viernes, 13 de octubre de 2017

Filosofía Y Política



Las incursiones de la filosofía en el terreno de la política tienen más de dos mil años de historia. 
Si Platón se hizo conocido por relacionar su teoría de las ideas con un modelo de organización política basada en una jerarquía férrea, su discípulo Aristóteles no le anduvo a la zaga, y propuso una serie de principios democráticos que, según él, eran necesarios para que la voz y los intereses del pueblo pudiese dar forma a las decisiones importantes que se toman.

Esta serie de propuestas son conocidas como las 9 reglas de la democracia según Aristóteles.
Artículo relacionado: "Diferencias entre la Psicología y la Filosofía"

El contexto: la democracia de Atenas
Por supuesto, los estándares democráticos de la Antigua Grecia no se parecen demasiado a los que imperan actualmente en la mayoría de países industrializados de Occidente. Aunque se considere que los atenienses fuesen los padres de la democracia, en aquella época sólo podía tener representación las familias ricas. La mayoría de la población, en la que se incluían esclavos, mujeres y menores, además de personas consideradas extranjeras, no tenían ni voz ni voto.

Además, este modelo de democracia no estaba ni mucho menos generalizado por toda Grecia. Los espartanos, por ejemplo, ponían mucho más énfasis en la necesidad de funcionar como un gran campamento militar que en las virtudes de la representación política.

Los sofistas
Este es el contexto en el que Aristóteles escribió sus textos sobre política; en Atenas, algunas personas acudían por sorteo a lugares de representación política en los que unas cuantas decenas de personas debatían. Vencía la parte que conseguía convencer al resto, y es por eso que para ciertas familias pudientes a filosofía se reducía a un juego de retórica en el que era más importante la forma en la que se decía algo que el contenido de ese mensaje.

Era por eso que por Atenas proliferaron unos expertos de la retórica, los llamados sofistas, que instruían a quien les pagase en el arte de convencer a los demás, algo que se consideraba una inversión para ganar poder de influencia.

Tanto Sócrates como Platón mostraron su total repulsa ante esta concepción de la filosofía tan basada en el relativismo, ya que entendían que la verdad no cambiaba en función de quién pagase por la defensa de ciertos intereses.

El sistema de política desarrollado por Aristóteles
Después de estos dos filósofos, Aristóteles no ponía tanto énfasis en la necesidad de acceder a una verdad universal y absoluta independientemente de las consecuencias que esto tuviese, pero sí creyó importante fijar una serie de reglas para que la democracia fuese lo más perfecta posible, evitando los riesgos de la corrupción y de las triquiñuelas retóricas.

Esta serie de reglas de la democracia de Aristóteles fueron escritas en su libro Política, y son las siguientes:
1. Elegir todas las magistraturas entre todos
Aristóteles entendía que la política afecta a todos y que por consiguiente todos deben tener el derecho de influir en la política.
2. Que todos manden sobre el individuo y que el individuo mande sobre todos
Este encaje entre los intereses colectivos y los individuales era considerado fundamental para que la democracia no tuviese puntos ciegos.
3. Que los cargos públicos se designen por sorteo
Este filósofo griego creía que, allí donde fuese posible y donde la necesidad de conocimientos técnicos no fuese un escollo, los cargos debían ser elegidos por sorteo para evitar el tráfico de influencias.
4. Que una persona no pueda ejercer dos veces el mismo cargo
Aristóteles creía que esta regla de la democracia era fundamental para que no permaneciesen ciertos cargos enquistados, lo cual haría que los intereses personales de la persona se mezclasen con los objetivos políticos que persigue.
5. Que la misma persona solo ocupe a la vez un cargo público
Esta regla, que contaba con la excepción de las personas dedicadas a la protección de la ciudad mediante el ejército, podía servir como un modelo primitivo de separación de poderes.
6. Que los cargos públicos sean de corta duración
Esto era necesario, una vez más, para que los intereses personales de los políticos no interfiriesen demasiado con su rol político.
7. Que los cargos elegidos administren justicia
La idea de la justicia debía estar por encima de los objetivos políticos y de las estrategias concretas, por el bien del conjunto de la población y para no sentar precedentes de injusticia.
8. Que la asamblea del pueblo tenga poder sobre todas las cosas
Las decisiones fundamentales debían de proceder de la soberanía del pueblo, no de las decisiones de unas pocas personas.
9. Que ningún cargo público sea vitalicio
Esto era necesario para impedir que apareciesen brechas entre el poder de los cargos públicos y el resto de la población. Si existen cargos vitalicios, estos podrían tomar cualquier medida injusta, dado que tienen garantizado un extra de poder durante toda su vida y por consiguiente no tendrían por qué pagar las consecuencias.

https://psicologiaymente.net/social/reglas-democracia-aristoteles
1.       



Lenguaje Y Percepción



¿En qué medida influye el lenguaje en nuestra forma de pensar el mundo? ¿Estamos determinados por nuestra lengua a percibir la realidad de una forma particular?

Estas interrogantes, tan antiguas y controversiales, han sido estudiadas desde una serie de perspectivas (filosóficas, antropológicas, psicológicas, etc.) y han dado lugar, por lo demás, a distintas teorías.

