jueves, 16 de mayo de 2019

El Camino No Elegido


He leído en innumerables ocasiones el maravilloso poema de Robert Frost titulado «The Road Not Taken» / «El camino no elegido», y en cada una de las ocasiones que lo he leído no he podido evitar reflexionar sobre la importancia que tienen para nuestra vida y nuestra realización personal las elecciones que hacemos sobre que camino tomar cuando aparecen frente a nosotros diferentes opciones.

En una sociedad como la actual, donde todo tiende a unificarse, y son las modas las que marcan para una gran mayoría su modo de actuar, resultan más vigentes que nunca las palabras del poeta en el último verso del poema:

La opción «fácil» en la vida suele ser elegir siempre el camino que recorre la mayoría. Eso simplemente supone en la mayor parte de los casos «dejarse llevar». 

Es el camino cómodo compuesto generalmente por todo aquello que queda dentro de nuestra zona de comodidad, o por lo que marcan las modas, o por lo que nos vende la publicidad y los medios. 

Pero es una clase de camino que a pesar de su aparente facilidad difícilmente conduce a la verdadera realización y plenitud. Es una clase de camino que raramente nos empuja a tener que crecer para desatar en cada instante lo mejor de nosotros mismos. 

Es un camino que generalmente conduce con el tiempo a formularnos la más temible de las preguntas… ¿Qué hubiese podido ser mi vida si me hubiese atrevido a poner en juego todo mi potencial?… Ojalá jamás te tengas que enfrentar a una pregunta de ese tipo.

Por eso, siempre he defendido que es en «el camino menos transitado», aquel que está en sintonía con nuestros verdaderos valores, aspiraciones, anhelos y sueños, donde se encuentra la llave hacia la verdadera felicidad y realización. Es un camino poco transitado porque es sencillamente «tu» camino.

Solo tú sabes realmente cuales son esos anhelos profundos de tu corazón y solo a ti te corresponde tomar una decisión comprometida y verdadera para alcanzarlos. Este es un camino ajeno a las modas, los comentarios de los demás, lo generalmente aceptado,… Y suele ser un camino que requiere poner en juego lo mejor que hay en ti para ser recorrido.

Todos en algún momento de nuestras vidas llegamos a uno de esos puntos en los que aparecen frente a nosotros varias opciones para elegir. Y es en esos momentos cuando tenemos que tener el suficiente coraje para escuchar esa voz interior que siempre está ahí para en forma de intuición decirte… 

¡Atrévete! ¡Toma el camino hacia tu verdadera realización personal! ¡Ha llegado el momento de poner en juego todo tu máximo potencial!

Repitiendo las frases del poeta:
“Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia”.


Elige tu propio camino. Será el menos transitado. Pero su destino es claro: tu auténtica realización personal y la felicidad.

Noción De Realidad

Podríamos decir que el nudo del problema se sitúa en donde yo estoy poniendo mi noción de realidad. Según nuestra noción particular de realidad, «realidad» significa lo que para nosotros es real. Y en este caso, es sinónimo de lo que para nosotros es importante. Allí donde yo pongo mi noción de realidad, allí se produce lo que para mí pasa a ser de importancia.

Pero mi noción de realidad es móvil. Ahora estamos aquí y, naturalmente, para vosotros lo real es esta situación que estáis viviendo: estamos reunidos en esta sala, yo que estoy hablando, lo que estoy diciendo; esto es lo real. Pero dentro de una o dos horas lo real será la calle, el tráfico, la circulación, el no tropezar, no ser atropellado; y dentro de otro rato será la cena, la familia, y aquello será lo real. 

Y lo que antes era real pasa a ser un recuerdo; y por ello, menos real. Es decir, constantemente estamos viviendo unas cosas como lo real, pero luego pasan a serlo menos (o incluso a desaparecer de nuestra conciencia).

Ahora, yo me pregunto: ¿realmente estamos viviendo la realidad de las cosas, o es que estamos viviendo nuestra noción de realidad puesta en cada cosa que tenemos delante? Si yo viviera la realidad de las cosas, las cosas seguirían siendo reales, aunque fueran de ayer o de más tarde, porque la realidad en sí misma de las cosas no cambia. Cuando para mí una cosa es muy importante, es lo más real en un momento dado, y en el momento siguiente pasa a ser otra cosa y luego otra cosa, esto me hace ver que no es la realidad de la cosa lo que veo, sino que es la realidad que hay en mí, y que yo la estoy prestando a la cosa.

¿Qué pasaría si yo aprendiese a vivir directamente esa noción de realidad, no allí donde mecánicamente la estoy poniendo sino realmente dónde está? Pues que las cosas dejarían de ser problema para mí, dejarían de ser objeto de deseo y objeto de temor.

¿Por qué una cosa me inspira un gran deseo? Porque veo en la cosa más realidad que en mí. ¿Por qué una cosa me produce temor? Porque veo en la cosa una mayor fuerza o realidad (hostil en este caso) que en mí. Pero si la realidad de la cosa yo la vivo en mí (porque es mía), entonces aquella cosa deja de producirme miedo.

Así, para mí es real aquello en lo que yo pongo mi noción de realidad: porque como yo ahora estoy viviendo esta realidad en mis imágenes mentales y en mi fabricación de ideas, así, las imágenes mentales y las ideas son para mí lo real. Y por eso me seducen y voy tras ellas, por eso me dominan, y por eso yo estoy supeditado a ellas. 

Pero si yo pudiera vivir esta noción de realidad, no aquí, en mi frente, con cada fenómeno que se produce en mi mente, sino donde realmente está, que es en mi centro, entonces yo podría vivir todo sin dejarme aprisionar por nada, sintiéndome como mínimo con la misma fuerza que tiene cada objeto. Así, se hace evidente la absoluta necesidad de que yo aprenda a descubrir esta realidad en mi centro.


Cuando antes decía que yo soy esta totalidad en un plano más profundo o más elevado, el problema que se plantea es ¿en qué medida eso para mí es real? Porque en la medida en que mi realidad siga siendo mi conciencia mental habitual, no viviré en mi realidad central. Podrá ser una idea muy bonita, quizá algo deseable, o cualitativamente importante, pero no será para mí ninguna realidad operativa. 

El trabajo consiste en trasladar mi noción de realidad desde donde está funcionando habitualmente hasta allí donde realmente está, donde Es.

La Fuerza Interior


La clave está en no desistir, en no alzar a la mínima una «bandera blanca” ni darnos por vencidos, aun cuando la tormenta haya creado tantas olas y estemos muy lejos del puerto más cercano. No se trata tampoco de una simple metáfora, sino de la vida misma. Porque a veces, cuando nos vemos más lejos de la costa más altas debemos izar nuestras velas.

«El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.»
Jorge Bucay-

En un estudio llevado a cabo por Martin Seligman en el 2004, analizaba qué características definían a las personas psicológicamente fuertes. Así, algo que pudo verse es que aquellos perfiles orientados hacia las emociones positivas y a un enfoque basado en la resiliencia, eran los que mostraban mayores índices de salud física y psicológica.

La fuerza interior se relaciona por tanto con nuestra mentalidad, correcta gestión emociona y nuestras actitudes. Veamos no obstante qué más factores definen a estas personas.

