lunes, 10 de diciembre de 2018

Idealismo Y Mediocridad


Filosofía
Idealismo Y Mediocridad
En el vaivén eterno de las eras, el porvenir es siempre de los visionarios. La interminable contienda entre el idealismo y la mediocridad tiene su símbolo: no pudo Cellini clavarlo en más digno sitio que la maravillosa plaza de Florencia. 

Nunca mano de orfebre plasmó un concepto más sublime. Perseo exhibiendo la cabeza de Medusa, cuyo cuerpo agitase en contorsiones de reptil bajo sus pies alados. Cuando los temperamentos idealistas se detienen ante el prodigio de Benvenuto, animase el metal, revive su fisonomía, sus labios parecen articular palabras perceptibles.

Y dice a los jóvenes que toda brega por un Ideal es santa, aunque sea ilusorio el resultado; que es loable seguir su temperamento y pensar con el corazón, si ello contribuirá a crear una personalidad firme; que todo germen de romanticismo debe alentarse, para enguirnaldar de aurora la única primavera que no vuelve jamás.

Y a los maduros, cuyas primeras canas salpican de otoño sus más vehementes quimeras, instígalos a custodiar sus ideales bajo el palio de la más severa dignidad, frente a las tentaciones que conspiran para encenagarlos en la Estigia donde se abisman los mediocres.


Y en el gesto del bronce parece que el Idealismo decapitara a la Mediocridad, entregando su cabeza al juicio de los siglos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario