El mantenimiento del
llamado y reconocido “bajo perfil” es una cualidad propia de las personas que
no necesitan “desviar la atención” sobre sí mismas , que canalizan sus acciones
en el sentido de aportar con su presencia la difusión del carácter y virtudes de
todos aquellos que componen su entorno y con quienes disfruta cuando reciben
algún tipo de reconocimiento.
“La modestia es la actitud tendiente a moderar y
templar las acciones externas; implica contenerse en ciertos límites, de
acuerdo con las conveniencias sociales o personales. También es la cualidad de
humilde, de falta de vanidad o de engreimiento. Es además una cualidad del
carácter de una persona que le hace restar importancia a sus propias virtudes y
logros y reconocer sus defectos y errores: la modestia es una gran virtud.
Las prácticas específicas de la modestia son
diferentes en cada cultura, en cada época y en cada comunidad. El estándar de
modestia posee diferentes características, y es una medida que tiende a
encauzar al individuo en la sociedad, ya que cada persona es juzgada por ésta
cuando se extralimita en su comportamiento.
Los principios generales de la modestia promueven
evitar la excesiva atención hacia la propia persona, limitando las acciones y
actitudes para inculcar comportamientos menos egoístas. A veces, la modestia
suele confundirse con la timidez o la simplicidad.
Esta virtud generalmente se entiende como un
señalado recato y hasta cierto punto inhibición por las expresiones de sí
mismo; un individuo modesto es el que no hace gala de sus bienes o facultades;
esta virtud es la consideración de no lastimar al prójimo con un desplante que
pueda causarle daño.
La modestia es una característica humana que puede
ser vista alternativamente como una virtud o una debilidad. Ello depende, en
última instancia, de su perspectiva. En la mayoría de los diccionarios existen
varias definiciones de modestia; muy a menudo es presentada como humildad,
timidez o sencillez. En la sociedad de hoy cualquiera de estas definiciones de
modestia pueden ser vistas como negativas, ya que a menudo la sociedad moderna
se centra en el yo: la autoestima, el auto-respeto y la expresión propia.
No obstante, un individuo modesto puede ser visto como
una persona poseedora de características positivas. La humildad no necesita ser un déficit; alguien que reconozca sus
propias fortalezas y debilidades, que haya llegado a sentirse cómodo con sí
mismo, no sentirá ninguna competencia de otros. Se sentirá a gusto al
interactuar con los demás, totalmente consciente de quién es, funcionando
dentro de los límites de sus propias habilidades o limitaciones con confianza.
Alguien que vive y se comporta con sencillez ejecuta calladamente las tareas y
rutinas diarias sin tocar trompeta. No hay necesidad de llamar la atención. La
modestia actúa con gentileza, pero con la misma perfección y cuidado de alguien
que tal vez está anunciando sus logros constantemente.”
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Hugo W. Arostegui
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