miércoles, 10 de agosto de 2016

La Responsabilidad Social


A medida en que nos vamos insertando a la vida en sociedad vamos comprendiendo cuáles son  “las reglas de Juego” que predominan y nos marcan el derrotero que ésta inserción social implica tanto en la esfera individual como en el quehacer colectivo de la misma.
Este efecto de la inserción social nos incluye en todo lo referente a la sujeción libre y voluntaria a las normas que implica nuestra “vida en sociedad” aceptando un fiel cumplimiento tanto de nuestras obligaciones para con la misma como asimismo la exigencia de ser tratado en igualdad de condiciones con el resto de los asociados en este emprendimiento el cual es implícitamente incluyente para todos y cada uno de sus integrantes.
“El ser humano por necesidad, se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre; estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.
La idea de que los individuos tengan una responsabilidad para su sociedad se remonta a los filósofos griegos y el sistema romano de legalidad.
"En la antigua Grecia el pueblo libre tenía por costumbre, en ambiente de franco debate, participar y cuestionar los argumentos de diálogo abierto en el ágora o plaza mayor; sin embargo, la esclavitud era parte fundamental de su estructura social y económica" la vida de las personas era pública, no existía la intimidad y por tanto era normal ver personas desnudas de todas las edades compartiendo todo; por tanto la responsabilidad de cada persona que hacia parte de esta sociedad libre era la participación de todos en cualquier asunto público.
En la Edad Media Occidental las creencias eran las que mostraban las reglas de convivencia y el diario vivir de cada persona, por tanto si alguna persona no aceptaba la religión era castigada, perseguida y excluida de la sociedad; "todo se hacía con el único objeto de obtener la salvación que se acreditaba en el credo de la única y verdadera Iglesia", con esto apareció la vida privada, el pudor, la intimidad y las propiedades; la responsabilidad era exigir el respeto a los espacios privados y a su vez vigilar que se cumplan las leyes establecidas por la iglesia.
La Edad Moderna se caracterizó por un gran movimiento intelectual; la razón se convirtió en el centro de todo, los derechos del hombre aparecieron y con estos la esclavitud dejó de existir; por tanto "una de las principales obligaciones de los actores sociales consistió en defender la libertad y promover los derechos humanos" además se le dio responsabilidad al Estado con los individuos y con exigir el cumplimiento de las reglas sociales de la época.
Así, por ejemplo, el estoicismo pone énfasis en los deberes cívicos, la responsabilidad social, la importancia de una buena ley y la igualdad de los derechos ciudadanos. Uno de sus grandes representantes, Cicerón, en libro primero de “Los Deberes”, habla sobre los deberes que tiene el hombre hacia la sociedad y hacia él mismo y propone que existe sólo una ley verdadera. Esta ley es la recta razón, la cual de acuerdo con la naturaleza, gobierna sobre todos los hombres, es eterna y no cambia. La misma impulsa a los hombres al cumplir con sus deberes, prohibiéndoles hacer el mal.
Luego de esto llegó la Edad Contemporánea, donde la tecnología y el avance científico predomina, cada día es más fácil acceder a la información, se necesita acumular bienes para tener una mejor calidad de vida; "valores como la eficiencia y la eficacia, actitudes positivas frente al compromiso el cumplimiento, una buena educación, además de habilidades comunicativas de negociación facultan a las personas para hacer parte productiva de la sociedad". 
Estos comportamientos se convierten en una responsabilidad para la sociedad; el Estado ya no es lo más importante, ahora las empresas tienen un poder, ya que el mercado es lo que predomina.
Es notorio que a medida que pasa el tiempo la responsabilidad social cambia; lo que era bueno para algunos tiempos después se convirtió en un delito y viceversa, las personas tienen la obligación de ser responsables con la sociedad moral y legalmente, independientemente de si no están de acuerdo; cabe resaltar que las normas de conducta las determina la entidad que tenga más poder en el momento, como la iglesia, el Estado, las empresas, entre otros; ellos determinan las reglas aceptadas de acuerdo con la situación en que se viva.”
La integración de todos y cada uno responde como vemos a una necesidad básica del ser humano, el cual es, a medida que desarrolla su conciencia, un ser esencialmente social.

Hugo W Arostegui


martes, 9 de agosto de 2016

Desafíos


Los inciertos tiempos de durabilidad del transcurso de nuestra vida hacen que todas nuestras proyecciones se realicen en el marco un tanto difuso de su imprevisibilidad en cuánto a su duración, lo concreto, lo que sí sabemos todos los mortales, es que para poder morirse primero hay que estar vivo.

 Cuentan los más antiguos moradores de la frontera norte, que un conocido nuestro, gran nadador,  reconocido por su tendencia a la exageración y la no aceptación de los acontecimientos adversos, que una vez, (seguramente la última) nadando en el río Yaguarón y encontrándose muy extenuado por el esfuerzo, viendo de que le era imposible salir de la situación en la que se encontraba, antes de sucumbir en medio de las aguas del río, expresó muy fuertemente “¡Yaguarón! Te estoy tragando”.

