miércoles, 3 de abril de 2019

Cuando Nada Nos Importa

En ocasiones, no logras encontrar tu camino y te resulta complicado que algo te haga feliz. Quizás tu pareja no te hace feliz, tu trabajo no te gusta, quieres cambiar tu forma de ver o de vivir la vida, pero te sientes bloqueado.

La vorágine del día a día te impide parar a pensar si lo que estás haciendo es lo que quieres hacer, a reflexionar sobre el motivo por el que nada te hace feliz. Todas tus actividades diarias te distraen de lo que es también importante: tú mismo.

“La vida está llena de soledad, miseria, sufrimiento, tristeza y, sin embargo, se acaba demasiado deprisa”.
-Woddy Allen-

Un poco de egoísmo sano, es necesario de vez en cuando para recuperarnos a nosotros mismos, para saber quiénes somos y tener la certeza de que el lugar al que se dirige nuestra vida nos hace felices, y es el lugar que hemos elegido nosotros y no otras personas.

Para seguir adelante cuando nada te hace feliz, se pueden hacer muchas cosas, pero lo fundamental es realizar una reflexión profunda sobre nuestras emociones, sentimientos y deseos.

¿Qué es lo que tú quieres?, ¿qué es lo que te emociona, lo que te hacer vibrar? No te dejes influir por lo que los demás piensan que es lo que deseas, se trata de pensar en lo que tú deseas, en lo que te hace feliz. Todos tenemos sueños y deseos, que nos da miedo hacer realidad, pero la vida no es larga y es hora de caminar hacia lo que realmente anhelamos.

Actúa para ser feliz
No basta con pensar, es también el momento de empezar a hacer todo aquello que te pueda dirigir hacia tu sueño. Si siempre quisiste ser actriz, comienza inscribiéndote en un curso de teatro por ejemplo, acude a eventos que tengan que ver con el teatro o con el cine, relaciónate con personas que tengan tú misma inquietud y comenzarás a disfrutar de lo que te hace feliz.

“En un minuto puedo cambiar mi actitud, y en ese minuto puedo cambiar el día entero”.
-Spencer Johnson-

No es necesario intentar hacer todo en un segundo, detente un poco y piensa en lo que es urgente y lo que puede esperar. Encuentra un tiempo para dedicarlo a ti mismo, para disfrutar de lo que más te gusta, ya sea pasear a la luz de la luna, disfrutar de una comida con tus amigos o familiares, cenar con tu pareja. Siempre es posible encontrar ese momento para nosotros.

Valora lo que sientes
Nuestros sentimientos son importantes. ¿Cómo te hace sentir tu vida actualmente? ¿Qué es lo que no te gusta? Si te sientes triste es hora de comenzar a hacer cambios, empieza por ti mismo, cambia tu forma de vestir, de peinarte, de caminar, cambia tu forma de relacionarte con la gente. Piensa que no vas a perder nada, simplemente habrás experimentado y te divertirás.

Si necesitas llorar hazlo, no importa quién si te miran, deja salir la tristeza, no la retengas, Haz que con cada lágrima se disuelva lo que te inquieta, lo que no te hace feliz. Llorar es necesario, para poder sustituir después esa lágrima con una bonita sonrisa.

Disfruta de las personas
Aislarnos y no relacionarnos con otras personas nos distancia y nos hunde aún más en nuestra tristeza. Somos seres que necesitamos abrazos, besos, caricias, palabras de ánimo y de consuelo.
Necesitamos estar con otras personas y disfrutar de su alegría, de su sonrisa contagiosa. A lo mejor no te apetece ver a nadie, pero muchas veces cuando nos sentimos así es cuando salimos y disfrutamos, porque no tenemos expectativas.

Esa es una pregunta fundamental, que te debes plantear cada día para dejar de lado aquello que te da miedo y hacerlo. Hay muchas formas de hacer las cosas y es importante hacerlas en la forma en que nos sintamos cómodos, pero también muchas veces vencer el miedo y correr un riesgo nos puede hacer sentir que el miedo es algo totalmente superable y creado por nosotros mismos.

Salir de nuestra zona de confort, hacer algo arriesgado, sentir una pizca de inquietud cada día, independientemente de si tenemos éxito o no, eso nos podrá proporcionar la alegría de vivir y de saber que merece la pena disfrutar de nuestra existencia.

“Todo parece imposible, hasta que se hace”.
-Nelson Mandela-

Tecnología: Protección De La Infancia

En el tema de protección a la infancia decidimos empezar con estos temas de uso responsables de las tecnologías porque nos dimos cuenta de que si bien nosotros somos prácticamente la autopista por la que pasan los datos que hacen posible estos servicios y productos que ofrecemos y no somos tan responsables de los contenidos. Sin embargo decidimos asumir esta responsabilidad y hacer algo porque a través de nosotros están pasando cosas muy buenas, pero es verdad que si no se usa con responsabilidad y consciencia puedes tener usos riesgosos.

Desde 2008 empezamos a trabajar en el uso responsable de la tecnología enfocándonos principalmente en la infancia porque es uno de los sectores más vulnerables. Planeamos una estrategia y no un proyecto aislado que se basa en cuatro pilares: Contenidos, Autorregulación, 

Alianzas y Educación
¿Los puedes desarrollar?

En autorregulación vimos que tenemos que empezar por casa y tenemos un control muy exhaustivo de los contenidos que nosotros ofrecemos. A nivel global, también, tenemos una alianza con Internet Watch Foundation, esta asociación civil nos envía las URL con pornografía infantil y nosotros lo bloqueamos de nuestros contenidos.

Esto es muy importante porque da idea del compromiso serio que tenemos con la protección de la infancia y el uso responsable de las tecnologías que no queda solo en un anuncio público.

Hay un parte de contenidos también. Y aquí es donde nos aliamos con asociaciones que lo hacen muy bien en este sentido como Pantallas Amigas.

Esto está muy atado a la pata de alianzas y educación. Nosotros exponemos lo que sucede y te damos la información. No es que el niño vaya al parque o no, si no que le enseñamos cómo llegar y cómo debe mirar antes de cruzar, esto es lo mismo.

El filtro más importante del niño debe estar en su cabeza y por eso trabajamos mediante talleres con profesores y padres porque a veces nos hemos encontrado que ellos no son conscientes del problema y los tenemos que sensibilizar que si están pasando cosas, y hay otros que lo saben pero no saben qué hacer, no tienen las herramientas.

¿Qué tan importante es tener al área de comunicación cerca del área de RSE?

Para nosotros es fundamental tener al lado al área de comunicación para difundirlo y que llegue a más gente. Hace que la gente se aproveche de las cosas que estamos haciendo.

Tenemos que tener una organización estructurada con trabajo en equipo, y en una compañía sensibilizada en esto desde la Alta Dirección. Debemos tener convencimiento profundo donde haya compromiso de las áreas porque está diseñado desde tu visión de negocio y de tu deber ser.

¿Qué ventajas tiene la RSE en una empresa global?


Hay proyectos nuestros que se han copiado como mejores prácticas en otros países, y nosotros hemos hecho lo mismo. Lo bueno de ser una compañía global es que no tienes que inventar el hilo negro sino escuchar lo que están haciendo otras operadoras, tomar lo que mejor se adapte a tu realidad y compartir tú lo que tienes para que puedan adoptarlo.

Superar Los Fracasos

El nombre de Thomas Alva Edison ¿te suena conocido? Gracias a él, podemos aprovechar las horas nocturnas sin tener que irnos a dormir por ausencia de luz. El científico norteamericano diseñó la bombilla eléctrica tal como la conocemos hoy. 

Es imposible negar que se trató de una mente brillante; sin embargo hubo algo más que eso en el logro: mucha paciencia. La historia del desarrollo de la lamparilla es famosa porque Alva Edison contó a quien quisiera escucharlo que intentó nada menos que mil veces antes de tener éxito.
Más de 300 teorías para un solo producto.