Les guía la responsabilidad personal: son dueños de su destino

En primer lugar, las personas no tenemos el control sobre todo lo que nos ocurre. Sin embargo, lo ideal es ser siempre responsables de nosotros mismos. Algunos pueden decir que han sido bendecidos con esa fuerza interior, otros que tienen buena suerte y otros que son empujados por una estrella. Sin embargo la persona con fuerza interior es constructora activa de su bienestar.

Además, tienen esperanza porque saben que si se equivocan también que van a aprender. Saben que no todo va a ser fácil, pero no encuentran una razón lo suficientemente poderosa que les diga que no van a poder.

Invierten esfuerzos en lo que vale la pena

En segundo lugar, las personas con una gran fuerza interior saben que hay cosas en las que no pueden influir ni cambiar, por lo tanto, no gastan sus energías en ellas. Por el contrario, se enfocan en aquello que está en sus manos y trabajan incansablemente para poder llevar a cabo lo que desean.
Esto se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida diaria. Por ejemplo, si estamos en un embotellamiento de tránsito, ¿De qué nos sirve gritar, enojarnos o perder el control? Mejor es enfocar las energías en algo más productivo, como escuchar música, aprovechar para pensar en nuestro plan del día, ponernos objetivos para la jornada…

Si quieres mejorar tu fuerza interior deberás ver el pasado como una fuente de información a la cual puedes acceder cuando lo necesites.

Ahora bien, debemos tener en cuenta algunos detalles. Existen otras bases de datos para nutrirnos. Muchas personas viven atadas a su pasado y esto no es bueno. Todo lo que les ha ocurrido se convierte en un fardo o en una mochila pesada que no permite avanzar un solo paso.

Los que realmente tienen una fuerza interior considerable saben que las vivencias del ayer son valiosas, pero que no hay que encadenarse a ellas.

Por otra parte, para ser una persona con una fortaleza interior, no hay que focalizarse en la queja, en el error cometido, en todo lo perdido y dejado atrás.

En realidad, el problema no está en quejarse, sino en mantener esa actitud “de por vida”. Esto quiere decir, que es muy simple volverse un quejoso crónico, pero no hacer nada para cambiar aquello de lo que nos quejamos o criticamos.

No te centres en los aspectos negativos, no pierdas energías en nimiedades. Si hay algo que te molesta, actúa de tal manera que puedas cambiarlo. No te sientes a llorar sobre la leche derramada, como dice el refrán popular, ponte a limpiar el desastre.

«Es duro fracasar, pero es todavía peor no haber intentado nunca triunfar.»
-Theodore Roosevelt-

Por último, los que pueden sentirse orgullosos de su fuerza interior no quieren impresionar a nadie más que a ellos mismos. No actúan para demostrar a los demás lo que son capaces de hacer, sino que son felices por su propios logros.

La motivación es algo que no pierden ni por un instante y estas personas la alimentan celebrando sus logros; no para presumir sino para disfrutar de lo que han conseguido. Esto no quiere decir que no puedan comunicar lo que consiguen, sino que saben cuándo, cómo y a quiénes contar sus buenas noticias.

El Valor De La Libertad


Unas veces lo eliges y otras no te queda otra opción que aceptar algo que te viene dado. Algo complicado, una nueva responsabilidad, algo que no has elegido, en definitiva, un reto.

En la historia hay infinidad de casos de personas que se han tenido que enfrentar a situaciones muy complicadas y que después de haber tenido serios inconvenientes alcanzaron a metas excelentes, como Stephen Hawking, Beethoven o el alpinista húngaro que después de haber perdido una pierna en una avalancha volvió a la misma montaña un mes más tarde para alcanzar la cumbre que se había propuesto, su nombre es Zsolt Erös.

Otro ejemplo es Niki Lauda, piloto de Fórmula 1, que tras haber sufrido un grave accidente quedó atrapado por las llamas y sufrió gravísimas heridas hasta el punto de haber recibido la extremaunción por parte de un sacerdote. Unos meses más tarde volvió a la pista disimulando sus cicatrices con una gorra y siguió corriendo hasta su retirada.

En la red he encontrado infinidad de ejemplos de este tipo, la cantante Shania Twain que muchos días iba sin comer al colegio y con bolsas de papel como zapatos debido a la pobreza extrema de su familia, en la que su padrastro maltrataba a su madre, o Hilary Swank, ganadora de dos Oscar, que vivió en parques durante toda su infancia y no pudo terminar el colegio…

En fin, no me extiendo con estos ejemplos porque seguro que tú conoces de primera mano casos de personas que han superado fuertes dificultades y han llegado donde se han propuesto.

La pregunta que surge es, ¿por qué unas personas reaccionan de forma positiva ante los obstáculos de la vida, luchando y saliendo incluso fortalecidas, y otras se quedan atrapadas en ellos?

Cultivando la resiliencia
La nota común en las personas que mejor gestionan los obstáculos es que disponen de flexibilidad emocional, de resiliencia. La Wikipedia la define así “La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. 

Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

La Resiliencia, es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar que los resultados estén en contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos.”

Muy bien, pero vayamos a lo práctico, ¿qué aspectos debemos trabajar para ser más resilientes? ¿Cómo podemos desarrollar nuestra resiliencia?

La vida es un camino lleno de obstáculos. La diferencia entre una persona que lucha por salvarlos y otra que se rinde está en su actitud; la peor de todas es quedarse paralizada por un sentimiento de miedo basado en creencias limitantes que nos bloquean y nos impiden ver mas allá del problema que nos ocupa. Estas creencias limitantes se pueden y se deben trabajar.

“Cada uno de nosotros es una fortaleza inexpugnable que únicamente será devastada desde dentro” T.J. Flynn

¿Cómo desarrollar esa mentalidad positiva que nos ayude a superar los retos que la vida nos plantea?
Estas son algunas ideas:

Tus fortalezas. Nunca saques valor a lo que has conseguido, a lo que sabes o a lo que eres. Piensa en tus puntos positivos, en las habilidades que tienes y que ya has utilizado antes. ¿Por qué no aplicarlas en esta ocasión?

Neutraliza tus limitaciones. Identifícalas y, si así lo decides, trabaja para superarlas. Te sacarás un gran peso de encima. Superar nuestras propias limitaciones es pasar de sentirte esclavo a sentir la libertad. Lo digo por experiencia.

Fija pequeñas metas a corto plazo. La satisfacción del logro te ayudará a seguir con más energía.
Menos pensar y más actuar. La parálisis por análisis es un mal que padecen muchas personas y sus resultados son nefastos. Cuando haces cosas, pasan cosas. Si no haces cosas, no pasa nada. Así de simple.

Genera alternativas. Pon en marcha tu creatividad, busca otras opciones, otros puntos de vista, nuevas perspectivas. Deja de centrarte en el problema y focaliza tu atención en las soluciones. Mira más allá.
Aprende de otros. Existen muchos casos de personas que han superado grandes obstáculos en su vida o han triunfado desde cero, con ideas aparentemente imposibles y enfrentándose a grandes adversidades. Analiza qué han hecho y cómo lo han hecho, qué habilidades han puesto en práctica…

 ¿Cómo podrías aprender de su experiencia? Aprender de la experiencia ajena es “menos doloroso” emocionalmente hablado que hacerlo de la propia.

Piensa en positivo. De eso se trata. Está comprobado que los lazos neuronales que se crean a través de los pensamientos positivos son mucho más poderosos que los negativos, aunque los negativos son más fáciles de formar y alimentar. Tú decides.