Lo cierto es que el simple hecho de estar vivo es un acontecimiento maravilloso que nos permite experimentar “en carne propia” toda una gama de posibilidades indescriptibles que no admiten, por su dimensión y trascendencia cualquier tipo de mensura tanto cronológica como de tiempo y espacio.

“Todas las personas nos marcamos objetivos en la vida. Son proyectos a corto, medio y a largo plazo. Hay objetivos difíciles y conseguirlos requiere un gran esfuerzo por nuestra parte. Decimos que tenemos un desafío ante nosotros cuando pretendemos lograr el éxito en un tema determinado.

Un desafío personal es un reto que nos imponemos a nosotros mismos. Es una manera de autoestimularnos. El desafío no se aplica a la obtención de un logro sin importancia. Se refiere a un objetivo que conlleva esfuerzo, lucha y tenacidad. Consideramos que vale la pena renunciar a muchas cosas y trabajar duramente porque el premio que vamos a obtener es elevado, algo muy gratificante. En este sentido el desafío es un anhelo intenso de victoria. En el momento del triunfo, se tiene la sensación de que el desafío inicial ha sido conquistado.

Un desafío es un mensaje dirigido al interior. Significa que nos ponemos a prueba, aceptamos el sacrificio y que estamos convencidos de nuestra capacidad para lograr un resultado satisfactorio. También es posible aceptar un desafío de otra persona. Nos proponen algo realmente difícil y valoramos la dificultad, nuestra fuerza de voluntad y las ventajas e inconvenientes. Finalmente, tomamos una decisión; aceptamos o no el desafío.”
Todos quienes hoy estamos en contacto indudablemente enfrentamos los desafíos propios de cada uno y de una forma u otra demostramos que somos capaces de “sobrevivir” a todas las circunstancias, ¡enhorabuena!

Hugo W Arostegui


La Libre Competencia


En momentos en que internacionalmente se celebran los Juegos Olímpicos, esta vez en el Estado de Rio de Janeiro, Brasil, las primeras que se realizan en  Sudamérica, nos parece adecuado abordar un tema tan importante en el desarrollo humano como lo es sin duda la competencia.
El sentido de toda competencia es la búsqueda de la supremacía personal superando todas las posibles limitaciones mediante el esfuerzo constante en el logro de nuestras aspiraciones.
La competencia en su libre expresión implica el reconocimiento explícito de las virtudes de los posibles competidores, el sacrificio que realizamos se consagra en la exigencia que nos impongamos a nosotros mismos, sino que además, motiva en los posibles contrincantes, el incentivo de una preparación acorde con la finalidad del esfuerzo requerido.
“Las competencias son las capacidades con diferentes conocimientos, habilidades, pensamientos, carácter y valores de manera integral en las diferentes interacciones que tienen los seres humanos para la vida en el ámbito personal, social y laboral. Las competencias son los conocimientos, habilidades, y destrezas que desarrolla una persona para comprender, transformar y practicar en el mundo en el que se desenvuelve,
La noción de competencia, referida inicialmente al contexto laboral, ha enriquecido su significado en el campo educativo en donde es entendida como un saber hacer en situaciones concretas que requieren la aplicación creativa, flexible y responsable de conocimientos, habilidades y actitudes.
Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender a convivir se convierten en tres pilares de la educación para hacer frente a los retos del siglo XXI y llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, permitiéndole que aprenda a ser.1
Para Perrenoud, P. (2008: 3) "El concepto de competencia se refiere a la manera que permite hacer frente regular y adecuadamente, a un conjunto o familia de tareas y de situaciones, haciendo apelación a las nociones, a los conocimientos, a las informaciones, a los procedimientos, los métodos, las técnicas y también a las otras competencias más específicas".
La libre competencia es entonces un sano incentivo a la superación individual y constituye en sí misma una clara demostración del desarrollo humano.
Hugo W Arostegui



lunes, 8 de agosto de 2016

Predisposición


Todas las personas tenemos en común la inexistencia de ciertos límites que condicionen nuestro potencial intelectual habida cuenta de las que puedan derivar de anomalías de tipo genéticas o afecciones severas que conspiren en contra de una sobrevida considerada normal.

Hecha esta esta ineludible salvedad, los seres humanos venimos a este mundo en igualdad de condiciones y dotados de condiciones implícitas y particulares que nos definen como individuos únicos e irrepetibles.

Ahora, lo que no puede negarse es nuestra “predisposición natural” para el desarrollo de lo que luego será considerado como “la veta creativa” que nos individualizará como poseedores de un talento personal a través del cual trasmitiremos esa genialidad en las diversas áreas desde donde se manifiesten sea en la música, la pintura, literatura, deportes o en cualesquiera de las expresiones mediante las cuales actúen.

 “Pero, realmente, ¿qué quiere decir eso de la predisposición?, ¿es que tiene algo que ver con el destino de cada uno? No, cuando hablamos de predisposición no nos referimos a la predicción del futuro o a la adivinación. Predisposición es la disposición anticipada del ánimo del individuo para un fin concreto.

Cuando una persona se propone realizar una tarea presenta un determinado estado afectivo, una disposición anímica, frente al objeto de la acción. Indudablemente, ello condiciona al sujeto en su empeño, e influirá, por tanto, en el logro de sus fines. 