Dentro del terreno específico de la lingüística, uno de los últimos afanes ha sido el de averiguar hasta qué punto las funciones cognitivas se ven influidas por los recursos lingüísticos presentes en las diversas lenguas del mundo.

De modo de ahondar en este tema, muchos lingüistas dedicados a la interface entre cognición y lengua, han comenzado a centrar su mirada en el fenómeno del bilingüismo, intentar percibir hasta qué punto una lengua, trátese de una lengua primera o dominante, puede influir en los procesos de conceptualización de la realidad en una segunda lengua.

En esta presentación se discuten tres hipótesis centrales y que históricamente han tenido un alto impacto para el desarrollo del tema. La primera de ellas plantea que nuestra percepción de la realidad está determinada por la lengua que dominamos; la segunda, conocida como principio de la relatividad lingüística, que los variados recursos con que las lenguas cuentan obligan a sus hablantes a verbalizar y por ende prestar atención a aquellos aspectos de la realidad expresables en dichas lenguas (Boas, Sapir-Whorf); y la tercera, que el impacto del lenguaje sobre el pensamiento no se da sino en el momento mismo de verbalizar una situación (thinking for speaking, Slobin), de modo que estaríamos condicionados a prestar atención a ciertos aspectos de la realidad pero sólo en el momento de expresarlos.


A partir de estas ideas se presenta una serie de ejemplos y datos empíricos tomados principalmente de investigaciones desarrolladas en sueco-danés/español (Bylund, Cadierno, Donoso) y que esperamos nos permitan arrojar nuevas luces sobre cómo el lenguaje puede influir en nuestra forma de percibir y expresar la realidad.

Asumir Responsabilidades


En el transcurso de la vida, el hombre decide qué hacer con su vida, propone metas, entre otras cosas, y todo ello lo realiza con la debida diligencia siendo consciente de sus actos, es decir asume las consecuencias que sus actos generan; en conclusión el hombre es responsable.

La responsabilidad es un valor social que consiste en la capacidad de la persona para responder a una obligación o a las consecuencias de sus actos, sin depender de nadie.

Las personas que tienen una autoestima elevada son responsables de su propia vida y toman un rol activo y no pasivo ante las dificultades. Buscan las maneras de solucionarlas en lugar de culparse o buscar a alguien que arregle sus problemas. Además, luchan por conseguir sus metas por sí mismos, sin esperar que otra persona o el destino les ayude a cumplirlas.

Estas personas, que han asumido la responsabilidad de su propia existencia, tienen más confianza en sí mismas y están más preparadas para la vida, por lo cual, su autoestima continuará aumentando. Por el contrario, la gente que no asume la responsabilidad de sus propias acciones se siente víctima de los demás y se lamenta por su mala suerte. No tiene el control de su propia vida, ya que ha sido él mismo quien se lo ha dado a los demás. Así, cuando fracasa, siempre puede culpar a alguien pero jamás podrá sentir que tiene el poder de cambiar o mejorar su existencia.

Para empezar a vivir de manera responsable, es necesario admitir que nadie va a venir a ayudarnos cada vez que necesitemos algo. Una vez que hemos aceptado que la responsabilidad de nuestra vida está en nosotros mismos, nos volveremos más activos y capaces y, por este simple hecho, nuestra autoestima aumentará.

Asumir la responsabilidad de nuestra vida implica ser responsable de nuestras elecciones y acciones, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, del cuidado de nuestro cuerpo, de nuestras relaciones personales y cómo las tratamos, del significado de nuestra existencia, de nuestras emociones y pensamientos.

Todos tenemos límites. Cada día debemos establecer límites para nuestro yo. Si no puedes establecer estos límites pasarás el resto de tu vida echándoles la culpa a otros debido a que vivirás en un mundo caótico. Hay que tener en cuenta que no todo se puede controlar en la vida. Puede haber hechos accidentales de los que no podemos responsabilizarnos. Tanto culparnos por hechos que escapan a nuestro control como no aceptar nuestra responsabilidad de los hechos que sí podemos controlar, conducirán a que nuestra autoestima se reduzca. Hay que saber qué cosas dependen de mí y cuáles no para poder mantener una autoestima equilibrada.

Asumir la responsabilidad por tus acciones es una manera de mejorar tu vida en general. Cuando tomas el control de tus acciones estás poniendo los malos hábitos detrás de ti y avanzando por un camino nuevo. Al final del camino encontrarás la felicidad. La responsabilidad es algo bueno. A veces cometemos errores. No hay nada malo con eso siempre y cuando aprendas de esos errores.

Eres un ser humano y te equivocarás en el transcurso de tu vida. Los errores son parte de la vida y tendrás que hacerles frente.


Solidaridad



Hay situaciones que son parte de la vida y que pueden ocurrir en forma sorpresiva o impredecible. Puede tratarse de una enfermedad imprevista, un accidente fortuito o un acto inesperado de la naturaleza.

