jueves, 13 de diciembre de 2018

El Pensamiento Crítico


De que vivimos en la era de la información no cabe ya ninguna duda. Tenemos acceso inmediato a todo tipo de información, datos y personas a través de múltiples dispositivos y fuentes. Por eso hoy en día es cuando resulta más necesario que nunca tener un pensamiento crítico y reflexivo. ¿Para qué? Es sencillo. El pensamiento crítico nos ayuda, a nosotros y a los más pequeños, a discernir entre lo cierto y lo falso, lo importante y lo superficial, las evidencias y las opiniones. Nos permite tomar consciencia de nuestros pensamientos para analizarlos y evaluarlos de forma efectiva. Y, si bien es cierto que todas las personas tenemos la capacidad de pensar, esta es una habilidad que puede y debe aprenderse, de la misma forma que aprendemos a escribir, a bailar o a cantar.

Te damos 8 consejos para desarrollar el pensamiento crítico con los más jóvenes, en el aula o fuera de ella:

Reserva tiempo y espacio. En nuestro día a día, ocupados con varias tareas a la vez durante la mayoría del tiempo, es difícil encontrar un rato en el que la mente se focalice solo en una cosa: pensar. Establecer un momento del día para pensar de forma reflexiva, siendo consciente de lo que está pasando por la mente, es importante para crear un hábito y adquirir práctica.

Promueve el conocimiento y la curiosidad. Anima a los más jóvenes a realizar nuevos descubrimientos, en su entorno más cercano o sobre ideas abstractas. Puedes proponer actividades que inciten a la curiosidad y al conocimiento, siempre adecuadas a su edad. De esta forma establecerás una puerta de entrada a nuevos aprendizajes y pensamientos.

Enseña a dudar. Sin intención de generar desconfianza a los más jóvenes, es importante que les plantees la fiabilidad de las fuentes que consultan y la veracidad de la información que reciben, para que sean ellos mismos quienes aprendan a diferenciar entre lo que está fundamentado y lo que no, entre conocimientos completos e incompletos, y puedan así emitir juicios elaborados.

Pregunta. Es fundamental para fomentar el pensamiento crítico: ¿qué opinas? ¿como lo sabes? ¿por qué? Es conveniente, además, que compartas con ellos tu forma de pensar, tus dudas y tu punto de vista sobre los aspectos que creas convenientes. No hay mejor enseñanza que dar ejemplo.

Justifica, argumenta, analiza. Busca razones, explica argumentos, compara ideas de forma ordenada con tus hijos o alumnos y pídeles que hagan lo mismo. Expresando pensamientos van a tomar consciencia de la madurez y grado de elaboración de los mismos. Una actividad interesante consiste en proponer que cada uno defienda una posición opuesta a la suya y con la que no se sienten identificados. Para ello puedes analizar textos, libros, charlas, anuncios publicitarios, noticias, declaraciones, etc.

Fomenta la autonomía. Respeta su espacio y propón lecturas, conversaciones, entornos y actividades que fomenten el desarrollo del pensamiento crítico de forma autónoma. De este modo tus alumnos aprenderán a pensar y a opinar a título personal con responsabilidad. Para compartir sus pensamientos, es importante respetar la forma de expresión en la que se sienten más cómodos: algunos prefieren explicarse de forma grupal y oral, mientras otros prefieren hacerlo en un formato más íntimo, por escrito o en pequeños grupos.

Amplía miradas. Plantea a tus alumnos otras perspectivas y otros ángulos desde los que se puede enfocar la realidad. Somos parte de un entorno social, político y cultural normalmente bien definido y nuestro punto de vista está siempre condicionado por ello. Por eso, intentar ponerse en el lugar de otros para comprender su punto de vista es una actividad formativa y creativa muy recomendable.


Profundiza. En el ejercicio de promover el pensamiento crítico, es importante llegar al fondo de algunos temas que se estén trabajando. Antes que pedir reflexiones rápidas sobre varios asuntos, es interesante escoger pocos para analizar en un grado de profundidad más elevado.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Opiniones Sobre La Lectura

Opiniones Sobre La Lectura
Alumnos  de  diecisiete años
¿Qué significa para mi leer?
Al principio para mí leer era una tortura, pero luego encontré un autor, García Márquez, éste, me cambió la manera de leer un libro, ya que antes para mí era simplemente cumplir con la fecha dispuesta por mi profesora.

Leer me proporciona poder salir de la realidad, sumergirme en mi imaginación explorando a veces lugares que nunca hubiese imaginado.

Gracias a ese libre que tuve que leer para la escuela, ahora se podría decir que soy una adicta a la lectura, siempre buscando un libro para mis momentos libres. (Kitty)

Leer es un mundo, tu propio mundo, donde no ves los horizontes y todo lo ves posible.

Gracias a la lectura la humanidad puede subsistir en el tiempo, transmitiendo así, los conocimientos de generación en generación.

Gracias a la lectura uno puede viajar, aprender, soñar, enamorarse, llorar, reír, odiar, comunicarse, expresarse, descargarse. (Canaya) 

Leer es imaginar otros mundos, compartir experiencias que nunca hubiéramos tenido, llenar nuestro tiempo con aventuras, fantasías, hechos reales. Leer no sólo nos permite compartir todo con un amigo y nosotros mismos. Leer es vivir. (El Tano)

Para mí es algo que te permite aprender más sobre lo que te interesa cuando lo elegís al libro, por eso es que no me gusta leer lo de la escuela. No me gusta hacerlo por obligación, tampoco acostumbro a hacerlo. (Nacho)

Yo creo que es bueno leer pero no cuando es por obligación, porque si es así no se lee con ganas y no se da la misma importancia a la lectura. Leer es una buena manera de expandir los conocimientos propios y también es bueno porque con la lectura se aprende un nuevo vocabulario. Yo leo muy poco.  (Lucio)

La lectura puede resultarme agradable o no, en función del texto que tenga adelante. Por ejemplo, si para leer tengo una obra de Sir Arthur Conan Doyle, sobre todo si es sobre Sherlock Holmes, la lectura me resulta atrapante y placentera. Si en cambio tuviera que leer Fuenteovejuna de Lope de Vega, la lectura sería más ardua. Estos son dos ejemplos, pues muchos más podrían darse, tanto de libros interesantes como aburridos.

En conclusión, creo que la lectura le resulta a la persona buena o mala dependiendo de sus gustos yo costumbres literarias. (Marcelo)

Yo leo únicamente cuando estoy obligada a hacerlo, ya sea por la escuela o por otra institución. 

Aunque no me gusta hacerlo, es decir no me gusta agarrar un libro y leer por mi cuenta, yo pienso que es una cuestión de vagancia y no de falta de interés, porque muchas veces que leí un libro para la escuela, sin importar la cantidad de páginas, encontré y descubrí algo nuevo e interesante y muchos de ellos me enseñaron cosas nuevas. (La Tuca)

Para mi leer significa adquirir más conocimientos, “educarse”, e interesante si lo que estoy leyendo es lo que yo elegí y realmente me gusta. Si nos obligan a leer es más aburrido, aunque muchas veces la lectura puede ser entretenida y después uno se siente “orgulloso” por el sólo hecho de opinar sobre algún libro (Peti)

A mí me obligan al leer en la escuela, porque para mi leer es algo aburrido, es imaginar mucho mediante descripciones y la verdad es que no me gusta para nada, pero igual es algo indispensable, aunque lo odie. (Nahuel)

Para mí leer es una manera de alcanzar placer sustrayéndome del mundo en que vivimos, alejándonos de todo aquello que nos sujeta a la realidad y entrar a lo ficticio, ampliando no sólo nuestros sentidos sino nuestra imaginación y conocimientos (JOI)

El leer es bueno ya que te ayuda a ampliar el vocabulario , a tener más imaginación ya tener ideas sobre otras cosas.

También, ayuda a desarrollar la mente y a tener más cultura. (GTA)
 .