Un ejemplo de este hecho lo observamos en el deporte; ante una competición, el deportista se concentra, aúna sus potenciales físicos y mentales para que, en los instantes siguientes su rendimiento corporal sea máximo. Está predisponiendo su persona para una acción que requiere plena capacidad. Un competidor que se sienta derrotado antes de la contienda difícilmente podrá ganar: está predispuesto al fracaso.”

Bueno es tener en cuenta que estas “inclinaciones naturales” suelen insinuarse cuando la persona en cuestión se encuentra cursando las primeras etapas, vale decir, cuando se es muy joven, cuánto más precoz sea nuestra atención sobre esta “predisposición” mayores serán nuestras posibilidades de dar el aliento y confianza en sí mismo que pueda estar necesitando.


Hugo W Arostegui

domingo, 7 de agosto de 2016

Nuestra Selfie


Muchas veces me han preguntado si me identifico con los temas que publico, si estos artículos que aparecen en mis páginas corresponden con mi forma de ser, y sobre todo, lo que me parece que constituye el meollo de todo este asunto, si todo lo que digo forma parte de la exteriorización de mi personalidad.

Honestamente creo que mi respuesta resulta algo obvia además de innecesaria pues a mi modesto entender existe cierta “adherencia” entre lo que decimos y lo que somos que hacen “el condimento” vital que identifica a todas nuestras expresiones.

Pienso que de no existir otro modo de identificarnos que no fuese la expresión escrita, que ésta, la expresión escrita constituyese “nuestra Selfie” el medio de exteriorizar a los demás quienes somos y cuáles son los valores que motivan estas expresiones, repito, me pregunto: ¿podrían estos escritos que publicamos ser un medio autentico de identificarnos?

Esa es la cuestión, lo que vulgarmente se llama “la verdad de la milanesa” y la respuesta a todas las interrogantes, esta respuesta no nos pertenece a nosotros formularla sino que es exclusiva de cada lector que tenga acceso a lo que expresamos por escrito, es allí, en la identificación de los lectores, donde reside “la imagen” de quien escribe.

“El particular interés que ha adquirido la noción de identidad a partir de 1950, refleja las preocupaciones del mundo moderno. Esta noción se ha impuesto a causa de los importantes cambios culturales provocados por las profundas modificaciones en la sociedad. La globalización de la economía, el establecimiento de un modelo económico único que funciona sobre los principios de racionalidad y de eficacia y la introducción de nuevas tecnologías y de medios de comunicación son el origen de grandes cambios en las sociedades actuales. Se han enlazado el éxodo rural y las transformaciones urbanas que han dado lugar a grandes ciudades donde es difícil conservar los lazos sociales; el desempleo y los cambios en la concepción del trabajo; las reivindicaciones regionales; la inmigración masiva; las transformaciones en los roles sexuales. Esta evolución ha alcanzado a la identidad individual y colectiva y ha provocado efectos psicológicos, sociales y políticos concretos. La sociedad occidental ha pasado de una forma comunitaria a otra en la cual el individuo es el centro. El individualismo es uno de los cambios más importantes de nuestra época. La construcción de la identidad individual constituye un trabajo”

Quienes exponemos nuestro pensamiento nos despojamos de “nuestras hojas de parra” para caminar por el “jardín de la escritura” tal cual hemos venido a este mundo.


Hugo W Arostegui

Autoestima


 Cuando adquirimos el conocimiento de quienes somos y cuál es el legado cultural que nos precede, comenzamos a evaluar en su verdadera dimensión los atributos que nos son propios y que compartimos en igualdad de condiciones con nuestros semejantes.
El principio básico de todos los que profesamos la fe cristiana se encuentra claramente  reflejado en el siguiente pasaje:
“Maestro ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Mateo 22: 35-40
 Como bien se desprende de la lectura de estos pasajes precedentes el agradar a Dios es absolutamente necesario de que nos amemos a nosotros mismos y la exteriorización de este amor solo puede reflejarse en la conducta que prodiguemos a nuestro prójimo.
Hablando claro, el amor a Dios está íntimamente ligado al grado de autoestima que nos profesemos y esa autoestima manifiesta que nos tenemos deberá traducirse en las acciones que nos motiven y al grado de generosidad y reconocimiento que apliquemos con todos aquellos con quienes nos relacionamos en nuestra vida en sociedad.
“Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de sí mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime.
“Todos tenemos una imagen mental de quiénes somos, qué aspecto tenemos, en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra infancia. El término autoimagen se utiliza para referirse a la imagen mental que una persona tiene de sí misma. Gran parte de nuestra autoimagen se basa en nuestras interacciones con otras personas y nuestras experiencias vitales.
 Esta imagen mental (nuestra autoimagen) contribuye a nuestra autoestima.
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen un trato humano y considerado. Esta actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los mecanismos que la sociedad tenga a su disposición para evitar que unos individuos causen daño a otros -sea del tipo que sea-.
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde (psicología humanista, psicoanálisis, o conductismo). Desde el punto de vista del psicoanálisis, la autoestima está íntimamente relacionada con el desarrollo del ego;  , por otro lado, el conductismo se centra en conceptos tales como «estímulo», «respuesta», «refuerzo», «aprendizaje», con lo cual el concepto holístico de autoestima no tiene sentido. La autoestima es además un concepto que ha traspasado frecuentemente el ámbito exclusivamente científico para formar parte del lenguaje popular.” https://es.wikipedia.org/wiki/Autoestima


Hugo W Arostegui

sábado, 6 de agosto de 2016

Constelaciones Humanas



Decimos que “cada persona es un mundo en sí mismo” de manera que todos partimos de realidades diferentes que nos hacen percibir los acontecimientos desde la óptica de nuestra esfera de influencia y de la distancia que nos separe de un determinado suceso.

