ya que los interpretaremos como corroboración del estereotipo del grupo al que pertenece. Sin cultura económica, no hay nada que hacer.”
                                               Publicado en El Heraldo de Aragón

 Al referirnos a “cultura económica” deberemos considerar, nec
esariamente, en que punto de sus postulados nos situamos, pues la economía que los humanos hemos inventado ha sido “aprisionada” por los poderes de turno y puesta a su servicio como “herramienta de distribución de la riqueza” privilegiando en dicha distribución al capital financiero, subordinando a la tierra y al trabajo a un plano secundario, como simples medios, partícipes necesarios de la ecuación Capital – Tierra – Trabajo

Cultura económica, sin el cultivo de los valores esenciales del ser humano, tales como: solidaridad, equidad y justicia social, no hay nada que hacer, seguiremos depredando nuestro planeta hasta que consumamos hasta la última partícula de vida sustentable.

Hugo W Arostegui


Gulliver, Los Enanitos, Y La Economía de Lilliput


La Historia Jamás Contada

Mejor entonces reconstruyamos la historia que nos han contado, hagamos una bifurcación en el camino y tomemos por la senda que nos lleva a Lilliput, el país en el cual vivimos y nos multiplicamos los enanitos que habitamos este mundo.

Imaginemos que el gigante Gulliver, que apareció en la margen de nuestras costas, exhausto  y profundamente dormido tras su naufragio, en lugar de asustarnos por su descomunal tamaño y pretender asegurarlo con cuerdas y estacas, le hubiésemos rápidamente construido una barcaza de buen tamaño , proporcionado agua y víveres suficientes  como para soportar una larga jornada , metido dentro de ella y botado al mar, para que las mismas corrientes marinas que le han traído, le regresara por donde vino a su lugar de origen, seguramente nos habríamos ahorrado  una historia en la cual nuevamente recurrimos al poder de los gigantes para que nos ayuden a superar las limitaciones de nuestra insignificante pequeñez.

De haber ocurrido estos hechos tal cual lo describimos, seguramente nuestra autoestima  habría crecido a un punto tal, que nos permitiría descubrir, que el verdadero poder reside dentro de nosotros mismos,  que “los liliputienses unidos jamás seremos vencidos”  que estamos muy por encima de los mitos y leyendas que nosotros mismos construimos , que somos los que hacemos historia a través  de las acciones diarias que cada uno de nosotros  somos capaces de realizar en forma individual o mediante el esfuerzo colectivo.

Liliputienses;  preguntémonos: quien nos ha construido las bases de nuestra economía?  Cuando se nos menciona que estamos en crisis financiera, que estamos en quiebra, que habrá que superar esta terrible situación con sangre, sudor y lágrimas, respondámonos, la sangre, el sudor y las lágrimas de quién? Acaso estamos en una guerra fratricida?

Nos han invadido extraterrestres?  Nos han sustraído nuestras riquezas, nos han despojado de nuestro territorio,  les han cortado los brazos a los trabajadores o extraído el cerebro a nuestros intelectuales?
Al respondernos estas interrogantes apreciaremos que las riquezas que hemos generado a través de toda nuestra historia sigue entre nosotros, que la tierra que nos ha parido a todos nos sigue albergando y que contamos con la fuerza, el intelecto y los brazos necesarios para retroalimentar el proceso productivo para que nos genere tanta riqueza como podamos necesitar para cohabitar y disfrutar dignamente de  nuestra vida en sociedad.

Entonces, Liliputienses hermanos, que es lo que haremos? Pienso que en primer lugar debemos decir muy fuerte ¡BASTA!  Llegó la hora de asumir nuestra identidad, todo lo que existe nos pertenece a todos sin excepción no permitamos que otros, tan enanos como lo podamos ser nosotros mismos, manejen a su antojo lo que supimos generar entre todos, somos hijos del mismo Dios, sea éste de la raza o el color que lo veamos o sintamos, quizás digan algunos que no existe fuera de nosotros, o como han declarado los científicos más inminentes de este controvertido siglo de las luces, sea una Partícula Divina, fuese lo que fuese nos ama a todos por igual y desechamos que existan otras diferencias que no sean el fruto de nuestra capacidad, voluntad, esfuerzo y perseverancia en ser cada día un poco mejor del que hemos vivido ayer. 