Esos actos no están bajo nuestro control y motivan muchas veces muestras de interés de personas no afectadas directamente. Sabemos que ante una enfermedad suele surgir el apoyo de la familia, de los amigos o de las personas involucradas. Ante un acto de la naturaleza, como una tormenta, un huracán o un terremoto, nos conmueve la solidaridad y el apoyo de los vecinos, amigos y hasta de personas desconocidas que aparecen a ayudar.

Los terribles acontecimientos recientes en Haití, por el gravísimo terremoto, han llevado a una reacción masiva de todo el mundo, enviando bienes, dinero y ayuda personal de todo tipo. 

El aeropuerto de Port-au-Prince no se daba abasto para recibir a los vuelos internacionales que llegaban con ayuda y socorristas.

Las desgracias, como la ocurrida en Haití, son penosas y dramáticas. Son también una oportunidad para que afloren sentimientos de solidaridad que en este caso la clase médica está demostrando con creces desde un inicio. 

El trabajo es arduo y el problema inmenso, pero la solidaridad y la voluntad de ayuda están permitiendo mitigar el dolor de miles de personas afectadas, haciendo honor a la máxima de compartir para progresar.




jueves, 12 de octubre de 2017

Unirnos En Lo Humano


Tenemos un valor incalculable; no somos el resultado de la evolución, de un accidente cósmico o una forma de vida biológica elevada que por casualidad adquirió conciencia. Fuimos creados como seres racionales, con moralidad, voluntad y discernimiento, únicos sobre la tierra con cuerpo, alma y espíritu, capaces de obrar para bien. 

Somos obra de un creador que con sabiduría e inteligencia nos hizo con un propósito, que no consiste en acumular posesiones o riqueza, sino en que tengamos como prioridad el cuidado y desarrollo integral de todo ser humano desde el momento de su concepción, utilizando para ello todos los recursos disponibles.

La racionalidad y moralidad nos da la capacidad de obrar para el bien, no solo para sí mismo, sino también para los demás. ¿Qué ha ocurrido entonces que hemos desvalorizado la vida, perdiendo la sensibilidad ante la necesidad y el dolor ajeno? Los grandes desafíos que tenemos en nuestro país, 
como la desnutrición infantil, carencia de atención en salud primaria y preventiva, el hambre y la miseria, el analfabetismo, la violencia que produce muerte y dolor a millares de familias o la desintegración familiar, exigen de cada uno de nosotros una respuesta concreta, comenzando con los gobernantes, puesto que han sido puestos en autoridad para servir, para buscar el bien común, no el beneficio propio.

Con frecuencia argumentamos que somos un país pobre, dependiente y limitado para enfrentar estos desafíos. Sin embargo, somos un país rico en recursos y potencial humano, con capacidad de generar oportunidades para el desarrollo integral de todos sus habitantes. El verdadero problema radica en que no estamos valorando la vida en la dimensión correcta, nos hemos vuelto indiferentes ante el drama de nuestros semejantes. Esto se evidencia, por un lado, en la forma como se administran y distribuyen los recursos públicos (actos de corrupción o en la priorización de cosas que no buscan satisfacer las necesidades primarias de la población) y por el otro, en la negativa o evasiva de cumplir a cabalidad la responsabilidad de pagar impuestos. Tanto lo uno como lo otro es inmoral y condenable.

La valoración del ser humano es un desafío ético para todos los que formamos parte de la sociedad. La riqueza y las posesiones son instrumentos que deben servir para el beneficio de los demás, no para fines egoístas.

El sentido de la vida se relaciona con la dirección hacia la que dirigimos nuestra mirada y orientamos nuestros pasos. Y el sentido de cada una de nuestras vidas apunta en la dirección del desarrollo de nuestro potencial humano e individual, poniéndolo al servicio del bien común. Porque somos capaces de las mayores grandezas y las peores bajezas, según orientemos nuestra voluntad hacia el bien común o el egoísmo. 

Una libre elección que puede darnos como resultado un planeta devastado o una civilización verdaderamente humana, una vida personal vacía o plena y con sentido.


Para que los ideales de un mundo mejor adquieran fuerza, basta con que una sola persona crea en ellos y actúe por alcanzarlos. Los demás se suman, porque esto es lo que necesitamos, sumar nuestras fuerzas. Y esto es lo que os proponemos a todos cuantos formáis parte de esta Generación Humana: unirnos en red por el cambio social que tanto necesitamos y anhelamos.

Los Desafíos De La Vida


¿Qué son los desafíos de la vida? Son los retos, dificultades y vicisitudes que tienes que enfrentar para tu superación personal. A lo largo de tu historia enfrentarás muchos desafíos de la vida y para cada uno de ellos deberás encontrar la forma de solucionarlo.

Bastante gente huye de los desafíos de la vida:

Una considerable cantidad de personas huyen de los desafíos de la vida y son capaces de crear una interminable lista de excusas para decir que todo está bien. Si se huyen de los problemas, entonces no hay aprendizaje ni crecimiento personal, algo que vale la pena considerar.

La persona que no está comprometida con un cambio positivo, siempre buscará una serie de argumentos para seguir en lo mismo. Para evitar este problema, evalúa tu conducta y pregúntate ¿realmente estoy actuando en consecuencia con las metas establecidas?, ¿estoy dando un 100% de mi esfuerzo para enfrentar los desafíos de la vida?, ¿estoy comprometido con obtener un mejor nivel de vida?, etc.