Como siempre digo, esas son claves generales, lo importante es que tú mismo desarrolles tu propia fórmula para afrontar situaciones complejas. Si no consigues hacerlo solo, pide ayuda.


Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.

El Camino Correcto

Todos tenemos que tomar decisiones en algún momento que definen nuestro rumbo. Debemos descubrir cuál es el camino correcto o qué camino tomar.

Ante esto, debes saber que no puedes detenerte. Estás transitando un camino desde el día que naciste. Tu vida es como un barco que no detiene la marcha, solo diriges el timón.

Pregúntate:
¿Cómo llegaste hasta a este punto de tu vida?
¿Cómo elegiste el camino que has tomado hasta el momento?
¿Ese camino te llevara al lugar donde quieres estar mañana?
Que importante es conocer todas tus posibilidades y más aún, que importante es conocerte a ti misma(o) para saber cuál de esos camino elegir.

En mi caso, hace algún tiempo seguía otro camino, uno totalmente diferente al que estoy tomado ahora. Aquellos eran mis tiempos como estudiante y recién egresado. Cometí muchos errores y por supuesto aprendí en consecuencia. Era menos experimentado. Sin embargo hay algo en especial de lo quisiera hablarte hoy. Me refiero a mis creencias sobre el camino correcto.

Antes no me cuestionaba mucho acerca del rumbo que estaba tomando. Elegí una carrera sin siquiera cuestionarme si realmente la necesitaba. Creía que era lo que mejor podía hacer para conseguir un buen empleo. Debo decirlo, ni siquiera me puse a pensar en si de verdad tener un empleo de 8 a 6 era lo mío.

¿Un buen empleo? ¿Acaso esas eran las únicas opciones y la escuela es el único camino? No, por supuesto que no, fue una creencia limitante que tenía.

Pensaba que me dirigía hacia donde realmente deseaba, pero la verdad es que elegí sin conocer todas mis opciones.

Volteaba a ver a mi alrededor y veía que todo estaba bien. Caminaba por un camino donde muchos otros transitaban, me sentía acompañado. ¿Qué podía estar mal? Seguía el camino “correcto”, aquel que se suponía me llevaba al éxito.

Desafortunadamente ni siquiera tenía un concepto de éxito propio definido. El que tenía lo había adoptado de la gente. Era un concepto genérico que no contemplaba mi felicidad ni mis valores. Bueno, de hecho ni siquiera conocía mis valores.

Fue a base de inconformidad y rebeldía aprendí que no hay un camino correcto ni el mejor camino, y que todos tenemos la valiosa oportunidad de elegir hacia dónde ir.

Una mente abierta e inquieta
De niños tenemos una mente inquieta. Una que se cuestiona todo lo que hay. Tenemos una curiosidad natural por conocer el mundo, por descubrirlo. Nos maravillamos aprendiendo cosas nuevas. Sin embargo en algún punto de nuestro crecimiento algo sucede.

Enmarcados por la sociedad
Con el tiempo toda esa curiosidad por descubrir nuevos caminos y aprender cosas nuevas se va desvaneciendo.

Son muchos los factores que influyen para que eso suceda. Tu educación, tus padres, tu entorno, la escuela, tus creencias, tus amigos, tu cultura…

Somos enmarcados, nuestra mente es encajonada. Somos sumergidos en reglas y normas de conducta y con ello, el alcance de nuestras ideas y pensamientos es truncado.

Nos dicen lo que es posible para nosotros y sin darnos cuenta comenzamos a tomar un camino sin cuestionarlo.

Nunca nos damos el tiempo de analizar cuáles de esos caminos nos hacen vibrar desde el interior. Tampoco aprendemos a sentir y escuchar ese llamado interno; esa chispa que surge desde lo profundo de tu ser, que te da un indicio de lo que quieres ser y hacia dónde quieres ir.

Aprendemos a vivir sin pensar y basamos la mayoría de nuestras decisiones en lo que ocurre en el exterior, nunca desde el interior.

A partir de ese momento comienza ese sentimiento de inconformidad. Una sensación de que no estamos haciendo lo que de verdad necesitamos, viviendo en contra de nosotros mismos.

Cuán difícil ver a lo lejos
Imagina que tu mente tiene unos muros que te impiden llevar tu pensamiento más allá de lo que crees que es posible para ti ¿Qué crees que va a pasar?

Pues tu alcance se va a reducir muchísimo, es difícil que llegues lejos. Eso es lo que pasa cuando tienes unas creencias limitantes. Difícilmente podrás transitar un camino que no sabes que existe. Puedes llegar a él por casualidad pero tus probabilidades son mínimas, de hecho prácticamente nulas.

Todas tus decisiones están basadas en tu sistema de creencias y valores. Tu tendencia será ir por donde crees que debes ir, pero ¿Cómo elegir? Si no conoces antes todas tus opciones.

Tus posibilidades son infinitas
La diferencia de la vida humana a las otras formas de vida, es que tú le puede dar (hasta cierto punto), una orientación a tu vida. Tú puedes (en términos relativos) ser autor del camino de tu propia vida. —José Mujica

Si quieres realmente vivir al máximo, aprende a ver el mundo como es; un lugar lleno de infinitas posibilidades sobre el cual tienes influencia.

Abre tu mente, piensa y toma conciencia. Ahora mismo podrías estar dedicando tu vida a lo muy diferente a lo que haces ahora. Tal vez podrías ser una reconocida instructora de ballet, un excelente biólogo marino o una gran profesora de natación. La cantidad de posibilidades es inmensa.

Aunque ahora mismo, en esta etapa de tu vida te encuentres haciendo algo que te gusta, estoy seguro que antes pensabas en muchas otras opciones y te aseguro que aun así, no eran todas.

Eras más joven y menos experimentado. Tu visión del mundo era reducida. Como elegir adecuadamente un camino cuando tu visión de la vida es corta. Sin embargo muchas personas a pesar de elegir mal, jamás se atreven a hacer un cambio. Piensan que por elegir un camino deben de seguirlo el resto de sus días. Es en ese momento cuando dejan de vivir realmente.

Posiblemente el camino que tomaste no fue incorrecto, tal vez era necesario solo para una etapa de tu vida pero ahora es momento de cambiar.

Podrías ahora mismo estar indeciso(a), pero si una etapa está a punto de cerrarse para dar paso a una nueva. Entonces permite que así sea.

Muchas personas creen que por que eligen una carrera o un oficio, deben seguirlo toda su vida. Ni siquiera se detienen un momento a analizarlo. Lo creen y así lo viven, pero solo es una creencia limitante.

Elegir un camino no implica que tengas que seguirlo hasta el final de tus días.

Cuestiona todo aquello que das por hecho, en especial lo que crees que es posible para ti.

Un mundo nuevo; más posibilidades
Ya te lo dije en este artículo. Cuatro años de estudio no pueden definir lo que harás por los próximos 30 o 40 años. En la vida se puede hacer mucho más.

Ni siquiera estamos preparados en términos evolutivos para hacer algo de forma repetitiva por tanto tiempo. Hace 200 años el humano apenas alcanzaba la gloriosa edad de 40 años. Como pretender hacer algo por tanto tiempo sin aburrirte, sin perder el entusiasmo. Creo que es imposible.

