lunes, 10 de septiembre de 2018

La Capacidad De Pensar


El pensamiento es lo que caracteriza al ser humano, es la capacidad que ha generado todas las consecuciones de la cultura y la civilización creadas por nuestra especie. Pero, aparte de los avances colectivos, también nos sirve para gobernar nuestra vida personal, para reflexionar sobre lo que queremos, lo que necesitamos, lo que podemos y los pasos a dar para conseguirlo.

Las relaciones con nuestros semejantes transcurrirán de uno u otro modo según la manera en que pensemos en ellas, las enfoquemos y tengamos claro qué significan para nosotros. La manera en que nos conducimos en las situaciones por las que atravesamos, la posibilidad de posicionarse en cada momento vital, con realismo, es algo que también atañe a la actividad de pensar.

Cualquier movimiento, actividad, decisión, relación, han de ir precedidas por esta actividad mental.

Cada ser humano nace con igual potencial respecto al desarrollo de sus funciones cerebrales, el cerebro de los humanos haciendo una analogía con un maquina es eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía, posee una asombrosa capacidad de optimización   en la manera de memorizar y un constante aumento de la velocidad de procesar información, un órgano realmente asombroso, pero lo que en verdad me propongo tratar en este escrito no es el funcionamiento de nuestro cerebro, ni sus capacidades, tampoco sus cualidades, sino que quiero abordar una pregunta la cual todos los seres humanos alguna vez en nuestra vida nos hemos hecho : ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar?

Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez, no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de convulsiones como las de un ataque epiléptico.

Cuando las neuronas se disparan al mismo tiempo, el cerebro queda inundado de actividad eléctrica y se anula toda capacidad para pensar y actuar de manera coordinada. Para impedir ese infierno, al menos la mitad de las neuronas funcionan como un filtro atenuador o moderador de flujo. De modo que la próxima vez que alguien nos diga que no usamos todo el cerebro, contestemos que menos mal.

“El mayor enemigo del pensamiento es la complejidad, porque conduce a la confusión Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo.”


El Logro De Trascender


Trascender deriva de la palabra latina transcendentia y es aquello que está más allá de los límites naturales. La acepción que aquí recurre es ser más. La persona tiene la capacidad de trascender su propio ser y estar en el mundo. La dificultad de alcanzar la trascendencia se plantea desde el plano material y espiritual en el que ser más se obnubila frente a la realidad que agobia.

Lo difícil, pues, de trascender radica en la realidad tal cual se muestra. El mundo globalizado permea en las personas la capacidad de ir más allá por medio de mecanismos enajenantes que coartan la capacidad creadora del ser, inhibiéndole su desarrollo cognitivo-espiritual. Lo que ocurre es que la persona queda atrapada en la red de medios de desinformación, lo embulle dentro de las corporaciones de comida rápida y lo cohíbe dentro de la burbuja de la inconsciencia del centro comercial con promociones de viernes negro.

Y sin embargo, el ser humano, por antonomasia, siempre tratará de trascender, aun viviendo en la oscuridad de su pensamiento inhibido porque, incluso sin causa, la mera intensión de transgredir el orden establecido, se convierte en el llamado intrínseco del ser por alcanzar esa trascendencia. Mas ese intento transgresor se queda simplemente en el quebranto del orden social, no alcanza plantea la alternativa. Es así como la rebeldía lo lleva a buscar la libertad, aun sin comprenderla cabalmente, pero no la consigue, vuelve a quedar sumido en la corriente. 

Por lo tanto, la consciencia por un lado y la acción política por el otro, 
pero ineludibles entre sí, llevan al ser humano a la liberación definitiva, primero espiritual-cognitiva para, finalmente, alcanzarla en el plano material y hacer de la utopía una realidad. Una no puede actuar sin la otra pues no generaría cambio. 
En síntesis, trascender no es alejarse de los placeres mundanos o la realidad tal cual, pues en ella la persona es y está. Simplemente significa no dejarse absorber por los mecanismos enajenantes que derivan en la incomprensión de los procesos históricos en los que se desenvuelven las sociedades y, por ende, las personas como individuos. 

La persona es en el mundo en cuanto más humanamente consciente se percibe y busca transformarse a sí mismo y a todo lo que le rodea porque, como se dijo, la construcción y reconstrucción de la realidad forma parte de la naturaleza inacabada del ser humano, quien busca constantemente su libertad material y espiritual. Por lo tanto, esa continua búsqueda de ser libre lo encamina a su propia trascendencia, pues la libertad aquí entendida es aquella que lo desliga de las ataduras impuestas al pensamiento y a su comportamiento ético, desde esta asimilación se desencadena la liberación material. 

Desde esta comprensión del ser, en su fundamento sociohistórico, es que la persona está en el mundo, porque estar en el espacio-tiempo implica la constante necesidad de cambiar lo que deba ser cambiado para recrearlo más humano; es, por tanto, la acción directa sobre la realidad –igualmente inacabada– la que motiva a la persona a ser más. 

Trascender no es simplemente reconocer la realidad existencial del mundo, con sus injusticias, pobreza y desigualdad, es sobre todo movilizarse por transformarla, es ansiar la libertad, es la esperanza de un hoy y mañana mejor, es aceptar a otros, es amar a la humanidad y vivir al máximo este paso por la Tierra.

Luchar por un mundo más humano, por la igualdad, la justicia y la libertad, se convierte en la razón de ser de la existencia de las personas frente a los horrores cometidos por la humanidad misma. 


Se Dice De Alguien Obtuso

Es un objeto sin punta, ser que no comprende, que es de una mente cerrada a razonamiento. Se habla de ángulo obtuso cuando dicho ángulo está a unos 90 grados pero no sobrepasa los 180 grados de longitud, es decir que no llega a ser un ángulo recto o un ángulo plano pero se mantiene entre los dos, es referente a las matemáticas y la geometría. Se habla de que una persona puede ser obtusa cuando es incapaz de captar las normas, que poseen poca habilidad mental o que puede llegar a ser inflexible.

Estas personas llegan hacer arcaicas y rectas en su pensar y no acepta otro pensamiento más que el de ellos, posando en una conducta íntegra en lo que creen y que muchas veces pueden llegar a entender pero sin aceptar, oponiéndose a ello, a una evolución de pensamientos que en su mayoría son de índole religiosos o modernos, aunque no sea la forma correcta de ver las cosas de igual manera están equivocados, teniendo una corta percepción de sí mismos, como sabedores en su propio criterio y no dan paso a otros, creyéndose que en su concepto del saber es el mejor y más acertado que los demás, siendo esto una base de la ignorancia sobre el tema en cuestión y al poco conocimiento de él, ya que en muchos casos son ineficaces para reconocer sus pocas habilidades y destrezas en algo, haciendo del trato imposible siendo inevitable su estado de conciencia, pasando de ser incompatibles con los demás pudiendo parecer como niños en su terquedad.

El origen de la palabra proviene del latín Obtusus haciendo alusión a no tener punta o despuntado, embotar, esta palabra se usa en sentido figurativo ya que en su traducción exacta es algo como sin punta, del latín “Obtundere” de allí el uso más apropiado en las matemáticas o geometría, haciendo referencias a los objetos que no tienen puntas o no disponen de ellas; ya sea porque son así o por desgaste la perdieron desmejorando la calidad del objeto o perdiendo así su utilidad para los casos en que  pudiesen ser requeridos.


Incertidumbre Que Permanece

Es hoy una percepción compartida que vivimos en una época de cambio, turbulencias e incertidumbre. Estos fenómenos no son sino manifestaciones del tránsito de una sociedad industrial a otra apuntalada sobre el conocimiento y la innovación.

