viernes, 12 de abril de 2019

La Conducta Disocial


El trastorno de conducta es una alteración del comportamiento, que a veces es diagnosticada en la infancia, caracterizada por un comportamiento antisocial que viola los derechos de otras personas, las normas y reglas adecuadas para la edad.

Entre los comportamientos antisociales podemos citar la irresponsabilidad, la trasgresión (como las ausencias escolares o el escaparse), la violación de los derechos ajenos (robo, por ejemplo) y/o la agresión física hacia otro (asalto u otra violación). Estos comportamientos a veces se presentan juntos, pero puede suceder que aparezca uno o varios de ellos sin estar acompañado por alguno de los demás.

Los factores que contribuyen al desarrollo del trastorno de conducta disocial son varios, los exámenes neuropsicológicos indican que los individuos que tienen este trastorno parecen tener afectado el lóbulo frontal del cerebro, lo cual interfiere con su capacidad de planificar, evitar los riesgos y aprender de sus experiencias negativas.

Se considera que el temperamento de los sujetos tiene origen genético. Los niños o adolescentes que provienen de hogares en desventaja, disfuncionales o desorganizados tienen mayor probabilidad de desarrollar este tipo de trastornos. Se sabe que los problemas sociales y el rechazo por parte de sus compañeros contribuyen a la delincuencia. Existe también una relación entre el bajo nivel socioeconómico y los trastornos de conducta.

Este trastorno se presenta con una frecuencia mayor en los hombres que en las mujeres. Los individuos que padecen trastornos de la conducta, en ocasiones presentan también otros problemas psiquiátricos que pueden contribuir al desarrollo de este trastorno. En las últimas décadas, los trastornos de la conducta han aumentado considerablemente.

La conducta agresiva es la causa de entre un tercio y la mitad de las derivaciones a los servicios de salud mental.


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