Generar el hábito y vivir robotizado claro que se puede, pero no significa que vivas feliz.
Se ha adoptado una creencia en la sociedad actual, de que debes consagrar tu vida a una sola cosa, pero eso no tiene que ser así, es absurdo. En tu vida puedes ser abogado, músico, escritor, empresario y youtuber si así lo deseas.


Si solo tienes una vida entonces debes hacer todo cuanto puedas y quieras con ella.

Escepticismo

Filosofía
Escepticismo
En la filosofía clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda, representada en la escuela por el filósofo griego Pirrón, quien decía que "no afirmaba nada, solo opinaba".  El escepticismo se diferencia del negacionismo por exigir evidencia objetiva a las afirmaciones, y en caso de haber tal evidencia aceptarla, en tanto que el negacionismo cuestiona o rechaza las evidencias.
El escéptico es alguien que profesa duda o está en desacuerdo con lo que generalmente está aceptado como verdad. La palabra "Escéptico" viene del griego skeptikoi (de skeptesthai que en griego significa examinar). La etimología de esta palabra indica en su significado: "quien investiga". Los filósofos escépticos no creen en una verdad objetiva, porque todo es subjetivo, dependiendo del sujeto que estudia y no del objeto estudiado.

Una persona escéptica diría siento frío pero no hace frío, ya que solo puede saber que ella tiene frío o calor. A esta postura de no emitir juicios sino exclusivamente opiniones, se la llamó epojé (suspensión de juicio).

En filosofía, esta actitud los lleva a la ataraxia (paz mental) porque, al no creer en nada, no entraban en conflictos con nadie y no se veían obligados a defender sus opiniones ya que no existían verdades objetivas.

Existió diversidad y oposición de sistemas, como los de Demócrito, Empédocles, Platón, etc. que crean abstracciones y dudas. La influencia en la política exterior de hechos como la muerte de Alejandro Magno y la diversidad en las costumbres, religiones e instituciones de las ciudades.

Pirrón fue el creador del escepticismo. Un gran viajero que conoció muchas culturas con los ejércitos de Alejandro Magno, cosa que le permitió dudar de las verdades evidentes y tradiciones de su cultura. 
Se dice que Pirrón llevó al extremo la suspensión de juicio, hasta el punto de sacarse las cuerdas vocales.

Otro importante escéptico fue Sexto Empírico, autor de Esbozos Pirrónicos. En esta obra sostiene que en la vida práctica hay que seguir:

· Las señales que aporta la naturaleza

· Las necesidades del cuerpo

· Las tradiciones y las leyes

Timón el Silógrafo continuó la tradición escéptica poniendo en duda las ideas aristotélicas, dudando incluso de los primeros principios de la deducción aristotélica.

Sin embargo, el sistema socrático de hipótesis y deducciones nunca fue puesto en duda por los escépticos, aunque se ganaron fama de desbaratadores y perdieron popularidad al luchar contra los ritos, leyendas y supersticiones arraigadas.

Durante el siglo I a. C. el escepticismo volvió a cobrar importancia paulatinamente hasta Luciano de Samosata y Sexto Empírico, que representan a los últimos escépticos clásicos.

Ya en el Renacimiento, el médico Francisco Sánchez escribió una obra fundamental, Quod nihil scitur (Que nada se sabe). El escepticismo no fue tomado como una hipótesis válida para indagar en la verdad, de forma tal que constituyó el fundamento primero de Descartes y su duda metódica, con la cual el escepticismo vuelve paulatinamente a cobrar importancia hasta el Siglo de las luces donde impregna todo el pensamiento ilustrado.

A mediados del siglo XIX, el Romanticismo ya domina la sociedad y reclama para sí todo un modo de vida menos analítico, más evocativo donde se pueda mezclar realidad y sabiduría

Ser Asertivos


Asertividad es la capacidad para expresar propias opiniones, los sentimientos y las emociones sin complejos, de una manera tranquila, sin agresividad, temor o ansiedad, permitiendo a una persona autoafirmar sus derechos como individuo, evitando ser manipulado y sin necesidad de manipular a los demás.

La asertividad no tiene nada que ver con la necesidad de aprobación; si soy asertiva no estoy buscando con mi conducta el beneplácito de los demás, sino que estoy expresando mis propias opiniones aunque esto implique desacuerdos con otras personas.

Cuando expreso lo que siento y pienso con tranquilidad y sin tapujos, me siento bien, desaparece el nerviosismo y la tensión. La asertividad tiene un efecto contrario a la ansiedad; cuando actúo asertivamente se produce un efecto anti ansiedad que hace que me calme manejando cualquier situación de manera más efectiva y equilibrada.

La asertividad es innata y aprendida, de manera que el camino hacia la asertividad, puede convertirse en un aprendizaje, un proceso nuevo de descubrimiento de las potencialidades que se tienen en una relación consigo mismo es un comportamiento aprendido. Si corremos con la suerte de contar con buenos modelos de personas asertivas durante nuestra infancia, será natural para nosotros desarrollar ese hábito, de otra manera posiblemente nos encontremos en la situación de desear cultivarlo.


En el mundo complejo como este, es necesario que seamos asertivos, sino, tanto nuestros derechos, como nuestras obligaciones acabaran dominándonos.

La Conducta Del Abuso

La investigadora del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Burgos Gloria Garrote ha defendido recientemente su tesis doctoral, un trabajo que profundiza en el uso y abuso de tecnologías en adolescentes y su relación con algunas variables de personalidad, estilos de crianza, consumo de alcohol y autopercepción como estudiante. La tesis, dirigida por el profesor Fernando Lara Ortega, tiene como fin último contribuir al desarrollo de estrategias preventivas y promover un uso sensato de tecnologías en este sector poblacional.

El trabajo surge del interés personal de la investigadora, orientadora y profesora en un Instituto de Educación Secundaria, por el uso que los adolescentes hacen de la tecnología y las variables que pueden incidir en la utilización disfuncional de la misma. “En la investigación nos planteamos si el uso de tecnologías repercute en el rendimiento escolar, si podemos hablar de adicción o solo de un mal aprendizaje a la hora de utilizar estas tecnologías, qué papel tiene la familia o qué podemos hacer desde la escuela”, explica a DiCYT la investigadora.

La primera parte de la tesis realiza una revisión de las investigaciones más relevantes sobre el uso de tecnologías en adolescentes, sobre el concepto de adicción y su idoneidad o no para emplearlo como categoría diagnóstica en el abuso de tecnologías. Además, como uno de los factores que más influye en el desarrollo de la personalidad y el comportamiento del adolescente es el contexto familiar, el trabajo se centra en analizar el papel de la familia como agente socializador primario. Asimismo, reflexiona sobre el papel de la escuela y analiza diferentes variables que pueden configurar un arquetipo de persona susceptible a realizar un consumo abusivo.

Tras esta revisión teórica, el trabajo lleva a cabo un estudio descriptivo de la muestra y posteriormente un análisis correlacional de las distintas variables. Como resultados, la autora destaca que, en general, son pocos los adolescentes que tienen un uso de tecnologías “adictivo” y los que lo tienen, “son personas que presentan un perfil de vulnerabilidad psicológica que se caracteriza, entre otras variables, por una elevada impulsividad disfuncional, es decir, una respuesta rápida por parte de los adolescentes que les conduce a problemas”.