El s. XX heredó del anterior la fascinación por el progreso técnico y el desarrollo de las ciencias. El ingenio humano lograba diseñar máquinas asombrosas que progresivamente permitían reemplazar seculares métodos de trabajo artesanal por líneas de producción cada vez más capaces, automatizadas y eficientes. El aumento de la productividad parecía no tener límite, a la vez que la mejora de los sistemas y rutas de transporte posibilitaba la expansión internacional del comercio y el crecimiento de la demanda de nuevos productos. 

Como consecuencia, se fue desarrollando una economía de mercado basada en la industria manufacturera, que propició la aparición de grandes compañías. En ese contexto de complejidad creciente surgen necesidades de dirección y coordinación hasta entonces desconocidas. Nace así la figura del directivo profesional y, con él, la reflexión sobre la mejor manera de administrar estas nuevas organizaciones llamadas empresas. A lo largo de todo el siglo, tecnología y management evolucionan conjuntamente y sin descanso, si bien en las últimas décadas se observa un cambio de escenario.

En efecto, el vertiginoso desarrollo de las TIC y de otras tecnologías (nano-, bio-, etc.) perfilan un mundo interconectado, en el que las distancias físicas pierden importancia, la información y los descubrimientos se transmiten con inusitada rapidez, los mercados financieros convergen, los procesos productivos se aligeran y las nuevas generaciones poseen un alto nivel educativo. Si el s. XX se apoyó en la industria, el XXI cuenta con el trampolín del conocimiento.

Estos profundos y acelerados cambios influyen en el mercado y también en la realidad interna de las organizaciones: se experimenta un creciente mestizaje entre lo físico y lo virtual, se difuminan las fronteras entre los sectores y se descubren clientes cada vez más informados y exigentes. En definitiva, surgen nuevos desafíos y nuevas formas de competir que demandan un cambio en la manera de entender la empresa y en la forma de dirigir.

Pero ni todo cambia ni tampoco es la primera vez que se produce un cambio de cierta magnitud. De hecho, vemos que conviven modelos de empresa absolutamente rupturistas con otros aferrados a fórmulas clásicas hoy probablemente obsoletas. 

Necesitamos discernir muy bien qué ha cambiado y qué permanece, pues el cambio sólo se puede operar si hay algo que permanece (si no, hablamos de aniquilación). Han evolucionado las empresas, pero ¿se ha transformado su naturaleza?, ¿qué repercusiones puede tener la mutación en el comportamiento de clientes y empleados?, ¿cuál es el alcance de las innovaciones tecnológicas, las turbulencias del mercado, las metamorfosis sociales o los desequilibrios demográficos?, ¿qué oportunidades ofrecen las nuevas plataformas de relación social?


Nos falta experiencia y perspectiva para enfrentar tantas y tan radicales novedades como estamos observando. Carecemos de un mapa de rutas adecuado. Se ponen en cuestión todos los fundamentos de dirección conocidos, por lo que conocer bien la teoría de la organización se hace más necesario que nunca. 

La perspectiva histórica que ofrece el conocimiento de la evolución de las concepciones de la empresa nos ayudará mucho.

Estar Atentos


“No estamos en una época de cambios, sino frente a un cambio de época, producto de la revolución digital y los cambios que ello conlleva en los mercados, en la forma de comerciar y en cómo se relacionan las empresas con los consumidores; por lo tanto, [hay] que estar atentos a los impactos que esto genera y proteger, frente a esta nueva realidad, los derechos de los consumidores en su intimidad y seguridad electrónica”, enfatizó el subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, en el IV Taller Regional sobre Cuestiones de Competencia y de Protección al Consumidor en los Mercados Digitales, inaugurado ayer en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

El subsecretario aseguró que este nuevo contexto hace necesaria la discusión y la generación de masa crítica, porque se trata de una realidad que presenta cambios disruptivos y, por propia definición del término, pocos están preparados para ello. 

“Este tipo de instancias que se está realizando junto con Naciones Unidas y el centro de formación español es muy importante para avanzar en la manera en cómo se van dando las mejores prácticas a nivel internacional”, manifestó.

Para Ferreri, la participación de expertos internacionales en el evento permite generar el conocimiento adecuado para ir tomando medidas precautorias e ir aggiornando la normativa frente a la actual realidad, dado que estos aspectos hacen a la protección de los consumidores y al estímulo de la libre competencia. 

No obstante, el jerarca subrayó que deben tomarse en cuenta otros aspectos, porque frente a la revolución tecnológica deben contemplarse también los derechos laborales y el cumplimiento de los tributos que fomentan la convivencia social. El taller tiene como objetivo analizar aspectos relacionados con la libre competencia y los derechos de los consumidores.

Para abordar este presente, hace diez años se creó la Comisión de Defensa de la Competencia con un área de defensa del consumidor, y “en ese sentido se ha trabajado muy bien para promover la libre competencia y los derechos de los consumidores, pero también estar atentos para promover todos los cambios normativos frente a la nueva realidad digital”, agregó. 

Recalcó que la disrupción digital hace más difusas las barreras entre los bienes y servicios tradicionales y que se crean nuevas categorías. Remarcó que Uruguay fue uno de los primeros países de Latinoamérica en regular las aplicaciones para el transporte de pasajeros, como es el caso de Uber. “Uruguay está a la cabeza en este tipo de iniciativas de tener control sobre lo que está pasando, para mejorar el bienestar de los ciudadanos”, resaltó.

El taller que comenzó ayer y finalizará hoy consta de tres módulos. En la primera sesión se analizarán los nuevos modelos de negocios en internet, donde se describirá la manera en que las relaciones de consumo evolucionaron y, con ello, las reglas que en materia de protección del consumidor se han venido adoptando en diferentes jurisdicciones, en concordancia con las directrices en la materia, emanadas de órganos internacionales como la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

El segundo ámbito analizará las cuestiones de competencia en el uso de los datos en los mercados digitales. En este caso, el avance de las tecnologías inteligentes marca un camino hacia la digitalización. Individuos, hogares y empresas contratan servicios por internet, suministrando constantemente información y datos en los dispositivos. Finalmente, la última sesión debatirá las competencias en las economías colaborativas como “un fenómeno transversal, de alcance global y carácter digital e innovador”.


Al finalizar el evento, se establecerá la Firma de Memorándum de Entendimiento: Área Defensa del Consumidor de Uruguay y Procuraduría Federal del Consumidor de México, además de la Firma de Memorándum de Entendimiento: Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia y Comisión Nacional de la Competencia de Paraguay.



Frases De Recomensar


RECOMENZAR "No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos;
es porque no nos atrevemos que son difíciles" 
Séneca

Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia...Pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.

Perdí mis privilegios y fantasías de niño...Pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.

Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía...Pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas.

Perdí momentos únicos de la vida porque lloraba en vez de sonreír...Pero descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.

Muchas veces perdí muchas cosas en mi vida. Pero, junto a ese “perder”, hoy intento el valor de “ganar“. Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.

Por eso, confiando en que siempre tenemos tiempo para comenzar de nuevo, te invito a hacer conmigo esta reflexión:

No importa en qué momento de la vida te cansaste. Lo que importa es que siempre es posible y necesario recomenzar. Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante, creer en ti mismo.

¿Sufriste mucho en este periodo? ... Fue aprendizaje

¿Lloraste mucho? ... Fue limpieza en el alma.

¿Sentiste rencor? ..... Fue para poder perdonar y ganar mérito al hacerlo.

¿Estuviste solitario en algunos momentos? ... Fue porque cerraste la puerta.

¿Creíste que todo se había perdido? ... Fue simplemente el inicio de tu mejora.

¿Te sientes solitario? Mira alrededor y encontrarás a mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse más a ti.

Recomenzar. Hoy es un excelente día para comenzar con un nuevo proyecto de vida. ¿Dónde quieres llegar? Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, pues la vida nos trae lo que anhelamos.

Si pensamos pequeño; lo pequeño nos vendrá. Si pensamos firmemente en lo mejor, en lo positivo y luchamos por alcanzarlo; lo mejor va a venir a nuestra vida.