Como el mundo que somos cada uno de nosotros nos vamos interrelacionando desde donde orbitamos formando verdaderas constelaciones desde las cuales nos identificamos, estas constelaciones adquieren nombres tales como: constelaciones familiares, redes sociales, agremiaciones, cooperativas, etc. etc.

Tal como sucede con las estrellas que observamos en el firmamento, vistas a la distancia tenemos la impresión de una falsa aproximación entre unas y otras y pareciera que existe una gran armonía entre sus orbitas, lo mismo sucede entre “las estrellas humanas” donde ninguna de ellas puede despojarse de sus “particularidades” y para que puedan “converger armónicamente” es absolutamente necesario desarrollar un gran sentido de empatía en la diversidad de sus esencias.

“La organización de las estrellas en constelaciones es una práctica que existía ya desde tiempos antiguos cuando civilizaciones como las mesopotámicas, las griegas y las orientales llevaban a cabo tal práctica. Esta acción tenía como objetivo principal distinguir de manera más accesible y rápida las estrellas, lo cual servía para la ubicación tanto terrestre como marítima. De más está decir que, al mismo tiempo, estas constelaciones recibían un carácter mágico trascendente y de ahí que se las relacionara con animales o personajes míticos.
... vía Definición ABC http://www.definicionabc.com/ciencia/constelacion.php

Estas constelaciones humanas constituyen en su conjunto las sociedades organizadas que hoy ocupan los cuatro puntos cardinales de nuestro planeta y de ellas depende el mantenimiento armónico que tal como sucede en el firmamento puedan preservar nuestra existencia.

Hugo W. Arostegui


Ir A La Mar En Coche


“De comienzos del siglo XX y desde España, nos llega una expresión muy popular. Sucedía por entonces que comenzaban a verse por las calles los primeros automóviles, que competían con los carruajes tirados por caballos. Para ser propietario de uno de ellos se necesitaba tener bastante dinero. Como también por aquellos años se puso de moda, para los más pudientes, ir a veranear a los balnearios del Mediterráneo o del Atlántico, el colmo de lo exquisito era viajar hasta allí con su propio coche. El que podía hacer eso, lo podía todo. Por eso, surgió la frase “Ir a la mar en coche”, significando que quien podía darse esos dos lujos combinados era un magnate. Esta expresión, con el tiempo y en nuestras tierras, se simplificó en “…y la mar en coche”, como quien dice: “querés todo”. A veces, suele emplearse como etcétera, para rematar una serie de cosas.” 3 mayo, 2010 por sergiodomingo

Habemos muchos adeptos a esta frase que en cierta forma pone en evidencia nuestra natural inclinación a “ir por todo”  en cuánto a nuestras posibilidades de disfrutar al máximo posible de lo que la vida en sociedad nos permita alcanzar.

Claro, también hay que tener muy presente, que si algo nos caracteriza es que tenemos una cierta inclinación a los excesos y que somos muy capaces de intentar dar pasos “mucho más largos de lo que nuestras piernas lo permiten” entonces ocurre que cuando nuestros pasos no son lo suficiente largos zanjemos esta diferencia recurriendo al financiamiento de esta distancia “recurriendo a la “compra del crédito” que compense lo que nos falta.

Esta Frase, “ir a la mar en coche” aunque muchos no sepan su significado  es la que se sigue utilizando como “gancho” en las instituciones financieras y expendedoras de “tarjetas de crédito” las que sin utilizar las mismas palabras nos incitan a disfrutar de esta posibilidad.

“Ir a la mar en coche” mantiene su vigencia mientras en nuestras características continúe incentivando nuestros mayores anhelos, la vanidad.