Si quieres enfrentar con éxito los desafíos de la vida, necesitas cambiar tu mapa mental:

Algunos consejos para enfrentar los desafíos de la vida:
Jamás huir de los problemas, aprender a enfrentarlos.
Analizar las diferentes opciones, evaluar los escenarios y tomar decisiones.
Adquirir la disciplina para ser constante en los propósitos, hasta lograr un cambio definitivo.

Pensar de forma positiva siempre.
Perseverar en todo momento.
No destinar tiempo a las quejas, sino que trabajar en el reto personal con determinación.

Tener un poco de paciencia, cambiar de vida puede llevar cierto tiempo.



Representando



Cuando vemos en las redes sociales fotografías o comentarios de nuestros contactos quizás pensemos que nuestra vida es aburrida y no tiene nada para ofrecer… por ello hacemos lo imposible para parecernos al resto y subimos miles de fotos para contar nuestras peripecias. Pero, ¿son realmente tan maravillosas las vidas de los demás como reflejan las redes sociales?, ¿vale la pena tener una vida social “ajetreada”?

Por ejemplo, las parejas que constantemente “informan” a sus conocidos que están enamorados y no pueden vivir sin el otro, en realidad son inseguros y celosos. Necesitan gritar a los cuatro vientos para “simular” la perfección o inventarse una confirmación que no es más el propio espejismo de su vida.
¿Por qué todos tienen una mejor vida social que la mía?

Publicaciones de parejas felices y enamoradas que esconden crisis matrimoniales, personas haciéndose selfies en todas partes del mundo quizás mostrando simplemente soledad y desarraigo, frases de autoayuda o superación personal que pretenden dar una lección de pedagogía con demasiadas excepciones para que esas sentencias absolutas puedan ser leyes alguna vez..

Por desgracia, al ver estos mensajes nuestro cerebro sufre un aliento de envidia porque entiende que los demás son más divertidos, tienen vidas fantásticas, han hallado al amor verdadero o experimentan sensaciones únicas. Sin embargo, debajo de lo que reluce, ¿realmente hay oro?

Pasar horas y horas frente a las redes sociales no suele ayudarnos precisamente en un estado melancólico. Algo que es especialmente dañino cuando lo hacemos en una actitud
comparativa y tomando al yo como referencia. Si sentimos que el mundo nos debe algo, cosa que no es cierto, aumentaremos esta sensación si tenemos la percepción de que a los demás le va realmente bien. Así, el ojear los perfiles de los demás puede aumentar nuestra sensación de ser víctimas.

La vida de los demás no es lo que dibujan sus redes sociales
¿Crees que es imposible dejar de conectarte a diario a esa plataforma que se supone que informa de las últimas noticias de los que te rodean? Según un estudio de un instituto danés, usar Facebook de esta forma nos hace infelices. Para la investigación un grupo de participantes no abrieron sus perfiles durante una semana y admitieron sentirse menos estresados y más enfocados en sus trabajos o estudios.

Aquellos que no usan o no tienen perfiles en estas páginas aprovechan el día de otra manera

Tienen más tiempo para descansar, hacer ejercicio, terminar antes las tareas, preparar la cena o limpiar la casa. Como si esto no fuese suficiente, estar ajeno a una red social nos lleva a hablar con quienes tenemos al lado, ver en persona a quienes amamos o llamar a familiares y amigos más seguido.

El resultado de esta prueba nos da algo en qué pensar: “Estamos continuamente leyendo buenas noticias y cosas maravillosas en el muro de los demás y eso nos lleva a compararnos y a deprimirnos.

No siempre son ciertas las palabras o imágenes que aparecen, ya que el mundo de las redes sociales se basa en mostrar a los demás nuestra mejor versión, una imagen distorsionada de lo que en verdad somos”.

Aquello que sucede en Facebook, Twitter o Instagram de alguna manera está separado de lo real o lo auténtico, es más bien un ejercicio de publicidad o la saciedad de una necesidad de dibujarnos de una manera determinada.

Si tu vida social no es igual a la del resto, ¡Enhorabuena! No necesitas mostrar miles de fotos de una salida del sábado o de tus vacaciones soñadas para saber que lo has pasado de maravilla.  

Piensa que todos esos recuerdos y momentos han existido en realidad, aunque no tengan una ventana al mundo.


Ante La Adversidad


A veces, sientes que todo tu esfuerzo no es reconocido o que por más que lo intentas no consigues tus objetivos. Esos días tienes ganas de dejarlo todo y dedicarte a otra cosa, parece que lo mejor es darse por vencido.

¡Tal vez, hoy sea uno de esos días o de esos momentos! Debes tener entereza y no permitir que te venza esa tentación. Por momentos, es mucho más fácil quedarte donde estás.

