Cuando mencionamos al sentido común
que nos conduce a la toma de tal o cual actitud, deberíamos agregar: es el
sentido común de quién? O de quiénes? A cuántos hemos solicitado su opinión al
respecto, de repente nos podemos encontrar que lo que nosotros entendemos por “sentido
común” es mucho menos común de lo que nos lo imaginamos.
Existe un dicho popular que nos
manifiesta que lo que denominamos “sentido común” es el menos común de los
sentidos lo que nos da a entender que recurrir a este sentido al que
denominamos “sentido común” suele llevarnos a apreciaciones inconsultas o
carentes de la aprobación general a la cual invocamos.
“El filósofo español Jaime Balmes
escribió un libro sobre el sentido común. Henri Bergson define al sentido común
como "la facultad para orientarse en la vida práctica".
E. Mora-Anda dice que el sentido común nos
ahorra tonterías: calcula lo probable y lo improbable, lo razonable y lo absurdo.
No se atiene a reglas sino a lo que
puede funcionar y no es perfeccionista, que esto es neurótico, sino que
prefiere "lo razonable", también analizado por Lin Yu Tang en
"La Importancia de Vivir". Para Trout y Rivkin, el sentido común es
una facultad esencial de la persona: «una facultad que posee la generalidad de
las personas, para juzgar razonablemente las cosas».
Yash, Hipat Roses e Imeld lo
definen como «el don provisto para saber distinguir todo lo que nos rodea: el
bien, el mal, la razón y la ignorancia”.
Es muy probable que “el sentido
común” les indique que no vale la pena darle tanta importancia a este asunto,
de ser así, adelante, continuemos con la apreciación, ahora, si sienten algo
parecido “a un bichito que nos corroe” seguramente el “sentido común” nos lo
hará saber emitiendo su opinión autorizada.
Hugo W Arostegui
No hay comentarios:
Publicar un comentario