El capital para la inversión está entre nosotros, escondido detrás de las mamparas que intentan en vano esconder la identidad de los quienes se lo han apropiado, sean estos: monarcas, terratenientes, religiosos que han encerrado a sus dioses en las mazmorras de sus corporaciones, gobernantes o políticos, generalmente mimetizados entre la bruma de la indiferencia y la corrupción o dueños anónimos de poderosas multinacionales, todos ellos deberán rendir cuentas de sus acciones, deberán responder por lo que han hecho y, sobre todo,  por lo que debieron haber hecho y simplemente dejaron de hacer.

Dejemos de lado las promesas incumplidas, los cantos de sirena, mirémonos nuevamente en toda nuestra verdadera dimensión, juntos formamos una fuerza poderosa, no esperemos a gigantes dormidos en nuestras costas, nada hay más gigantesco que nuestra capacidad de crear y transformar  nuestro destino.

Exijamos  al Cesar la responsabilidad de un Cesar,  y pidamos a aquellos que manifiestan vocación de servicio, que emulen a aquel que nos ha dado su vida como ejemplo genuino,  exigiendo a quienes aceptó como sus verdaderos discípulos, que predicasen su palabra con humildad, y, sobre todo, “sin bolsa ni alforja” lejos de los palacios, los resorts, y sin cuentas ocultas en  los “paraísos fiscales”

Hugo W Arostegui


martes, 24 de mayo de 2016

La Honorabilidad



Entre los muchos conceptos a tener en cuenta en el cultivo de nuestras relaciones sociales y conste que no existen relaciones sociales ajenas a nuestra condición de humanos, es el sentido del honor por nuestra condición de tales, el grado de madurez que hayamos podido desarrollar en el transcurso de nuestra existencia estará signado por los valores inherentes a esta condición.

El hecho de comprender en nuestro fuero íntimo que somos parte de una herencia que se nos ha legado a través del aporte de innúmeras generaciones que nos han precedido en la transmisión de todo lo que hoy en día constituye un valioso patrimonio cultural, un acervo del cual no sólo nos enaltece, sino que además, nos obliga a preservar y de ser posible multiplicar.

El honor consiste en valorar el legado recibido y sobre todo en aunar nuestros esfuerzos, tanto individuales como colectivos, en acrecentar la puesta en práctica de éstos valores en la búsqueda constante de una impostergable superación.

"El honor es el estímulo que nos induce a cumplir correctamente nuestros deberes
cuando nuestra vida está inspirada en la integridad.
El honor es lealtad a una conciencia recta que se guía por las normas del decoro, es
patrimonio espiritual del alma, inherente al ser humano.

Se basa en la propia conciencia, que es la que, aconseja al hombre las cosas que debe hacer y aquellas que debe abstenerse de realizarlas, sin preocupaciones ni de las consecuencias ni de
la opinión ajena.

El honor es parte íntima e inseparable de nosotros mismos, por lo que es un
sentimiento innato, independiente de los juicios humanos y de un valor superior a la
vida.

El honor es un instrumento, si se lo puede llamar así, de perfeccionamiento individual
en cuanto implica el acatamiento de un código de costumbres que conserva como
normas permanentes ciertos preceptos válidos en todos los tiempos.

Para que el honor constituya un valor útil en todos los momentos de la vida, la rectitud o la
inconveniencia de una conducta, es preciso que no dependa del tiempo ni del lugar en que vive el hombre.”    Ab. Marcia Vásquez Morales
Existe una máxima que nos compromete: “Debemos dejar las cosas mucho mejores de lo que las hemos recibido”


Hugo W. Arostegui