Por otro lado, un porcentaje significativo de la muestra, del 10 al 20 por ciento, señala que el uso de TIC “repercute negativamente en sus estudios”. Del mismo modo, la investigadora determina que aquellos que abusan más de los soportes electrónicos “también consumen alcohol de forma excesiva”, así como la importancia de una buena comunicación familiar que sea “positiva y estimulante”. “Los estilos de crianza negligentes, las críticas excesivas o las continuas quejas hacia la conducta de los hijos se relacionan con un uso abusivo de tecnologías”, agrega. En este sentido, explica que “la ignorancia de los padres es fundamental en una conducta de abuso”.

Estrategias preventivas
Otras variables que guardan relación con el abuso de las pantallas, añade Gloria Garrote, “son la des inhibición, muy vinculada con la conducta impulsiva, y la susceptibilidad al aburrimiento”, variables que se han asociado asimismo “al consumo excesivo de alcohol”. “Existe un perfil de multiabuso, es decir, el que abusa de las tecnologías abusa de más de una cosa”, avanza.

A su juicio, es necesario enseñar al adolescente a gestionar su tiempo de ocio, "ya que en numerosas ocasiones las horas que pasan ante las pantallas anulan otras actividades que pueden resultar muy enriquecedoras”, incide la experta, quien considera fundamental “la elaboración de estrategias preventivas”.

La investigadora concluye que existe “cierta confusión terminológica” a la hora de establecer un marcador claro para delimitar la conducta de abuso “pero, hablemos o no de adicción, lo que está demostrado es que un uso excesivo de las tecnologías causa una serie de desajustes en la vida del adolescente que, por sí mismos, ya justifican la intervención y una seria reflexión de todos los agentes implicados”.


En el último capítulo del trabajo la autora realiza una serie de recomendaciones, señalando “cuáles son las actitudes disfuncionales de la familia” y que quizá “haya que rediseñar los programas para padres”. También apunta que, sabiendo qué variables inciden en el consumo abusivo, “habría que afinar los programas de intervención dentro de los colegios para diseñar esas estrategias preventivas que sean más eficaces”. “Es necesario detectar a aquellos adolescentes y niños que presentan estas características de personalidad, especialmente cuando se combinan con entornos familiares que pueden aumentar la conducta de abuso”, concluye.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Los Cimientos De La Autoestima



Interesante: Estudio realizado por la doctora Victoria Medvec de la Universidad de Cornell en Nueva York descubrió que bastantes atletas olímpicos que ganan medallas de plata están menos satisfechos con su medalla que los que obtienen la bronce.

Nos es más sencillo valorar las situaciones de los demás en su justa medida, que la nuestra.
No hemos aprendido a darnos palabras de ánimo en los momentos difíciles.

La vida oscila entre las cosas que salen mal y las que salen bien.  No nos hemos de dejar abatir en los momentos tristes, ni ponernos eufóricos en los momentos buenos. En la vida habrá de todo. Muy buenos ratos y otros menos buenos. Nadie se libra de ello.

No olvidemos que la vida es un continuo oscilar entre lo que sale bien y lo que sale menos bien.
Una buena preparación no sólo aporta conocimiento sino seguridad y tranquilidad
La mención a un adulto, a un profesor, a un entrenador, que acompaña en la adolescencia es fundamental.

A veces la opinión de una sola persona puede influir mucho, en especial en la adolescencia.

¡Quiero ser esa persona
Si estamos a gusto con nosotros y con los demás, sabremos amar la vida y estar motivados, sin estrés, sin temor, y no consideramos ningún obstáculo insuperable.





Reaccionar Para Sentirnos Útiles

En algunas ocasiones, sin importar la situación que vivamos como personas solas, con pareja, con familia, con o sin trabajo; es decir, con alguna responsabilidad a cuestas….podemos sentir que los años nos están alcanzando y que seguimos parados en la misma situación. Así, sin cambios, podemos sentir que nos estamos perdiendo de algo importante.

Algunos estudiosos le llaman un tipo de depresión, desanimo, otros le llaman rechazo a la realidad o apatía e incluso, inmadurez. Si sentimos que nada nuevo pasa en nuestra vida es porque algo estamos dejando de hacer para sentirnos importantes, sentirnos útiles con lo que hacemos.

Un ejemplo claro es el tiempo utilizado en redes sociales: Quien entra a Facebook para ver que nuevos chismes o chistes alguien ha subido es en la mayoría de los casos, tiempo gastado sin una utilidad que el entretenimiento. En contraste, el tiempo que se invierta en un sitio como LinkedIn es tiempo útil que puede traer consigo nuevos contactos, conocimiento sobre empresas meta, oportunidades profesionales  y académicas, entre otras. Por favor, esto fue un ejemplo.

Una pequeña historia
Joachin es un recién egresado de universidad que ha tenido un par de trabajos de poca importancia. El salario que recibe es poco y las actividades por si solas son algo que no implica un reto a sus deseos de superación. Joachin ha decidido que algo debe modificar en su vida sino quiere terminar en el mismo empleo con bajo sueldo y un auto estima por los suelos.  Aunque su trabajo es aburrido y su futuro confuso, sabe que ese trabajo es la única fuente de ingresos para poderse mantener. ¿Por qué arriesgarse?

Después de mucho pensarlo, Joachin hace algunas modificaciones a su vida, mientras le llega la gran oportunidad…Decide hacer los trámites para obtener su título de carrera, también decide salir a correr al parque para mantenerse saludable para sentir menos stress y por último, organiza su horario para poder estudiar inglés en línea de manera gratuita.

El fin de la historia es que Joachin tuvo un trabajo mediocre por varios meses, y para sentirse útil, decidió retomar sus pendientes, para en paralelo, lograr avanzar en sus metas mientras llegaba un mejor trabajo:

Obtener el título de su carrera
Mejorar su rendimiento físico y mental a través del ejercicio
Mejorar el idioma inglés
Prepararse psicológicamente para un nuevo empleo.

…Con nuevas ideas en la cabeza y con ceros pesos o dólares en su bolsa…Joachin postuló a varios trabajos fuera de su ciudad… Al final, logró encontrar lo que buscaba.

¿Por qué sucede esto?
Algunas personas argumentan que son personas muy ocupadas y que son útiles porque educan a sus hijos, cuidan a un enfermo, trabajan como voluntario para una buena causa, etc. Estas personas son útiles para la sociedad y ellos lo saben. Sin embargo, hay un gran hueco de necesidad de completar sus vidas; es decir, ellos tiene un algo que desean, sueñan, aspiran y que no pueden hacer porque no tienen el tiempo para al menos intentar.

Porque es horrible quedarse con si yo hubiera.
Explorando algunas pistas de solución

A continuación algunas pistas de solución para buscar ser útil.
¿Cómo se puede ser útil? De una manera similar a una empresa que vende productos y servicios. En algún momento, las empresas toman un tiempo para utilizarlo en hacer aprender nuevas habilidades a sus empleados, adquirir equipo nuevo, desarrollar nuevos productos, etc. Ese tiempo dedicado a algo diferente a vender, es un tiempo útil en la medida de que eso aprendido, adquirido o desarrollado, se traducirá en mejores ventas, en mejores oportunidades de negocio para una mejor estabilidad de la empresa. Así, las personas, también pueden por salud mental, buscar alcanzar sus aspiraciones y desarrollar nuevos conocimientos, habilidades o herramientas para sentirse útil en sus aspiraciones. Todo comienza con el “yo quiero” y “por qué no”.