En estas ocasiones, puede parecer que has conseguido mucho y tu objetivo parece aún muy lejano como para continuar. Pero no es así, debes luchar por tu proyecto de vida total. No te quedes sólo con una parte. Las mejores razones para no darse por vencido son:

1. Ahora puedes comenzar de nuevo
Seguramente lo intentaste hace poco tiempo pero no lo conseguiste, no te preocupes. A todos nos ha pasado lo mismo, lo importante es no dejar que el deseo de rendirse te gane y comenzar ya.
No hay que darse por vencido tan pronto. Mientras estés vivo vas a poder comenzar de nuevo e intentarlo. Lo bueno de empezar de nuevo es que ya tienes una idea de los errores que debes evitar, por lo que ya vas con cierta ventaja.

2. Adquieres más experiencia
Todos cometemos errores constantemente. Esto es natural, sano y bueno si le sabes sacar partido. Nunca deberías darte por vencido solo porque te equivocaste un par de veces… o muchas veces. En lugar de frustrarte, ve la razón del fracaso y dale un giro. Un error es una oportunidad de cambio.

3. Hay ejemplos que te pueden inspirar
Hay muchas personas que han superado situaciones adversas, han triunfado y se mantienen con mucha vigencia. Tres de ellas son:

J. K. Rowling. Estaba acostumbrada a contar historias de fantasía. Pero fue en un viaje en tren de Manchester a Londres, distraída en otra cosa, cuando se le ocurrió la historia de Harry Potter. Le costó bastante poder editar el primer libro. No se dejó vencer y lo consiguió en una pequeña editorial. Pero luego de esa primera edición ¡todos sabemos que pasó!
Sheryl Crow. En el año 2006, cuando ya era una cantante consagrada, luchó contra el cáncer y se curó. No se dejó vencer. Continuó con su vida, adoptó 2 hijos y logró revertir de tal forma su vida que puede decir que la enfermedad la hizo más fuerte.
Madonna. Poco puedo yo contarte de Madonna que no sea de conocimiento público. Pero lo más inspirador en ella es su perseverancia, su confianza y su fortaleza para no dejarse vencer. Todos sabemos que han surgido muchas “princesas del pop” pero pese a los años, sigue siendo la única “reina del pop”.

Estas personas no dejaron que nada las venciera y trabajaron hasta que alcanzaron su sueño. Vencieron todas las adversidades. Tú también puedes hacerlo. Nos han mostrado el camino y nos han demostrado que somos capaces. Busca ejemplos que se relacionen más estrechamente con tu anhelo y enfócate en él. Ellas nos marcaron el camino, tú también puedes dejar tu huella.

Darse por vencido sin intentarlo es algo de lo que más tarde puede que nos arrepintamos.
Debes creer en ti. En tu fuerza, tu capacidad y demostrarlo. Ten confianza en lo que tienes diseñado hacer y comienza con la acción ahora. No importan los contratiempos que estén delante de ti, eres más fuerte que ellos.




miércoles, 11 de octubre de 2017

Expresándonos


Desde un enfoque lógico, existen diferencias entre opinar y argumentar. Opinar, es sencillamente verter una postura personal.
Para llevar a cabo una opinión, no es necesario argumentar empíricamente, es por esto que existen las denominadas ''opiniones infundadas'', las cuales no son válidas para un debate racional (por ejemplo) si son utilizadas ciegamente haciéndose pasar por argumento.

Argumentar, es algo totalmente diferente. Un argumento se define como una cantidad de sentencias con significado definido y alejado de la subjetividad. La argumentación, se centra en la veracidad de las sentencias planteadas, las cuales son denominadas premisas.

Por otro lado, cabe destacar que tanto a la hora de opinar como de argumentar, se requiere ser neutros emocionalmente, pues es fundamental respetar la contraparte, teniendo presente que siempre existe la posibilidad de que no estemos en lo cierto.
Debemos tratar de utilizar términos imparciales, empero que expliquen acertadamente lo dicho. Y si se diera la situación en que la contraparte nos argumente con opiniones que consideramos mejores que las propias, debemos cambiar gustosos de opinión, desestimando burlas o descalificaciones.


Convicciones


A medida que avanzamos por nuestra vida, todos experimentamos distintos tipos de situaciones. 

Y para cada una de estas singulares experiencias hemos aprendido a sacar nuestros propios significados: siendo buenos, malos o indiferentes.

Si cualquiera de estas situaciones se repite, tendemos a generalizar ciertos aspectos sobre ellas empezando a creer en ello como si fueran siempre verdad.

Por ejemplo, si a alguien le muerde por primera vez un perro, puede pensar a partir de esa experiencia que “todos" los perros son siempre peligrosos. Incluso el cachorrito más cariñoso y juguetón.
Entonces, ¿cuál es la función que sirve este mecanismo mental?

Verás, al desarrollar este tipo de generalizaciones nos ahorramos tiempo y energía. Son como pequeños atajos mentales que usa nuestro cerebro para tomar futuras decisiones con mayor velocidad. Esto nos permite realizar nuestras actividades automáticamente sin tener que reaprenderlas cada vez que aparecen de nuevo: bien sea cómo respondemos ante una persona, un perro, cómo abrimos una puerta, conducimos un vehículo o nos abrochamos el pantalón.

Adquirimos nuestras creencias no sólo a través de nuestra propia experiencia sino también por medio de gente que se encuentra en posiciones de poder dentro de las distintas áreas de nuestra vida. Y, sobre todo, esto ocurre mayormente cuando  somos niños. Estas figuras de autoridad suelen ser tanto nuestros padres como también profesores del colegio.