Estrechez De Miras


A la gente sí se le hace difícil llevarse bien unos con otros, ¿no es cierto? Y aunque a la mayor parte de nosotros nos gusta pensar que somos imparciales, preguntémonos con toda sinceridad: ¿Es siempre la “otra persona” quien realmente es de miras estrechas e intolerante?

En realidad, tal vez su mente sea más estrecha de miras de lo que usted se imagina. ¿Dice usted a veces: “Hay dos asuntos sobre los cuales nunca hablo: religión y política”? ¿O hace una mueca de desprecio ante alimentos que no ha comido antes? “¿Comer caracoles? ¡Jamás!” ¿O qué opina de tipos poco comunes de tratamiento médico? “¿La acupuntura? ¡Eso es puro charlatanismo!” ¿O “sabe” usted —como, por ejemplo, lo sabe “todo el mundo” en Alemania— que los gitanos son ladrones, los alemanes del norte son testarudos, todos los de Berlín son fanfarrones, los suecos son tacaños y los extranjeros son perezosos? Por supuesto, hay ideas como éstas en todas partes... sí, también en el país donde usted vive.

¿Qué es una mente imparcial y receptiva?

Una mente imparcial y receptiva está libre de las cadenas del prejuicio, que ciertos diccionarios definen como sigue: “Juicio u opinión sobre algo antes de tener verdadero conocimiento de ello”; “opinión que se forma en el ámbito social, favorable o desfavorable a algo, sin ningún fundamento real”; “juicio que uno forma sin fundamento suficiente, o apartándose de lo justo o razonable”.

Una parte necesaria de la vida es el tomar decisiones y formar juicios. Pero las decisiones que se toman “sin ningún fundamento real” o los juicios que se forman “sin fundamento suficiente, o apartándose de lo justo o razonable” son pruebas de una mente estrecha de miras.

Por otra parte, el tener una mente imparcial y receptiva quiere decir ser receptivo a nueva información y nuevas ideas. Significa estar dispuesto a examinar y evaluar información sin tener una actitud parcial. Si recordamos lo que vale la pena y rechazamos lo que carece de valor, podemos llegar a conclusiones definitivas que tengan un fundamento sólido, o real, y dejar todavía nuestra mente en estado receptivo a una revisión posterior si llegara a haber disponible más información en el futuro. El que crea que lo ha aprendido todo puede estar seguro de que esta actitud impedirá que aprenda más.

Por qué es estrecha de miras la mente de la gente
Una mente estrecha de miras puede indicar falta de conocimiento. Puede que sepamos tan poco de un tema, o tengamos información tan tergiversada o incompleta, que nos falten los hechos necesarios para llegar a conclusiones correctas. Por ejemplo, si usted vive en Alemania y está muy seguro de que todos los de Berlín son fanfarrones, pregúntese precisamente a cuántas personas de Berlín conoce. 

¿Conoce a bastantes de ellas como para juzgar a varios millones de personas con exactitud? Tal vez si piensa con más cuidado llegue a darse cuenta de que ha conocido a más fanfarrones de Hamburgo, Francfort o Munich que los que ha conocido de Berlín.

Una mente estrecha de miras puede revelar falta de interés en el tema o una renuencia a examinar el asunto. De hecho, hasta pudiera ser una señal de incertidumbre o duda. Por ejemplo, si no podemos defender nuestros puntos de vista religiosos, puede que nos hallemos atacando a los que ponen en duda nuestras creencias, no con argumentos lógicos, sino con calumnias e indirectas. Esto huele a prejuicio y a una mente estrecha de miras.

La mente estrecha de miras puede indicar también un deseo egoísta de conservar ciertas ventajas que pudiéramos perder si tuviéramos una mente imparcial y receptiva. En algunos países se ha dominado a ciertos grupos raciales para que otros grupos puedan disfrutar de ciertos privilegios. Los grupos privilegiados, por no estar dispuestos a compartir sus privilegios con otros, se refugian en la posición que induce a prejuicio de que “somos mejores que ustedes”, y así cierran la mente a toda evidencia en contra de su punto de vista.


¿Es usted lo suficientemente imparcial como para considerar la posibilidad de que quizás no lo sea? Vale la pena averiguarlo. Mientras que una mente imparcial y receptiva puede ser una ventaja para usted, una mente estrecha de miras le causará casi de seguro perjuicio.

Las Diferencias Que Nos Igualan

Todos somos iguales porque tenemos los mismos derechos y, a la vez, todos tenemos diferencias que forman parte de nuestro origen o de nuestra historia personal.

Cada persona tiene sus propias emociones, cultura, lengua, en fin, una serie de valores que conforman la propia identidad. Cada persona es una ser único.

Los hombres y las mujeres, en tanto que seres humanos, somos iguales, y esto hace que tengamos las mismas necesidades y los mismos derechos: a la educación, al trabajo, a un trato digno, a ser valorados, al respeto a nuestras ideas y decisiones, a ser libres.

Pero nos diferencian nuestras costumbres, nuestra forma de vestirnos, nuestros gustos, la forma de hablar, de pensar, las creencias religiosas, la edad, e incluso aquellas cosas en las que cada uno de nosotros destaca por encima de los otros. Y todas esas diferencias nos hacen ser personas únicas.

Pero lo que a mí me parece evidente es que, por encima de todas las diferencias, nuestro valor como personas es el mismo.

La Libertad Humana


Filosofía
La Libertad Humana
En la actualidad, según mi criterio, es ya casi imposible filosofar sin tener en cuenta el psicoanálisis. Los descubrimientos que de la psiquis ha realizado Freud no pueden permanecer al margen del quehacer filosófico, pues ello limita, de manera categórica, el pensar.

Tomemos, por caso, uno de los valores humanos fundamentales: la libertad. El cual acarrea tras de sí otro valor de índole ético; a saber: la responsabilidad, íntimamente ligada con el deber ser y el sujeto moral.

A la pregunta ¿es libre el hombre? se ha de responder basándose no únicamente en el punto de vista filosófico, también en el psicoanalítico, si es que se quiere obtener una réplica que se aproxime a la verdad.

A través de la historia de la filosofía se ha sostenido de manera predominante este criterio: el hecho de que el hombre, en su obrar, pueda “elegir” entre varias posibilidades, es prueba de su libertad.

Ahora bien, ¿quién dirige esta elección en el alma humana? Si aceptamos como cierta la aseveración del psicoanálisis, que descubre en la interioridad del hombre el mundo instintivo, la respuesta puede ser la siguiente: hay una fuerza interior poderosísima (el “ello” o “lo inconsciente”), que influye en la elección. Esta fuerza se impone tan enérgicamente en el humano que su libertad, que proviene de su razón, está condicionada al mayor o menor conocimiento que esta tenga de su propio mundo instintivo. Así, pues, generalmente la elección entre varias posibilidades que realiza el humano, es gobernada, en alto grado, más que por la razón, por la sinrazón mundo inconsciente, oculto en la zona más profunda de su psiquis. Ello limita, o bien, anula la libertad entendida a la manera de la filosofía tradicional.

Entre los más destacados filósofos que detectan este poder del inconsciente está Federico Nietzsche, uno de los grandes precursores de Freud. Por ello la comprensión cabal de su filosofía únicamente puede hacerse con la ayuda del psicoanálisis.

Según Nietzsche, solo existe un mundo, el de la “physis (Naturaleza); el otro mundo, el de la metafísica, el mundo platónico de las ideas, es tan solo una ilusión. Por lo tanto, el hombre es “physis” y está gobernado por la “physis”. En tal caso, los actos humanos están “más allá del bien y del mal”, pues no se diferencian de los procesos naturales: así, “Todo lo que existe es justo e injusto, y en ambos casos está igualmente justificado”. La moral, como consecuencia, desaparece, lo mismo que la libertad. Luego, un hombre enfurecido que ocasiona destrozos se asemeja a una tempestad incontrolable. A ninguno de los dos fenómenos se les puede detener ni juzgar, pues ambos son fuerzas de la Naturaleza que cumplen su acción destructiva inexorable.

