Un ingrediente fundamental para poder amar a otra persona es
amarnos a nosotros mismos. Nadie puede dar lo que no tiene; así que, si
alguien no es capaz de quererse a uno mismo, no puede amar a los
demás.
Quererse a uno mismo significa darse la oportunidad de
descubrir el gran potencial y la grandeza que llevamos dentro.
Quererse a uno mismo significa ser honestos y
comprometernos con nuestra vida.
Quererse a uno mismo significa tener en cuenta nuestras
necesidades y respetarnos, aceptarnos y querernos por ser solo quienes
somos.
Quererse a uno mismo significa dejar de juzgarnos, de criticarnos, de compararnos con los
demás, dejar de exigirnos ser diferentes de quienes somos y romper con la idea
aprendida que tenemos respecto a nosotros. Ésta condiciona nuestra vida y nos
lleva a vivir desconociendo una parte importante y valiosa de quienes somos.
Quererse a uno mismo significa atrevernos a ser quienes
somos, abrazando nuestra realidad aunque a veces no nos guste o no se acerque a
lo que queremos que sea, porque acogiéndola podemos atravesarla y trascenderla.
Cuando aprendemos a apreciarnos, buscamos nuestro bienestar
y somos capaces de proporcionar bienestar a otras personas. Desde aquí,
elegimos para relacionarnos personas que también se aman y establecemos relaciones
saludables que nos permiten ser quienes somos y crecer y madurar de acuerdo con
nuestro propio proceso, caminando a nuestro propio ritmo.
Cuando aprendemos a amarnos, perdemos el miedo a perder,
entonces comienza nuestro crecimiento como personas autónomas:
Amarse es conocerse. No se puede amar lo que se desconoce.
Poner conciencia en ese olvido que hemos hecho de nosotros es rescatarnos para
la vida.
Amarse es escucharse. Atender y cuidar nuestras
necesidades.
Amarse es abrirse. Liberar los condicionamientos que
nos mantienen encerrados en nosotros mismos y atrapados en sentimientos
caducos.
Amarse es atreverse a ser quienes somos despojándonos
de las máscaras que nos hemos colocado para agradar a los demás y conseguir su
amor.
Amarse es aceptarse con lo que nos gusta más, con lo
que nos gusta menos, con todas nuestras capacidades y también con todas
nuestras limitaciones.
Amarse es hacerse responsable de nuestra vida sin echar
balones fuera.
Amarse es vivir presentes y conscientes de nosotros mismos.
Estamos en este mundo para ser nosotros, para crecer
liberados de nuestros condicionamientos y encontrar nuestro propio sentido,
para alcanzar la realización de todo nuestro potencial humano
.
Así que sé como eres, déjate fluir para encontrarte con ese
quien eres, ese ser auténtico y maravilloso que vive dentro de ti repleto de
posibilidades de ser y que solo puede expandirse si lo acoges, lo aceptas y lo
abrazas.
Olvídate de lo que crees que debes ser y solo sé tú mismo,
arriésgate a sentir lo que sientes, acepta y agradece tu vida. Limpia tus ojos
de ayer y estrena una mirada nueva, deja que resuene en tu interior con toda su
fuerza: “Este soy yo y así está bien”.
Es en ese momento cuando uno comprende de verdad lo que
significa quererse a uno mismo.
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