Por un lado está el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Por otro lado está el concepto de Jung del “Saber Absoluto” que dicen que todos tenemos una intuición enorme y que aun sin saber las cosas conscientemente igual las conocemos inconscientemente.
Y los pensamientos y sentimientos inconscientes no es que no estén o no existan, solo están operando por fuera de la conciencia.
Dicen que el marido o esposa engañados son los últimos en enterarse.
Lo cual implica que las señales estaban ahí pero uno no las quiso ver (por eso de que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”) por lo tanto con respecto a las verdades difíciles del mundo geopolítico y financiero quizás estemos operando con ese mismo mecanismo de “ceguera autoimpuesta” por “miedo a ver la verdad” PERO, si el saber absoluto es verdad (y ES verdad) igual lo estamos sabiendo y estamos sufriendo las consecuencias de saberlo inconscientemente porque el miedo que nos genera ese “saber” no desaparece por no tenerlo en la conciencia sino que manipula nuestras conductas para “evadirnos” de la realidad que nos asusta y dejar de pensar en el futuro porque inconscientemente pensamos que no hay futuro entonces para que invertir en el?
No pensar en el futuro lleva a entender a la generación de jóvenes ni-ni (ni estudian ni trabajan), a la falta de compromiso de futuro en las parejas (que futuro? disfrutemos hoy), a la promiscuidad sexual (para que reservarnos para alguna pareja futura especial que podemos no llegar a conocer nunca si todo puede terminar en cualquier momento?) al aumento explosivo del uso de drogas (la forma de evadirse del dolor emocional no elaborado), a la cantidad de horas que la gente se evade mirando TV chatarra y a tantas cosas de la época moderna que no tienen sentido si no incluimos en la ecuación que ese “saber inconsciente” de todas esas verdades amargas o inconvenientes nos dan tanto, taaaaaaaaanto miedo, que luego “sin saber bien porque” incurrimos en todas esas conductas.
Decía Jung también que la salud mental (yo lo llamaría el crecimiento personal) es el “apego a la verdad a toda costa” y el pagar al contado los dolores psíquicos de enfrentar las verdades difíciles porque reprimirlas de la conciencia nos trae tanta multas y recargos, a nivel psicológico y emocional de medio y largo plazo, que es malísimo negocio (no lo decía en esas palabras, pero ese era exactamente el significado de lo que dijo)
Y ES POR ESO que hago esos artículos geopolíticos y financieros “difíciles de digerir”. Porque soy un CONVENCIDO que el mal menor entre
a) saber solo inconscientemente por intuición (saber absoluto) y
b) animarse a saberlo EN CONCIENCIA,
es la segunda opción b).
Animarse a ver, no ser “el último en enterarse” como los maridos y esposas engañadas que por miedo no se animan a VER las señales que los otros ya vieron, duele, asusta, pero genera menos daño en uno mismo que el que genera el autoengaño de pretender no saber cuándo inconscientemente igual lo sabemos.
Pero ¿para qué quiero saber si no puedo cambiar nada de la situación?
Primero que no es verdad.
Lo que es verdad es que nadie puede cambiar nada POR SI MISMO.
Pero todos podemos poner nuestro grano de arena, tomando conciencia y desparramando en nuestro medio ambiente esa conciencia para que los que nos rodean también VEAN la realidad.
Segundo que AUN si tuvieras una enfermedad tal que el medico te dice que existe un 50% de probabilidad de que te mueras en menos de 5 años, seguramente quisieras saber la verdad.
Para manejar tu vida con conocimiento de causa y hacer las cosas de tu vida en función de lo que sabes, y no de lo que ignoras..
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