Y puesto que estas personas representan figuras de autoridad para nosotros, adoptamos sus convicciones como si fueran siempre verdad. Este proceso es a menudo útil para nuestra vida, aunque a veces, estos mismos individuos bien intencionados nos presentan creencias que no son tan beneficiosas.Ahora bien, cuando llegamos a ser adultos, podemos empezar a darnos cuenta de que existe una forma mejor de pensar. Podemos decidir, conscientemente, adoptar un modo de procesar el mundo que esté basado en su funcionalidad. Y en cómo nos puede servir en cada instante de la mejor manera para ser felices y sacarle así el máximo jugo a nuestra vida.

Simplemente pregúntate: ¿Cuán útil es este pensamiento? ¿Me sirve realmente para lograr lo que deseo? Si ése es el caso, mantenlo. Si esa forma de pensar te mantiene atrapado en una realidad mediocre, cámbialo rápidamente por otro que sea más beneficioso para ti.

Además, puedes aprender en esta vida de todas y cada una de las personas con las que hables, y cuando descubres que alguien tiene creencias potenciadoras en un área concreta de su vida, puedes entonces importarlas a tu propia realidad. De igual modo, asegúrate de que bloqueas en todo momento cualquier pensamiento limitante que alguien intente en vano inculcarte.

Explora e identifica continuamente tus propias convicciones sobre las distintas situaciones y contextos de tu vida. Y te menciono esto porque algunas veces las personas califican erróneamente sus sentimientos y desarrollan como resultado de ello unas creencias equivocadas.  ¿Has caído tú alguna vez en esta trampa?

Desarrolla pues el hábito de eliminar aquellas convicciones que ya no tienen utilidad para ti mientras las reemplazas rápidamente por otras que iluminen mejor tu actual realidad. Y acostúmbrate, a partir de hoy, a potenciar cada día todas aquellas creencias que aún te aportan gran valor  y beneficio, ayudándote no sólo a disfrutar todavía más de tu propia existencia sino a mejorar y enriquecer también la vida de los demás.


martes, 10 de octubre de 2017

El Reflejo De La Vida


“Vida” significa algo muy real y concreto, que configura el destino de cada persona, distinto y único en cada caso.

La búsqueda por parte de nosotros del sentido de la vida es único y específico en cuanto es uno mismo y uno solo quien tiene que encontrarlo; únicamente así logra alcanzar la persona un significado que satisfaga su propia voluntad de sentido.

La persona necesita “algo” por qué vivir. El “sentido de la vida” no es sólo algo que nace de la propia existencia, sino algo que hace frente a la existencia. Nosotros no inventamos el sentido de nuestra existencia, sino que lo descubrimos.

El sentido de la vida difiere de una persona a otra. Así pues, lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el significado concreto de la vida de cada educando en un momento dado. 

No deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto.

En pocas palabras, a cada persona se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la vida. De modo que el “sentido de la vida” es la esencia íntima de la existencia humana está en su capacidad de ser responsable.


Vivir Con Atención


El único refugio de la mente es la atención. La atención es una cualidad que casi nadie tiene en cuenta. Vivimos como autómatas que realizan de manera mecánica sus tareas. Por eso se nos escapa y perdemos la enseñanza que nos ofrece la vida cotidiana. Vivir de manera distraída es el falso refugio que escogemos cuando huimos de algo, cuando sentimos inseguridad.

Si nos detenemos a escuchar y a centrarnos en el momento presente dejaremos de huir y comprobaremos que nuestras vidas han sido vividas con miedo, atendiendo a las expectativas de otras personas, muy posiblemente del conjunto de la sociedad. Vivir en el aquí y ahora, estar verdaderamente atentos a nuestros cuerpos, a nuestros miedos, a nuestras emociones más bajas y hacerles frente exige valor. También requiere práctica. No sirve de nada decir: "Tengo que prestar atención, tengo que controlar mi mente y desechar miedos y otros pensamientos que me impiden centrar mi mente" Eso no es atención. Cuando se obliga a la mente a prestar atención se crea una resistencia ficticia que actúa como un filtro ante otros pensamientos, pero ese esfuerzo es inútil, ya que él mismo aleja de la atención. Necesitamos entrenar nuestras mentes para prestar una completa atención; pero en el momento en que lo intentemos descubriremos la dificultad que entraña esta labor en un mundo en el que se juzga y valora a las personas por la cantidad de cosas que somos capaces de hacer simultáneamente.


En ese estado de atención notaremos algo que nos parece nuevo, la percepción del presente se incrementará notablemente, advertiremos que los colores brillan más y los sonidos son más nítidos. Entonces, nuestra consciencia abarcará nuevos horizontes.

Vivir con atención no es sólo un deber que tenemos con nosotros mismos, sino un derecho que tienen las personas con las que nos relacionamos. Si no vivimos atentamente nos perderemos la vida, simplemente dejaremos pasar los días, repitiendo lo que hicimos el día anterior. Necesitamos la atención para vivir de verdad, para vivir espiritualmente.