Hoy es un buen día para iniciar la limpieza mental. Tira todo lo que te encadena al pasado que te hace daño. Arroja todo a la basura, limpia tu corazón, haz que esté listo para una nueva vida.

La vida te llama, te invita a una nueva aventura, a un nuevo viaje, a un nuevo desafío. Proponte en este día que harás todo lo posible para alcanzar tus objetivos. Confía en la vida, confía en ti .

Y, por sobre todas las cosas, mantén plena confianza en ti … No permitas que te aflija la congoja por cosas materiales, pues cuando llega el tiempo de irnos, todo lo que tenemos se queda aquí.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Disfrutar De La Vida


La vida no es agradable cuando has tomado el camino equivocado y poco a poco pierdes la confianza, o cuando ya no eres feliz contigo mismo. Si esto suena como tu vida, necesitas cambiar! Haz lo que te gusta hacer... Realiza tus objetivos y la secuencia de pasos para llegar a alcanzarlos. Cree en ti mismo y motívate «yo lo puedo hacer '. Las cosas van a suceder como deseas.

1. Aprende a ser positivo! Si sigues quejándote acerca de tu vida, otras personas sólo se darán cuenta de los malos aspectos de ti y te catalogaran como una persona aburrida o algo peor! Ve a lugares donde las personas son positivas y se apoyan con pensamientos positivos. Si quieres aprender a ser positivo, este sitio podría ser un buen comienzo.
2. Sea generoso. Un poco de generosidad hace un largo camino. Dar y recibir favores de la gente, hará que seas conocido como una persona generosa.
3. Haz una lista de todas las cosas que quieres hacer y hacen ellos! Si siempre has querido hacer una audición para el teatro, ve y hazla! Esto ayudará a reducir que le estés dando vueltas a las cosas y siempre deseándolas. Esto se aplica incluso si quieres ser astronauta: quizá no te conviertas en uno, pero ampliar tus conocimientos en astrofísica y el espacio te hará darte cuenta de que eres capaz de ello.
4. Sigue intentándolo. Una de las cosas claves que necesitas recordar es que nunca debes desanimarte; el fracaso es una parte de la vida, y ocurre de forma natural. Si estás tan desilusionado que nunca deseas volver a intentarlo, por lo menos piensa que lo has intentado.
5. Dejar de hacer cosas con las que no disfrutas. Haz una lista de las cosas que estás haciendo con las que no disfrutas, y tratar de dejar de hacerlas. Naturalmente, esto no debe significar que debas abandonar la escuela si no te gusta estudiar, pero podrías considerar la posibilidad de trabajo para una nueva empresa, si estás constantemente estresado y presionado por tu trabajo. Si no es posible parar, tratar de ver el lado positivo de las cosas y encontrar la manera de hacerlas entretenidas. A nadie le gusta limpiar el ventilador de la cocina o el inodoro, pero si haces estas tareas con plena conciencia y los haces en una meditación, te sorprenderá cómo te tranquilizas.
6. Encuentra un pasatiempo. Podrías coleccionar sellos o monedas, o aprender más sobre fotografía o el arte. No tienes que pasar toda la vida haciéndolo, el propósito de una afición es variar tu rutina y hacer algo que vale la pena.
7. Cantar es una manera maravillosa de hacer la vida más agradable. Trata de recoger algunas de tus canciones favoritas y aprende la letra de memoria. Cuando te sientas aburrido, canta esas canciones y te sentirías mucho mejor. Cantar karaoke, tomando algunas clases de canto o escuchar música haría tu vida más interesante.
8. Limite la cantidad de tiempo que pasa viendo la televisión. El disfrute de la vida viene de tratar y hacer las cosas por ti mismo, no viendo a las personas que lo hacen. Observar a la gente nadar no es lo mismo como la natación.
9. Haga preguntas. No está mal hacer preguntas. Pregunte a todas las que no se puede digan lo que digan o la pertinencia de los mismos. No dudes de ti mismo porque hay muchas probabilidades de que alguien más está pensando la misma cosa.
10. Disfruta de sentirte orgulloso. Si estás orgulloso de algo haces: un ensayo, una nueva cubierta que construiste, la promoción de una, o una canción que compusiste aferrarte a ella. No dejes que nadie te lo quite, se más exigente.
11. Cuida tu salud. Haz tu vida comiendo bien y haciendo ejercicio porque ayuda a mantener el cuerpo funcionando.
12. Sea abierto al cambio. Cambios en su trabajo, amigos, y el gobierno. Con la práctica serás capaz de anticiparte.
13. Lista los elementos que deseas conservar. Esto te ayudará a darte cuenta de lo que tienes y eres tan afortunado de tenerlo.
14. Ten confianza. Siempre di que lo vas a intentar y nunca digas nunca.

15. Aprende algo nuevo. Siempre hay algo nuevo que aprender. Leer un libro o aprender en un equipo.

Personas Tóxicas


A veces no nos damos cuenta de forma consciente, pero después de estar con determinada persona nos sentimos sin energía, con desánimo, como si hubieran absorbido nuestra vitalidad. Todos y todas conocemos a alguien que siempre está hablando de cosas negativas, que no acepta opiniones, que no escucha, que no sabe reconocer tus logros, que puede ser hiriente, actuar con agresividad y se exalta con facilidad cuando no se le da la razón. Normalmente, después de estar con estas personas nos sentimos con cansancio, con poca energía, de mal humor, a veces con dolor de cabeza… se trata de una “persona tóxica”.

Todas las personas tenemos momentos en que podemos actuar tóxicamente. El problema es permanecer en esa actitud de manera sostenida e inconsciente y provocando graves daños en quienes nos rodean.

La palabra “tóxico” proviene del griego “toxon”, que era el veneno que se aplicaba en la punta de las flechas contra el enemigo.

Sus actitudes son lo que hace tóxicas a algunas personas; pueden ser características permanentes de su personalidad o haber aparecido después de algún episodio puntual en sus vidas.

Las “personas tóxicas” no son muy difíciles de reconocer:
Siempre encuentran algo negativo en todo lo que sucede en su entorno
Siempre tienen la razón
Son hirientes, agresivos o agresivas, inflexibles y no aceptan que se les contradiga
Disfrutan de la humillación del otro o la otra.
Sólo hablan de sí mismas y no escuchan al prójimo, mucho menos se interesan por los problemas o necesidades ajenas
Necesitan constantemente la aprobación de los demás, sentirse importantes, ser reconocidos o reconocidas, a pesar de no tener logros relevantes en la vida
Buscan manipular con mentiras
Agreden innecesariamente y desvalorizan a la otra persona para sentirse bien.
Dañan con intención, sin jamás proponer una reparación
Incomodan con sus imposturas.
Critican incansablemente a los y a las demás, actúan con envidia y resentimiento.
Algunas veces son pasivos o pasivas y viven de la lástima ajena, buscando ayuda constantemente y aprovechándose de los demás.
Se sienten vacíos-as y buscan llenar ese hueco con nuestra amistad, tiempo o compañía, absorbiéndonos por completo, sin dar nada de sí a cambio.
Existen varios tipos de comportamientos tóxicos, pero los más comunes son dos: los hirientes y agresivos-as, que no se alegran de nada bueno que nos pase, con actitudes ofensivas, aunque siempre por nuestro bien claro está; o bien todo lo contrario los pasivos-as, necesitan de nuestra ayuda constantemente, intentan mostrar lástima, soledad. 
Estas personas se muestran desvalidas y aunque parecen más inocentes la toxicidad es la misma.

En el primer caso, encontramos a personas que en su interior solo hay negatividad, resentimiento, envidia, celos, frustración…y su forma de gestionarlo es provocando en los demás esa sensación de inferioridad. En el segundo caso, hablamos de personas que están vacías emocionalmente e intentan llenar ese vacío emocional con nuestra amistad, amor y compañía. 

