Este perfil es lo
que hoy buscan, o necesitan, muchas empresas: creativos, aquellos que piensan
por fuera de la caja, que se atreven a cuestionar lo tradicional.
Sin embargo, las
compañías poco confían en su talento creativo interno, y por eso acuden a
agencias o empresas consultoras, para resolver sus inquietudes o planificar el
futuro. Pese a que esta solución funciona a veces, normalmente a precios
exorbitantes, no siempre es la más adecuada.
Durante muchas décadas,
El Tiempo fue rediseñado por un consultor internacional. Sus directivas
parecían confiar más en él que en la gente de casa. No eran malos rediseños,
pero a finales del año pasado, el periódico capitalino salió al mercado con un
producto nuevo hecho en casa, ‘home-made’, un proyecto liderado por el talento
interno.
¿Resultado?
Probablemente el mejor diseño que haya tenido El Tiempo en sus últimos 30 años.
¿La moraleja de
este asunto? Que el talento está en casa. Que probablemente usted no lo ve
porque no ha dado el espacio para encontrarlo. Porque quizás le parece más
cómodo y seguro buscar a alguien de afuera. Seguramente para que le digan lo
mismo que le llevan diciendo los de adentro meses, o quizás años.
Cada vez es más
indispensable la cultura colaborativa, son más frecuentes las dinámicas
laborales de sesiones grupales y el éxito de las empresas está siendo marcado
por la creatividad de estas. Hoy ser diferencial es ser marcadamente creativo.
Rappi, por ejemplo, es un muestra de ello.
¿Y cómo desatar esa
creatividad? La revista Fast Company publicó un artículo en el que da una serie
de recomendaciones, o ejercicios, para activar la creatividad de los empleados
en sesiones grupales. Ejercicios básicos, breves, cuyos resultados pueden ser
muy beneficiosos para todos.
El primero consiste
en dibujar, en tres minutos, la cara del compañero, con la regla de poner los
ojos en la mitad de la cara y el resto donde uno quiera. “Además de desatar la
imaginación de la gente, los que se intimidan por trabajar en grupo se sueltan.
Es una excelente forma de romper el hielo entre personas que poco se conocen”,
señala FC.
El segundo, una
técnica de Nike, consiste en la manera de presentarse. Se pide decir el nombre,
una frase sobre lo que hace y lo que está sintiendo en ese preciso momento.
“Aunque puede ser incómodo, suele liberar a la persona de todo tipo de
emociones encontradas desde el principio. Por ejemplo, le da la oportunidad a
uno de desahogarse”.
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