Cuando los españoles llegaron a América, encontraron
numerosos pueblos con costumbres y niveles de desarrollo diferentes.
Había pobladores repartidos a lo largo y ancho del
continente americano.
Todos estos pueblos nos dejaron como herencia formas de vida que aún forman parte de nuestra cultura latinoamericana.
A CONTINUACIÓN, VEREMOS LOS ASPECTOS MÁS SOBRESALIENTES DE NUESTRA HERENCIA INDÍGENA
Diversidad política y social
En las sociedades prehispánicas existieron diferentes formas de organización y de gobierno. Hubo grandes unidades políticas, encabezadas por gobernantes que concentraban el poder político, militar, económico y religioso, como fue el caso de los incas y de los aztecas. Por otra parte, existieron pueblos que no alcanzaron una gran unidad política, como los chibchas.
En general, los pueblos americanos tuvieron una forma de gobierno jerarquizada en la cual había nobles, sacerdotes, pueblo llano y esclavos.
Amor por la tierra
Nuestros indígenas manifestaron un gran amor a la tierra a la cual estaban unidos como un hijo a su madre. Supieron ver que de la tierra brota el fruto de la vida y, por eso, le dedicaron los medios y el tiempo necesario para cuidarla.
Muchos pueblos indígenas recolectaban lo que la tierra les daba directamente; pero otros aprendieron a cultivarla, para lo cual necesitaron quedarse en un territorio y vivir de una manera sedentaria.
Los pueblos sedentarios idearon sistemas de regadío y fertilización y formas de aprovechar la tierra. Organizaron la producción como una manera de asegurar el alimento de sus gobernantes, de sus sacerdotes, de las familias y de los más débiles y necesitados.
Un conocimiento técnico y científico
A pesar de la creencia, casi generalizada, que asegura que los pueblos indígenas de la América prehispánica no desarrollaron saberes de tipo científico o tecnológico, la verdad se impone a través de la grandiosidad de las obras que nos dejaron como herencia y como testimonio de su inquietud y vocación intelectual.
Los mayas, los incas y los aztecas, por ejemplo, alcanzaron adelantos en el conocimiento matemático, astronómico y médico. Estas mismas culturas y otras desarrollaron un preciso sistema de cálculo, que les permitió aplicarlo a la ingeniería y a la arquitectura para crear obras de gran belleza y esplendor, que han sobrepasado el rigor del tiempo.
Todos estos pueblos nos dejaron como herencia formas de vida que aún forman parte de nuestra cultura latinoamericana.
A CONTINUACIÓN, VEREMOS LOS ASPECTOS MÁS SOBRESALIENTES DE NUESTRA HERENCIA INDÍGENA
Diversidad política y social
En las sociedades prehispánicas existieron diferentes formas de organización y de gobierno. Hubo grandes unidades políticas, encabezadas por gobernantes que concentraban el poder político, militar, económico y religioso, como fue el caso de los incas y de los aztecas. Por otra parte, existieron pueblos que no alcanzaron una gran unidad política, como los chibchas.
En general, los pueblos americanos tuvieron una forma de gobierno jerarquizada en la cual había nobles, sacerdotes, pueblo llano y esclavos.
Amor por la tierra
Nuestros indígenas manifestaron un gran amor a la tierra a la cual estaban unidos como un hijo a su madre. Supieron ver que de la tierra brota el fruto de la vida y, por eso, le dedicaron los medios y el tiempo necesario para cuidarla.
Muchos pueblos indígenas recolectaban lo que la tierra les daba directamente; pero otros aprendieron a cultivarla, para lo cual necesitaron quedarse en un territorio y vivir de una manera sedentaria.
Los pueblos sedentarios idearon sistemas de regadío y fertilización y formas de aprovechar la tierra. Organizaron la producción como una manera de asegurar el alimento de sus gobernantes, de sus sacerdotes, de las familias y de los más débiles y necesitados.
Un conocimiento técnico y científico
A pesar de la creencia, casi generalizada, que asegura que los pueblos indígenas de la América prehispánica no desarrollaron saberes de tipo científico o tecnológico, la verdad se impone a través de la grandiosidad de las obras que nos dejaron como herencia y como testimonio de su inquietud y vocación intelectual.
Los mayas, los incas y los aztecas, por ejemplo, alcanzaron adelantos en el conocimiento matemático, astronómico y médico. Estas mismas culturas y otras desarrollaron un preciso sistema de cálculo, que les permitió aplicarlo a la ingeniería y a la arquitectura para crear obras de gran belleza y esplendor, que han sobrepasado el rigor del tiempo.
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