La libertad como facultad del humano a obrar independientemente de su mundo instintivo, de sus impulsos y tendencias naturales, es imposible por la propia “physis” (Naturaleza) del ser humano. En otros términos, los instintos —la fuerza más poderosa de su Naturaleza— explican el proceder, la conducta humana. Así, para Nietzsche, “es disparatado alabar o censurar a la Naturaleza y a la necesidad”.


Tal postura de Nietzsche, rechazada por la filosofía racionalista, que no admite las ocultas fuerzas instintivas, es ampliamente comprendida y luego comprobada científicamente a través del psicoanálisis. Este tiene como punto de partida el mundo instintivo del humano. Así, frente al psicoanalista, el humano trata de averiguar el porqué de su proceder enigmático que le conduce al sufrimiento. La revelación de su inconsciente, la liberación experimentada por el análisis que realiza de este por medio de su razón, le llevan a comprenderse a sí mismo y a los demás. 

Pero se da cuenta de que su conducta está “más allá del bien y del mal” al descender a las ocultas zonas de su psiquis, que encierra sus mejores y peores sentimientos.

martes, 11 de diciembre de 2018

El Saber Decir No

La asertividad ha demostrado ser un pilar fundamental para desarrollar una buena autoestima.

Nos permite comunicarnos de manera efectiva con los demás poniendo en valor nuestras opiniones, nuestros derechos y nuestras necesidades.

Ser asertivos nos posibilita manejar los conflictos y negociar con los demás soluciones a problemas que de otra manera podrían enquistarse y llevarnos a rupturas en la relaciones, sentirnos mal con nosotros y con los demás y otra serie de consecuencias negativas para nosotros.

Uno de los problemas a los que se enfrentan las personas no asertivas, es su dificultad para decir no.
Les es muy difícil negarse a hacer algo que les piden, aunque estas peticiones vayan en contra de sus principios, sus necesidades o sus deseos, por miedo a las consecuencias negativas que les pueda acarrear el negarse a hacer algo que no quieren hacer.

Entre las consecuencias negativas percibidas encontramos fundamentalmente los siguientes aspectos.


Ya nos hemos referido a la importancia de la asertividad como pilar de la autoestima. El saber decir no, tiene una serie de beneficios que debemos considerar como motivadores fundamentales para comenzar a poner en marcha esta estrategia asertiva.





Un Referente


Decimos que algo es referente cuando refiere o está en relación a algo. Es decir, cuando un individuo o un objeto hacen referencia a algo, o presentan relación con algo se hablará en términos de referente.

También se haya sumamente extendido que en nuestro idioma empleemos la palabra referente para dar cuenta de aquella persona que por x situación o circunstancia sobresale en alguna actividad, profesión o tarea y por caso se convierte en el mejor o el gran exponente de la misma, siendo presentado como un ejemplo a seguir, a imitar, por quienes transitan la misma actividad.

Así, un escritor especializado en poesía, que ha recibido una importante cantidad de distinciones y premios por sus obras será considerado un referente de precisamente ese género literario. En tanto, un tenista de elite como puede ser el suizo Roger Federer, que ha ganado decenas de competencias de grand slam, asimismo, será considerado como un referente dentro de la práctica deportiva del tenis y un ejemplo a imitar por quienes recién están dando los primeros pasos en el deporte.

Ahora bien, tal cuestión también puede trasladarse a nuestra vida cotidiana, a nuestras relaciones sociales, en donde asimismo resulta totalmente posible la presencia y aparición de referentes que de alguna manera se terminan convirtiendo en nuestros guías ante decisiones importantes o a la hora de llevar a cabo diversas tareas y también en modelos en quienes nos inspiramos para actuar.

Nuestros padres primero, como ese primer núcleo con el cual interaccionamos, luego los maestros en la escuela y porque no también otros adultos mayores con los que nos vinculamos, pueden asumir ese rol de referentes e influenciar muchísimas de nuestras acciones o decisiones.

Y a instancias de la lingüística el referente será aquello a lo cual se refiere el signo lingüístico.

Entre los sinónimos que pueden emplearse para esta palabra nos encontramos con el de relativo, término que justamente nos permite indicar a aquello que se encuentra referido a algo.

Culturalizarnos

La principal función que hemos de realizar los seres vivos –humanos- es nuestro cuidado personal  y el de quienes  nos rodean.

 Cuidarnos mutuamente – cuidarme yo, cuidar a los otros, cuidar que haya un entorno cuidador social, política y económicamente viable y responsable.  Que el cuidado sea un derecho humano y que se establezcan los requisitos  necesarios  para que esto se lleve a cabo bajo la protección de la ley.

El cuidado implica cultivo y cultura de uno mismo y de los demás. Cuidar-se - cultivar-se - culturizar-se - educar-se / cuidar-nos - cultivar-nos - culturizar-nos - educar-nos.

 El tacto y el contacto corporal son la base del autocuidado y del cuidado a los demás. El cuidado debería ser una de las leyes de la vida, de igual modo que lo descubrieron los animales como dice Eibl-Eibesfeld, cuidarnos, atendernos, darnos, estar, ser, con nosotros, con los demás –conectados- en nuestras necesidades, afectos, conocimientos, apetencias.


Del cuidado deviene el cultivo que ya es cuidar para dar frutos, para crecer y engrandecerse: preparar la semilla y el ambiente, sembrar, regar, desbrozar, madurar, cosechar / estimular, estudiar, investigar, aprender, enseñar, compartir, dar, recibir, desarrollar las facultades corporales y mentales, los sentidos, los sentimientos, las emociones, el conocimiento, las facultades humanas como la colaboración, el altruismo, la empatía en interrelación con los demás.  

Autoconvencimiento

La idea general del autoconvencimiento está enmarcada dentro de la psicología y más concretamente en el apartado de la autoayuda.

Autoconvencernos significa que somos capaces de proyectar en nuestra mente una idea con algún propósito, normalmente conseguir un objetivo o una meta.

El autoconvencimiento no quiere decir que nos engañemos a nosotros mismos, eso sería el autoengaño y es una estrategia negativa, ya que implica que creemos en algo falso y sin fundamento. El autoengaño puede llegar a tener un componente patológico (aquellas personas que tienen un delirio y creen que son alguien diferente). Nos autoconvencemos de algo cuando establecemos un diálogo interior, de tal manera que determinamos un propósito y nos animamos para pelear por él.

Dicho con otras palabras, sería como decirnos "tú puedes".


El autoconvencimiento es un mecanismo de motivación personal, una manera de afrontar la realidad o de asumir un compromiso. Los especialistas en el comportamiento humano consideran que se trata de una estrategia útil para potenciar el pensamiento positivo y no dejarse vencer por la adversidad, por posibles excusas o por la pereza.

Algunos defienden que esta estrategia de motivación es de gran utilidad cuando se presentan situaciones nuevas que pueden generar incertidumbre o dudas en nuestro interior. Al mismo tiempo, se considera que el éxito personal en cualquiera de sus formas requiere que se adopte previamente un pacto personal firme, es decir, debemos autoconvencemos de nuestras posibilidades y capacidades.

Si bien la idea del autoconvencimiento tiene normalmente un sentido positivo (fomenta la proactividad y el optimismo), existe una versión perversa de este mecanismo mental. Un ejemplo en esta línea sería la manipulación de la conducta de algunas sectas destructivas, que pueden llegar a provocan algún tipo de autoconvencimiento de sus seguidores con algún fin ilícito y poco saludable. En estos casos, las víctimas creen ser ellas mismas quienes se convencen cuando en realidad están siendo convencidas o manipuladas.

El poder del autoconvencimiento es indudable. Prueba de ello es el efecto placebo, que consiste en el que la mente humana se cree que algo puede ser beneficioso para la salud a pesar de que en realidad sea totalmente neutro. 