Hugo W Arostegui

viernes, 5 de agosto de 2016

Ponerle Un Cascabel Al Gato

Se decir “que del dicho al hecho hay un trecho” y por más que este viejo refrán sea por demás conocido no deja de mantener su vigencia cada vez que las circunstancias nos obligan a “bajar un cable a tierra” para evitar un “corto circuito” entre nuestras fogosas ilusiones y la fría e indiferente realidad.
En la vida es imprescindible “asumir la titularidad” de nuestros actos, no está previsto que pretendamos jugar nuestro partido “sentados en el “banco de los suplentes” cuanto antes entendamos esta realidad, que no es otra cosa que “nuestra realidad” mejor estaremos preparados para salir al campo de juego, asir fuertemente nuestros cascabeles, apretar bien el cuello del gato que nos destruye nuestros sueños ratones y colgarle para que suenen bien fuerte los cascabeles, para que cuando nuestras aspiraciones corran riesgo podamos, de esta manera, evitar los malos momentos que sin duda estarán allí, en cada rincón de nuestra vida, agazapados y listos para darnos su zarpazo.
“Hay veces que cuando nos encontramos ante una situación delicada todos los miembros de un grupo sabemos cómo actuar, cual es la solución… pero el problema viene cuando hay que buscar a una persona que realice esa acción.
En este momento es cuando usamos la expresión “¿Quién le pone el cascabel al gato?”.
Esta frase viene de una fábula escrita en el Siglo XIII y que aparece en “El libro de los gatos” de Odo de Sherington.
En esta se nos cuenta como los ratones se reúnen para buscar una solución ante el elevado número de muertes que se producen por el ataque de un gato.
Para acabar con esas matanzas llegan a la conclusión de que deben ponerle un cascabel o algo que haga ruido en el cuello, de manera que cuando el felino se mueva sepan por dónde anda y no les pueda atacar por sorpresa.
Todos los ratones están de acuerdo en que esa es la mejor solución… el problema llega cuando hay que elegir al ratón que lo lleve a cabo, empezando todos y cada uno de ellos a poner diferentes excusas para evitar realizar tan peligrosa acción.”
Recuerda, en este juego no hay excusas y no venden soluciones en la farmacia.
Hugo W Arostegui



¿Quién Pone Estas Piedras?


Esto de que somos los únicos seres capaces de tropezar dos veces contra la misma piedra, además de ser cierto, nos pone en evidencia de que por más que “anunciemos con bombos y platillos” de que somos los únicos capaces de hacer uso de la razón en todas nuestras actividades humanas, todavía nos siguen doliendo las puntas de nuestros pies de tanto golpearnos en las piedras.
“Somos la única especie que caemos varias veces en los mismos errores, nos tropezamos ante los mismos obstáculos, y caemos en la misma trampa varias veces. Es curioso que esto suceda, puesto que nuestra capacidad de aprendizaje debería limitar esas reincidencias. Entonces, ¿por qué las personas tropezamos varias veces con la misma piedra? El caso es que, aunque me he planteado esta pregunta en más de una ocasión, siempre me he quedado con una respuesta a medias.
Algunas personas, ya sea por nuestra ingenuidad, despiste o porque no queramos asumirlo, nos  tropezamos una y otra vez con una misma piedra (en un sentido metafórico, ya que la piedra simboliza cualquier obstáculo que podamos encontrar en la vida). Tendemos a reiterar los mismos errores de pensamiento y de comportamiento, y surgen sensaciones entorno a que nunca terminamos de aprender lo suficiente. Esa es la incoherencia del ser humano: se cae y se cae.
Sabemos que la vida no es perfecta, que hay ocasiones en las que las cosas no salen como nos gustaría (por mucho interés, esfuerzo y ganas que le pongamos), y que esos tropiezos nos hacen madurar. Pero, ¿creéis que siempre es así? Mi opinión es que, aunque la enseñanza que se pretende transmitir es que “hay que aprender la lección y no cometer el mismo error dos veces”,  en la práctica se asemeja más al idealismo que a la realidad; Esta moraleja me recuerda a aquella metáfora que dice que “no es oro todo aquello que reluce”, precisamente porque no siempre somos capaces de dejar de tropezar con esa piedra que se interpone en nuestro camino, del mismo modo que no siempre aprendemos de los errores que hemos cometido.
Quizás necesitamos piedras de vez en cuando, sobre todo cuando estamos aprendiendo. Es difícil darse cuenta de que eres capaz de hacer las cosas bien si antes no te has equivocado un par de veces. Lo fácil a la primera hace que dejemos de prestar atención a los detalles, por lo que la próxima vez que lo intentemos es posible que no nos salga tan bien como nos salió la primera vez. Por lo tanto, necesitamos equivocarnos.” https://emialbaalba.wordpress.com
Mientras tanto aconsejamos desinflamar la zona y tomar algún analgésico.
Hugo W Arostegui



jueves, 4 de agosto de 2016

Aguantate Piola


Si hay algo que merece un comentario al respecto es la actitud displicente de los ciudadanos que por ser “mayores de edad” o sea, adultos electores, que por su condición de tales podrían decidir a través de su voto los destinos de la conducción política que adopten los candidatos a gobernar a sus respectivas naciones, resulta que han optado por abstenerse de emitir su opinión al respecto.

Los resultados que arrojan las distintas encuestadoras que intentan obtener una imagen aunque sea un tanto parcial de las distintas tendencias de los electores encuestados muestran márgenes en ascenso en las opciones: no sabe, no contesta, vota en blanco o se abstiene.

