La cultura es una creación del ser humano si tenemos en cuenta que los restantes seres vivos subsisten a partir de la utilización del medio pero no de la creación del mismo. Así, si bien compartimos con ellos las funciones orgánicas que nos hacen nacer, crecer, reproducirnos y morir, la cultura es un bien exclusivo del hombre que iguala a todos los individuos (ya que todos podemos crearla) pero que al mismo tiempo nos hace diferentes entre unos y otros (porque cada uno crea su propia cultura), aumentando la riqueza que el ser humano compone.
Nuestros patrones de conducta, sistemas de creencias,
principios y formas de vida derivan de la cultura, que en pocas palabras es la
suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que con el paso del
tiempo han permitido a los seres humanos ser más libres.
Las representaciones culturales como el arte, la literatura,
el lenguaje y la religión, junto con los valores y creencias de una comunidad,
forman su esencia y se manifiestan a través del estilo de vida de quienes
pertenecen a ella. Cada cultura es especial, distinta y es esa diversidad lo
que más nos enriquece.
La cultura se relaciona con el desarrollo de nuestra actitud
pues nuestros valores influyen en la forma en que vivimos. De acuerdo con la
definición conductista, ésta es el último sistema de control social donde la
gente tiene el dominio de sus propias normas y conductas. Los valores son
nuestros principios fundamentales, dan forma a lo que pensamos, a cómo
procedemos y a nuestra manera de ser.
La cultura afecta la percepción y el comportamiento
La manera en cómo percibimos las cosas está en gran medida
afectada por los prejuicios, la actitud y las emociones, factores estrechamente
relacionados con la cultura. Al etiquetar algo como bueno o malo, nuestras
ideas preconcebidas juegan un papel básico. Cuando juzgamos algo como fácil o
difícil, la actitud y el nivel de motivación que tenemos son clave. La cultura
a la que pertenecemos determina la estructura de nuestro pensamiento, lo que
influye en las percepciones.
La cultura constituye el marco para nuestros pensamientos y
comportamiento
Las ideas arraigadas en la mente influyen en la forma en que
vemos a las personas y en cómo reaccionamos a determinadas situaciones.
Diversos estudios han demostrado que la cultura influye en la forma en la que
nuestro cerebro procesa la información y
responde a los estímulos. Esta es otra de las razones por las que es tan
importante.
Identidad y sentido de pertenencia
La cultura nos da una identidad y nos ayuda a forjar el
carácter. Los valores compartidos a través de la comunidad o grupo social en el
que estamos, nos dan un sentido de pertenencia. La cultura nos une
y nos da una sensación de seguridad.
El idioma que hablamos, el arte, la literatura y el
patrimonio del que estamos orgullosos, la gastronomía, las fiestas, las
costumbres y tradiciones, juntos forman nuestra cultura, se convierten en una
parte de la vida diaria e influyen en nosotros de muchas maneras. La
importancia de la cultura no se puede enfatizar lo suficiente, ya que es algo
que está dentro de nosotros, nos rodea, y es una parte integral de nuestro ser.
Define la forma en que tratamos a los demás y a nosotros mismos.
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