En sentido estricto, no fue Edison el primero en inventar una lámpara incandescente. Con anterioridad, muchos científicos habían intentado volver más débil o pequeña la luz emitida por las lámparas -que por entonces existían bajo la forma de inmensos arcos- para adaptarla al uso de ambientes pequeños, como por ejemplo los de un hogar.

Entre 1878 y 1880, Edison trabajó en al menos 300 teorías con miras a desarrollar una lámpara incandescente eficiente.

¿Cómo funcionaría? Tal como lo ha hecho hasta hoy, aquella hace luz utilizando electricidad para calentar una delgada tira de material, llamado "filamento". La bombilla de Edison consistía en un bulbo de vidrio vacío por dentro, que debía tener la resistencia suficiente como para tolerar el voltaje eléctrico.

Para enero de 1879, el inventor había obtenido la primera lámpara incandescente de alta resistencia. El filamento, de platino, ardió y la bombilla emitió luz durante unas cuantas horas.

Pero Edison pretendía que estuviera encendida todo el tiempo que se necesitara. Fue entonces cuando comenzaron las numerosas pruebas.

"No fueron mil intentos fallidos, fue un invento de mil pasos"

Estas fueron las palabras de Edison cuando dio a conocer al mundo el proceso por el cual había conseguido crear la bombilla incandescente de alta resistencia.

El científico probó cientos y cientos de otros materiales para hacer el filamento, incluidas las fibras de unas 6000 plantas distintas. Una y otra vez, aquel se quemaba tras arder un par de horas.

Llegó hasta utilizar tungsteno, sorprendentemente, el material que se utiliza hoy en las bombillas, pero no pudo trabajarlo adecuadamente porque carecía de las herramientas apropiadas. 

No obstante, la paciencia tuvo su premio: para 1880, el científico había obtenido una lamparilla de 16 watts que duraba encendida hasta 1500 horas.



Pragmático


Del inglés pragmatism, el pragmatismo es la actitud predominantemente pragmática (que busca la eficacia y utilidad). Por ejemplo: “Dejemos de lado el idealismo y vamos a centrarnos en el pragmatismo: ¿cuánto tenemos que invertir para modernizar la planta y duplicar la producción?”, “El pragmatismo es la base de nuestro movimiento político; estamos cansados de las discusiones estériles y queremos solucionar los problemas cotidianos de la gente”.

Pragmatismo, por otra parte, es una corriente filosófica que surgió a finales del siglo XIX en los Estados Unidos. William James y Charles S. Peirce fueron los principales impulsores de la doctrina, que se caracteriza por la búsqueda de las consecuencias prácticas del pensamiento.

El pragmatismo sitúa el criterio de verdad en la eficacia y valor del pensamiento para la vida. Se opone, por lo tanto, a la filosofía que sostiene que los conceptos humanos representan el significado real de las cosas.

Para los pragmáticos, la relevancia de los datos surge de la interacción entre los organismos inteligentes y el ambiente. Esto lleva al rechazo de los significados invariables y de las verdades absolutas: las ideas, para el pragmatismo, son sólo provisionales y pueden cambiar a partir de investigaciones futuras.

Al establecer el significado de las cosas a partir de sus consecuencias, el pragmatismo suele ser asociado a la practicidad y a la utilidad. Sin embargo, una vez más, esta concepción depende del contexto.

Cuando los políticos hablan de pragmatismo, muchas veces se basan en prejuicios y no en la observación de consecuencias. Por lo tanto, el pragmatismo político puede oponerse al pragmatismo filosófico.

John Dewey fue un filósofo, pedagogo y psicólogo, nacido en Estados Unidos en el año 1859, que realizó importantes aportes a la teoría del pragmatismo. Según su pensamiento, nuestra mente es un producto evolutivo de la biología, una herramienta que se ha adaptado para permitirnos sobrevivir en el mundo físico, tanto como el cuello de las jirafas. Aseguraba que la inteligencia debía ser usada, juzgada y modificada según su eficacia práctica en la búsqueda de la subsistencia.

El pensamiento representa una herramienta que tiene como objetivo la resolución de los problemas de la experiencia; el conocimiento, por otra parte, surge de acumular la sabiduría originada a partir de la superación de dichos problemas. Es lamentable que los principios por Dewey establecidos hayan sido ignorados por la pedagogía, que los centros de educación hayan continuado basándose en un modelo cerrado y prácticamente obsoleto.


martes, 2 de abril de 2019

La Soberbia Humana

Un intelectual, un hombre con bastantes conocimientos, sostuvo que nuestro sistema solar es apenas una suerte de célula en el cuerpo del universo. Es decir, si comparamos a la creación con el cuerpo humano, podría decirse que el sistema solar es al universo lo que la célula al cuerpo.

La ciencia, la astronomía, dice que existen millones de galaxias y que en cada una de ellas hay millones de sistemas. Pero cada día nos muestra el conocimiento que, en rigor de verdad, no todo se conoce. Acaso el ser humano conozca poco y nada de esta creación que es tan maravillosa como misteriosa. De hecho, hace pocas horas medios europeos dieron a conocer la noticia que se han registrado en Rusia, con instrumentos sofisticados, extrañas señales que provienen de la galaxia ¿Otras vidas?

Pese a esta verdad, la soberbia humana va in crescendo. El hombre, algunos hombres, se erigen hoy en dioses. Creen saberlo todo, creen tener la potestad para expresar como certeza algo que no es certeza en absoluto: nada es taxativo, todo es discutible, “todo” es relativo. Pedantería humana, propia de la imperfección que pretende debatir con lo perfecto y verdadero. Una paradoja, un disparate, una perogrullada.

Un ejercicio simple nos muestra, por ejemplo, que la mente humana, aun cuando poderosa, es limitada. Yo invito a cualquier persona que se retire a un cuarto, cierre los ojos, se relaje, e intente imaginar la nada. Es imposible. 

Una vez un señor me dijo que había logrado hacerlo. Le pregunté cómo era la nada. Me respondió que era un gran abismo, ilimitado, un inmenso vacío donde todo era oscuro. Me sonreí y le dije: “usted no llegó a la nada, puesto que la nada no es inmensa, no tiene tonalidades, no es vacía, pues simplemente no es”. El hombre no puede trazar una imagen de la nada ni del todo, de lo eterno y de lo infinito, de lo efímero y finito. Su mente está limitada, no puede ir más allá y conocer lo absoluto.

Pero sí puede ser un atrevido y expresar, por ejemplo, que todo comenzó con un bing bang. Bueno, el ser humano siempre fue un atrevido y soberbio ¿Se acuerdan cuando afirmaba que la Tierra era plana? ¿O cuándo no se dudaba de que el sol giraba alrededor de nuestro planeta y que la Tierra era el centro del universo?


Siempre el ser humano se caracterizó por cierto grado de soberbia y vanidad, pero tengo la opinión de que en estos tiempos está ebrio de tales condimentos. 

La autoestima es indispensable, pero cuando se aleja en demasía de la humildad de corazón, cuando va más allá del limite para hacerse puro ego y soberbia, es algo destructivo.

La Vida Que te Tocó Vivir

¿Qué quieres hacer por el resto de tu vida? Si yo en este momento te hiciera esta pregunta a ti que me estás leyendo, ¿qué me responderías? Quizás la mayoría me diría con firmeza y certeza que saben perfectamente qué es aquello que se ven haciendo por el resto de sus vidas, qué es aquello que les llena el alma y los apasiona, qué es aquello que les hace sentir ese cúmulo de emociones y que los llena de felicidad.

Y qué me dirías, si inmediatamente después te preguntara: ¿Qué estás haciendo hoy para poder llegar a hacer lo que quieres hacer por el resto de tu vida? ¿Qué acciones estás tomando hoy para poder lograrlo? ¿Qué estás cambiando para poder llegar a dónde quieres?

Cada persona tiene algo con lo que sueña, algo que anhela lograr, y ninguno de esos sueños es despreciable, el problema llega cuando nos olvidamos de ellos. Cuando por presiones, miedos o críticas, simplemente nos decimos a nosotros mismos que los sueños son cosas irónicas que vivimos imaginando, y que jamás podríamos cumplir.

