A la gente sí se le hace difícil llevarse bien unos con
otros, ¿no es cierto? Y aunque a la mayor parte de nosotros nos gusta pensar
que somos imparciales, preguntémonos con toda sinceridad: ¿Es siempre la “otra
persona” quien realmente es de miras estrechas e intolerante?
En realidad, tal vez su mente sea más estrecha de miras de
lo que usted se imagina. ¿Dice usted a veces: “Hay dos asuntos sobre los cuales
nunca hablo: religión y política”? ¿O hace una mueca de desprecio ante
alimentos que no ha comido antes? “¿Comer caracoles? ¡Jamás!” ¿O qué opina de
tipos poco comunes de tratamiento médico? “¿La acupuntura? ¡Eso es puro
charlatanismo!” ¿O “sabe” usted —como, por ejemplo, lo sabe “todo el mundo” en
Alemania— que los gitanos son ladrones, los alemanes del norte son testarudos,
todos los de Berlín son fanfarrones, los suecos son tacaños y los extranjeros
son perezosos? Por supuesto, hay ideas como éstas en todas partes... sí,
también en el país donde usted vive.
¿Qué es una mente imparcial y receptiva?
Una mente imparcial y receptiva está libre de las cadenas
del prejuicio, que ciertos diccionarios definen como sigue: “Juicio u opinión
sobre algo antes de tener verdadero conocimiento de ello”; “opinión que se
forma en el ámbito social, favorable o desfavorable a algo, sin ningún
fundamento real”; “juicio que uno forma sin fundamento suficiente, o
apartándose de lo justo o razonable”.
Una parte necesaria de la vida es el tomar decisiones y
formar juicios. Pero las decisiones que se toman “sin ningún fundamento real” o
los juicios que se forman “sin fundamento suficiente, o apartándose de lo justo
o razonable” son pruebas de una mente estrecha de miras.
Por otra parte, el tener una mente imparcial y receptiva
quiere decir ser receptivo a nueva información y nuevas ideas. Significa estar
dispuesto a
examinar y evaluar información sin tener una actitud parcial. Si recordamos lo
que vale la pena y rechazamos lo que carece de valor, podemos llegar a
conclusiones definitivas que tengan un fundamento sólido, o real, y dejar
todavía nuestra mente en estado receptivo a una revisión posterior si llegara a
haber disponible más información en el futuro. El que crea que lo ha aprendido
todo puede estar seguro de que esta actitud impedirá que aprenda más.
Por qué es estrecha de miras la mente de la gente
Una mente estrecha de miras puede indicar falta de
conocimiento. Puede que sepamos tan poco de un tema, o tengamos información tan
tergiversada o incompleta, que nos falten los hechos necesarios para llegar a
conclusiones correctas. Por ejemplo, si usted vive en Alemania y está muy
seguro de que todos los de Berlín son fanfarrones, pregúntese precisamente a
cuántas personas de Berlín conoce.
¿Conoce a bastantes de ellas como para
juzgar a varios millones de personas con exactitud? Tal vez si piensa con más
cuidado llegue a darse cuenta de que ha conocido a más fanfarrones de Hamburgo,
Francfort o Munich que los que ha conocido de Berlín.
Una mente estrecha de miras puede revelar falta de interés
en el tema o una renuencia a examinar el asunto. De hecho, hasta pudiera ser
una señal de incertidumbre o duda. Por ejemplo, si no podemos defender nuestros
puntos de vista religiosos, puede que nos hallemos atacando a los que ponen en
duda nuestras creencias, no con argumentos lógicos, sino con calumnias e
indirectas. Esto huele a prejuicio y a una mente estrecha de miras.
La mente estrecha de miras puede indicar también un deseo
egoísta de conservar ciertas ventajas que pudiéramos perder si tuviéramos una
mente imparcial y receptiva. En algunos países se ha dominado a ciertos grupos
raciales para que otros grupos puedan disfrutar de ciertos privilegios. Los
grupos privilegiados, por no estar dispuestos a compartir sus privilegios con
otros, se refugian en la posición que induce a prejuicio de que “somos mejores
que ustedes”, y así cierran la mente a toda evidencia en contra de su punto de
vista.
¿Es usted lo suficientemente imparcial como para considerar
la posibilidad de que quizás no lo sea? Vale la pena averiguarlo. Mientras que
una mente imparcial y receptiva puede ser una ventaja para usted, una mente
estrecha de miras le causará casi de seguro perjuicio.
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