Todo indica que la consiga o la modalidad imperante es “dejar correr los tiempos” un comportamientos que si bien puede ser admisible en los zagueros de los cuadros de fútbol que se sienten apabullados por los rivales no resulta ser recomendable en quienes tienen las facultades de emitir una opinión que pueda ejercer algún tipo de influencia en el resto de los ciudadanos, no resulta una opción recomendable acostumbrarse a “patear la pelota para cualquier lado"

Es por eso lo del título de este tema, esta estrategia del “aguantate piola” que en estos casos significa algo así como: “no seas bobo” “no te metas” “no te conviene” etc. etc. cosa que automarginaliza a quien piensa de esa manera permitiendo que sean otros los que, como siempre pasa en estos casos, tomen sobre sí, la difícil tarea de “sacar las castañas del fuego”

Como digo, esta es solo una opinión, pero sumada a la tuya y a la de otros como tú, pueden significar una montaña de opiniones un tanto difícil de escalar y mucho menos ignorar.


Hugo W Arostegui

miércoles, 3 de agosto de 2016

El Monstruo De Las Cuatro Patas

Aunque es un tipo de monstruo que no revista antecedentes como tampoco se dice nada de él en los registros de la mitología griega, lo que ya es mucho decir, lo cierto que creo que se ha ganado por mérito propio que los estudiosos de estos fenómenos entiendan de que ha llegado la hora de reconocer oficialmente las andanzas de uno de los peores flagelos de la época contemporánea.

Los profesionales que tienen a su cargo temas tan importantes como lo es sin duda “el ausentismo laboral” y la acumulación de certificados médicos que autorizan licencias por temas tales como: stress, lumbalgias, esguinces, han detectado que el consabido monstruo no actúa en soledad sino que se le ha detectado que suele presentarse acompañado de un entrañable compañero de andanzas, nos referimos al que responde por el curioso nombre de
“cinco minutos más”

En realidad no tiene mayor relevancia la época del año ni del estado de la temperatura ambiente, quien ha sido atrapado permanece “como adormilado” por alguna sustancia tóxica que le inhibe sus sentidos y llega a confundirle de tal manera de que la pobre víctima piensa de “que siempre tiene tiempo” o lo que suele ser mucho peor, que se convenza “de que todo puede esperar un ratito más”

Así las cosas se sabe que estos monstruos actúan en complicidad con las sábanos muy suaves, a veces delicadamente perfumadas, también conspiran la cantidad y peso de las mantas que el pobre sujeto tenga encima y también cuentan con la ayuda invalorable de relojes despertadores que suelen quedar bien callados con un simple manotazo o el golpe de alguna “chancleta” enarbolada al azar.

Se han detectado estos monstruos, nos referimos al instigador de todos estos males, los cuales son exhibidos con gran pompa y en la mayor impunidad en las principales empresas que se dedican a incentivar su venta en casas comerciales, grandes superficies, shoppings, etc. en la modalidad de una y dos plazas, generalmente acompañados de mullidos colchones sumamente cómodos y confortables.

Para evitar alguna demanda en mi contra y no ser acusado de provocar “alarma pública” no voy abundar en  más detalles aunque me consta que muchos ya han pasado por esta experiencia.


Hugo W Arostegui  

Impulso

                 

“Como la Alquimia y todas las disciplinas ocultas, La Cábala dice que el hombre contiene en su humana dimensión todo el universo.
Es por eso que se lo define como un microcosmo.

Notemos, de paso, que cuando el esoterismo dice que el hombre es como el universo, que lo que está encima es como lo que está debajo, no se está aludiendo a la igualdad sino que esa expresión es una analogía.
El hombre y el mundo no son semejantes y menos aún iguales:  
El hombre y el mundo son análogos.”
                                            La Kabbalah, Segunda Parte    Hugo W Arostegui

De acuerdo con nuestras convicciones y los dictados de las grandes religiones que nos han legado sus enseñanzas se nos dice, y la gran mayoría de nosotros crece con esta sensación aunque no sepa o no pueda explicarlo con cierta claridad, “el ser humano no pertenece a este mundo” lo que implica decir que venimos de otro lado y una de las respuestas mayormente aceptada es la de que “venimos directamente de la presencia de Dios, El  Padre” .

Pues bien, es muy probable que esta sea la causa fundamental por la cual la sociología nos indica que si bien, el ser humano nace biológicamente, para considerarse un “Ser” con el goce pleno de sus facultades, deberá superar las limitaciones inherentes a este nacimiento.

Para nosotros, los humanos. Existe una “barrera natural” que funge como si dependiera de una imperceptible “ley de gravedad” que nos mantiene al igual que al resto de los mortales “atrapados” contra la tierra sin mayores diferencias con lo que le ocurre a un “vulgar gusano” que convive con nosotros.

Esta barrera que nos mantiene atrapados sólo puede ser superada por “la energía” que acumulemos por medio de nuestro esfuerzo individual, es intransferible y por ende no existe, agregaría, “gracias a Dios” otro medio de comprarnos un pasaje que permita viajar en uno de esos cohetes interplanetarios que logran incursionar en la estratosfera, además nos serviría de muy poco, pues irremediablemente estaríamos obligados a retornar.

El impulso al que hacemos referencia al comienzo es imprescindible y sólo pueden obtenerlo quienes lo obtengan mediante su perseverancia y dedicación, lamentablemente hemos sido testigos de situaciones en las  cuales el impulso acumulado ha sido insuficiente y esas naves no han superado las limitaciones del medio cayendo estrepitosamente al vacío.