Si hay algo que he podido aprender a mis pocos o muchos años, es el valor que tiene el tiempo. Creo que muchas veces los seres humanos vivimos tan aprisa, que pensamos y llegamos muchas veces a creer que la vida es eterna, y que tenemos todo el tiempo del mundo para poder lograr aquello que deseamos.

Obviamente, hay logros y sueños que solamente se alcanzan con constancia, preparación, trabajo duro y tiempo, eso es algo innegable. Sin embargo, me refiero a que muchas veces, las personas creemos que no hay un reloj caminando, que siempre habrá tiempo y que vivimos tan rápido, que solemos olvidar las cosas que verdaderamente valen la pena.

Vivimos en un mundo tan ajetreado, lleno de avances tecnológicos, y que cada vez necesita respuestas más rápidas, que nosotros también acabamos por convertimos en personas que viven rápido, demasiado rápido a veces. El ritmo de la vida hace que muchas veces, no veamos con claridad lo corta que es la vida, y vivamos apresurados, como si de una carrera se tratara.

¿A cuántas personas conoces que viven para trabajar? Aquellos que son los famosos workaholics, y su vida gira en torno del trabajo. Aquellos que trabajan y trabajan todo el día, a todas horas, hasta en fin de semana, que no sueltan el celular, que viven pendientes de sus emails, aquellos que hasta suelen descuidarse a ellos mismos, su salud física y emocional, y que apenas ven a sus familias o amigos unos minutos al día.

Ojo, no estoy diciendo que todas las personas que vivan bajo este esquema, vivan siendo infelices y que no vivan haciendo lo que les gusta, porque habrá mucha gente para la que su trabajo lo es todo. Solamente pienso, que a pesar del mucho trabajo que podamos tener, la vida te va enseñando con el paso del tiempo, que nuestras pasiones, familia y amigos deberían ocupar un lugar primordial en nuestras vidas, porque nos generan una satisfacción y plenitud que difícilmente otra cosa podría.

Si la respuesta a la pregunta que te hice al inicio de este post es: Yo quiero vivir toda la vida en una oficina, mi sueño es trabajar y trabajar, poder llegar a convertirme en gran empresario con mucho poderío, tener mucho dinero y un gran puesto, yo te diría: ¿Sueñas con eso, eso es tu mayor anhelo y tu pasión? Perfecto, completamente entendible y válido, cada persona tiene sus propios sueños y aunque sean distintos a los de los demás, si te hacen feliz, está totalmente permitido que los persigas.

Ahora quiero contarte una historia:

Te despiertas a las 5 de la mañana, odiando el sonido del maldito despertador y la llegada cada semana de los tan temidos lunes, te vistes de mala gana y te diriges a la oficina para hacer un trabajo que no te llena ni te apasiona, vives estresado siempre, trabajas 9 o más horas al día, tienes cinco días de vacaciones al año, dedicas poco o nada de tiempo a tu familia y a tus verdaderas pasiones y esperas con ansias cada día la hora de salida para irte a tu casa, descansar y volver a comenzar de nuevo la tediosa rutina al día siguiente. ¿Te suena familiar esta historia?

Conozco a muchísimas personas, para las que esta historia se vuelve su día a día, viven atrapados en un lugar haciendo algo que ni siquiera les apasiona o les gusta, se la pasan estresados y/o enojados todo el tiempo, quejándose de todo y de todos, conformándose con una vida vacía y creyendo que no hay salida posible. Viven odiando cada inicio de semana, odiando los horarios y a los demás, suelen olvidarse de ellos mismos y postergan las cosas o los hobbies que aman, y tienen muchísimo miedo al cambio.

Muchas de estas personas, piensan y dicen cosas como: “Pues, es parte del trabajo ¿no?, o sea esta es la vida que nos tocó vivir, ¿qué le vamos a hacer?”. Creen que no siempre se puede vivir haciendo lo que uno ama, y que hay que conformarse con lo que encuentran, porque es parte de la vida, y hay que aceptarlo así, porque es lo que hay y no existe otra opción.

Ahora te pregunto, ¿a cuántas personas conoces que viven así? Incluso, quizás tú que me estás leyendo hasta te sientas un poco o un mucho identificado con alguno de estos escenarios y con lo que acabas de leer. Yo creo que muchas de estas personas, aceptan vivir así por compromiso, temor o presiones económicas y sociales, y creen que así tiene que ser la vida, porque es la idea que a veces nos venden.

“Tienes que encontrar un buen trabajo, para eso estudiaste”, “Estudia una carrera que te deje dinero aunque no te guste, ¿sino de qué vas a vivir?, “Vivir de algo que te guste es muy complicado y solamente es para la gente rica”, “No puedes defraudar a tu familia”, “Esta es la vida que te tocó vivir, tienes que aceptarla”, ¿cuántas veces nos han dicho frases como éstas? Y lo peor, es que muchas de esas veces, acabamos haciéndonos creer a nosotros mismos que esas frases, tienen cierta o mucha veracidad.

¿Esta es la vida que me tocó vivir? ¿Según quién? Es decir, ¿ya estaba escrito en algún lugar desde que nací, que mi vida tenía que ser así y que no podía cambiarla si no me gustara? ¿Por qué tengo que dejar de lado mis ilusiones y mis sueños por hacer algo que los demás quieren que haga? Todos esos TIENES que nos dicen, acaban por hacernos creer que verdaderamente que la mayoría de veces, nuestra vida parece estar atada a lo que debería ser, y no lo que nosotros queramos que sea.

O sea, entiendo perfectamente que hay muchísimas personas viviendo bajo situaciones inhumanas, de carencias absolutas, y que quizás no tienen las mismas oportunidades que otra persona pudiera tener. Desgraciadamente vivimos en un mundo que tiene muchísimas injusticias, violencia y pobreza, y que hay veces que simplemente las personas no pueden permitirse trabajar en algo que les apasione, porque necesitan trabajar en algo, lo que sea, para poder tener una oportunidad de tener dinero.

También entiendo, que hay personas que toda su vida han vivido así, bajo el estereotipo que las cosas deben de ser así, y que a su edad, y principalmente por motivos económicos, puede ser muy complicado o imposible poder arriesgarse y abandonar todo por dedicarse a lo que verdaderamente aman.

Entiendo también, que a veces las cosas no son tan sencillas como parecen, como tomar la decisión de aventarse a hacer algo diferente, cambiar o mover algo, porque hay situaciones ajenas a nosotros que nos pueden afectar, y que simplemente pueden hacer del poder elegir un cambio, algo muy complicado y hasta imposible.

Déjame decirte algo: Tú que me estás leyendo, tú que si puedes elegir, que tienes no solo la capacidad, sino los medios para decidir qué quieres hacer por el resto de tu vida, hazlo. Deja atrás los temores, las críticas, los prejuicios, atrévete a saltar y lucha por lo que quieres. Permítete también equivocarte, y probar, pero no dejes que sea demasiado tarde, no dejes que llegue el día en el que te sientas muerto en vida, haciendo algo que no te apasiona y que te puede llevar a tu propio infierno.

Encontrar tu pasión lo cambia todo, así que encuéntrala, y no la dejes escapar, vida solo hay una y tenemos la obligación de descubrir qué queremos hacer por el resto de ella, y de hacer todo lo posible para unir nuestro talento (es decir, nuestras aptitudes personales) con aquello que amemos hacer. 

Como lo dice el autor Sir Ken Robinson, en uno de mis libros favoritos “El Elemento”, las personas que se encuentran en su elemento (en su pasión), encuentran gran placer y deleite en lo que hacen. 

Poder encontrar aquello que amas hacer, es poder encontrar la oportunidad de poder tener la fuerza y la voluntad de elegirlo siempre, poder elegir siempre hacer aquello que te haga feliz.