¿Cómo puedo lograrlo si no tengo dinero? Algo que está en las profundidades de nuestra mente es que si tenemos el dinero, podemos hacer lo que sea, entonces pensemos por un momento como si tuviéramos el dinero suficiente para nuestro proyecto. Por alguna razón que no me queda claro, la mente nos lleva a preocupaciones más profundas de nuestra idea de ser útil. Por ejemplo, quiero entrar a una maestría de negocios….!es muy cara! OK, si hacemos a un lado el costo de las colegiaturas, entonces veremos que el verdadero reto sería un examen de ingreso, un examen de inglés, un examen de finanzas, o una entrevista con el director.

¿Cómo puedo organizarme? Primero se debe tener conciencia que si el tiempo no alcanza es porque se deben hacer más cosas en el mismo tiempo. Sin importar cuantas responsabilidades tengas sobre la espalda, es necesario saber priorizar y administrar el tiempo para cada cosa que se realiza durante el día, la semana, el mes, etc.

A veces, esto requiere de una reprogramación de la persona. Algunas personas están programadas para decir que algo es imposible y punto. Sin dejar un gran margen de tiempo, se podría reprogramar  en la mente que sea lo que se quiera hacer, es posible si se rompen con ciertos patrones de conducta.

Si tienes miedo a salir fuera de la ciudad por temor a ser asaltado, es muy posible que no encuentres una solución a la situación. 

Por el contrario, aun cuando parezca que no tienes tiempo, si decides que debes tomar 15 minutos. diarios para hacer ejercicio, leer un libro, escuchar un audio, etc. es muy probable que en tu mente se quede el mensaje “Podría hacerlo…si…”.

Fomentar El Hábito De La Lectura


Estudios comprobaron que tan sólo el 5% de los estudiantes leen por interés personal, mientras que el 95% restante lo hace por obligación o porque su formación así lo requiere. 

Ante estas preocupantes cifras, los especialistas insisten en la importancia de que los jóvenes logren hacer de la lectura un hábito.

¿Cómo se puede fomentar la lectura y lograr que se conviertan en un hábito entre los más jóvenes.
El entorno de los estudiantes es muy influyente, así que lo mejor es predicar con el ejemplo y mostrar que los libros también son útiles para divertirse y desconectar.

¿Cuándo fue la última vez que leíste un libro por interés personal? Alarmante resulta que pocas de las respuestas a esta pregunta hacen referencia a épocas reciente, incluso muchos ni siquiera recuerdan cuando fue la última vez que abrieron un libro por interés.

Reflejo de esta realidad es que tan sólo el 5% de los estudiantes leen por interés personal.

Según diversos especialistas esta situación se debe a que estos jóvenes no se han formado como lectores, sino que caen en esta actividad porque sus estudios así lo imponen o requieren, pero no por interés personal.

Asimismo, añaden que ésta es una habilidad que se adquiere desde pequeños. Si dentro de la familia no se enseña el valor que tienen los libros, difícilmente el niño pueda aprenderlo en otro sitio.

Es por esta razón que los expertos insisten en la importancia de generar el hábito de la lectura desde la infancia, para lo que recomiendan: elegir libros accesibles con lenguaje que motive a avanzar y que responda a los intereses de la edad.

La buena noticia es que también existen algunas estrategias para hacer de la lectura un hábito aun siendo adultos. ¿Cuáles?

Conocer los diferentes tipos y técnicas de lecturas y, sobre todo, cuándo aplicarlos, te ayudará a ser más eficaz a la hora de estudiar.

Vivimos en una era en la que los jóvenes dedican gran cantidad de su jornada a los dispositivos electrónicoscomo por ejemplo a sus smartphones, las computadoras, o Internet, entre otros.

Dedicar al menos una de estas horas a leer un libro es una buena estrategia para comenzar a incorporar la lectura a tu rutina.

Muchos sienten pereza si tienen que leer durante el día por lo que prefieren dedicar ese tiempo a cumplir con otras actividades; sin embargo, lectores con gran experiencia aseguran que uno de los mejores momentos de la jornada para leer es la noche. 

No hace falta leer por horas, con algunos minutos cada noche verás que rápido comienza a forjarse este hábito.

El trayecto a la universidad o a la oficina puede resultar sumamente largo o aburrido, pero nada mejor que un buen libro para hacer que el tiempo pase volando.

Por esta razón, cada vez que tengas un viaje de al menos 30 minutos por delante no olvides cargar algún ejemplar que te interese en la mochila o en su formato ebook.

Cuando no se tiene la lectura como un hábito, un libro demasiado largo puede resultar bastante desmotivador, por lo que no tardará demasiado tiempo en quedar abandonado. 

La clave, según los expertos, está en comenzar a leer libros poco extensos, que tengan un lenguaje accesible y que traten sobre algún tema de su interés.

Orfandad Del Valor Real


Ciertamente, vivimos en una sociedad que muestra un franco deterioro en la capacidad de convivencia entre los seres humanos (y de éstos con la naturaleza), y bien podríamos achacar este deterioro a la pérdida de ciertos valores “tradicionales”, en especial, aquellos que supuestamente han forjado nuestra nacionalidad y nuestra cultura: el trabajo, la vida en familia, la honradez, la educación, la libertad, el patriotismo, el respeto a los demás, la solidaridad y la paz. Pero quizás el problema central no reside en los valores que no se cumplen, sino en los valores que efectivamente se cumplen.

Por eso, tenemos que hablar de los valores centrales de nuestra sociedad, aquellos que en estas lamentaciones casi nunca se mencionan. Estos son: la competitividad, la eficiencia, la racionalidad instrumental, el egoísmo, la masculinidad patriarcal y, en general, los valores de la ética del mercado y del patriarcado. Los podemos sintetizar en un valor central, el valor del cálculo de la utilidad propia, sea por parte de los individuos o de las colectividades que se comportan y que calculan como individuos; como son los Estados, las instituciones, las empresas y las organizaciones corporativas y gremiales en general. Estos son los valores que se han impuesto en nuestra sociedad actual con su estrategia de globalización, y su expresión más extrema se encuentra en las teorías sobre el “capital humano”.

 Su vigencia no se cuestiona e incluso es protegida por todo un aparato de leyes, en lo civil y en lo penal. Desde esta perspectiva, no hay ninguna crisis de estos valores. La crisis mas bien debemos verla como crisis de la convivencia humana que estos valores incuestionados está provocando.
 El deterioro está en otra parte. Al imponerse este cálculo de utilidad propia en toda la sociedad y en todos los comportamientos, se imponen a la vez las maximizaciones de las tasas de ganancias, las tasas de crecimiento y de la perfección de todos los mecanismos de funcionamiento en pos de su eficiencia formal.

 La necesidad de la convivencia aparece incluso como un obstáculo frente a estos valores. Vistos desde el cálculo de utilidad propia, todas las exigencias de la convivencia aparecen como obstáculos, como distorsiones del mercado. Para los valores vigentes de nuestra sociedad la convivencia y sus exigencias son irracionalidades, son distorsiones. Desde esta perspectiva del cálculo de utilidad propia, lo indispensable es inútil. Lo indispensable es la convivencia, la paz, el cuidado de la naturaleza, pero este indispensable para la vida no entra y no puede entrar en el cálculo de utilidad, por lo tanto, es inútil.