Este tipo de personas desgastan muchísimo, porque toman de tu energía, tu ilusión y motivación de la que ellos carecen. Y toda esa energía al final es malgastada con pensamientos derrotistas. Estas características a la larga pueden terminar en patología.


Aspirar A Ser Mejor

No vale la pena conformarse con lo poco que hay ahora, y no es natural en un ser humano desear quedarse con lo que tiene, sin anhelar algo mejor.

Bien lo decía Wallace D. Wattles en su libro “La ciencia de hacerse rico”: el ser humano no puede menos, que desear ser, todo cuanto pueda ser, tener todo cuanto pueda tener, y lograr todo cuanto pueda lograr.

Y esto no podría ser menos cierto, dado que hablamos de felicidad en múltiples niveles. Se trata de que seamos felices en cuerpo, mente y alma.

Que amemos y seamos amados, que realicemos uso de las cosas que necesitemos para ser felices, y que nuestra mente esté alimentada intelectualmente en todo momento.

La verdadera felicidad, está en la plenitud, y la plenitud es bastante complicada de lograr sin abundancia. La abundancia, se manifiesta únicamente cuando tenemos con nosotros un sincero deseo de ser mejores, de alcanzar más grandes metas.

Si existen áreas en las que no quieras mejorar, o elementos de tu vida que creas que ya están óptimos, piénsalo dos veces.

Por más que hayas escrito 20 libros, aún tendrás habilidades en la escritura por mejorar. Una cosa es la madurez, y otra muy diferente el mejoramiento. Algunos creen que porque maduraron, no pueden seguir creciendo.

La madurez no es más que un nivel de vida en el que podemos hacer las cosas por nuestra propia cuenta y tomar decisiones de manera autónoma. Pero muchas personas que alcanzan este estado, no llegan a ser nada diferente al promedio.

Si quieres destacarte del promedio, debes olvidarte de la madurez, la madurez en el desarrollo personal, no existe. Si existe siempre la posibilidad de mejorar, entonces nadie puede decir que ha madurado, porque el concepto en sí mismo trata de dar a conocer que se llega a un punto límite, o a una cima.

De igual manera pasa con tus logros, puede que consideres que estás en la cima de tu desarrollo profesional, pero sólo bastará con que eches un vistazo a los profesionales que han logrado más cosas que tú… tendrás mucho que hacer luego de eso.


Está bien querer ser mejor, está bien anhelar siempre el crecimiento personal. Siempre desea desarrollarte como una mejor persona, y si en el camino ayudas a los demás, mejor que mejor.

Aspiraciones

La aspiración es una palabra que tiene varios significados, uno de los cuales está relacionado con el de la idea personal, las personas tienen metas y objetivos que desean cumplir, lo cual está muy vinculado a la idea de deseos que una persona tiene para sí misma.

En este sentido, las aspiraciones pueden ser de diferentes temas, como el salario, que es quizás el más escuchado al ir a una entrevista de trabajo, que la persona que está pensando en contratar normalmente pregunta cuáles son las aspiraciones salariales que tiene el solicitante; y es allí donde la persona tiene la responsabilidad de ser honesto consigo mismo y decidir si sus aspiraciones salariales están realmente relacionadas con lo que propone la empresa.

Pero las aspiraciones también pueden ser de otra naturaleza, como cuando una persona quiere mejorar su trabajo, su lugar de residencia o cualquier tema de su vida personal, y es allí donde la gente debe decidir y establecer metas y tiempos reales para poder hacerlo. Para cumplirlos dentro de un cierto período. 

Las personas evolucionarán en sus vidas y cada vez encontrarán nuevas aspiraciones.


Las aspiraciones se conectan con el deseo de realización personal de aquellos que quieren agregar valor a sus vidas a través del significado concreto de cumplir una misión. Una aspiración es una motivación importante. En este sentido, como coaching, una persona puede tener diferentes aspiraciones en el campo profesional y en el personal. 

Las aspiraciones personales también se conectan con las cualidades personales de cada uno.

Tener aspiraciones personales y profesionales puede ayudarnos a tener una visión más clara de nuestros objetivos en la vida

Divergencias Humanas


A instancias del mundo de las ideas y del intercambio de las mismas, la divergencia implicará la diversidad de opiniones, el desacuerdo que mantienen dos o más personas respecto de una cuestión que los implica o respecto de una ideología, entre otras. “ Si bien con Juan nos separan divergencias en materia política, en el resto de las cuestiones coincidimos.”

Una cuestión humana que se soluciona con el diálogo y una posición de consenso
Los desacuerdos o divergencias es una cuestión corriente y bien humana, que se producen en todos los niveles y aspectos que tiene la vida.

Con esto queremos decir que no son extraños ni mucho menos sino que es común que alguna vez en la vida nos veamos en medio de ellos, ahora bien, lo que se sugiere, lo ideal, es resolverlos lo más pronto posible, a través de mecanismos como el diálogo, y no dejar que transcurran porque luego puede ser más difícil superarlos y resolverlos.

Hay divergencias que son más fáciles que solucionar que otras, por supuesto que aquellas personas que son más afectas a dialogar y a consensuar podrán zanjar las diferencias con otros más rápido, mientras que por el contrario, aquellos que son reticentes a hacerlo, porque disponen de una personalidad cerrada y muy poco propensa a acercar posiciones con el otro, claramente impondrá un escenario más complejo a la hora de encontrar soluciones.

Y mirando desde otra óptica el tema de la divergencia, debemos decir, que en algunas ocasiones resultan ser de lo más bienvenidas y propicias, porque las divergencias en algunos ámbitos sí o sí, proponen diálogo, intercambio de ideas y de opiniones para alcanzar un acuerdo, y mientras en ese ida y vuelta van apareciendo naturalmente cuestiones que permiten enriquecer la discusión, y finalmente sintetizar una solución que contenga lo mejor de las visiones contrarias.

Porque es importante dejar en claro que disentir, no coincidir no siempre tiene que ser malo y predisponer sí o sí a la pelea y a las discusiones a cara de perro que no terminan en encontrar soluciones. En algunas situaciones lo dicho si puede darse pero no siempre lo es y ahí es donde sin dudas la divergencia tiene su aspecto positivo, y que es muy importante que se destaque y valore.

Otra cuestión relevante que no podemos soslayar es que ante la divergencia lo importante es mostrarse constructivo, no solamente para acordar sino también, aunque no se encuentre el acuerdo, para aprender a respetar y tolerar que el otro no piense como nosotros, esta postura nos hará mejores personas sin dudas.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Un Matiz Esencialmente Humano


“Sólo podremos limitar la aplicación indiscriminada de computadoras a la replicación de lo humano si mantenemos un concepto claro de lo que es propiamente humano excluyendo así a las computadoras de aquellas áreas de la vida en las que su intervención sería inapropiada”.
Joseph Weizembaun

¿Qué es lo esencialmente humano?
El tema de lo esencialmente humano tiene muchas aristas y aunque cada vez se menciona mas, todavía no se tiene una idea clara de lo que es esencialmente humano, y en mi opinión es uno de los temas más transcendentales de nuestro tiempo, tan importante como la lucha contra el cáncer, la brecha digital, la contaminación ambiental, la pobreza extrema… entre otros tantos problemas vitales para la subsistencia humana.

La primera interrogante, que me viene a la mente, es si el ser humano es una tabla rasa y su conciencia la va adquiriendo durante su vida o el hombre viene dotado de una sensibilidad propia.

“¿El hombre es un ser lógico o un ser dominado por las pasiones y a merced de las fuerzas irracionales? ¿Es el hombre un ser alienado lleno de angustia? ¿Vive el hombre enajenado en una sociedad mercantil que no valora su riqueza espiritual, sino la posibilidad de producir ganancias? ¿Es el hombre una “tabla rasa” que carece de carácter y temperamento y estos son moldeados por la sociedad?”