“Cuando estamos en nuestro Elemento, sentimos que estamos haciendo lo que se supone que tenemos que estar haciendo y siendo lo que se supone que tenemos que ser. Cuando se está conectado de esta manera con nuestros más profundos intereses y nuestra energía natural, el tiempo tiende a pasar más rápido,con mayor fluidez. Uno se desplaza hacia cierto tipo de «metaestado» donde las ideas aparecen más rápidamente, como si estuvieses conectado a una fuente que hace que sea significativamente más fácil lograr tu cometido. Cualquier cosa que estés realizando resulta sencilla cuando estás en tu elemento, porque unificas la energía con el proceso y con el esfuerzo que estás haciendo. Y sientes realmente que las ideas fluyen a través y fuera de ti, y que de alguna forma estás canalizándolas; estás siendo su instrumento en vez de obstruirlas o de empeñarte en alcanzarlas” 
Ken Robinson
.
El olvidar nuestras pasiones, suele conllevar un riesgo muy alto en nuestras vidas, y que nos puede llevar por caminos de los que a veces es muy difícil volver. Yo sé que a veces, suele ser complicado poder encontrar la oportunidad de dedicarte a aquello que amas, pero a mi parecer, es mejor siempre luchar y vivir haciendo algo que te apasione, que morir día a día, haciendo algo que no te llene, y te haga morir poco a poco.

Solamente hay una única certeza en esta vida, y es que nos vamos a morir. TODO lo demás conlleva un riesgo, y no hay seguridad de nada, las cosas pueden salir mal, la vida no es color de rosa ni perfecta, cosas espantosas pasan, pero a pesar de todo, vale la pena arriesgarse. Vale la pena hacer de cada día que tengas, el mejor que puedas, atrévete, ama lo que hagas y haz lo que amas, y sobre todo trabaja fuerte por ello.


Échale ganas, cáete y levántate, si fuera fácil todo el mundo la haría, críticas siempre habrá, hazlo, sal y lucha por lo que te mereces y por lo que amas, no hay de otra. Tienes la capacidad de crear tu cielo o tu infierno, solamente tienes una única oportunidad para hacerlo, tú decides qué hacer con ella.

Siempre Podemos Dar Más

Todos los días hay que esforzarse para sacar adelante el trabajo. Si fuese fácil quizá no se llamaría trabajo. Aún cuando hagas algo que te apasiona, siempre habrá tareas que exijan un poco más de ti, y que por lo tanto te desgasten. Sin embargo, sin importar las múltiples cosas que hayas hecho en el día y lo cansado que estés, siempre da un poco más.

Por lo general se tienen labores que hay que hacer durante la jornada laboral, y por muy sencillas que parezca, siempre va a costar trabajo hacerlas cuando se tiene interrupciones en la agenda, o cuando hay que cambiar completamente las actividades del día, por el motivo que sea. Y esto es bastante común, pero dar un poco más a pesar de ello vale la pena.

Hay que alejarnos del conformismo, porque hacer únicamente lo que nos corresponde hacer no nos llevará a ningún lado. Es decir, mira a tu alrededor, muchos hacen sus labores esperando que el reloj marque la hora de salida, para huir inmediatamente. Esto es el resultado de un conformismo laboral muy generalizado.

No digo que tengas que quedarte más tiempo en el trabajo, lo que digo es que no te conformes. A lo que hagas ponle un plus, para que tu trabajo destaque de la media. Esta es la única forma válida que conozco para sobresalir del promedio. ¿Y sabes que le pasa a la gente que sobresale? Se le presentan mejores oportunidades laborales.

enfoco en la cuestión laboral porque es donde por lo general suele complicarse eso de poner un poco más aparte de lo que se exige. Sin embargo, eso de dar un extra es válido para cualquier actividad, y con el tiempo dicho esfuerzo te será retribuido. Si haces ejercicio da un extra corriendo un minuto más, por ejemplo.

Si vas a estar con tus amigos para divertirte da un extra, que también en este aspecto es válido. No digo que todos los días se pueda poner un poco más de nuestra parte, porque hay veces que lo único que se quiere es llegar al final del día para comenzar otro, todos sabemos que a veces es así. 

Pero muchos días más si que se puede, y te invito a hacerlo.


Darnos Una Nueva Oportunidad

"Las personas aparecen en nuestras vidas para darnos una oportunidad. Nos ayudan a reconocer las cosas que necesitamos cambiar y trabajar en nosotros mismos."

Es necesario rescatar aquellas capacidades personales perdidas o que se han dejado para el futuro, para cuando aparezca la “oportunidad”, las “deudas pendientes” a las que nunca se les ha podido dar tiempo y cabida. Tanto las capacidades personales o profesionales postergadas, como así también los “pequeños sueños”, los “gustos postergados”, esos talentos que quedaron enterrados por falta de tiempo o por haber tenido otras prioridades.    

Hay que darse a sí mismo, cada uno, “una segunda oportunidad”. El tiempo puede ser resignificado a partir de aquellas necesidades pendientes que ahora pueden ser atendidas. Si uno ha tenido sueños, no hay que dejarlos morir. Mientras haya tiempo y energía, hay posibilidades de realizarlos. A veces no acontecen como los imaginábamos. No importa, lo fundamental es que nos empeñemos en ellos. La vida siempre nos trae alguna sorpresa. Nada muere más lenta y dolorosamente que los sueños. No hay que dejar que se apaguen. El tiempo los irá transformando. Si uno tiene que renunciar a un sueño es para que renazcan otros que nos comuniquen la posibilidad de generar nuevas capacidades.


Mientras dure este bendito curso de la vida, hay que seguir al corazón y a la intuición, continuar creciendo, esquivando las rutinas y persistir en soñar, detrás de lo que se siente y se cree. Cada tanto uno se muere y también de nuevo resucita. La fortaleza nos mantiene en pie en medio de todos los debates del alma. Resucitamos mucho más de lo que creemos. 

Cada vez que nos ponemos de pie ante la vida, aunque tengamos heridas abiertas y golpes, y seguimos resistiendo acontece el milagro de que nuestro barro se transforme y siga dando formas nuevas a la vida.

Mediocridad

Al esfuerzo y al talento se le ignora, arrincona, critica y castiga, mientras que la incultura se considera un grado. Se dan cien oportunidades al que no mueve un dedo por aprobar o por mejorar y, sin embargo, se mira con recelo y se pega un martillazo al que trabaja y se esfuerza.

Los líderes no son los mejor formados ni los que más saben. Los líderes son los que no saben hablar en público, no saben Historia y no hablan idiomas. Los líderes son unos paletos acomplejados, que intentan poner barreras y fronteras continuamente en vez de abrirse las puertas al mundo. Los niños casi no tenemos modelos a quienes seguir a no ser que rebusquemos en la Historia.

Cuando era más pequeño pensaba que los ministros, los senadores y los dirigentes de un país eran personas muy inteligentes y muy preparadas que merecían estar ahí, pero según voy creciendo y viendo cómo funciona el sistema, me voy dando cuenta de lo vulgar que es todo y de las pocas personas que hay que merezcan la pena. Mi problema era que no contaba con la falta de sentido común que nos rodea. Estamos en manos de muchos dirigentes con mínimos estudios, sin formación ni vergüenza, que ganan muchísimo más que el mejor cirujano, al que su carrera le ha costado muchos años de sacrificio. Quitan a unos y ponen a otros, pero no por su valía, sino por su ideología, y se rodean de tontos y pelotas para que su propia incompetencia pueda brillar, convirtiendo al competente en el peor pagado y valorado.

Un país en el que su televisión está enfocada y empeñada en ensalzar a “celebrities” cutres, vacíos, sin dignidad, sin fundamento e incultos en grado superlativo que se ríen de su propia ignorancia y que, sin embargo, son seguidos por miles de personas; un país que está perdiendo su identidad a pasos agigantados, porque muchos de sus ciudadanos reniegan de su himno, su bandera y sus costumbres. Pero lo más gracioso es que lo hacen simplemente ¡porque está de moda! Con un informe PISA mediocre, sí, mediocre, porque nuestro sistema educativo es mediocre por mucho que se empeñen algunos en maquillarlo, donde los alumnos más vulgares y los abusones son los más populares y donde algunos profesores arrinconan y menosprecian a los que queremos ir más allá para que no molestemos -como si querer ser mejor o destacar fuera pecado-. Y, como resultado, el 35% de la población no lee nunca o casi nunca, porque parece que la moda solo es el fútbol, las motos, los concursos de cocina, cantantes y modelos, el botellón con sus comas etílicos incluidos y el Gran Hermano.

