Aunque es un
tipo de monstruo que no revista antecedentes como tampoco se dice nada de él en
los registros de la mitología griega, lo que ya es mucho decir, lo cierto que
creo que se ha ganado por mérito propio que los estudiosos de estos fenómenos
entiendan de que ha llegado la hora de reconocer oficialmente las andanzas de
uno de los peores flagelos de la época contemporánea.
Los
profesionales que tienen a su cargo temas tan importantes como lo es sin duda “el
ausentismo laboral” y la acumulación de certificados médicos que autorizan
licencias por temas tales como: stress, lumbalgias, esguinces, han detectado
que el consabido monstruo no actúa en soledad sino que se le ha detectado que
suele presentarse acompañado de un entrañable compañero de andanzas, nos
referimos al que responde por el curioso nombre de
“cinco minutos
más”
En realidad no
tiene mayor relevancia la época del año ni del estado de la temperatura
ambiente, quien ha sido atrapado permanece “como adormilado” por alguna
sustancia tóxica que le inhibe sus sentidos y llega a confundirle de tal manera
de que la pobre víctima piensa de “que siempre tiene tiempo” o lo que suele ser
mucho peor, que se convenza “de que todo puede esperar un ratito más”
Así las cosas se
sabe que estos monstruos actúan en complicidad con las sábanos muy suaves, a
veces delicadamente perfumadas, también conspiran la cantidad y peso de las
mantas que el pobre sujeto tenga encima y también cuentan con la ayuda
invalorable de relojes despertadores que suelen quedar bien callados con un
simple manotazo o el golpe de alguna “chancleta” enarbolada al azar.
Se han detectado
estos monstruos, nos referimos al instigador de todos estos males, los cuales
son exhibidos con gran pompa y en la mayor impunidad en las principales
empresas que se dedican a incentivar su venta en casas comerciales, grandes
superficies, shoppings, etc. en la modalidad de una y dos plazas, generalmente acompañados
de mullidos colchones sumamente cómodos y confortables.
Para evitar
alguna demanda en mi contra y no ser acusado de provocar “alarma pública” no voy
abundar en más detalles aunque me consta
que muchos ya han pasado por esta experiencia.
Hugo W Arostegui
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