Hay que tener en cuenta que el hombre es un ser en crecimiento espiritual y su esencia humana también está desarrollándose, por lo cual estamos ante un fenómeno dinámico, los ideales humanistas no son los mismo en una sociedad esclavista que en el capitalismo actual. Sin embargo muchas de las necesidades espirituales siguen siendo las mismas y muchas de las preocupaciones más antiguas siguen estando vigentes.

¿Cuánto hemos cambiado? ¿Qué sentimientos nos han guiado durante siglos? ¿Puede la especie humana vivir sin sus grandes ideales: dios, el amor, la justicia, la bondad, el deber, la fe…? Estas son algunas de las tantas interrogantes.


La Práctica Social

Pretendemos mostrar que la práctica social es algo más que una actividad, incluso que debe superar los acuerdos sociales desde los cuales se imponen unas funciones que los miembros de un grupo social deben cumplir y en el marco de las cuales debe realizar sus prácticas sociales, que tampoco, por sí mismas definen sociedades; antes que imposición, es una expresión de muchas cosas que se conjugan en el ser humano; es particularidad y socialidad, es creación y reconocimiento sociohistórico, es manifestación ética, estética, comunicativa, política… es todo esto a la vez.

La práctica social debe ser considerada como expresión de toda la humanidad del ser humano representada en sus imaginarios sociales; esto es, que debe reconocer, en primer lugar, que el ser humano, quien realiza la práctica social es un ser socializado, o sea que cuando interactuamos con alguien, ese alguien es de por sí y por herencia social, un sujeto con un complejo entramado socio/histórico el cual influye en una práctica social.

En segundo lugar, que la relación con el mundo de quien realiza la práctica social está mediada por la dimensión simbólica e imaginaria que ese ser humano socializado ha configurado sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. O sea, quien realiza la práctica social se basa en esa dimensión simbólica / imaginaria del mundo, la cual subsume las otras dimensiones racionales y conjuntistas (ensídicas). 

Si bien se debe reconocer la existencia de las dimensiones racional, ensídica y conjuntista del mundo, no es sobre ellas que el ser humano configura su realidad y define sus acciones e interacciones, pues cada una de estas acciones en interacciones corresponde a una significación que da sentido a dicha acción.

En tercer lugar, es importante considerar que, pese a esa fuerza de la historia y la tradición en la práctica social, los sujetos particulares matizamos los acuerdos sociales con nuestras propias significaciones sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. Los sujetos damos sentido particular a los acuerdos desde la imaginación radical que cada uno construimos, gracias a esas fuerzas psicosomáticas que permiten ver el mundo con nuestros propios lentes, lo que implica una radical creación, aunque en una relación magmática con lo social.


Y por último las prácticas sociales no son linealmente (unidireccionalmente) producto de nada ni generan condicionalmente nada, sino que estas fuerzas se presentan articuladas a manera de magmas, que configuran significaciones imaginarias sociales en las cuales se funden las formas de ser/hacer, decir/representar de los actores sociales que realizan una práctica determinada. 

En consideración a ello, pese a su capacidad de generar comportamientos e incluso grupos sociales, son también generadas desde ese magma de significaciones sociales que involucran lo racional, lo ensídico, lo particular (psicosomático) y lo social; pese a estar dinamizadas por los acuerdos sociales (en un aparente estado de inmovilidad respecto de cómo debe ser la práctica) en ella misma existe ebullición constante que hace posible permanentes transformaciones por parte de los sujetos particulares o grupos sociales que la realizan.

El Pensamiento Existencial



Filosofía
El Pensamiento Existencial
Preferiría hablarles de la filosofía de la existencia, antes que del existencialismo, por una razón que ustedes probablemente adivinarán.

El término 'existencialismo' ha terminado por designar casi exclusivamente el movimiento filosófico que se ha producido en Francia después de 1945 principalmente bajo el impulso de Sartre. Ahora bien, este movimiento filosófico, en realidad, tiene antecedentes; está ligado a toda una tradición de pensamiento filosófico, tradición que es complicada, que es larga, ya que se trata en realidad primero que todo de la filosofía de Kierkegaard, se trata a continuación, en Alemania, de filosofías como las de Husserl y Heidegger, se trata, en Francia, incluso antes de Sartre, de una filosofía como la de Gabriel Marcel.

Si bien es extremadamente difícil aislar la tentativa de Sartre en relación con las otras tentativas bastante conocidas que acabo de mencionar, me ha parecido que Sartre, teniendo una originalidad indiscutible –pero señalando Sartre toda una corriente de pensamiento- era verdaderamente imposible tomar su tentativa filosófica, filosófico-política en ella misma y separarla del resto. De suerte que me propongo darles primero una visión sobre lo que ha sido el inicio en Francia del pensamiento existencial.

Dicho inicio se dio en los años 1930-1939 (en los diez años que han precedido a la guerra) y es, ustedes lo saben, sobre todo a partir de 1944- 1945 cuando el existencialismo en el sentido sartriano se ha manifestado y se ha realizado, si bien yo me remontaré un poco antes del nacimiento de este existencialismo.

A continuación, como lo dije hace un instante, intentaré indicar cómo ese paisaje filosófico ha sido trastornado, profundamente modificado por la intervención de los autores que uno puede agrupar bajo el título de «filosofía de la existencia», lo que nos dará la medida para llegar a la tentativa sartriana y de ver exactamente en qué se emparenta con las otras tentativas y en qué, por el contrario, está ligada a lo que hay más personal, más original en el talento de Sartre.

La filosofía consistía precisamente en eso: La mirada que en los sabios está dirigida hacia el objeto retorna hacia el espíritu que construye sus objetos de creencia. He aquí lo que era en pocas palabras el aspecto de esta filosofía. Y por tanto, es necesario decirlo, el contenido de esta filosofía era bastante insipiente.

Pero lo que él tenía para enseñarnos como filósofo consistía casi siempre en esta reflexión cartesiana por la cual volvía de las cosas al sujeto que construía la imagen de las cosas. 

En materia de filosofía pura, en suma, su contribución esencial consistía precisamente en advertirnos que debemos volvernos hacia el espíritu, volvernos hacia el sujeto que construye la ciencia y que construye la percepción del mundo, pero que este espíritu, este sujeto no son cualquier cosa de la que se pueda hacer una larga descripción filosófica, de la cual se pueda dar la explicación filosófica. 


La Disposición


Una buena disposición del ánimo facilita la relación armónica y afectuosa con las personas, al igual que padecer de una mala disposición del ánimo dificulta las relaciones con los demás. Y siendo ambas disposiciones del ánimo tan excepcionalmente importantes para bien o para mal, ¿cuál es la razón de no trabajar por la primera y por extinguir la segunda? Simplemente, porque no se nos ha dicho cómo hacerlo.

Una buena disposición del ánimo impacta en las funciones fisiológicas y mecánicas de nuestro cuerpo: nos sentimos ligeros, nos levantamos y sentamos con facilidad, sentimos gusto por el movimiento corporal, nuestros desplazamientos físicos denotan energía. En cambio, si nos encontramos en una mala disposición del ánimo, nuestro cuerpo lo sentimos pesado, no hay ligereza ni soltura en nuestros movimientos físicos, se nos impone una fuerte rigidez; sentimos incomodidad con nuestras reacciones físicas.

Nuestra mala disposición del ánimo se manifiesta en una languidez de nuestro espíritu. "La pereza, que es una languidez del alma, constituye un manantial inagotable del tedio", escribió Fenelón. La mala disposición del ánimo irremediablemente nos conduce al mal humor, la irritabilidad, y a una visión pesimista de la vida y del mundo. Sobre esto, Goethe escribió una reflexión apropiada al caso: "Sucede con el mal humor lo que con la pereza. Hay una especie de pereza a la cual propende nuestro cuerpo, lo que no impide que trabajemos con ardor y encontremos un verdadero placer en la actividad si conseguimos una vez hacernos superiores a esa propensión" (la propensión al mal humor).