Los valores morales, el sentido común, el respeto y la admiración al prójimo están dejando paso al materialismo, la envidia, lo políticamente correcto, la mala educación y las adicciones. Y el espíritu crítico y la creatividad atrofiados hasta tal punto que lo anormal está considerado normal.

“Construir es ir de cualquier parte a una parte muy especial,

y para ello hay que invertir tiempo, talento y esfuerzo;

destruir es ir de una parte muy especial a cualquier otra parte,

y para ello no se requiere absolutamente nada”.

(Jorge Wagensber)

Responsables Por Nosotros Mismos

La conciencia es como el movimiento del pensamiento donde se genera la voluntad, el deseo, las emociones y los sentimientos. Ser consciente conlleva dolor por eso es algo que evitamos, significa vernos cara a cara con nosotros mismos. Con aquello que no queremos ver, que rechazamos y nos molesta de los demás.

Los problemas que vamos experimentando no están separados de nosotros, somos de hecho el problema en sí. Los problemas existen cuando uno no se conoce a sí mismo. Surgen de nuestra falta de comprensión de nuestro consciente e inconsciente.

“El conocimiento propio no se basa en ninguna fórmula, uno puede ir a un psicólogo o a un psicoanalista para conocerse, pero eso no es conocimiento propio; el conocimiento propio surge cuando nos damos cuenta de nosotros mismos en la relación, la cual nos muestra lo que somos en cada momento”
-Krishnamurti-

Despertar a nuestra conciencia consiste en iniciar un proceso, en el que nos vamos a sentir incómodos; ya que nos tendremos que alejar de todas nuestras ideas y creencias preconcebidas, haciendo un reaprendizaje para ampliar nuestra mentalidad, nuestras perspectivas y creencias.

Nuestro ego, conformado por el orgullo y todas nuestras conductas infantiles ya en la edad de adultos, representa la cárcel de la que nos resulta muy difícil salir. Nos creemos libres y creemos que decidimos en todo momento sobre lo que queremos hacer, sin embargo, somos esclavos de nuestra falta de conciencia y claridad para conocernos a nosotros mismos.

La conciencia y claridad, en un principio, conlleva dolor puesto que removemos todo lo que hemos estado evitando ver. Vemos el daño que nos hemos hecho a nosotros mismos y a los demás, y nuestra falta de responsabilidad para abordar todo lo que han sido consecuencias de nuestra actitud y nuestros pensamientos.

“No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino por hacer consciente la oscuridad”
-Carl Gustav Jung-

Es mucho más sencillo, sin lugar a dudas, permanecer en la ignorancia de quienes somos. Es a lo que acostumbramos, y de esta forma actuamos echando la culpa a los demás y a las circunstancias de todo lo que acontece en nuestras vidas. Sin tan siquiera cuestionar nuestra actitud o nuestros pensamientos frente a lo que vivimos.

Cuando estamos realmente dispuestos a responsabilizarnos de nuestras vidas, es cuando comienza el proceso de toma de conciencia. Afrontando el hecho de reconocer nuestros miedos, nuestras dificultades, emociones; nuestros límites, forma de relacionarnos, los prejuicios, las creencias y patrones de conducta.

Todo el repertorio del que formamos parte, de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás; identificándonos así con todo lo que hacemos, como algo nuestro, especialmente lo que nos afecta y resulta doloroso.

Este proceso no es algo teórico, sino algo vivencial, en el que nos instalamos en nuestro presente, aceptando e integrando todo nuestro repertorio de conductas actual. Saliendo así de nuestra zona de confort, y la actitud infantil que nos hace ser incoherentes e irresponsables ante las circunstancias que se nos presentan.

“Ser responsable conlleva estar presente, estar aquí. Y estar verdaderamente presente, es estar consciente. A su vez, estar consciente es una condición incompatible con la ilusión de irresponsabilidad por medio de la cual evitamos vivir nuestras vidas”
-Claudio Naranjo-

En este despertar de la conciencia que conlleva dolor, sobre todo al inicio del proceso, es cuando nos acercamos a todos nuestros aspectos, considerando nuestras luces y nuestras sombras. Integrando todo nuestro repertorio para permitirnos ser quienes somos realmente, y comprendernos mejor.

Muchas veces son las propias situaciones de la vida, que nos enfrentan ante circunstancias y etapas en las que nos vemos incapaces de avanzar y resolver nuestros conflictos. Las etapas difíciles que se nos presentan en nuestras vidas son las que nos llevan a iniciar el proceso de toma de conciencia.


Al hacernos conscientes de nosotros mismos nos liberamos de nuestras represiones; de la culpabilidad que nos atormenta, y de los conflictos tóxicos en nuestra relación con los demás y nosotros mismos. Aprendiendo a diferenciar lo que depende de nosotros y es nuestra responsabilidad. Comprometiéndonos con nuestro cuidado y bienestar.

Dar Siempre Lo Mejor

Un hombre que no piensa en sí mismo no piensa en nada.
Oscar Wilde

 Si hoy tuviese que hacer algo por alguien prioritario en su vida, seguramente lo haría sin titubear, no habría nada, ni nadie más importante. Así somos los seres humanos con la gente que amamos, con la gente que nos interesa, con nuestra gente… siempre dispuestos a todo.

Elegir hacer algo en función de otros que nos son importantes y necesarios es una medida inteligente, nos hace sentir bien, nos permite participar  y nos permite crecer en todos los aspectos humanos, finalmente de eso se trata nuestra vida… de la gente que está en ella, de la gente que amamos, que nos es… prioritaria.

Y sucede con demasiada frecuencia que nos entregamos a esta noble causa y nos olvidamos de nosotros mismos, porque siempre sucede que se piensa mucho en los demás, en sus circunstancias y poco o nada en uno y las suyas,  pasamos horas resolviendo lo ajeno y minutos resolviendo lo propio… Y la bondad puede también resultar un fracaso una vez que se hace recuento.

Ayudar y ser bondadoso siempre será correcto, siempre será necesario y siempre sumará a nuestra vida… Y deberá valorarse la razón correcta por la que se entrega todo lo mejor de uno a otras personas. Se lo digo porque la ayuda, la bondad y el estar siempre dispuesto es también una elección que se toma, pero hay que hacerla en el sentido correcto… y el sentido correcto no es otro que el bienestar de la gente que amamos, que también será el nuestro.

Sin embargo, ocurre que en la entrega, se da hasta lo que no se tiene, o lo que se necesita, y no es que se deba dar lo que sobra sino que no se debe dar lo que va más allá de nosotros mismos. El dar nunca puede ir sujeto a nada que no sea el simple placer de compartir, lo demás es distorsionar la bondad, la ayuda y el motivo correcto de siempre estar dispuestos.

Porque nunca importa lo que demos, una vez que hemos elegido compartirlo será nuestro, pero también de otros, y quizá también deje de ser nuestro para siempre, porque de eso se trata cuando uno elige dar… darlo todo.

Y en ese darlo todo se nos olvida que también podemos irnos nosotros. Si aún no hemos aprendido a compartir…

No me dejará mentir… no existe una felicidad más grande que saber que todas las personas importantes para nosotros están bien, haciendo su vida, logrando y alcanzando su felicidad, evolucionando en sus implicaciones y cambiando conforme a sus necesidades… no existe nada más maravilloso que eso… saber que nadie nos necesita.

Eso hace que la vida fluya mejor, porque quien no nos necesita para amarnos sólo lo hace por eso… por amor, que cuando nos ayuda sólo lo hace por eso… por el placer que le causa, que cuando comparte algo con nosotros sólo lo hace por eso… porque considera que somos la gente correcta para compartir.

