Un estado alterado de consciencia (EAC), es una
condición significativamente diferente al estado de vigilia atenta, es decir,
distinta al estado de ondas beta propio de la fase en la que estamos
despiertos.
Nuestra conciencia en vigilia habituada a funcionar en un tanto por
ciento reducido de percepción contempla lo que denominamos “la realidad” desde un
enfoque determinado según unos parámetros determinados.
Lo que “existe” es aquello que es observado. A menudo
aquello que está pero “no vemos” es como si no existiese, aunque exista. Es
como el ejemplo de una cámara fotográfica que dirige la atención y enfoca hacia
algo determinado y es ahí donde se centra el fotograma, quedando el resto
distorsionado o pasando a segundo plano. No obstante hay un mundo de matices y detalles
que pasan inadvertidos simplemente porque no prestamos atención o el objetivo
está dirigido hacia un punto en concreto desatendiendo otros.
El EAC, siguiendo esta similitud metafórica, podría
considerarse del mismo modo como un objetivo abierto hacia otras realidades no
contempladas de modo habitual. Por tanto la capacidad de la conciencia de
observar se amplifica mostrando lo que en nuestro cotidiano es invisible,
modificando nuestra interpretación y abriendo a quien lo experimenta a otros
niveles de comprensión más profundos ya que nos aportan amplitud de
perspectiva.
Se convierten así en un campo rico de experimentación y tras
la experiencia, aunque nuestras circunstancias no cambian necesariamente, sí
cambia nuestra percepción de ellas y nuestra comprensión y en realidad eso lo
cambia todo. Los EAC se producen a veces de forma espontánea y la persona
siente que su conciencia se expande siendo posteriormente difícil ponerle
palabras a la vivencia.
En otras ocasiones los EAC son buscadas de manera
intencionada. La humanidad ha tratado de alcanzarlas, desde tiempos
ancestrales, a través de diferentes vías: drogas, danzas tribales, tradiciones
chamánicas, plantas psicodélicas, respiración, hipnosis… Tanto en el intento voluntario a los EAC como
en el brote espontáneo, ya sea que lleguemos a ellos con una perspectiva
psicológica o espiritual, es importante comprender que es algo a lo
que todos de manera natural tenemos acceso dado nuestra naturaleza esencial.
De estar más familiarizados con estos estados de disociación
podríamos estar mucho más conectados “con todo lo que es” y más conscientes de
las múltiples realidades paralelas. La conciencia expandida posibilita un viaje
donde adentrarse en territorio sagrado del alma. Hay una intención definida en los EAC ya que son
una oportunidad de transformación profunda.
¿Qué es posible experimentar durante el estado de conciencia
expandida?
Abrir memorias antiguas o acceder a recuerdos sepultados,
tomar conciencia de los propios bloqueos y liberarlos, desactivar creencias
limitantes, reconocer patrones de pensamiento, rescatar y sanar al niño interior herido
dándole voz, alcanzar comprensiones íntimas en todo aquello que nos ocurre y en
el sentido del PARA QUÉ sucede tal como sucede, vivir estados de relajación
profunda,
experimentar percepciones extrasensoriales, explorar el inconsciente,
expandir el corazón, conectar con la propia sabiduría, entrar en fase REM y
trabajar con las líneas temporales y el “Yo cuántico”, elevar la frecuencia
vibratoria, comunicaciones con la Luz, guía y orientación, descargar bancos de
información, detectar acechos y desalojarlos, cortar lazos, activar talentos y
capacidades, recordar el plan del alma, el propósito de la vida, salir de la
percepción del espacio-tiempo, alcanzar certezas internas sobre la vida y la muerte, reconectarse con el SER.
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