La capacidad creativa de cada ser humano es más que suficiente para superar todas las limitaciones, eso sí, requiere que no escatimemos el esfuerzo que tal desafío nos requiere.

Como bien dicen los veteranos que juegan partidas de truco: “lo que cuesta vale”

Hugo W Arostegui




Siempre Listos


He tenido la oportunidad cuando tenía unos seis años de edad de integrar un grupo de “niños exploradores” denominado Gral. Eugenio Garzón, nuestra consigna dada a “voz en  cuello” por todos los integrantes debidamente cuadrados al estilo militar era la siguiente: Dios, Patria, Hogar, Siempre Listos.

Desde entonces esta ha sido una consigna que ha estado presente en cada una de mis aptitudes aplicadas tanto en el estudio, como en el trabajo, una consecuencia natural y previsible desde entonces ha sido el haber desarrollado una muy marcada tendencia a asumir responsabilidades y ocupar los puestos de trabajo más exigentes en cuánto a dedicación como a sacrificio personal.

Hubieron muchas instancias en el transcurso de nuestras vidas durante las cuales nos hemos dado de bruces con nuestros propios límites y cuando todo presagiaba que nuestras fuerzas colapsaban ante tales exigencias, desde lo más recóndito de nuestro ser resonaban estas palabras recitadas al unísono en nuestros primeros años, “siempre listos”.

Todos los días debemos realizar algunas tareas, algunas nos gustarán más, otras mucho menos y habrán otras, o quizás muchas otras que francamente las quisiéramos evitar, la realidad se encarga de que demostrarnos de que no es posible “sacarle el cuerpo” a todo aquello que sabemos que dependen de nosotros su realización pues bien, amigo o amiga mía, hagámoslo con buen humor y entusiasmo.

El mundo, la sociedad que integramos nos necesita, pongámonos las pilas y comencemos a trabajar en todo lo que nos corresponde tomemos “el toro por sus astas” nada ni nadie podrá impedirlo, el por qué ya lo sabemos: “estamos siempre listos”

Hugo W Arostegui



martes, 2 de agosto de 2016

El Buen Humor



Les suelo hacer a quienes trabajan conmigo el siguiente comentario: “cada mañana cuando me levanto y me paro frente al espejo, al verme, siento una profunda gratitud hacia mis progenitores, ¿saben por qué? Por qué realmente se esmeraron cuando me hicieron me hace muy feliz y me llena de entusiasmo verme frente al espejo y empiezo mi día pleno de entusiasmo”

Y créanme que esto no es un chiste forma parte del buen humor con el cual comienzo mi jornada de trabajo y cuando veo algunas caras largas y desanimadas les hago el siguiente comentario: “que les pasa? Han estado “chupando limones” acaso? ¡por favor! vayan nuevamente a sus casas y rompan todos los espejos, tapen todos los que encuentren pues cualquiera que se viese tal como se les ve a ustedes con seguridad empieza el día con una gran depresión”

“Relacionamos continuamente el buen humor con la felicidad, y muchas veces nos paramos a pensar... ¿Qué fue primero? ¿Nuestra felicidad o nuestro humor? ¿Quién provoca a quién? Pues bien, podemos decir que ni uno ni otro, es nuestra actitud ante las cosas que provoca que todo vaya bien....o mal.

Tenemos dos opciones a la hora de afrontar las cosas cotidianas, hacerlo con buen humor o mal humor, ser positivos o negativos... Nuestra predisposición ante los problemas es fundamental a la hora de medir el resultado final del problema y sobre todo, de nuestro estado de ánimo.

Todos tenemos nuestros momentos de felicidad y tristeza, obviamente, y no es normal estar siempre feliz, en cada momento, pero lo que no es lógico es estar enfadados con la vida constantemente, si te identificas con una actitud similar a esta, quizás sea hora de empezar a hacer las cosas de un modo más desenfadado.”

Así es la cosa

Hugo W Arostegui


El Hombre Libre


Así como si bien el hombre biológico nace, el hombre en su condición de tal, vale decir, el ser socializado e integrado, se construye a sí mismo, a medida en que vaya incorporando en su necesaria preparación. un conjunto de valores que lo habiliten para el ejercicio pleno de sus derechos y las concomitantes obligaciones que esta situación implica.

Cuando nos referimos al hombre o a la mujer, socialmente hablando, el constituido en un ser social, estamos pensando en seres humanos aptos y por lo tanto, esencialmente libres.

Podemos mencionar la presencia de una clara dicotomía, por un lado, tenemos al “hombre natural” el nacido biológicamente pero carente de un imprescindible “proceso de socialización” no apto para su inserción social y por el otro, al hombre como integrante de una organización social donde puede ejercer plenamente su condición de tal.

Podemos afirmar que el concepto de ser humano socializado está íntimamente ligado a su derecho a decidir por su expresa voluntad de acción,  lo que equivale a decir que integra una sociedad constituida por seres que gozan de “la igualdad” que solo les puede proporcionar la libertad de elección tanto individual como socialmente hablando.

