La disciplina es la capacidad de las personas
para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la
constancia, tanto para la ejecución de tareas y actividades cotidianas como en
sus vidas en general. Como tal, la palabra proviene del latín disciplina.
En este sentido, la disciplina supone la capacidad
para controlar los impulsos, sobre todo aquellos que nos apartan de los
objetivos y más bien nos inclinan al goce de los placeres más inmediatos.
De allí que la disciplina sea muy importante a la hora de alcanzar metas
arduas, tanto a nivel personal (rebajar, ponerse en forma, etc.), como a nivel
laboral (mayor productividad) y académico (mayor rendimiento).
La disciplina, pues, es una virtud moral asociada
a la capacidad para llevar una vida ordenada en concordancia con nuestros
principios, deberes, objetivos y necesidades, y en observancia de las normas de
comportamiento social.
La disciplina más temprana se imparte al niño en
el hogar por parte de los padres o de la persona que esté a cargo de la crianza
del infante, y comprende aspectos como el establecimiento de una hora para irse
a la cama, una hora para comer, los hábitos de aseo personal, así como otros
temas relacionados con la conducta en el hogar y fuera de él.
A continuación, el niño recibe la disciplina escolar,
donde aprende cómo relacionarse con sus iguales y sus superiores, el
cumplimiento de los deberes, el seguimiento de las normas, es decir, el código
de conducta que la escuela impone para asegurar la convivencia, el orden y el
funcionamiento de la institución.
Disciplina también puede emplearse como sinónimo
de arte o de ciencia: la disciplina de la escultura, la disciplina de la
química. En este sentido, lo que caracteriza a la disciplina artística o
científica es que cada una posee un conjunto de conocimientos, principios,
métodos y objetivos que le son particulares.
Del mismo modo, una práctica deportiva puede ser
considerada como una disciplina en la medida en que comprende un
conjunto de exigencias, tanto de régimen de vida, como a nivel físico y mental,
que son necesarias para que el atleta pueda ofrecer el máximo rendimiento.
Como disciplina también se denomina aquella que deben seguir
los religiosos o los militares, y que contempla el acatamiento y
seguimiento de un conjunto de normativas y disposiciones morales relativas a su
régimen de vida, sus funciones y su institución.
Como disciplina también se designa el instrumento usado
para azotar, por lo general fabricado con cáñamo, cuyos extremos suelen ser más
gruesos. Es sobre todo utilizado por algunas órdenes religiosas para
autoinfligirse castigos corporales con fines penitenciales.
Disciplina también puede hacer referencia a la mera acción
y efecto de disciplinar. Por ejemplo: “Profesor, ponga disciplina en su curso;
ya hay muchas quejas de los padres”.
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