La buena disposición de nuestro ánimo es hermana de la jovialidad, entendida como alegría y una apacibilidad de nuestro ánimo. Estamos joviales cuando vemos que nuestro mundo interior encaja con el mundo exterior, cuando no necesitamos de nada extraordinario para sentir elevado nuestro corazón. Nuestra jovialidad es como un imán que atrae hacia nosotros a muchas personas.

La mala disposición de ánimo es hermana de la tristeza y hermano del pesimismo. De hecho, cuando una persona padece ya de una crónica mala disposición de ánimo, al saludarla con la mano o con un abrazo, sentimos que nuestra energía se vacía. Y en cambio, cuando saludamos a una persona con una buena disposición de ánimo, conservamos nuestra energía, o bien, la incrementamos.

Es absolutamente cierto que un ánimo triste y abatido entorpece las funciones fisiológicas del cuerpo, y es cierto también que la actividad física ligera modifica increíblemente, para bien, el ánimo abatido de una persona.

La persona triste y pesimista tiene estropeada la visión de sí misma y del mundo. Por lo general, se mete en su coraza y no quiere salir de ella. El mundo le parece difícil y siente que no encaja en él. Todo lo ve negro, complicado, y no se siente capaz de hacer lo que quiere. Se esconde en la resignación y renuncia a los placeres de la vida, los que le parecen inalcanzables.

Uno de los rasgos dominantes de estas personas consiste en que se sienten depositarias del dolor, como si fueran las únicas que sufrieran en el mundo; por ello, no son solidarias con nadie, pues nada tiene que compartir, y sí en cambio sienten que son los demás quienes deben acudir en su ayuda.

La persona jovial se siente con ganas para hacer las cosas, y goza de la íntima seguridad de que puede lograr muchos objetivos que se proponga. En cambio, quien padece de un ánimo triste y pesimista siente en su interior que no puede hacer lo que quiere. Por esto, no le dan ganas de actuar ni de vivir plenamente.
La gana es el deseo, la propensión y la inclinación hacia una cosa. Hacemos algo con ganas cuando actuamos con diligencia y esfuerzo. Y la desgana es todo lo contrario. La persona jovial tiene ganas para muchas cosas, y la persona con desgana carece de apetito por la vida, y por ello, no quiere salir de su coraza.


No es fácil que una persona con mala disposición de su ánimo pueda dejar la tristeza y el pesimismo como forma de vida. Pero no es cierto, tampoco, que estas personas en muy corto tiempo no puedan lograr extinguir ésta perniciosa disposición de su ánimo. 

Por lo general, la persona triste y pesimista no se ha dado cuenta de que sus males radican, fundamentalmente, en tres equivocadas distorsiones: a) creen que son incompetentes por naturaleza y que no pueden hacer lo que quiere; b) que el mundo que los rodea no le puede proporcionar lo que necesita, pues su mundo lo ve raquítico y pobre; y c) que su futuro nada tiene que ofrecerle. 

Estas tres suposiciones son falsas, por supuesto.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Los Hilos Dorados De La Resiliencia

Nadie sabrá las veces que has logrado mantenerte en pie aun sabiendo que estabas cayéndote a pedazos. Solo tú sabes dónde se hallan las marcas de tus heridas, esas que has ido reconstruyendo muy poco a poco, con un hilo muy fino y la aguja de las decepciones. Porque la valentía nunca es ausencia de sufrimiento o dolor, sino la fortaleza de seguir adelante a pesar del miedo…

A menudo, los neurólogos y los biólogos nos recuerdan aquello de que nuestro cerebro está preparado evolutivamente para sobrevivir a todo tipo de adversidades. Ahora bien, cada vez que llaman a nuestra puerta la amargura y el sufrimiento siempre nos preguntamos eso de “por qué a mí”. Cuando ocurra, intenta sustituir esa pregunta por otra mejor: “para qué”.

Dicen que es de valientes sonreír mientras uno está hecho a pedazos, pero valentía es ante todo ser capaz de recoger cada retazo de esos sueños rotos y reconstruirnos de nuevo, para ser más fuertes, más dignos, más hermosos.

Pocos instantes vitales van a demandar tantos recursos internos como esos en los que de pronto sentimos como si todo nuestro ser se hubiera derrumbado por dentro y solo quedaran tristes escombros. Las depresiones, los traumas, las decepciones o las pérdidas son momentos de gran dificultad. Instantes en los que se pone a prueba valentía personal.

En Japón existe una técnica ancestral llamadaKintsugi“ mediante la cual se reparan objetos rotos de cerámica. Se realiza utilizando un adhesivo fuerte, sobre el que después se aplica polvo de oro. El Kintsukuroi es un arte delicado y excepcional donde no se busca que la pieza rota y fragmentada recobre su forma original.

Al contrario, para la cultura nipona, unir esos pedazos mediante el oro o la plata le confiere una vitalidad y una historia única a dicho objeto. Además, un hecho notable a tener en cuenta es que estas piezas de cerámica antes tan frágiles, ahora, además de bellas, son increíblemente resistentes. El sellado de sus heridas con oro las hace irrompibles.

Como dijo Ernest Hemingway, “la vida nos rompe a todos en algún momento, pero solo unos pocos logran hacer más fuertes sus partes rotas”. Así pues, merece la pena integrar en nuestro ser esta sencilla pero maravillosa metáfora: cuando algo valioso se quiebra, se rompe o se pierde, una forma de superarlo es no esconder nunca nuestra fragilidad, nuestra debilidad.

Porque esos vínculos lastimados pueden repararse gracias a la resiliencia, a esa aptitud para sobreponernos de toda dificultad  para sellar con oro cada herida, cada hueco, cada sueño roto,  y alzarnos así como criaturas aún más fuertes.

Según nos explica la psiquiatra Rafaela Santos en su libro Levantarse y luchar, a pesar de que la neurociencia nos diga que todos podemos ser ‘resilientes’, esta capacidad no parece tan sencilla de poner en práctica. De hecho, según sus propios datos citados en el libro, solo un 30% de la población logra, por ejemplo, superar un trauma.

Recoger nuestros “pedazos rotos” no es fácil, pero no por ello imposible. El cerebro humano tiene cerca de 100.000 millones de neuronas que crean a su vez un billón de conexiones neuronales. Es algo maravilloso.


Si aceptamos que todos, de algún modo, somos arquitectos de nuestros cerebros, también aceptaremos que somos muy capaces  de encender nuestra valentía personal, nuestra fuerza y optimismo para favorecer el cambio. 

Así, se producirá la sanación que refleja el arte de Kintsukuroi, a través de la que nos convertirnos en personas mucho más fuertes gracias a los hilos dorados de la resiliencia

Habilidad Para Desarrollar Habilidades


Las habilidades se han posicionado como uno de los temas más importantes, sino es que el más importante, en el ámbito educativo, precisamente cuando se registra los niveles educativos más altos en la historia mundial.

Justamente porque los policymakers se dieron cuenta de que más años de escolaridad no necesariamente se traducen en un mayor aprendizaje, desarrollo de habilidades o crecimiento económico, muchos países empezaron a implementar de forma progresiva, principalmente en los años dos mil, reformas educativas con enfoque en competencias.

Sorpresivamente, estas reformas no siempre han logrado mejorar los resultados en aprendizaje, o al menos no al ritmo que se esperaba. Por ello, una pregunta relevante es ¿cómo podemos, en la práctica, enseñar habilidades en cada aula y asegurarnos de que lo que decide la autoridad educativa se traduce en resultados medibles en cada estudiante?


