El universo solo tiene un destino, la soledad. Y
no es poesía, es cosmología: el universo se expande. Es más, la presencia de
energía oscura hace que esa expansión sea a un ritmo cada vez más acelerado.
Eso significa muchas cosas, pero, sobre todo, que nos quedaremos solos.
En los próximos 100 mil millones de años, todas las
estrellas que no formen parte de nuestra galaxia irán cayendo una tras otra más
allá del horizonte cósmico. Las galaxias permanecerán juntas por la fuerza de
la gravedad, pero el resto será
solo oscuridad y silencio
A efectos prácticos, eso no solo hará que el resto de
galaxias sean inobservables, sino que también las harán
virtualmente inaccesibles. No se podría extraer energía de
ellas, no se podrá viajar a ellas, no sabremos si quiera si siguen existiendo.
Dan Hooper, investigador del Fermi National Accelerator Laboratory, ha estado pensando sobre esto en los últimos años. Sobre
todo, ha estado pensando en lo que
debería hacer una civilización avanzada para sobrevivir, en
cómo se estaría preparando para el futuro.
La respuesta de Hooper es interesante. Él piensa que la
civilización se daría cuenta de este problema y se expandiría rápidamente,
construiría esferas de
Dyson y usaría esa
energía para acelerar esas estrellas cerca del centro de la civilización donde
poder seguir usándolas.
Además, según Hooper,
es algo que deberían hacer cuanto antes.
A nosotros, los humanos, mover una estrella nos parece algo
demasiado complejo, pero Hooper está convencido de que ese es un problema
central para asegurar la
subsistencia a largo plazo depende de ello. No deja de ser una
de esas teorías extravagantes que se publican de vez en cuando en astrofísica.
Aunque, curiosamente viniendo de un científico que trabaja en el Fermi, son las
implicaciones para otra actividad.
Y por eso mismo, es posible que sea un proceso que ya está
en marcha. Así que podríamos orientar la búsqueda de vida inteligente a saber
si ya está sucediendo. La evidencia podría estar ahí, en estrellas que parezcan
moverse de una galaxia a otra o rastreando el cielo en busca de estrellas que
han desaparecido. Una aguja en
un pajar, sí. Pero un enfoque interesante.
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