Felicidad


Hay cuatro errores graves en la búsqueda de la felicidad y, por eso, es esquiva para algunos que, acaso, mueren sin disfrutarla:

1. Poner la felicidad fuera de ti: tal persona es mi felicidad, tal cargo, la riqueza, la fama o la belleza. Gran falla porque todo eso lo vas a perder. Aprende a tener felicidad sin nada ni nadie, ponla en el ser, no en el tener.

2. Identificarla con la ausencia de dificultades. ¿Sabes?, los únicos que no tienen problemas son los muertos, hasta donde sabemos. Felicidad no es ausencia de escollos, es disfrutar superándolos, como lo saben bien los campeones y grandes artistas.

3. Postergar la felicidad: seré feliz cuando pase o viva tal cosa. No, los seres felices lo son en el presente, ya. Se gozan lo pequeño y lo grande en el instante. Como bien dijo un sabio: felicidad es amarse aquí y ahora.

4. Creer que la felicidad es un estado de gracia constante. No, en la vida hay estaciones, marea alta y marea baja, luz y sombra. La felicidad es un modo de viajar no un edén al que llegas para siempre.

Tu felicidad va de la mano de la aceptación de ti mismo, de los demás y de la realidad. La aceptación amorosa y serena evita que te desgastes haciendo resistencia, una falla que es fuente de indecibles sufrimientos. Con aceptación gozas de paz y no puedes sufrir.

Aprende de esta historia: cuenta la leyenda, que un humilde picador de piedra lamentaba su pobreza y anhelaba ser tan poderoso como el Sol. Pensaba: él es superior, nadie puede hacerle daño y está por encima de todo. ¡Quiero ser el Sol! Dios le concedió el deseo, pero una nube tapó su luz y se dijo: la nube es más poderosa, así quiero ser. Se convirtió en nube, pero al ver cómo el viento la arrastraba con su fuerza, su desilusión fue insoportable. Entonces, decidió: quiero ser viento. Fue viento y soplaba con gran fuerza a una roca, pero esta no se movía y pensó: ¡ella es realmente fuerte: quiero ser una roca!
Ya como roca se sintió invencible, pero apareció un picador de piedra que se acercó a tallarla. Entonces, se dijo: mi condición inicial no era tan mala, deseo volver a ser el picador de piedra. No se sabe si logró su deseo.

Ojo: para ser feliz, transita confiado y en sintonía con Dios por ese sendero que Buda llamó El Camino medio que te aparta de extremos viciosos. El reto es lograr un balance entre el dar y el recibir, lo espiritual y lo material, la suavidad y la firmeza, lo interior y lo exterior. Para ser feliz hay que exorcizar odios, culpas y rencores. Sin perdón no hay felicidad. También necesitas cultivar una actitud optimista, ya que todo depende de la actitud y tú reto para estar bien es amarte, aceptarte y adaptarte a la realidad tal como es.

Optimismo no es soñar con un mundo sin obstáculos, es confiar y trabajar hasta que se superan, y eso da satisfacción. El optimista es un arquitecto de las circunstancias, el pesimista es una víctima de las circunstancias.

En un paseo, el pesimista se queja de las tierras que no posee, mientras el optimista disfruta el paisaje.


Seguir Intentando


Seamos realistas, no importa lo entusiasmado que estés por un proyecto o una meta en la vida, siempre hay momentos en que necesitas recordarte a ti mismo que lo vas a conseguir

Seguro que tienes de esos días en los que pese a los logros que ya has logrado, te apetece sentarte en el sofá y mirar la tele, en vez de ponerte manos a la obra para poder entregar esa tarea que aún tienes pendiente.

Para ser exitoso, es necesario motivarte a pesar de estar experimentando uno de esos días en los que tirarías la toalla. La vida tiene sus momentos buenos y sus momentos malos, pero hay que seguir ahí, implacable, al pie del cañón intentando seguir luchando por aquello que nos hace felices.

Independientemente que sea una meta de autorrealización, una tarea laboral, un partido de fútbol en el que estés perdiendo o un momento en el que no debes mirar atrás cuando te han roto el corazón, tú, igual que todo el mundo, necesitas un extra de motivación.

Seguir adelante empieza por ti mismo, por creértelo y recordártelo especialmente en los momentos más delicados. 

Cuando comiences a pensar que el reto te viene grande o dudas en tus capacidades para conseguirlo, intenta repetirte estas frases para darte un empujoncito o, simplemente, utilízalas como una fuente de inspiración.

Los fracasos son una oportunidad inmejorable para aprender, pues si te lo tomas como una experiencia de aprendizaje, posiblemente no volverás a cometer los mismos errores que en el pasado.
El éxito no llega por sí solo, sino que requiere mucho trabajo

Así que ponte manos a la obra, porque si algo quieres, algo te cuesta.


lunes, 9 de octubre de 2017

Sociedad Humana


El hombre es un ser social, eso quiere decir que vive en unión con otros hombres. No puede vivir solo, vive en sociedad. La sociedad es, entonces, el hábitat del hombre y éste es, al mismo tiempo, el constructor y el transformador de la comunidad. La sociedad humana es la unión de los hombres. 