La autosugestión mental es una variante del término que aquí analizamos, pero el mecanismo es el mismo: nos decimos algo, creemos en ello e intentamos lograr lo que queremos.



lunes, 10 de diciembre de 2018

Idealismo Y Mediocridad


Filosofía
Idealismo Y Mediocridad
En el vaivén eterno de las eras, el porvenir es siempre de los visionarios. La interminable contienda entre el idealismo y la mediocridad tiene su símbolo: no pudo Cellini clavarlo en más digno sitio que la maravillosa plaza de Florencia. 

Nunca mano de orfebre plasmó un concepto más sublime. Perseo exhibiendo la cabeza de Medusa, cuyo cuerpo agitase en contorsiones de reptil bajo sus pies alados. Cuando los temperamentos idealistas se detienen ante el prodigio de Benvenuto, animase el metal, revive su fisonomía, sus labios parecen articular palabras perceptibles.

Y dice a los jóvenes que toda brega por un Ideal es santa, aunque sea ilusorio el resultado; que es loable seguir su temperamento y pensar con el corazón, si ello contribuirá a crear una personalidad firme; que todo germen de romanticismo debe alentarse, para enguirnaldar de aurora la única primavera que no vuelve jamás.

Y a los maduros, cuyas primeras canas salpican de otoño sus más vehementes quimeras, instígalos a custodiar sus ideales bajo el palio de la más severa dignidad, frente a las tentaciones que conspiran para encenagarlos en la Estigia donde se abisman los mediocres.


Y en el gesto del bronce parece que el Idealismo decapitara a la Mediocridad, entregando su cabeza al juicio de los siglos.

Valores Y Estabilidad Social

Hay que reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos y esos valores poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada.

El mundo de hoy sumergido en profundas crisis económicas, políticas, financieras y sociales retoma nuevas dimensiones de los valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y determinar cuál es el contenido de ellos en esta generación, en correspondencia con las condiciones en que se vive. Esa es la tarea que se tiene planteada en estos momentos para poner en el lugar que le corresponde, para perfeccionar su actitud y para hacerlo más efectivo en su papel. 

Es necesario aclarar que el valor humano depende en lo fundamental del medio social en que se desenvuelve el hombre, porque se relaciona con la forma en que se asimilan esas condiciones sociales. De ahí que hay que preparar al hombre para que responda al medio social en que vive y esto está estrechamente relacionado con los valores humanos.

Reafirmamos que es importante hablar sobre la pérdida de los valores a través del tiempo y cómo el ser humano ha olvidado que este punto tiene una total relevancia para el bienestar emocional y una estabilidad social en todos los sentidos. Si se sabe reestructurar el estado peyorativo en el que se encuentra el hombre, se puede llegar a favorecer en el sentido de una mejora en la conciencia humana

El Altruismo Humano

Somos, como indica Matt Ridley, eusociales, super-sociales, esto es, la especie que ha potenciado de forma especial su condición social. No podemos vivir sin los demás. Todos los animales sociales realizan sus complejas interrelaciones por su programación genética. Nosotros también estamos programados genéticamente para ser sociales, pero en nuestra programación se da la capacidad de elegir. De este modo, Tudge distingue entre “sociabilidad facultativa” (propia de los humanos) de la “sociabilidad obligada”, propio de las abejas y las hormigas, y de todos los animales sociales. 

Por tanto, para Tugde, “en esto también somos únicos. Somos las únicas criaturas sobre la tierra que escogen conscientemente ser eusociales”  El habla facilita y potencia nuestra sociabilidad; la hace más fuerte y consciente. A pesar de estas afirmaciones, Tudge no considera suficiente para defender un humanismo cualitativo respecto a los humanos. 

A la luz de todo esto, Tudge entiende que resulta “perverso” interpretar la vida social y económica humana desde la competencia y el egoísmo, cuando es precisamente lo contrario: nuestra capacidad para cooperar es lo que nos ha proporcionado el éxito como especie. Una biología “sensata” nos muestra que no es la competencia agresiva lo que nos conforma, sino la cooperación. Se nos dice también que los juegos están basados en la “máxima competitividad”, y que lo importante es ganar al otro. Tudge pone en cuestión estas ideas, en la medida en que, aunque es fantástico ganar, muchos juegos están basados en el trabajo cooperativo del equipo, en la camaradería, aunque “la competencia, al final, sólo aporta un poco de picante”.


Una visión del mundo basada en una idea de la realidad que es completamente materialista y que da por sentado que los seres humanos están en una liga y categoría diferentes del resto de las demás criaturas: que todo lo demás, incluyendo a las demás criaturas, son sólo un recurso, y que los recursos se deberían convertir en productos que se pudieran vender por dinero en metálico; además, los seres humanos, en general, son mala gente y necesitan que se les mantenga bajo el control de una élite intelectual y política, sabia y preparada. La élite política e intelectual son halcones, o gente que de varias maneras se convencía a sí misma de que es bueno trabajar para los halcones, y los halcones trabajan para sí mismos” . 

Este conflicto entre agresivos y cooperativos es un juego que se desarrolla en el corto y largo plazo. A corto plazo ganan los halcones, pero a largo plazo se imponen las palomas. La estrategia egoísta y violenta se va extendiendo y se va haciendo explícita, de tal modo que o bien será contestada por los cooperadores (que terminan por desenmascarar y castigar a los “gorrones”), o bien se imponen los halcones y acaban por destruir a toda la sociedad. La preferencia racional es la extensión del comportamiento cooperativo y altruista, superando al agresivo y egoísta. Como puede verse, la situación no consiste en una mera descripción de cómo es el ser humano y cómo se comporta, sino en advertir que, junto a desentrañar las inclinaciones humanas, vemos que el ser humano tiene la responsabilidad de elegir como comportarse y cómo construir su sociedad, sobre la lógica del egoísmo genético o sobre el altruismo y la cooperación. Pero esto sobrepasa el nivel de la mera descripción científica para adentrarnos en el ámbito de la filosofía y la metafísica.     

domingo, 9 de diciembre de 2018

La Gota Que Colma El Vaso


Llevas una temporadita bastante mala, las preocupaciones y problemas se acumulan y te sientes como una olla a presión.  Notas como tu paciencia se va agotando día tras día, no sabes hasta cuando aguantarás; y un día cae la gota que colma el vaso, un acontecimiento carente de importancia detona una explosión emocional sin precedentes. De repente estás gritando, totalmente desatado, te hierve la sangre y un torbellino desordenado de pensamientos inconexos recorre tu cabeza. Tienes la sensación de estar perdiendo el control de tu mente y de tu cuerpo, estás siendo víctima de un “secuestro emocional”.

Una oleada de emociones intensas se apodera de ti antes de que puedas razonar, pierdes literalmente el control. Cuando pasa la tormenta te preguntas, ¿pero qué me ha pasado? Empiezas a razonar y a valorar las consecuencias de tus actos…la culpa y la vergüenza te saludan desde la puerta. Desde luego, el estallido emocional que acabas de tener, no ha traído nada bueno.

Detrás de un secuestro emocional se esconden muchas causas ocultas, negadas, apiladas sin orden en nuestro interior. La mayoría de las explosiones de ira o ataques de ansiedad suelen darse por una acumulación de estrés y demás emociones negativas. Llevas tanto tiempo siendo fuerte, o intentando serlo, que tus sentimientos acaban aplastándote. Te vas ahogando en un vaso cada vez más lleno de problemas, sin dar una salida efectiva a las presiones ni poner solución a los problemas, pero por algún lado tenía que salir todo eso. A veces, se trata de una mala época, todos pasamos épocas malas; el problema es más grave cuando esos asuntos pendientes se acumulan durante años, se cronifica el estado de alerta y malestar y los estallidos emocionales parecen formar parte de tu propia personalidad.

¿Qué le pasa a nuestro cerebro durante un secuestro emocional?
Cuando somos víctimas de un secuestro emocional, lo que sucede es que los centros emocionales del cerebro toman el control, “secuestrando” a la parte racional. Nuestro cerebro guarda muchos vestigios de épocas primitivas, en las que la vida o la muerte dependían de una rápida reacción. 