Por eso… hoy le invito a estar siempre dispuesto a todo por usted y para usted en primer lugar, porque no existe nadie más importante y prioritario en la vida que uno, y el que uno esté bien hace que los demás que nos son prioritarios también lo estén.

Debemos estar siempre dispuestos para uno mismo, para nuestras necesidades, no puede haber nadie en el mundo más importante que uno mismo porque estando uno bien es lo mejor que podemos darle a los demás, es la mejor manera de poder compartir y la única manera de poder ayudar a los demás.

Créame, no existe nada más grande que poder estar dispuesto para otros con la certeza absoluta de que uno está siempre dispuesto para sí mismo. Porque nadie puede dar algo a  otro si uno no está bien.

No se deje engañar, las dependencias no son sinónimo de amor, ni mucho menos de aprecio, son simplemente el absoluto vacío del otro o de usted y esos vacíos… son infinitos. Las dependencias carecen de la libertad para ser quien se es y lo mejor que se pueda llegar a ser. A la gente se le quiere y se le necesita, pero no para que llenen espacios y sensaciones sino para compartir con ellas lo que somos.

Por eso no son las mejores compañías las personas que le necesitan para ser lo que no pueden ser sin usted, y tampoco es usted una buena compañía si no puede ser quien es sin ellos. Uno debe ser quien es sin importar la gente o las circunstancias.

Por eso hay que estar bien con uno mismo y siempre dispuesto, para poder estar dispuesto para los demás con todo, no en mínimos, no porque se quiera o se necesite algo, sino simplemente porque compartir la vida con esa persona o esas personas hace de nuestra vida, una vida mejor.

Usted elige pero siempre será mejor saberse responsable y dueño de su propia vida, saber que uno puede y sabe cuidar de sí, protegerse, acompañarse, quererse, aprender de sí mismo, reconocer, rectificar y seguir… la valentía, la independencia y la autonomía siempre es más atractivo para el buen amor, para la buena ayuda y para el estar siempre dispuesto.


Piénselo, lo mejor que podemos dar es lo mejor de nosotros mismos, y para eso se necesita estar con uno mismo, compartir con uno, y pensar en uno, simplemente para ser mejor y ser la mejor persona con la que otros deseen compartir su vida. Haga también por usted lo que hace por aquellos que le son prioritarios y por aquellos a quienes ama, sólo hágalo y se dará cuenta de que puede dar más, compartir más y hacer que los otros y usted vivan mejor.

lunes, 1 de abril de 2019

Literatura Y Compromiso

Con los crímenes contra la población civil indefensa y las hecatombes producidas por fenómenos naturales que arrasan los pueblos no sólo por su magnitud, sino por la falta de infraestructuras; con las miradas desesperadas con las que nos encontramos, un día sí y otro también, como indigesto desayuno, en una maldita sucesión, mixtificadora y traicionera.

Empachados de imágenes y noticias, pero mal informados, ya que no se indaga sobre las causas profundas y sus responsables, y porque se olvidan rápido las tragedias, sustituyendo unos desastres por otros en una estrategia multimedia que nos convierte en espectadores estremecidos sin opinión propia ante tanto espanto, lo que nos hace pensar si no contribuye más a la insensibilización que al aumento de la conciencia solidaria.

En el fondo de las guerras y de muchos conflictos larvados a punto de estallar se encuentra el substrato de las enormes desigualdades e injusticias existentes y de los grandes intereses económicos y políticos que cotizan en la Bolsa. Y los millones de damnificados por la furia del viento huracanado o por las convulsiones del cielo y de la tierra son las mismas víctimas de un subdesarrollo, del que todos somos responsables, y de la corrupción de sus gobiernos.

 Sabemos que la mayor parte de la población mundial sigue debatiéndose entre el hambre y la ignorancia. El último Informe sobre Desarrollo Humano elaborado por Naciones Unidas (PNUD) confirma que 1.300 millones de personas (una quinta parte de la humanidad) vive con menos de un dólar al día y no cubre unas exigencias mínimas de alimentación, vivienda, salud y educación.


Incluso en la Unión Europea hay 50 millones de personas que viven en la pobreza. Aunque resulte difícil de creer, el reparto de la riqueza es cada vez más desigual y la brecha entre pobres y ricos se ensancha día a día. Los sectores más débiles, mujeres, niños y ancianos, son los que más padecen: 125 millones de niños no van a la escuela, están en la calle, a merced de las drogas y de las mafias, reclutados como mano de obra barata, pequeños soldados forzosos o para el comercio de la prostitución. 

Los derechos humanos elementales están lejos de ser ley en todo el mundo y son pisoteados en secreto y a la luz pública... Los datos son escalofriantes, el sufrimiento infinito.

Saber O No Saber

A veces, alejarse de teléfonos y computadoras puede ser un saludable ejercicio para encontrarse con uno mismo y dejar de estar tan conectados y ansiosos. Una buena práctica poco aceptada por la mayoría.

Por un lado está el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente”.

Por otro lado está el concepto de Jung del “Saber Absoluto” que dicen que todos tenemos una intuición enorme y que aun sin saber las cosas conscientemente igual las conocemos inconscientemente.

Y los pensamientos y sentimientos inconscientes no es que no estén o no existan, solo están operando por fuera de la conciencia.

Dicen que el marido o esposa engañados son los últimos en enterarse.

Lo cual implica que las señales estaban ahí pero uno no las quiso ver (por eso de que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”) por lo tanto con respecto a las verdades difíciles del mundo geopolítico y financiero quizás estemos operando con ese mismo mecanismo de “ceguera autoimpuesta” por “miedo a ver la verdad” PERO, si el saber absoluto es verdad (y ES verdad) igual lo estamos sabiendo y estamos sufriendo las consecuencias de saberlo inconscientemente porque el miedo que nos genera ese “saber” no desaparece por no tenerlo en la conciencia sino que manipula nuestras conductas para “evadirnos” de la realidad que nos asusta y dejar de pensar en el futuro porque inconscientemente pensamos que no hay futuro entonces para que invertir en el?

No pensar en el futuro lleva a entender a la generación de jóvenes ni-ni (ni estudian ni trabajan), a la falta de compromiso de futuro en las parejas (que futuro? disfrutemos hoy), a la promiscuidad sexual (para que reservarnos para alguna pareja futura especial que podemos no llegar a conocer nunca si todo puede terminar en cualquier momento?) al aumento explosivo del uso de drogas (la forma de evadirse del dolor emocional no elaborado), a la cantidad de horas que la gente se evade mirando TV chatarra y a tantas cosas de la época moderna que no tienen sentido si no incluimos en la ecuación que ese “saber inconsciente” de todas esas verdades amargas o inconvenientes nos dan tanto, taaaaaaaaanto miedo, que luego “sin saber bien porque” incurrimos en todas esas conductas.

Decía Jung también que la salud mental (yo lo llamaría el crecimiento personal) es el “apego a la verdad a toda costa” y el pagar al contado los dolores psíquicos de enfrentar las verdades difíciles porque reprimirlas de la conciencia nos trae tanta multas y recargos, a nivel psicológico y emocional de medio y largo plazo, que es malísimo negocio (no lo decía en esas palabras, pero ese era exactamente el significado de lo que dijo)

Y ES POR ESO que hago esos artículos geopolíticos y financieros “difíciles de digerir”. Porque soy un CONVENCIDO que el mal menor entre
a) saber solo inconscientemente por intuición (saber absoluto) y
b) animarse a saberlo EN CONCIENCIA,
es la segunda opción b).

Animarse a ver, no ser “el último en enterarse” como los maridos y esposas engañadas que por miedo no se animan a VER las señales que los otros ya vieron, duele, asusta, pero genera menos daño en uno mismo que el que genera el autoengaño de pretender no saber cuándo inconscientemente igual lo sabemos.

Pero ¿para qué quiero saber si no puedo cambiar nada de la situación?

Primero que no es verdad.

Lo que es verdad es que nadie puede cambiar nada POR SI MISMO.