Nunca antes ha habido tantos informes disponibles sobre políticas para el desarrollo de habilidades. Sin embargo, la mayoría de ellos se enfocan en recomendaciones para identificar brechas de habilidades e implementar estrategias de habilidades, a nivel agregado. Desafortunadamente, la evidencia sobre lo que los policymakers pueden hacer para desarrollar habilidades en las escuelas es más limitada. En mi experiencia como policymaker dirigiendo un programa de desarrollo de habilidades a gran escala, un paso crucial para facilitar este proceso, por más sencillo y obvio que parezca, es invertir tiempo suficiente en definir las habilidades que se busca enseñar, tan preciso como sea posible.

¿Pero qué son exactamente las habilidades?

Las habilidades son la capacidad de hacer algo bien. Así como el conocimiento alude a la manera en que percibimos, entendemos y recordamos la información, las habilidades se refieren a la manera en que elegimos, utilizamos y aplicamos conocimiento en diferentes circunstancias, al enfrentar retos diversos y frecuentemente impredecibles. 

Pensemos, por ejemplo, en escribir correos electrónicos: las personas podrán saber cómo escribir, e incluso qué es un email, pero eso no significa que saben cómo escribir emails bien, mucho menos cómo escribirlos en diferentes contextos y para diferentes audiencias y propósitos. 

Es decir, poder escribir es distinto que tener habilidades de comunicación. De hecho, una definición más técnica de habilidades –o competencias– involucra conocimiento, habilidades, actitudes y valores, lo que significa que, en el ejemplo del email, no solamente se espera que las personas hagan un buen uso de la gramática sino que además muestren empatía y respeto.
  

Mentes Innovadoras


La creatividad es la capacidad de ver asociaciones donde otros no pueden verlas. Ser innovador, por otra parte, es llegar a algo que otros no han pensado. 

Sea inventando un nuevo producto o llegando a una solución a un problema, la innovación requiere creatividad porque uno ha de ser capaz de conectar ideas abstractas y hechos con escenarios existentes antes de crear algo único y diferente.

Aunque algunas personas están más inclinadas que otras hacia la creatividad, esto no significa que no se pueda hacer algo para ampliar los límites de nuestras mentes creativas. Según Thomas Edison, “La genialidad es 1% de inspiración y 99% de transpiración. Por tanto, un genio con frecuencia es meramente una persona talentosa que ha hecho todas sus tareas”.
Esté usted intentando expandir sus capacidades innovadoras por trabajo o por desarrollo personal, nunca es demasiado tarde para comenzar.

Mantenga un entusiasta sentido de la curiosidad
Las personas más innovadoras en el mundo son también las más inquisitivas entre nosotros. Hacen muchas preguntas (con frecuencia acerca de lo que el resto de nosotros damos por sentado) y siempre están buscando formas de mejorar las cosas. Los innovadores aman desafiar lo que es aceptado ampliamente como la norma o lo estándar.

En vez de confiar en nociones preconcebidas sobre cosas y personas, prefieren buscar lo nuevo que van encontrando, desde varias perspectivas. Si bien no hay una fórmula prescrita que le ayude a adoptar esa forma de curiosidad, hacer un esfuerzo consciente de cuestionar todo bajo el sol es un buen primer paso. Con la ayuda de Internet a su disposición, no hay excusas para no conseguir las respuestas que desee.

Además, es importante mantener conversaciones con diferentes personas que encuentre, y escucharlas en sus perspectivas únicas sobre el mundo y sus vidas. A veces, las mejores percepciones, ideas y conclusiones llegan de nuestras interacciones con personas que tienen un punto de vista opuesto al nuestro.

Anotar ideas y pensamientos
Usted necesitará algo para capturar y organizar sus ideas y pensamientos a medida que pasa el día aprendiendo cosas nuevas. Trate de anotar todo lo que venga a su mente, incluyendo palabras aleatorias, frases e incluso dibujos. Idealmente, puede intentar combinar sus pensamientos arbitrarios para “pintar un cuadro” de lo que su subconsciente intenta transmitir.

Recuerde que la innovación viene de la creatividad, y la creatividad se trata de cómo asociamos diferentes ideas y hechos. En la medida en que anota sus pensamientos en un diario o cuaderno de notas, no permita que sus inhibiciones lo estropeen. No importa cuán absurda pueda parecer una idea, véala como una pieza del puzzle de su mundo interior, que podría llegar a despertar una inspiración.

Escribir sus ideas no sólo le sirve para mantener un registro de sus pensamientos, sino que también estimula el proceso del pensamiento y lleva de una nueva idea a otra. ¡Deje que su imaginación fluya!

Busque nuevas experiencias
Apegarse a aquello a lo que está acostumbrado/a limita su proceso de pensamiento y percepción. Para pensar “fuera de la caja” usted debe salir de su zona de comodidad y mirar el escenario bajo una luz diferente.

De hecho, los mayores innovadores con frecuencia son individuos que aprenden de diferentes campos y los mezclan entre sí para dar lugar a algo extraordinario. Algunos pueden pensar que buscar nuevas experiencias en la vida requiere algo grande, como viajar al otro lado del mundo, presenciar una aurora boreal o conquistar el Everest. Pero no es necesariamente así. Todo lo que se necesita es buscar cosas que estimulen su mente y sentidos.


Tal vez pueda comenzar leyendo libros de un género diferente o empezando un nuevo hobby. Si se ve a usted mismo/a como alguien introvertido/a, trate de desafiar su auto-percepción y ábrase a conocer personas nuevas. 

Desarrollará nuevas capacidades para el proceso de innovación.

LAS APTITUDES


Llamamos aptitudes a las distintas capacidades que una determinada persona tiene para realizar algo adecuadamente. Las aptitudes se refieren tanto al ámbito psicológico como al físico o corporal. Se puede hablar de aptitudes innatas, es decir, que se poseen desde el mismo momento del nacimiento, que dependen de factores constitucionales.

Hay personas que nacen especialmente dotadas para ejercer una labor en determinados campos y, ya desde niños, vemos que tienen una constitución física ideal para algunos deportes, o habilidades manuales, artísticas, sociales, intelectuales, etc.; pero si estas aptitudes no se desarrollan lo suficiente, el resultado final puede ser que estas personas lleguen a cierta edad sin destacar en los ámbitos para los cuales habían nacido especialmente dotadas. Por tanto, hay que considerar también la importancia de los factores adquiridos.

Otras veces, las aptitudes iniciales no sólo no se ven progresivamente desarrolladas, sino que se pueden ver disminuidas por diversos factores a lo largo de la vida, como, por ejemplo, por traumatismos, deficiencias físicas o psíquicas o simplemente por la edad; es decir, las aptitudes pueden sufrir un deterioro.

En la práctica, el desarrollo de las diversas aptitudes individuales se ve influido por circunstancias que actúan dentro de tres líneas fundamentales: proporcionalidad con las tendencias, constancia y polarización.

Las aptitudes vienen a ser instrumentos de las tendencias, ya que, en definitiva, suponen la mayor o menor capacidad para lograr un objetivo concreto. Cuando el objetivo de las tendencias («lo que queremos conseguir») está en proporción con nuestras aptitudes («lo que podemos hacer para conseguirlo») es muy probable que lo logremos. En este caso actuamos con «realismo, trazándonos objetivos que podemos llegar a superar; durante el camino que necesitamos recorrer para alcanzar el éxito habremos desarrollado nuestras propias aptitudes, ganaremos seguridad en nosotros mismos y nos sentiremos gratificados.

Todo esto hace que nos dispongamos a intentar lograr objetivos progresivamente superiores, ya que, paulatinamente, podemos estar realmente capacitados para conseguirlos. De este modo, resulta importante fijarse objetivos concretos a corto plazo que estén en proporción con nuestras aptitudes, si queremos irlas desarrollando a la vez que logramos una serie de metas.