Concepto de libertad:
“La libertad da como resultado seres dignos y satisfechos ya que al poseer un individuo su plena libertad puede elegir cómo llevar adelante su vida, cómo transformarla o cómo mantenerla de acuerdo a lo que necesite o quiera. Por eso, la importancia de la libertad recae en el hecho de que es un elemento fundamental que contribuye directamente con la generación de una persona plena, satisfecha, llena de placer, alegría y mucho más fortalecida tanto a nivel social como individual. Recordemos que una persona a la que su libertad es quitada suele convertirse en una persona débil, insegura y miedosa simplemente por considerársela no apta para actuar de acuerdo a sus propios intereses.”
... de Importancia:
http://www.importancia.org/libertad.php

Hugo W Arostegui


lunes, 1 de agosto de 2016

Del Tiempo Del Ñaupa


Escuché en estos días pasados de labios de un anciano que ha vivido toda su vida, como se suele decir, “en el medio del campo” este hombre me contaba que conoció a don Lino, mi abuelo, a mi padre, Martín y a mis tíos, Tito y Lito, conocidos por sus apodos y rematando la cuestión, para darme una idea de su longevidad, me dice: “yo soy del tiempo del ñaupa”

En mis albores he escuchado bastante asiduamente esta expresión pero cuando estaba un poco más crecidito las expresiones que usábamos eran tales como: “esto es del tiempo de María Batata”, también, más modernos, decíamos “tiempos de Maricastaña” o cuando hablábamos de cosas tan antiguas como sabidas, decíamos, “más conocidos que el agujero del mate”.

Como digo, estos términos eran utilizados asiduamente en nuestras conversaciones y no nos llamaban la atención en una forma particular, eran expresiones que se decían  “entrecasa” totalmente incorporadas a nuestra forma de hablar “entre nosotros”

Al escuchar a este anciano, noventa y seis años, toda una institución en materia de conocer orígenes, decirnos que era de los tiempos del ñaupa, despertó mi curiosidad en cuanto a los orígenes de esta expresión y por más que he preguntado nadie pudo darme una respuesta que considerase satisfactoria.

Tal es así que recurrí al “mata burros” de internet y esto es lo que pude rescatar al respecto,

Dice así:

Expresión muy antigua, valga la redundancia, y muy particular para indicar que una cosa o un acontecimiento es de mucho tiempo atrás. La creencia popular considera que Ñaupa fue una persona de muy antigua data o que tuvo una existencia asombrosamente prolongada, sin embargo, esto está muy alejado de la realidad. También suele asociarse al lunfardo, en especial cuando se dice que una canción o un tango, más precisamente, es del tiempo del ñaupa. La frase se entiende perfectamente cuando se descubre que el vocablo ñaupa proviene del término quechua ñawpa, que significa, justamente, viejo o antiguo.”

Hugo W Arostegui


El Arte De Discurrir


Considerar detenidamente una cosa para llegar a comprenderla

No es verdad que las personas paren de perseguir sueños porque se hacen viejas, sino que se hacen viejas porque paran de perseguir sus sueños”
(Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura en 1982, 1927-2014).

Esta frase de Gabriel García Márquez ha quedado “prendida” en mi subconsciente y prácticamente no me ha abandonado desde hace un buen tiempo.

En cierta medida me ha aportado muy sólidos argumentos para contrarrestar algunas “presunciones” que suelen hacerse con motivo al cúmulo de años que el tiempo cronológico vigente viene registrando sobre mi persona.

Resulta cada vez más notoria una frase que suelen decir algunas personas que han pasado algún tiempo sin verme, la tal frase, dicha en un notorio acento cordial y afectivo, dice más o menos así “ hola, Arostegui, que bien se le ve, parece que el tiempo no ha pasado para usted” dicha tal expresión nos estrechamos en un fuerte abrazo y nuestros viejos amigos, parientes, colegas de trabajo y demás conocidos seguimos cada cual por sus propios caminos “y hasta la próxima” como solemos decirnos casi siempre.

Está claro que tales encuentros me resultan muy agradables y me hacen sentir muy alagado por sus “espero” muy sinceras expresiones, realmente este tema del paso del tiempo me tiene muy sin cuidado y de existir alguna relación con la persecución de mis sueños, cosa que no dudo en absoluto, en lo personal no tengo la menor duda de que cuando llegue, si es que llega, el final de mis días, me ha de encontrar como si fuese un sabueso empedernido “olfateando mis sueños” en procura de alcanzarlos.

Hablando de discurrir, recuerdo una respuesta que le he dado a alguno de estos viejos amigos míos con motivo de la frase que ya les he mencionado, en esa oportunidad en el tono jocoso que suele ser mi característica, la respuesta ha sido algo así: díganme una cosa, que es lo que tengo que entender con eso de “que bien que estoy” significa acaso que de acuerdo al tiempo transcurrido debería estar embalsamado y conservado en formol, demás está decir que estos dichos míos les pone un tanto sonrojados y todo termina en una sonora carcajada.

He aprendido a soñar sentado a la vera de una fuente y esa fuente tiene un nombre:
La suelen llamar “la de la eterna juventud”

Hugo W Arostegui