Por ello, cuando se rebasa el límite de nuestro aguante y nuestros recursos se colapsan, nuestro cerebro interpreta que estamos en peligro y que debemos reaccionar; la parte emocional toma el control para que nuestra razón no pierda el tiempo evaluando lo que está sucediendo y tomando complicadas decisiones. Por ello, reaccionamos de esa manera instintiva, impulsiva y desprovista de razón. Nuestros pensamientos se vuelven inoperantes frente a la arrasadora fuerza de las emociones.

La amígdala es una de las estructuras más importantes de nuestro sistema límbico o emocional. Cuando experimentamos algo, la amígdala va a ser la encargada de procesar la información emocional y activar una emoción. De ahí, esa información debería pasar a nuestra corteza cerebral, encargada de dotar a la experiencia de un significado racional, de sentido y significado, de tomar decisiones lógicas en base a nuestras emociones, es ahí donde tenemos el control.

El caso es que toda información pasa primero por nuestro sistema emocional, por ello es tan importante conocernos y saber gestionar nuestras emociones. No podemos controlar qué emoción vamos a sentir, pero sí nuestra reacción a esa emoción, así como nuestro estado de ánimo posterior (Goleman, 1996). Ojo, que estamos hablando de emociones negativas, pero también nos pueden secuestrar las emociones positivas, en los momentos de euforia, con un ataque de risa incontrolable, por ejemplo.

 A veces, la gota que colma el vaso no es un acontecimiento al azar; a veces, es algo que, de algún modo, nos transporta emocionalmente a un momento de nuestro pasado que despierta alguna emoción (positiva o negativa). Nuestros recuerdos están coloreados por nuestras emociones, memoria biográfica y memoria emocional están íntimamente conectadas. Esto es así por que ciertas estructuras del sistema límbico juegan un papel esencial en la adquisición de recuerdos, razón por la cual recordamos mejor los hechos autobiográficos con carga emocional que los neutros.

¿Qué podemos hacer para evitar un secuestro emocional?
Es de vital importancia que te conozcas a ti mismo, que sepas qué situaciones te alteran y te llevan al límite; que sepas cuáles te traen recuerdos y qué cosas tienes que trabajar y superar. 

Autoconocimiento y más autoconocimiento.
Parece que no todas nuestras explosiones tienen la misma intensidad, por lo que el secuestro emocional es una cuestión de niveles; a un nivel bajo, es manejable, a un nivel alto, se vuelve incontrolable. Piensa que las emociones son impulsos rápidos a la acción que duran apenas unos segundos. Una de las mejores estrategias para cortar un estallido emocional es dejar que la emoción se enfríe. Puede parecer demasiado simple pero, a veces, contar hasta 10 antes de reaccionar, da tiempo a que nuestra razón se active y no nos dejemos llevar por el torrente de emociones desbocadas que está a punto de arrastrarnos. Entrena tu lado más racional y conéctalo con el emocional, somos un todo razón y emoción.

Si aprendes a detectar cuándo estás llegando a tu límite, a conectar con tus emociones y a darles salida, a expresar lo que sientes a tiempo, a hablar si es necesario, podrás tomar las riendas de tu vida, de tus actos, de tus pensamientos y de tus emociones.


Recuerda, expresa lo que sientes o esos silencios harán ruido toda tu vida.

Ansias De Saber

Filosofía
Ansias De Saber
En la edad media la teoría del conocimiento no se consideraba una disciplina independiente, en los textos estaba relacionada como problemas del ser y como la manera de sentir, de pensar y de comportarse; es en la edad moderna que aparece como una disciplina autónoma, en este momento John Locke quien es considerado el fundador de la teoría, publica su obra “Ensayo sobre el entendimiento humano” y además en 1781 se publica otra obra importante para la epistemología como lo es  “Critica de la razón pura” de Manuel Kant.

El acto de conocer se centra en dos elementos el sujeto cognoscente  y el objeto conocido, el primero es el ser pensante que realiza el acto del conocimiento y su función radica en aprender del  objeto conocido; el segundo es quien imprime la imagen en el sujeto y tiene como función ser aprendido por el sujeto.

De la relación de ambos elementos surgen los problemas de la teoría los cuales son: la posibilidad, origen y esencia del conocimiento, así como el criterio de la verdad.

En la posibilidad del conocimiento se generan cuatro corrientes, las cuales son: el dogmatismo que es la actitud para la cual una persona no tiene dificultades para aprender del objeto y se fundamenta en la confianza total hacia la razón humana. El escepticismo tiene una actitud negativa frente al sujeto cognoscente, asegurando que la persona es incapaz de conocer el objeto, sin embargo esto no es completamente cierto, ya que al afirmar que el conocimiento es imposible, expresa un conocimiento. 

El pragmatismo por su parte considera que el hombre no es un ser especulativo y pensante, sino un ser practico y con voluntad. Esta corriente considera que la verdad es lo valioso y útil para la vida, es decir, la verdad está enmarcada en lo práctico y en el impulso a la voluntad. Por último el criticismo, es la actitud intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, admite una confianza en el conocimiento del ser humano, más sin embargo examina detenidamente la actividad de la razón humana, lo que supone una desconfianza hacia cada conocimiento en particular.

El origen del conocimiento se da por el sentido, la inteligencia o la unión de ambos; fundamentándose esto en el empirismo, donde la fuente del conocimiento se encuentra en los sentidos, es decir, en la experiencia sensible, tiene sus proyecciones en el campo metafísico llevando directamente al escepticismo metafísico. El racionalismo tiene la fuente del conocimiento en la razón, el conocimiento es real, si es lógicamente necesario y verdaderamente valido, esta corriente tiene su origen en las ciencias matemáticas por su carácter conceptual y deductivo; algunos representantes son de la edad antigua Platón y Plotoni y en la edad moderna están Descartes, Malebranche y Leibnitz. 

El Apriorismo es la actitud mediadora entre la experiencia y la razón donde el sujeto coordina y construye su propia experiencia. Kant es el autor principal de esta corriente e intenta resolver el problema planteado, su solución consistía en combinar los elementos del racionalismo  y algunas tesis del empirismo, es decir, del racionalismo que  se puede tener un conocimiento exacto y certero y del empirismo que el  conocimiento es más informativo sobre la estructura del pensamiento.

Según Kant, para hacer una ciencia posible son necesarios los conocimientos tanto a priori como a posteriori, ya que los primeros podrán establecer las leyes científicas y los segundos permitirán determinar el contenido de la ciencia. Las forma a priori  que hacen posible el conocimiento son: analítico a priori que es puntual y seguro pero no informativo, debido a que solo aclara lo que está contenido en las definiciones; sintético a priori se descubre por la intuición y es a la vez puntual y seguro, ya que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia; además de estas dos, existe un conocimiento sintético a posteriori el cual transmite información del mundo aprendido a partir de la experiencia, estando sujeto a los errores de los sentidos.

La esencia del conocimiento humano visto desde el punto del idealismo metafísico piensa que el soporte de toda realidad son las fuerzas espirituales o potencias ideales; el idealismo epistemológico sustenta la idea de que no existen cosas reales, dejando a los objetos a solo dos clases, es decir, los de conciencia y los ideales, de esto surgen dos tipos de idealismo: el subjetivo que tiene que ver con lo psicológico, el cual dice que toda realidad está contenida en la conciencia del sujeto y el objetivo que tiene que ver con lo lógico, el cual cree que las propiedades no son psicológicamente reales, sino lógicamente ideales.

El realismo va más a ya de los pensamientos centrándose en la realidad de  las cosas, el realismo se da en forma indirecta cuando el objeto suministra los conocimientos al sujeto y en el realismo inmediato el conocimiento humano parte de los más importante para el objeto, por lo que considera que la conciencia humana aporta al conocimiento.