Por el contrario, si los objetivos son desmesurados en proporción a nuestras aptitudes, se produce inevitablemente el fracaso, con lo que nos sentimos frustrados y con deseos de abandonar ese campo de actuación.

Si los objetivos son demasiado sencillos desarrollamos menos nuestras aptitudes y alcanzaremos un nivel inferior al que hipotéticamente nos correspondería. Es importante, entonces, conocer nuestras aptitudes y sacarles el máximo partido posible.

La constancia es también importante. A pesar de que los objetivos que nos hayamos trazado estén en consonancia con nuestras aptitudes, podemos tener fracasos de mayor o menor envergadura si abandonamos, quedándonos sin lograr unos objetivos que realmente estaban a nuestro alcance, y que hubiéramos conseguido de mantenernos perseverantes. Además, se puede producir un trauma psicológico que afectaría negativamente a nuestra vida psíquica o incluso un complejo
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Por último, hay que considerar la necesidad que se establece en un momento dado de polarizar nuestros esfuerzos en un sentido determinado. El conjunto de aptitudes deben estar lo más orientadas posible hacia objetivos que se sitúen dentro de campos concretos, que, generalmente, corresponden al ámbito profesional o laboral.

La dispersión de objetivos dificulta extraordinariamente la posibilidad de alcanzar un nivel de cierta altura en algunos de ellos, por lo que, cuando una persona tiene tendencias muy diferentes, debe renunciar a algunas de ellas en provecho de la que considere más importante, que debe coincidir con la tendencia para la que esté más dotado. Esto no significa una especialización exagerada, sin más, sino una polarización de esfuerzos hacia un determinado campo para profundizar en él, ya que profundizar en varios, en la actualidad, es casi imposible.


Esta actitud es perfectamente compatible con el desarrollo de aptitudes relacionadas con el objetivo principal, ya que tienen una labor complementaria fundamental, y, por supuesto, con un progresivo enriquecimiento cultural que sirve de soporte imprescindible, ya que favorece la maduración de la personalidad, ejerce un gran poder formativo y aporta una amplitud de miras necesaria para encauzar adecuadamente nuestras tendencias.

El Valor De La Comprensión

La comprensión es la capacidad para captar y entender los distintos ánimos que influyen en la forma de ser, en el estado de ánimo y en el comportamiento de otras personas.

Comprender es sentir con el otro. Ser solidario. Ponerse en su sentimiento, pensamiento, ambiente, con su gente y en su lugar. La comprensión implica la empatía para percibir el mundo interior de la otra persona y sus circunstancias emocionales, como si uno fuera esa persona, pero sin perder la identidad de observador.

Para una clara comprensión es necesario esforzarse en entender con miras a ayudar, analizando o viendo las cosas desde puntos de vistas ajenos a los nuestros, y teniendo en cuenta las circunstancias.
Comprender es entender una idea o una situación, es captar el significado de algo, pero para comprender algo o a alguien hay que ponerse en sus zapatos o en su lugar.  La comprensión de los demás no tiene como objetivo cambiarlos, encasillarlos a nuestras medidas, sino tomar a las otras personas como son, con sus cualidades y defectos, es decir, con respeto.

Comprender no necesariamente significa aceptar todo. Puedo entender a una persona, pero puedo no aceptar su conducta. Son las ideas y la conducta lo que debemos juzgar y rechazar, no a la persona.

Cuando existe la comprensión es más fácil vivir la tolerancia. Pero tolerancia no implica indiferencia. Ser tolerante significa respetar a las personas aunque piensen distinto a mí; es discrepar de las ideas con razones sin atacar a nadie.

Entre los valores que caminan de la mano con la comprensión están la tolerancia, la sensibilidad, el respeto, la justicia, la sinceridad, la flexibilidad, la caridad.

Entre los contravalores que aplastan el valor de la comprensión podemos enumerar: la cerrazón, el prejuicio, la intolerancia, la arrogancia, el pesimismo, el irrespeto, el egoísmo.

REFLEXIONANDO SOBRE EL VALOR DE LA COMPRENSIÓN:
 
¿Casi siempre me pongo en el lugar del otro para tratar de comprenderle?¿Escucho para entenderle? ¿Trato de comprender en lugar de flagelar?  ¿Miro los conflictos desde varios puntos de vista? ¿Trato con simpatía a otros? 
¿Entiendo que los seres humanos vemos las cosas y las entendemos de manera diferente? ¿Hago uso del diálogo para resolver los conflictos? ¿Trato de colocarme en el lugar de los demás para comprender sus actitudes? ¿Trato con bondad y sensibilidad a los demás?  ¿Me preocupo por las situaciones de conflicto que viven otras personas?

El Ser Altruista


El ser humano es capaz de albergar en sus gestos, en sus palabras y, ¿por qué no?, en sus hábitos, una enorme grandeza, frente a los sinsabores que nos encontramos en el fascinante camino que es la vida. Pese a los pensamientos, sentimientos, vivencias y personas negativas (aunque todo ello, en algún momento, parezca arrastrarnos, deglutirnos, aunque en ocasiones nos “pueda”, nos invite a “tirar la toalla”), somos capaces de focalizarnos en lo que nos hace sentir bien, en lo positivo que nos rodea, en hacer de los comportamientos positivos, hábitos que nos produzcan gratificación personal y felicidad.

CUANDO DAMOS DE FORMA ALTRUISTA SENTIMOS UNA PROFUNDA SENSACIÓN DE BIENESTAR

Hay muchas cosas que, según nuestras preferencias, nos hacen sentir bien, el amor de nuestra familia, pasar tiempo con nuestros amigos, viajar, nuestros hobbies, etc. Pero si algo es común a todos los seres humanos, es el placer de ayudar, si algo es consustancial a nuestra especie, sea cual sea la cultura en la que se eduque o el momento histórico que le toque vivir, es la felicidad que produce el dar y el ayudar a los demás. Ayudar a los demás es una conducta que si realizamos como parte de nuestras vidas, como hábito, como leitmotiv, se traducirá en una vida plena y feliz.

Ayudar. Dar, sin esperar nada a cambio. Dar sin esperar recompensa. Ayudar por el simple placer de ayudar. No estamos hablando de cuando ayudamos esperando algo a cambio; cuando hay ese tipo de comportamiento, en realidad no damos, intercambiamos. Sin embargo, cuando damos de forma altruista sentimos una profunda sensación de bienestar. Actos pequeños que, en ocasiones, parecen insignificantes: sonreír a los demás, dejar pasar a otro delante de nosotros, recoger del suelo un objeto que se le ha caído a un desconocido para devolvérselo… Hay mil y un ejemplos. Actos, hábitos sencillos que forman parte de nuestra cotidianidad y, por tanto, de nuestra esencia, y que nos reportan placer y bienestar.


Actuar de forma desinteresada, sin recompensas, sin recibir aplausos, incluso sin que nadie lo sepa, sin testigos, sin alharacas, es un hábito que nos hará sentir bien con nosotros mismos y que hará sentirse bien a los demás. Ayudar a quien de verdad lo necesita, ayudar a personas cercanas o a personas totalmente desconocidas. Piensa en todo aquello bueno que ofreces, que haces, que das…

Da sonrisas y recibirás sonrisas; da bondad y sentirás en tu interior bondad. Te sentirás mucho más positivo y mucho más feliz. El altruismo es una conducta, una capacidad del ser humano de salir de sí mismo para ayudar a los demás, un hábito moral que nos aleja del materialismo, del egoísmo, del egocentrismo para poner el centro en el otro y, poniendo el centro en el otro, recibir la enorme satisfacción, la saludable sensación de felicidad. 

El altruismo nos hace experimentar una energía reconfortante, desbordante, que activa una parte de nuestro cerebro vinculada con la sensación de placer, alivia el estrés, fortalece la autoestima, los lazos afectivos y fomenta la superación personal.