 Desde el punto de vista de la utilidad propia, destruir la Amazonía es lo más “útil” que puede haber. Pero ¿para qué cálculo de utilidad es útil no talarlo y no destruirlo? Para ninguno. Sin embargo, ¿no será útil no destruirlo? Sería sumamente útil, pero ningún cálculo de utilidad propia revela este útil e indispensable. La naturaleza es “inútil” a menos que pueda ser transformada en “capital natural” para explotarla; el ser humano es “inútil” y hasta “desechable” a no ser que sea transformado en capital humano por explotar en función de su utilidad propia, sea la utilidad propia de mismo ser humano que se considera a sí mismo como capital humano o por otros, siempre en función de sus respectivas utilidades propias.

 Los economistas de la corriente dominante creen que son los dueños absolutos de la racionalidad. Contribuyen con sus teorías del capital humano y del capital natural a destruir la naturaleza y las relaciones humanas, y jamás dudan de que todo eso sea sumamente racional. La comida de los hambrientos la devoran los autos (transformada en “biocombustibles”), y estos economistas celebran esto como signo de racionalidad y eficiencia. Lo hacen simplemente por el hecho de que eso es resultado de cálculos de utilidad propia de los actores pretendidamente racionales. Es por lo demás una derivación tautológica.

 Por eso, para que los discursos sobre la recuperación de los valores tradicionales no sea simple moralina, es necesario, urgente; reconocer los verdaderos valores dominantes de la sociedad actual y el impacto que estos generan en las relaciones humanas. 

Antes que “volver a los valores” necesitamos una nueva racionalidad, tanto económica como de la convivencia. Necesitamos también una nueva economía “para la vida” que sea suelo fértil para nuevos valores, como aquellos de la igualdad real, la solidaridad, la justicia y la democracia real, los valores de una economía social y solidaria.


El Valor Del Trabajo

El valor del trabajo humano no se mide por el tipo de actividad de cada uno (carpintero, profesional, campesino...), sino por el hecho de ser persona quien lo ejecuta. Entre todas las criaturas, sólo el hombre es capaz de trabajar de manera "programada y racional", en forma "consciente y libre". Con su trabajo humaniza y ennoblece a la naturaleza, modelándola de acuerdo a sus intereses primordiales, en directa relación con su desarrollo y autopromoción integral.

Por ejemplo si para tí el trabajo es un valor que requiere y exige su ejercicio. Habrá que iniciar por la descripción que de él se tenga, la cual puede ser de una manera positiva o negativa, optimista o pesimista y que resulta ser el reflejo de la valoración que se le da.

El trabajo ofrece a cada hombre la oportunidad de crecer, desarrollar todas sus capacidades congénitas, realizarse como persona y ser cada día "más plenamente hombre". Así perfecciona su humanidad y mantiene el predominio y superioridad efectiva que debe ejercer sobre las cosas.


El trabajo desarrollado por la persona engendra, por sí mismo, el derecho al bienestar suficiente,
 personal y familiar, derecho que es independiente de la valoración económica, científica o técnica que tenga el trabajo realizado.

Tiempo De Reflexión


El tiempo pasa y nunca vuelve atrás. Vivimos en constante cambio, en constante evolución, sumidos en rutinas estresantes, viendo cómo el tiempo se nos escapa de las manos sin que seamos plenamente conscientes de ello.

Muchos autores y pensadores de la historia han reflexionado sobre el paso del tiempo y cómo la vorágine del día a día nos influye irremediablemente.

Existen frases sobre el tiempo y el paso de la vida que nos invitan a poner más atención a las pequeñas cosas de la vida.

En este recopilatorio leeremos grandes citas célebres sobre el tiempo. Son citas célebres que nos harán reflexionar sobre el valor del tiempo y la necesidad de aprovecharlo. ¡Cada instante es único! Escoge tus favoritas y, si lo deseas, aplícalas a tu vida.

1. El tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar (Theophrastus)
Olvídate de los bienes materiales. La verdadera felicidad reside en valorar el tiempo y emplearlo para vivir al máximo.
2. El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia. (Jeff Zinnert)
Una de las muchas frases célebres que relacionan el amor con la ausencia del factor tiempo.
3. ¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida (Benjamin Franklin)
Darnos importancia de que el tiempo se va es la mejor vacuna contra la tristeza.
4. Los que aman profundamente nunca envejecen, pueden morir de vejez pero mueren jóvenes (Arthur Wing Pinero)
La dicha de ser apasionado.
5. El amor es la energía: ni se crea ni se destruye. Simplemente es y será siempre, dando sentido a la vida y dirección a la bondad. El amor no morirá jamás (Bryce Courtney)
Una cita célebre algo abstracta para comprender el paso del tiempo.
6. Todas mis posesiones por un momento más de tiempo (Isabel I)
De nada sirve ser ricos si nuestro tiempo se acaba.
7. El pasado nos limita, pero el futuro nos atemoriza. El único lugar seguro es el presente (Isaac López)
El único lugar donde tenemos poder de cambiar las cosas es el presente.
8. Tu tiempo es limitado, así que no lo malgastes viviendo la vida de otro… Vive tu propia vida. Todo lo demás es secundario (Steve Jobs)
Olvídate de las preocupaciones triviales y céntrate en disfrutar de tu propia vida.


Comprensión Y Civilización


Comprender a los demás puede ser nuestro aporte individual a la mejora de la civilización. Nuestro medio social sigue siendo indispensable para nuestra sobrevivencia, pero ya no como protección contra los depredadores, somos los mismos seres humanos los que nos hemos convertido en depredadores uno del otro, corrompiendo nuestra civilización con el egoísmo, el engaño y la violencia. 