Existen dos tipos verdad  la ontológica y la lógica, la primera está de acuerdo al ser de las cosas, correspondiendo exactamente al nombre que se le da, es decir, consiste en distinguir una realidad como realidad verdadera en oposición a una realidad “aparente”, “ilusoria” “irreal” o “inexistente”; lo que ocurre cuando tomamos una realidad por “otra”, en este sentido afirmamos, es “oro falso” o “falso oro”. La segunda utiliza con referencia al conocimiento en cuanto contenido de una creencia, proposición o enunciado que puede ser “verdadero o falso” según se corresponda o no con la realidad que pretende expresar, es decir, emite un juicio que expresa conveniencia o desconveniencia entre dos idas.

Los criterios de la verdad se dividen en dos, los externos y los internos; con respecto a los externos se hace referencia al criterio de la verdad de la relevancia el cual sostiene que el hombre solo con la razón no puede salir  por sí mismo de la probabilidad, por lo que necesita de la revelación divina, es decir, de  ciertas señales ligadas a la revelación como un testimonio de su verdad.

En los criterios internos subjetivos la  de verdad encuentra en  el propio sujeto que conoce y formula dicha verdad. Son las verdades de la propia experiencia. Es por esto que  Protágoras dice "el hombre es la medida de todas las cosas", y por lo tanto es verdadero aquello que a cada uno le parece serlo.

Existen diversos criterios internos subjetivos como son: del instinto ciego, hace referencia al instinto a lo que llamamos sentido común; del sentimiento, como su nombre lo indica parte del sentimentalismo del hombre el cual espontánea e irresistiblemente cree en lo que quiere; del imperativo categórico que según Kant la certeza moral es una creencia.

El positivismo fue el primer modelo epistemológico que tendió a unir el conocimiento científico; tiene su origen en la filosofía de la historia de Auguste Comte, quien se propuso a formar la sociedad en cuanto al saber y al método.

En la ciencia el positivismo conlleva a renunciar a todo lo que es trascendental y reduce todo lo averiguado y comprobado, es por esto que se considera que este modelo toma como referencia de racionalidad la ciencia experimental y se fundamenta en hechos o realidades accesibles solo a los órganos de los sentidos y es aquí que desde el punto filosófico se establece una relación del positivismo con el empirismo.

Auguste Comte resume la significación de los positivo en la ley de los tres estados; el teológico en el cual el hombre explicarlos fenómenos por medio de los seres sobrenaturales y potencias divinas o demoniacas; el estado metafísico donde los fenómenos se convierten en ideas abstractas y el estado positivo que investiga los fenómenos limitad a la enunciación de sus relaciones; lo positivo es un estado total que requiere un orden y una jerarquía. El máximo representante del positivismo es Auguste Comte, cuyo propósito fue verificar el conocimiento científico donde relaciona el conocimiento y la forma de obtenerlo.

El neopositivismo es una filosofía que nace con la defensa del empirismo y el rechazo de la metafísica, como una orientación unificadora de las ciencias en sus lenguajes y en sus métodos; se centra en el criterio distintivo entre proposiciones sintéticas y proposiciones analíticas; es decir, delimita la esfera del lenguaje que carece de sentido; basándose en esto no tiene sentido las proposiciones que no pueden verificarse de una formas y la empírica, analiza el lenguaje y la realidad a la que este se refiere y las relaciones reciprocas entre los signos del lenguaje; es entonces que en la visión fisiológica del neopositivismo el  mundo de la experiencia queda plenamente identificado con la escala de los significados propios del lenguaje común.

Es característica del neopositivismo la reducción de la filosofía al análisis del lenguaje tomando tanto de la ciencia como de la vida común del hombre. Se opone a la metafísica y solo acepta como dotadas de significado las proposiciones analíticas e intenta seguir los métodos de las ciencias naturales y las aplica a las ciencias humanas; busca la explicación causal y verifica a partir de observaciones directas de la realidad de los hechos por separado por lo tanto rechaza la universalidad.

Tiene una fuerte relación con el empirismo cuando supone la verdad de hecho, siempre que estos estén verificados a partir de la observación directa.

El neopositivismo denominado también positivismo lógico o neoempirismo, debido a que sus bases están asentadas en las principales tesis positivistas y en la aceptación del empirismo que relaciona las ideas y las cuestiones de hecho, es decir, a priori y a posteriori; también se le denomina Circulo de Viena, porque surge en los primeros años de la década del veinte, cuando un grupo de jóvenes filósofos, matemáticos, físicos y teóricos sociales se reúnen en Viena para discutir problemas epistemológicos y cuyo objetivo era la defensa del positivismo y el empirismo.

El logicismo sostiene que el lenguaje refleja rigurosamente el pensamiento, por lo que consiste en elaborar un lenguaje que sea apto para comprobar los enunciados proporcionales, todo esto a través de la lógica construyendo tablas de verificabilidad que servirán para el análisis de las ciencias tanto para positivistas como empiristas.

Las corrientes del lenguaje filosófico son el atomismo lógico, el positivismo lógico y la filosofía analítica reciente;  el atomismo lógico, ve el mundo como un conjunto de hechos aislados e independientes y no como objetos o cosas. 

En el lenguaje cada hecho es verdadero si se corresponde con el hecho en cuestión, esta corriente hace legítimo el análisis, defiende el isomorfismo, es decir, resguarda la idea según la cual existen semejanzas y correspondencias formales entre diversos tipos de sistemas, en otras palabras con una forma similar; para comprender el mundo considera como única guía el lenguaje de la lógica. 

El positivismo lógico, sostiene que solo son legítimas las pretensiones de conocimientos fundadas directamente sobre  la experiencia, esta corriente tiene  como objetivos fundamentales en primer lugar dar a la ciencia una base positiva y en segundo lugar adoptar el análisis lógico del lenguaje, de los conceptos de la ciencia empírica, estos objetivos se pretenden alcanzar mediante su particular método científico que constaba de dos factores: la verificación empírica y el análisis lógico del lenguaje. La filosofía analítica reciente está caracterizada por un énfasis en la claridad y la argumentación, comúnmente alcanzadas a través de la lógica formal y el análisis del lenguaje, y por un gran respeto por las ciencias naturales, es decir, el análisis lógico del lenguaje científico o el análisis lingüístico del lenguaje común; con el propósito de esclarecer los conceptos filosóficos y científicos.


El máximo representante de la falsación fue Karl Popper, la falsación consiste en poner a prueba la hipótesis buscando hechos que demuestren que es falsa. Popper propone un método científico de conjetura por el cual se deduce las consecuencias observables y se ponen a prueba. Si falla la consecuencia, la hipótesis queda negada y debe entonces rechazarse. En caso contrario, si todo es comprobado, se repite el proceso considerando otras consecuencias deducibles. Cuando una hipótesis ha sobrevivido a diversos intentos de negación se dice que está corroborada, pero esto no nos permite afirmar que ha quedado confirmada definitivamente, sino sólo provisionalmente, por la evidencia positiva. 

Diversidad Social

La diversidad social es un concepto que define y engloba la gran variedad de características diferentes y similares que se comparten entre todos los seres humanos, tanto a nivel personal como a nivel grupal.

Es el rango o extensión en el que una comunidad alcanza a integrar justa y exitosamente la mayor cantidad de grupos de individuos con diferentes rasgos y particularidades, en donde todos gozan de los mismos derechos y ejercen los mismos deberes.

Las dimensiones en las que la raza humana exhibe sus diferencias individuales o colectivas son cada vez más; hecho que hace de este tema ser tanto controversial como tendencia, porque actualmente las sociedades alrededor del mundo se están re-moldeando en base a esto.

Con los países tornándose más diversos, las ideas y entendimiento sobre la diversidad social continúan evolucionando y expandiéndose, llevado por el acceso que todos tienen para interactuar con más personas alrededor del mundo a través de los medios digitales.