Pero todos podemos poner nuestro grano de arena, tomando conciencia y desparramando en nuestro medio ambiente esa conciencia para que los que nos rodean también VEAN la realidad.

Segundo que AUN si tuvieras una enfermedad tal que el medico te dice que existe un 50% de probabilidad de que te mueras en menos de 5 años, seguramente quisieras saber la verdad.

Para manejar tu vida con conocimiento de causa y hacer las cosas de tu vida en función de lo que sabes, y no de lo que ignoras..

La Carga Adicional De Los Mortales

Hay como dos seres en nosotros: uno profundo, que es nuestro ser verdadero, y otro superficial, que es lo que creemos que somos y que, en realidad, no somos. El primero es el que hemos recibido al nacer, el segundo es el que los padres, la familia, la sociedad, el entorno nos han fabricado.

El primero es pura espontaneidad, el otro es el que se ha ido haciendo para encajar en el ambiente, para hacerse aceptar por los demás, para hacerse amar. El primero es libre, el segundo es más o menos esclavo. El primero pertenece al meollo de la persona, a su centro, a su alma, a su “corazón”, a su raíz; el otro pertenece al mundo de los sentidos y de la mente. Éste es el siervo inconsciente que, pensando estar solo, ha dejado al amo encerrado en la oscuridad del sótano y se ha quedado dueño de casa.

En su ser profundo uno ES, en el otro ESTÁ.

Entre los dos está la conciencia. La conciencia es como un ojo libre e independiente que hace que uno no sea un ente. Es el instrumento que nos permite ver y elegir. La conciencia no es el yo. No debería identificarse con el ser profundo o el ser superficial, pero, en la práctica, está muy enredada con éste último, debido a la casi total ignorancia que tenemos respecto a nuestra identidad profunda y verdadera.

Es un hecho fácil de comprobar que la conciencia que cada ser humano tiene de sí mismo no supera mucho la información que recibe de los sentidos. ¿Qué dicen los sentidos? Que tú eres así o asá… 

Describe tu personalidad, tu apariencia, tus hábitos, tus inclinaciones, tus afectos, tus sueños, tus emociones, tus ideales, tus sentimientos y, por allí, algo de tus intuiciones, como si tú fueras la suma de todas esas cosas. Pero no es así en absoluto; todo aquello es tuyo, por cierto, pero nada de ello es lo que tú eres. Si bien cada uno tiene una personalidad propia, nadie se reduce a esa personalidad, ni mucho menos.

Constantemente solicitada por el mundo mental y emocional, la conciencia queda a la merced del yo superficial. Poca información recibe del ser profundo porque éste está como ahogado o amordazado por el otro. Pero la conciencia no deja de intuir que hay algo más en lo profundo del ser, y por eso casi nunca está tranquila o satisfecha. Sin saber por qué…

Se nos ha enseñado que nacimos como materia bruta que la educación, la cultura, la civilización y la religión se encargan de ir puliendo en el transcurso de los años con el propósito de hacer de nosotros personas más o menos humanas, adaptadas a la sociedad y aceptables para Dios. ¡Nada más equivocado! Somos todo lo contrario de eso. No somos materia bruta. Somos libertad, imaginación, creatividad, gratuidad, sabiduría, amor, belleza y muchísimo más. Somos, según dice la misma Biblia, imagen de Dios.

Así nacimos y ése es nuestro ser profundo, nuestro ser verdadero. Por supuesto, ese tesoro, que está muy dentro de nosotros, no nació desarrollado; había que hacerlo crecer de chiquito a grande. Pero ¿qué pasó? En vez de ser desarrollado, ha ido achicándose cediendo todo el espacio al ser exterior. Pues fuimos criados antes que nada para que nos amoldemos a la sociedad. Para que seamos útiles, capaces de competir y de satisfacer las ambiciones de la familia, de la nación, de la raza o de la religión. Todo el misterio que éramos quedó en gran parte asfixiado.

Los modelos de aquellos que habían logrado desarrollar su ser interior quedaron fuera de alcance. Eran excepciones. Lo normal era lo otro. Y dijeron que eso era lo que Dios quería: que fuéramos obedientes, pacíficos y perfectos; que no causáramos problemas a nadie, que sirviéramos las metas de la sociedad, y trajéramos honor y, de ser posible, prosperidad a la familia, a la patria y a la Iglesia.


La vida era un deber, una carga, una responsabilidad, una moral. Venimos al mundo para cumplir un papel asignado por la sociedad. Si no, no merecíamos vivir. Nacimos libres, pero ni bien salimos del vientre de la madre, nos hicieron esclavos.

 Desde ese momento empezamos a fingir, a mentir, a edificar nuestra vida, no sobre lo verdadero, sino sobre lo que iba a gustar a los demás, con un solo fin de poder gozar del derecho de vivir…

Impulso Creativo


Por qué hay personas que tienen pensamientos violentos mientras que a otras les surgen pensamientos creativos? ¿Qué es lo que hace que ciertas personas sean genios y otras no?

El pensamiento no es más que un impulso de energía e inteligencia. Para que surja ese impulso de energía e inteligencia y provoque un pensamiento, es necesario que 16 impulsos se encuentren en un punto en la corteza cerebral a una velocidad de 10 bajo una escala de 30 círculos por segundo. ¿Qué hacemos al respecto? Tenemos que entrenar nuestro cerebro, nuestra mente.

Ahora, mientras están leyendo esto, ¿están 100% con el texto? ¿Ahora? ¡NO! Mientras están leyendo, están teniendo un diálogo interno con sus mentes que dicen “Sí, estoy de acuerdo”, o bien, “No, eso no puede ser así”. ¿Observan esto? Todos tenemos una especie de filtro en nuestras mentes y sólo leemos o escuchamos a través de este filtro, y, entonces, aceptamos sólo lo que ya conocemos. 

Muchas veces, lo que no corresponde con nuestro sistema de creencias, automáticamente lo filtramos y lo dejamos afuera. Esta tendencia de la mente de aceptar las cosas que ya conoce de antemano y rechazar lo que no conoce, es una de las principales causas del bloqueo en la creatividad.

Otro aspecto de la creatividad es la imaginación y la intuición. Todas las invenciones sucedieron gracias a la imaginación unida al estado presente de la realidad terrenal.


Entonces, ¿cómo podemos eliminar los bloqueos? Aquí es dónde algo de conocimiento sobre nuestra mente, nuestra conciencia y sobre la raíz de la distracción nos ayudará. 

Y cuando no puedes manejar tu mente directamente, a través de la respiración podrás hacerlo.

La Mente Activa De Nuestro Yo

Todos tenemos dos mentes, la mente del espíritu que nos habla y nos dirige sabiamente y la mente material o mente del cuerpo, aquella que pertenece a nuestro Ser inferior y debido a que no puede percibir la verdad, nos perturba, infundiendo continuamente miedo, inseguridad y preocupación.  

En un primer momento, en nuestra existencia física permitimos que funcione a ciegas, dejando principalmente al mando nuestra mente material, pero poco a poco la mente espiritual se vuelve más y más despierta.

Cada persona avanza a su propio paso, para algunos lo espiritual parece no haber despertado en lo absoluto; otros han comenzado a abrir sus ojos y percibir parte de la verdad – aunque aún hay muchos aspectos que parecen confusos- y finalmente quienes están totalmente despiertos, ellos comprenden que en su interior existe un inmenso Poder y que son los creadores de su propia realidad, por tanto han aprendido a asumir la responsabilidad total por todo lo que sucede en su vida.

