miércoles, 12 de diciembre de 2018

Estrechez De Miras


A la gente sí se le hace difícil llevarse bien unos con otros, ¿no es cierto? Y aunque a la mayor parte de nosotros nos gusta pensar que somos imparciales, preguntémonos con toda sinceridad: ¿Es siempre la “otra persona” quien realmente es de miras estrechas e intolerante?

En realidad, tal vez su mente sea más estrecha de miras de lo que usted se imagina. ¿Dice usted a veces: “Hay dos asuntos sobre los cuales nunca hablo: religión y política”? ¿O hace una mueca de desprecio ante alimentos que no ha comido antes? “¿Comer caracoles? ¡Jamás!” ¿O qué opina de tipos poco comunes de tratamiento médico? “¿La acupuntura? ¡Eso es puro charlatanismo!” ¿O “sabe” usted —como, por ejemplo, lo sabe “todo el mundo” en Alemania— que los gitanos son ladrones, los alemanes del norte son testarudos, todos los de Berlín son fanfarrones, los suecos son tacaños y los extranjeros son perezosos? Por supuesto, hay ideas como éstas en todas partes... sí, también en el país donde usted vive.

¿Qué es una mente imparcial y receptiva?

Una mente imparcial y receptiva está libre de las cadenas del prejuicio, que ciertos diccionarios definen como sigue: “Juicio u opinión sobre algo antes de tener verdadero conocimiento de ello”; “opinión que se forma en el ámbito social, favorable o desfavorable a algo, sin ningún fundamento real”; “juicio que uno forma sin fundamento suficiente, o apartándose de lo justo o razonable”.

Una parte necesaria de la vida es el tomar decisiones y formar juicios. Pero las decisiones que se toman “sin ningún fundamento real” o los juicios que se forman “sin fundamento suficiente, o apartándose de lo justo o razonable” son pruebas de una mente estrecha de miras.

Por otra parte, el tener una mente imparcial y receptiva quiere decir ser receptivo a nueva información y nuevas ideas. Significa estar dispuesto a examinar y evaluar información sin tener una actitud parcial. Si recordamos lo que vale la pena y rechazamos lo que carece de valor, podemos llegar a conclusiones definitivas que tengan un fundamento sólido, o real, y dejar todavía nuestra mente en estado receptivo a una revisión posterior si llegara a haber disponible más información en el futuro. El que crea que lo ha aprendido todo puede estar seguro de que esta actitud impedirá que aprenda más.

Por qué es estrecha de miras la mente de la gente
Una mente estrecha de miras puede indicar falta de conocimiento. Puede que sepamos tan poco de un tema, o tengamos información tan tergiversada o incompleta, que nos falten los hechos necesarios para llegar a conclusiones correctas. Por ejemplo, si usted vive en Alemania y está muy seguro de que todos los de Berlín son fanfarrones, pregúntese precisamente a cuántas personas de Berlín conoce. 

¿Conoce a bastantes de ellas como para juzgar a varios millones de personas con exactitud? Tal vez si piensa con más cuidado llegue a darse cuenta de que ha conocido a más fanfarrones de Hamburgo, Francfort o Munich que los que ha conocido de Berlín.

Una mente estrecha de miras puede revelar falta de interés en el tema o una renuencia a examinar el asunto. De hecho, hasta pudiera ser una señal de incertidumbre o duda. Por ejemplo, si no podemos defender nuestros puntos de vista religiosos, puede que nos hallemos atacando a los que ponen en duda nuestras creencias, no con argumentos lógicos, sino con calumnias e indirectas. Esto huele a prejuicio y a una mente estrecha de miras.

La mente estrecha de miras puede indicar también un deseo egoísta de conservar ciertas ventajas que pudiéramos perder si tuviéramos una mente imparcial y receptiva. En algunos países se ha dominado a ciertos grupos raciales para que otros grupos puedan disfrutar de ciertos privilegios. Los grupos privilegiados, por no estar dispuestos a compartir sus privilegios con otros, se refugian en la posición que induce a prejuicio de que “somos mejores que ustedes”, y así cierran la mente a toda evidencia en contra de su punto de vista.


¿Es usted lo suficientemente imparcial como para considerar la posibilidad de que quizás no lo sea? Vale la pena averiguarlo. Mientras que una mente imparcial y receptiva puede ser una ventaja para usted, una mente estrecha de miras le causará casi de seguro perjuicio.

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