Mayormente se habla de diferencias de género, raza, etnia, edad, creencias religiosas, estatus socioeconómico, lenguaje, orientación sexual, identidad sexual, cultura, origen geográfico, discapacidades, entre otros
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Pero se ha extendido para incluir también en estos temas los diferentes tipos de conocimiento, antecedentes, experiencia, intereses, ocupación, profesión y hasta en aspectos de la personalidad. Todo con miras a una sociedad lo más incluyente y funcional posible.

Los humanos son tan similares como diversos. Por ello, no ha sido fácil decidir entre todas esas dimensiones cuáles son las más determinantes o valiosas para conducir estudios empíricos; especialmente entre genetistas y científicos sociales.

Sin embargo, en los medios y entornos políticos se manejan actualmente muchos estándares, terminologías discursivas y proposiciones aceptadas por la comunidad internacional y por las Asociaciones de Derechos Humanos.

La definición es una de ellas, la cual en los contextos sociales siempre estará ligada a ciertos conceptos que son fundamentalmente opuestos, como la igualdad, la equidad, la variedad y las diferencias.

Existen numerosos y controversiales debates sobre la naturaleza humana de un individuo al identificarse diferente a los demás y exigir respeto a/por sus diferencias, pero al mismo tiempo identificándose como igual a otro (o miembro de un grupo particular) y exigir posteriormente ser tratado como todos los demás.

En ese particular, hay muchas discusiones dirigidas a las dificultades éticas, morales y legales de alcanzar el objetivo de la verdadera igualdad social global, cuando todos los integrantes son tan diferentes y cada vez defienden sus diferencias con más fuerza.

Se han conseguido mejores enfoques para tratar estos temas, acuñando conceptos como “la igualdad de oportunidades”, “la conciencia social” y “la responsabilidad social”, que protege y defiende mejor la diversidad, pero también refuerza los derechos y deberes de todos por igual.

De esta manera se busca trabajar para disminuir la desconfianza que las minorías sociales tienen en los sistemas e instituciones, como las leyes, la educación y la justicia.


A la vez, los hace conscientes de las responsabilidades individuales de sus decisiones como miembros de una sociedad.

Aprender A Convivir

Aprender a convivir supone aprender a sobrevivir y a proyectarse, estos tres propósitos fundamentales del Hombre no son posibles si no se aprende a concertar, con los otros, los intereses y los futuros. La concertación de toda una sociedad, la llamamos constitución. Y toda buena concertación (como toda buena constitución) establece las reglas para cambiar o modificar la concertación. El grado de convivencia de una sociedad depende de su capacidad de concertar intereses de una forma participada a todo nivel: familiar, gremial, regional. Nacional e internacional.

Aprender a Cuidarse.
Base de los modelos de salud y seguridad social. La salud es un bien personal y colectivo que se construye y se desarrolla a base de comportamiento. Aprender a cuidar el "bien estar" físico y psicológico de sí mismo y de los otros es una forma de expresar el amor a la vida. 

Aprender a cuidarse, significa también aprender a crear y a cuidar las condiciones de vida de todos (vivienda, alimentación, trabajo, recreación) como factor de convivencia. Si el otro no tiene condiciones de vida adecuadas, la convivencia no es posible porque antes de convivencia está la supervivencia.

Aprender a cuidar el entorno.
Fundamento de la supervivencia. Aprender a convivir socialmente es ante todo aprender a estar en el mundo, cuidando del lugar donde estamos todos: la Biosfera.

La convivencia social implica también aprender que para nosotros no es posible sobrevivir si el planeta muere, y el planeta Tierra no puede sobrevivir como "nuestra casa" sin nuestro cuidado.
g) Aprender a volar el saber cultural y académico.


Base de la evolución social y cultural. El Saber Social (el Académico y el Cultural) definido como el conjunto de conocimientos, prácticas, destrezas, procedimientos, valores, ritos y sentidos, que una sociedad juzga válidos para sobrevivir, convivir y proyectarse, es importante para la convivencia social, porque es ahí dentro de la cultura y saber Académico que le toca vivir, donde el ser humano se modela y evoluciona.

sábado, 8 de diciembre de 2018

Lo Que Alberga Tu Mente

El cerebro humano es uno de los órganos más complejos del cuerpo humano por tanto es de los más estudiados y el menos conocido; por esa razón sigue considerándose un misterio en muchos aspectos. Aquí va la recopilación de una serie de curiosidades del cerebro humano; algunas son conocidas, otras no tanto, pero todas son sumamente importantes a la hora de valorar lo que llevamos dentro de esa caja que portamos por encima de los hombros (literalmente).

Comencemos por un tema netamente morfológico: el cerebro se divide en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo que controlan las partes del cuerpo que les corresponden del lado opuesto al que se encuentran, o sea que si movemos la mano derecha, la orden proviene del lado izquierdo. 

A grandes rasgos la parte derecha es la creadora y la izquierda la analítica y la mayoría de los hombres usa el hemisferio izquierdo para procesar la información (lo que justifica que algunos no puedan hacer dos cosas  la vez), en cambio las mujeres usan los dos hemisferios por igual.

En cuanto a las capas desde adentro hacia afuera, tenemos tres: el procencéfalo (el famoso cerebro reptílico que controla sentidos, pensamientos, emociones básicas, funciones motoras, etc.) el mesencéfalo (desde donde opera la conciencia y se controlan los reflejos visuales y el sistema auditivo) y el rombencéfalo (que se ocupa de la coordinación, del sentido analítico y de las abstracciones).

El 20 % de todo el aire que respiramos, va directamente a oxigenar a nuestro cerebro, ya que éste cuenta con más de cien mil vasos sanguíneos (si los unimos, podríamos dar la vuelta al mundo casi cuatro veces). En cuanto a la cantidad de neuronas (las células nerviosas), ésta puede alcanzar la friolera de cien mil millones (un 1 seguido de ocho ceros).

Hemos oído infinidad de veces que los seres humanos usamos solo entre un 10 y un 12 % de nuestro cerebro, pues eso es un Mito, ya que a cada función le corresponde un trocito de nuestro encéfalo, por lo que todo depende de la actividad que se realice.

Otro Mito es el del tamaño; un cerebro normal, común y corriente pesa alrededor de 1360 gramos (hablamos de promedios) y sin embargo el encéfalo de Einstein (que fue donado a la ciencia aunque estuvo “desaparecido” por más de 23 años y apareció cortado en 240 secciones) pesaba 1230 gramos; al respecto de este súper-cerebro se han detectado algunas “anomalías” en la conformación de su corteza en las que se sustentan varias teorías acerca de su inteligencia.

Si un niño aprende un segundo idioma antes de cumplir los cinco años, está comprobado que el cerebro se desarrolla de una manera diferente. La materia gris, que está compuesta por la acumulación de los cuerpos de las neuronas es más densa, no así la materia blanca que está hecha de los filamentos de dichas células nerviosas que no sufre variaciones.

La capacidad de almacenamiento cerebral es realmente asombrosa, ya que si fuera un disco duro como los de los ordenadores, podría albergar nada menos que 4 terabytes de información (el equivalente a unos 850 discos de DVD o unos 80 de Blue Ray)

En cuanto a otro de los “dichos” con referencias netamente cerebrales acerca de que las mujeres son más emocionales y los hombres más racionales, hay que reconocer que tiene algo de cierto, aunque no es una constante. 

Físicamente hablando, hay ciertas propensiones, ya que los hombres tienen más alargado el lóbulo parietal inferior que controla entre otras cosas la habilidad matemática y las mujeres poseen un sistema límbico más voluminoso, que es el que se dedica a las emociones.


Cuéntame tu opinión, aporta más datos, critícame, en fin… ¡usa eso que llevas en la cabeza! y exprésate. ¡Por favor!

Sociedad Es Compartir

Alejandro Miranda, psicólogo de origen mexicano y promotor de cultura libre, visitó el país la semana pasada e impartió la conferencia “Compartir en tiempos del copyright”, en la Universidad de Costa Rica.

El activista, especialista en educación e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, asegura que la acción de compartir es natural y fundamento de la sociedad, por lo que las restricciones en torno a la circulación de productos culturales deben ser repensadas.