El mandato religioso de amar al prójimo resulta ya casi ilusorio, en cambio tratar de comprenderlo nos puede introducir las verdaderas causas y las posibles mejoras de nuestra sociedad. El ser humano es sociable por naturaleza, necesita de los demás, no sólo para su sobrevivencia, sino también para su complacencia. La negación sistemática del otro para imponerse a él, contradice nuestro instinto de animal social y nuestra razón. Ello no es parte de la naturaleza humana, sino la descomposición de las reglas no escritas que rigen nuestra civilización.
La comprensión de los demás no es una solución definitiva pero a ella conduce. Es complejo mejorar nuestra civilización porque ella nunca se ha regido por la razón, lo que parece una incoherencia, pero no lo es. Hemos errado el camino pero aún sobrevive nuestra especie. El sentido de comprensión humana nos redime, al menos en parte, del atropello de la vida diaria. El desgarramiento todavía no es total ni generalizado, disfrutamos también de compartir la naturaleza, del privilegio de estar vivos, de compartir con algunos congéneres cuya existencia hace más grata la nuestra.
Podemos escoger entre las alternativas de vivir una vida amargada o tratar de ser felices. Tenemos también las opciones de militar con quienes ejercen el atropello sobre los demás, de apartarnos para hacernos insensibles en el aislamiento de la soledad, o de buscar sentido a la vida contribuyendo al logro de una civilización más humanizada. Esta última es una labor que posiblemente sólo nos dejará la satisfacción del sembrador porque serán otras generaciones las que verán los frutos.
Debemos empezar por ejercer el sentido de la comprensión humana con gratitud por los beneficios de la existencia. El logro de una sociedad más justa y una mejor civilización sólo es posible con la aceptación generalizada de nuevos valores por parte de todos los individuos. Cambiar la sociedad y los errores que ha arrastrado nuestra civilización no es una utopía, pero su posibilidad está limitada al aporte individual casi insignificante de cada individuo, que al multiplicarse con el aporte de muchos, puede lograr el cambio.
La idea común, y en apariencia lógica, de que así como los seres humanos con nuestra razón creamos las instituciones de sociedad y civilización; utilizando la misma razón, podríamos también alterarlas a voluntad, según nuestros anhelos o deseos, es errada, porque no creamos de manera razonable la sociedad ni la civilización. No podemos cambiar nuestra civilización a voluntad porque tanto la razón como la civilización tuvieron su origen al mismo tiempo. Razón y civilización se desarrollaron y se siguen desarrollando en interacción mutua, de la misma forma como nació el lenguaje sin que nadie lo inventara.
Debemos comprender que no todos los fenómenos resultantes de la mente humana han sido concebidos como objetivos de la mente, y como lo explica Friedrich Hayek, erróneamente se nos induce a pensar que la moral, la ley, las artes y las instituciones sociales, pueden justificarse sólo en cuanto correspondan a un propósito preconcebido. Cuando los etnólogos intentan comprender otras culturas, por lo general encuentran que sus miembros no tienen idea de la razón por la cual observan determinadas reglas, y aunque muchos teóricos sociales lo desconozcan, lo mismo pasa con la civilización occidental. No sabemos por lo general qué beneficios derivamos de nuestras costumbres. Los mismos teóricos, concluye Hayek, consideran ese hecho como una deficiencia lamentable de la civilización.
En el proceso de la evolución humana, nuestra especie obedeció a una serie de reglas que han sido la base de nuestro orden social y no necesitan ser expresadas ni escritas porque se formaron antes de que los humanos aprendiéramos a hablar y a razonar. Sin embargo, gracias a estas reglas nuestra especie ha sobrevivido. Hayek también nos indica que esas reglas originaron un sistema de relaciones abstractas cuyas manifestaciones concretas dependen de circunstancias particulares que no es posible conocer en su totalidad porque tienen un significado o función que nadie les ha asignado y que los teóricos sociales deben descubrir.
Pese al reconocimiento que debemos a los filósofos del Racionalismo por el avance de nuestra civilización después del oscurantismo de la Edad Media, es necesario también comprender sus errores para entender que no fue la razón humana la que llevó a la civilización, sino lo contrario. Fue la civilización la que nos llevó a la razón. Así lo comprendió David Hume, crítico del Racionalismo, quien como rechazo a la afirmación de Voltaire: “Si queréis buenas leyes, quemad aquellas que tenéis y dictaos otras nuevas”, explicaba que las estructuras sociales son el resultado de las acciones humanas, pero no de la concepción humana.
Debemos partir sin prejuicios en las posibilidades de una acción efectiva para mejorar nuestra civilización. No es la razón humana la que llevó a la civilización porque la razón humana es el resultado de la civilización, al igual que lo fue nuestro lenguaje y nuestras ideas. Debemos aceptar que la razón, como una forma avanzada de la inteligencia, fue el resultado de la civilización, habiéndose originado ambas en el proceso evolutivo de la humanidad. La moral y los valores sociales tienen esta base evolutiva y nos ofrecen un conocimiento de tipos de conducta que debemos evitar. No se trata de un conocimiento positivo, razonado, de causa y efecto, sino de una guía instintiva de lo que debemos evitar, pero que pesa más que cualquier razonamiento.
Según explica el filósofo británico Richard S. Peters en “Los conceptos de motivación”, el hombre es un animal que no sólo busca objetivos, también sigue reglas. Se trata de reglas que no se afirman pero que se observan como el sentido de la justicia o la sensibilidad al lenguaje. Estas reglas a veces pueden expresarse con palabras, pero sólo dicen aproximadamente lo que hace tiempo se observa en las acciones humanas. Son formas aceptadas de conducta que se trasmiten en un proceso cultural de generación en generación.
Sin embargo se han observado formas de cambio en estas reglas para un orden más eficiente de un grupo, lo cual lo lleva a prevalecer sobre otros grupos para conseguir un estado real de cosas diferente a la regularidad de la conducta observada. Se trata de un orden válido para la totalidad de los individuos que los capacita en base a su conocimiento respectivo para crear expectativas relativas a la conducta de otros y que se demuestran correctas haciendo posible un ajuste mutuo con éxito en las acciones de todos. Así algunos individuos, basados en su conocimiento, pueden crear nuevas expectativas en la conducta de otros buscando ese ajuste que a la larga mejore nuestra civilización.

El orden social que existe, formado a través de milenios con reglas de conducta cuyas funciones verdaderas los individuos desconocen, tuvo su origen en un principio para miembros de una misma tribu y se ha extendido a toda la comunidad global con los medios tecnológicos de información y comunicación. Esos mismos medios que han originado cambios antes sólo imaginables, pueden servir también a otro grupo de individuos que seguramente existe, basado en el sentido de la comprensión de los demás, proponerse hacer reconocer las fallas y las injusticias que genera nuestra sociedad para mejorar así nuestra retardada civilización.

martes, 14 de mayo de 2019

Convicciones


En la conducta diaria del ser humano, hay conceptos que encierran grandes verdades que casi todos los tenemos y los desarrollamos en las características de nuestra personalidad; en el trato diario con otras personas y en general, con quienes tenemos relaciones sociales permanentes o casuales. El presente artículo no pretende ser una lección de psicología o filosofía, pero al repasar el contenido esencial de las conductas actuales en la vida diaria y en la administración pública de muchos países, nos parece útil explicarlo.

Los PRINCIPIOS son las ideas básicas sobre las cuales se desarrollan que dan origen, razón fundamental discurriendo en cualquier materia y son la causa u origen de algo; cualquiera de las primeras proposiciones o verdades fundamentales por donde se empiezan a estudiar las ciencias o las artes. Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.

Los Principios considerados como deseables para orientar las acciones de un ser humano, indican los derroteros a tomar en los diferentes aspectos de nuestra vida. Hay principios familiares, políticos, religiosos y profesionales que indican cuáles son los objetivos inmediatos y mediáticos que se persiguen con determinada conducta. Sin principios, nos alejamos de las buenas acciones y permitimos que cualquier actitud sea contraria a los intereses generales de la sociedad.

El VALOR, entendido como el grado de respeto y atención que se merece la persona para ser tratada de acuerdo a los conceptos morales, sociales, religiosos y educativos que se merece atendiendo a su edad, sexo y otros factores como salud, necesidad u otros.


Los valores tienen polaridad en cuanto a positivos o negativos y jerarquía en cuanto a superiores o inferiores y desarrollan virtudes que desplegadas diariamente benefician a nuestro entorno y a la sociedad en general. Éstos pueden ser universales, es decir, de observancia general y sirven para apreciar a quienes los practican y los ostentan. 

Cada época social en el desarrollo de las culturas se demuestran en aspectos de: honestidad, respeto, gratitud, responsabilidad, tolerancia, integridad, amistad, lealtad y otros más.