¿Cómo podemos diferenciar la Mente Material de la Mente Espiritual? A continuación, veremos siete características de cada una, que le ayudarán a diferenciarlas claramente:
La Mente Material ve, piensa y juzga completamente desde un punto de vista físico, cree que su cuerpo es todo lo que es el Ser. La Mente Espiritual sabe que el cuerpo es el instrumento que utiliza el Ser real, sabe que es mucho más que un cuerpo y que este es sólo la parte más pequeña de lo que realmente existe.
La Mente Material cree que para tratar con la gente debe utilizar sus palabras o hacerlo a través de algún otro medio como un mensaje, una carta, un email y que esta es la única forma de lograr resultados. – La Mente Espiritual sabe que los pensamientos que entretiene son transmitidos e influyen directamente en las personas, estos pueden ayudarle o perjudicarle en sus asuntos.
La Mente Material no considera su pensamiento como un elemento real, tan real como el aire o el agua. – La Mente Espiritual sabe que cada uno de sus miles de pensamientos diarios son cosas reales que actúan sobre la mente de las personas a las que se envían.
La Mente Material cree que los pensamientos no tienen ninguna influencia sobre el cuerpo. – La Mente Espiritual sabe que todos los pensamientos se exteriorizarán en la materia y que por tanto al sostener en la mente pensamientos positivos de amor, salud, paz y felicidad se expresarán en nuestro cuerpo, llenándolo de vigor y salud. Por el contrario, si mantenemos pensamientos de enfermedad, miedo, odio, resentimiento, se expresarán en alguna dolencia física y enfermedad.
La Mente Material piensa que sus sentidos físicos de ver, oír y sentir constituyen todos los sentidos que posee. – La Mente Espiritual sabe que posee otros sentidos en su interior semejantes a los de la vista el tacto y el oído físico, pero de mayor alcance.
La Mente Material quiere seguir en la misma rutina de vida y con las mismas ideas, le disgusta el cambio y se apega a los viejos pensamientos sostenidos año tras año. – La Mente Espiritual, está siempre en busca de crecimiento y acepta el cambio sin poner ninguna resistencia, entendiendo que el nuevo pensamiento nos da nueva vida.
La Mente Material, después de cierta edad, rechaza la idea de aprender nuevas cosas, cree que con los años es difícil aprender y que su objetivo debe ser descansar la mente, se aferra a la idea de ser “demasiado viejo para aprender.” – La Mente Espiritual sabe que la edad no es impedimento para aprender nuevas cosas y que por el contrario esto da más vida, disipa el cansancio, mejora la salud y aumenta el vigor de la mente y el cuerpo. Sin importar la edad que tenga, la mente del espíritu le da al cuerpo más habilidad y destreza en lo que desea aprender.


Para las personas que no han despertado, su mente material no creerá en estas ideas y las rechazará. Sin embargo, las ideas comenzarán a echar sus raíces e irán poco a poco haciéndoles despertar. Cuando la Mente Espiritual está completamente despierta, toma el control y dominio total; la mente material se convierte en el sirviente dispuesto, con gusto ayuda en todos sus deseos y sigue sus ideas; al contrario de lo que sucede en una mente dormida, en la cual la mente material actúa como Superior cuando es solamente la Inferior.

No Es Otoño…Es Invierno

Ya es Invierno…sabes? El tiempo tiene su manera especial de moverse rápido y tomarte desprevenido en el paso de los años. Parece solo ayer que era joven, recién casado y embarcándome en mi nueva vida con mi pareja. Pero de cierta forma parece que fue hace mucho tiempo y ahora pienso, ¿a dónde se fueron los años?

Sé que los he vivido todos. Tengo visiones de cómo fue entonces y de todas mis esperanzas y sueños.

Pero, allí está el invierno de mi vida y “me agarra de sorpresa”. ¿Cómo llegué aquí tan rápido? ¿Dónde se fueron los años? ¿Adónde se fue mi juventud? Recuerdo bien haber visto gente mayor a través de los años y pensaba que aquellas personas mayores estaban muy lejos de mi y que ese invierno estaba tan, tan lejos que no me podía imaginar cómo sería.

Pero aquí está, mis amigos están retirados y volviéndose “grises”, se mueven más lento y ahora veo una persona mayor. Algunos están en mejor forma, otros peor que yo, pero veo el gran cambio. No como las que recuerdo que eran jóvenes y vibrantes, sino como yo, su edad se empieza a mostrar y ahora somos aquellas personas mayores que solía ver y que nunca pensé que sería.

Cada día ahora encuentro que solo el tomar una ducha es uno de los acontecimientos reales del día! Y que tomar una siesta ya no es algo agradable como era, es algo obligatorio! Porque si no lo hago por mi propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado.

Así que ahora entro en esta nueva etapa de la vida sin preparación alguna para todos los dolores y achaques y la pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer todas las cosas que quisiera haber hecho pero que nunca hice!! Pero, por lo menos sé, que aunque el invierno ha llegado y que no estoy seguro cuánto va a durar, esto si sé que cuando se acabe en esta tierra, se acabó. Otra aventura empezará!

Sí, tengo arrepentimientos. Hay cosas que hubiese querido no haber hecho, cosas que debí haber hecho; pero, de verdad, hay muchas cosas de las que estoy contento que hice. Así que, si todavía no estás en tu invierno, permíteme recordarte que estará aquí mucho más rápido de lo que piensas. Por tanto, cualquier cosa que quieras lograr en tu vida, por favor hazlo rápido. No lo pospongas por mucho tiempo. La vida se pasa rápido.

Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya es tu invierno o no. No tienes la promesa que verás todas las estaciones de tu vida, así que vive por el hoy y di todas las cosas que quieras, que tus seres queridos te recuerden con la esperanza que ellos lo aprecien y amen por todas las cosas que has hecho por ellos en los años pasados.

“La vida es un regalo que se te ha dado”

Haz de este viaje algo único y fantástico.



Capital Humano


El capital humano es el más importante dentro de una organización y se remite a la productividad de los trabajadores en función de su formación y experiencia laboral. En oportunidades se usa el término capital humano para señalar los recursos que tiene una empresa, de sus competencias que derivan en una mejora general de la producción, esto viene dado al viejo concepto que colocaba al capital humano como factor de producción y no haciendo énfasis en la formación del mismo.

Los conocimientos obtenidos por la calidad educativa recibida en la población es determinante, dado que es esa formación en donde se desarrollan las competencias capaces de influir en la eficiencia de un agente económico o en la producción total de la compañía. Pero hay que recalcar que esta educación no debe ser netamente formal, es por eso que diversas organizaciones toman a su cargo la responsabilidad de la formación de sus recursos humanos, acto que se considera como una inversión que más adelante rendirá frutos.

Para entender un poco esto, hay que trasladarse al siglo XVIII cuando expertos en economía como Adam Smith, plantearon una serie de necesidades entre la que destacó detenerse no sólo en los factores técnicos sino también humanos al momento de establecer reglas de funcionamiento de la empresa . Por lo que el capital humano apareció como el gran elemento diferenciador y más importante, dado que es éste el que realiza las tareas y habilidades de cada área económica.


Hoy en día muchos procesos de capacitación de personal se llevan a cabo por las compañías con el fin de que el personal sea mucho más competente y productivo.

sábado, 30 de marzo de 2019

La Razón Y La Emoción


La razón y la emoción, por separado, se convierten en procesos que pueden perjudicar nuestro futuro por medio de decisiones desacertadas. Somos capaces de valorar una decisión, a pesar de su racionalidad, como inadecuada (“matar a uno para salvar a muchos”). También somos capaces de advertir decisiones inadecuadas por lo exagerado de las razones que las motivan (“no viajar por el miedo a volar”).

En definitiva, nos valemos de un equilibrio entre lo racional y lo emocional para decidir de manera correcta, proceso éste que se ha ido conformando gracias a nuestra experiencia vital.

¿Qué es una decisión acertada?

En principio la respuesta parece fácil: es aquélla que mayor beneficio nos aporta. Pero esta cuestión no siempre está clara. Cuando nos enamoramos las emociones toman el mando y dirigen nuestras decisiones, y una vez que hemos salido de este estado de ensimismamiento nos preguntamos cómo es posible que actuáramos así, sin tener en cuenta más opciones que las que dicta el corazón, incluso desatendiendo los consejos de personas que apreciamos y tenemos en alta estima.


Frases populares como “el amor es ciego” nos advierten del poder que las emociones tienen sobre estas cuestiones, pero no ha sido hasta fechas recientes que la emoción se ha considerado un elemento determinante en los procesos racionales.