En entrevista con UNIVERSIDAD, Miranda explicó la importancia social del obsequio y reflexionó sobre el uso de licencias Creative Commons, prohibiciones a la circulación libre del conocimiento y la cultura. Además, compartió sus preocupaciones sobre la “privatización de Internet” y la vulneración de los espacios privados de los usuarios de la red. A continuación, se ofrece un resumen de esta entrevista.

Cuando dice “compartir”, ¿a qué se refiere específicamente y por qué es importante?
Compartir es la cesión de algo, normalmente un objeto, hacia un tercero. Ese es el acto más primitivo de compartir, pero ¡ojo!, compartir supone propiedad, no se puede compartir lo que no es tuyo. Solo podemos compartir lo que nos pertenece, individual o colectivamente.

Es importante, porque los grupos humanos se conforman a través del compartir. Pensemos en el lenguaje: uno considera que el lenguaje simplemente está ahí, pero ¿a quién le pertenece? Uno llega a este mundo por accidente y el lenguaje le pertenece al grupo, no a los padres, sino a la sociedad y es ella quien te obsequia el lenguaje, de manera voluntaria y explícita.

Lo que le pertenece al grupo es la cultura, los objetos culturales tangibles e intangibles que compartimos, y esa es la base de la sociedad, de la construcción del conocimiento y, por tanto, de la humanidad. Aprendemos a hablar, a leer y a escribir, porque la sociedad nos obsequia una serie de herramientas para el pensamiento. Yo sostengo que compartir no es algo ajeno, es más, es lo humano. Somos humanos no porque nazcamos con forma de humanos, sino porque la sociedad nos va formando humanos. Lo que nos obsequian es la humanidad.

Si compartir es “lo humano”, ¿cómo interpreta el copyright y los derechos de autor?
Partimos de que lo humano se comparte. La sociedad comparte porque así es la sociedad. Pero a partir de la imprenta, como era muy alta la inversión para imprimir y para incentivar que explotara como industria, la sociedad —a través de los gobernantes— decidió ceder lo que nos pertenece a todos a unos cuantos por un tiempo determinado: 20 años a partir de la publicación de una obra, creo que eran, y eso era razonable
.
Por más que me digan que el ser humano es bueno por naturaleza, la historia nos ha demostrado que en medio de tanta gente buena, siempre hay un puñado de abusivos. Pues este puñado comenzó a pedir extensiones en la cesión de estos derechos, en el dominio sobre las obras y así llegamos a que hoy en Estados Unidos, la regla es que tienen derecho por 95 años después de la primera publicación; en Costa Rica son 75 años después de la muerte del autor y en México es peor, son 100 años después de la muerte del autor. Tenemos el record al respecto. ¿Qué pasó entre “20 años después de la primera publicación” y “100 años después de la muerte del autor”? La distancia entre ambas normas es francamente abusiva.

Habrá quien piense que es razonable que los derechos sobre una obra pertenezcan al autor o sus descendientes para siempre.

Sí, pero por eso es importante el concepto de cultura. Por ejemplo, Carlos Fuentes no solamente hizo una novela; lo que creó fue un hito cultural, un referente.

Estas personas al trabajar con objetos intangibles no solo crean objetos, sino referentes históricos; de manera que no hay vuelta atrás, la sociedad lo toma, lo reelabora y se lo va a apropiar como suyo.

La industria trabaja con la cultura, se apropia las ideas de la cultura, crea un objeto que consumimos, reelaboramos y nos lo apropiamos. Entonces sí, los hijos de Carlos Fuentes tienen derecho a vivir de su obra, pero como no se trata de un edificio, sino de un bien cultural, tiene que haber un límite para que el resto de las personas pueda hacerlo circular y reelaborarlo.

¿Y cómo hacerlo circular?
En muchos países el derecho de autor no es renunciable, no se puede publicar una obra de dominio público; por eso, nos sirven las licencias Creative Commons. Si uso la licencia más permisiva, cedo todos los derechos que la ley me ampara, pero si uso la más restrictiva me reservo usos comerciales, atribución y derivaciones. La gente tiende a pensar que Creative Commons es muy liberal y no, son gradientes. Van desde lo más restrictivo a lo muy liberal.

Yo no soy de los que cree que toda obra debe ser libre, sino que deben ser amigables con la cultura. 

El grado de libertad es decisión del autor. Quien escribe una novela, decide si la vende o la regala y si permite que la copien para vender o para regalar o qué. Quien debe decidir es el creador; no podemos imponer un tamiz terminológico, porque eso es fascismo. Si alguien quiere cobrar y cobrar mucho por su obra, que lo haga; la gente verá si se la compra.

Yo solo me opongo rotundamente a que no se permita la libre circulación de las obras. De todas formas, la circulación y la reelaboración es inevitable, sea ilegal o no. Como en la vida diaria, yo leo un buen libro y te lo presto, tú lo prestas y así sigue circulando. Y aunque la obra sea restrictiva no se va a impedir la reelaboración cultural, porque no le pertenece al autor, nos pertenece a todos a través de la cultura.

Estamos hablando de lo más natural, somos máquinas de reproducir cosas, de reelaborar. Yo leo una novela y el guión de la novela se va a impregnar en mí y si algún día yo escribo una novela voy a retomar esa y las otras cien que he leído, así que me van a decir que se parece a esto y a aquello, ¿obvio, no?
Entonces, ¿no hay nada nuevo?
No hay nada original. Novedoso, sí, pero original, no. Todo lo nuevo parte de lo conocido. Toda obra está hecha sobre las bases de la cognición y la cultura; la discusión va por ahí, no hay obras 100% originales, todo está hecho sobre el trabajo de alguien más.

Usted afirmó en su conferencia que “todos éramos dueños de Internet, pero que ahora hay pequeñas fincas privatizadas”. ¿En qué sentido?

Hay que reconocer que Internet se está perdiendo. Teníamos un bien comunal; Internet lo creamos todos. En el sentido zapatista de la expresión: Internet es de quien la trabaja. Lo fuimos poblando poco a poco; estaba primero inundado de instituciones, porque podían pagarle a los creadores de contenido; pero, con el surgimiento de herramientas que nos empoderaron, la fuimos poblando y entonces nos pertenecía.

Pero pasó lo mismo que con la propiedad intelectual: en la idea de beneficiar “la industria de la cultura”, hemos dejado que se cedan bienes comunales, que le pongan trancas o paredes que restringen la libre circulación. Ellos han construido pequeñas fincas donde —para entrar— tenemos que pagar una pequeña cantidad o ceder a condiciones abusivas sobre nuestra privacidad. Y peor aún, hay quien pide que se rompa la neutralidad de la red.

Profundice en ese tema.
Actualmente, cuando yo envío algo por Internet, al protocolo no le interesa qué es y tampoco pregunta quién le manda a quién. Lo que quieren ahora los empresarios de la conectividad es que se seccione Internet, para videos, contenidos, música, etc. Así, cuando te brinden el servicio te van a vender “paquetes” que incluyan ciertas cosas o no. Ahora tenemos una red, lenta o rápida, pero completa.

Además, al seccionar así Internet se facilita la censura. De un “tris”, un país puede tumbar todo el video o el audio. En los estándares que se están proponiendo se sugiere que se exijan datos de quien envía la información. La pérdida de neutralidad implica no solo el fraccionamiento, sino la pérdida del anonimato y otras cuestiones de privacidad.


Y es que dicen que los “anónimos” han hecho de Internet algo malo. Por ejemplo, uno de los argumentos que venden es que si quitamos el anonimato vamos a acabar con la pornografía. Uno piensa que sí, que hay cosas que están mal, pero por perseguir a los criminales también podrán perseguir a los “criminalizados”. 

Es decir, por hacer un bien, podemos quebrar la libertad de todos los usuarios. El tema de la red neutral no es un tema de negocios, es hablar de cómo garantizamos las libertades civiles en Internet.