Juntos transforman la naturaleza y la ponen a su servicio para protegerse y satisfacer sus necesidades de alimento, vestido, habitacionales de comodidad, etcétera.

Todos los hombres forman parte de la sociedad. También forman parte de la sociedad las organizaciones que el hombre ha creado, tales como la familia, la escuela, el gobierno, el estado.
Las relaciones humanas son las relaciones entre los miembros de la sociedad. Siempre son mutuas, es decir que las personas se influyen recíprocamente.

El hombre establece relaciones de muy variada índole, como las que se producen por el solo hecho de la vecindad, o por ser miembro de un club o de una institución profesional o religiosa, etc. Resulta muy difícil enumerarlas a todas, ya que la lista sería interminable.

Estas relaciones constituyen variadas manifestaciones de convivencia humana.

Las normas sociales
A lo largo del tiempo todas las agrupaciones humanas, desde los grupos primarios hasta las más complejas instituciones, han necesitado normas para funcionar y desarrollarse positivamente.

Cuando vimos que el hombre crea cultura, diferenciamos distintos tipos de objetos culturales. 

Así como las creencias y los valores, las normas son objetos culturales no materiales. Ellas reflejan los valores de una sociedad.

En un grupo primario, en una comunidad y en las más complejas instituciones, las normas buscan armonizar la convivencia, para hacer más positivo el funcionamiento del grupo.

Las actividades humanas, que como hemos visto se realizan en sociedad, hacen necesaria la existencia de las normas. Si un grupo de alumnos se reúne para concretar una tarea escolar, se establecen normas de funcionamiento para lograr el objetivo deseado. Las normas son imprescindibles para el accionar social.

En el desarrollo de un juego, el funcionamiento de la Cooperadora de una escuela, una familia, en todos los casos existen normas aceptadas por los miembros participantes.

La familia y la escuela son grupos socializadores, ambas transmiten cultura y con ella, las normas.
Las normas pueden referirse a cuestiones morales, religiosas, sociales, etc.

En todas las sociedades, paralelamente con la aparición de normas, surgieron autoridades cuyas funciones consisten en velar por el cumplimiento de las normas, en beneficio de la comunidad.
Existe un tipo de norma que se diferencia nítidamente de todas las demás: la norma jurídica.

Las normas jurídicas poseen una sanción en su enunciado. Las instituciones que se ocupan de velar por el cumplimiento de las normas poseen la autoridad necesaria para hacerlas cumplir, y pueden utilizar la fuerza si es necesario.

Ejemplo: “El que roba será castigado con la prisión”. Este es un ejemplo de norma jurídica.

A veces las normas sociales reciben sanción por la comunidad aunque no se encuentre explícito, si una persona no practica las costumbres de higiene y pulcritud dentro de un grupo, puede llegar a ser rechazada por él. En este caso el grupo aplica una sanción de tipo moral, pero no existe como en el caso de la norma jurídica, una sanción obligatoria que las autoridades se ocupan de hacer cumplir, usando la fuerza si es necesario.

Las normas: una necesidad para la convivencia
El hombre, ya agrupado socialmente y viviendo en comunidad con sus semejantes, se dio cuenta de que la manera más fácil de llevar a cabo sus tareas era encontrando una cierta forma de organización. 

Necesitó crear un mecanismo de regulación. Para que sea posible la vida en sociedad y para que, además, el desarrollo de la vida individual no sea un obstáculo para la vida social, se re- quiere un sistema normativo. Si éste no existiera viviríamos en un clima de anarquía, donde cada uno defendería sus intereses individuales aun en detrimento de las necesidades colectivas. 

Algunas normas, como las jurídicas, son de carácter coercitivo, es decir se exige su cumplimiento y su incumplimiento es castigado. Hay otro tipo de normas, como las de urbanidad, cuyo incumplimiento no es sancionado, salvo por el reproche de la sociedad o de un grupo social, que hasta puede llegar a marginar al infractor. El cumplimiento de estas normas de urbanidad nos permite integrarnos en forma armónica en el grupo al que pertenecemos.

Normas, costumbres y leyes organizan la naturaleza social del hombre, para que la misma se pueda consolidar. Si bien éstas limitan la libertad del hombre, también la hacen posible.

Dijo Cicerón, el gran orador y escritor romano: “Nos hacemos esclavos de la ley para llegar a ser hombres libres”.


Testarudos


Una persona testaruda es aquella que tiene dificultades para dialogar de un modo objetivo con otra persona porque se encierra demasiado en sus propias ideas y no escucha del mismo modo, las ideas del interlocutor. Una actitud propia de una persona testaruda es mantenerse inamovible en su punto de vista sobre un tema en concreto incluso cuando su interlocutor aporta razones de peso que demuestran lo contrario.


Una persona testaruda tiene dificultades para cambiar de opinión y con mucha frecuencia, tiene un interés excesivo en tener la razón en una conversación. Una persona testaruda es aquella que es tozuda.

Desde el punto de vista de la comunicación, una persona testaruda es aquella que oye pero no escucha. Es decir, no atiende de verdad las razones de su interlocutor porque espera que sea el otro quien cambie de opinión. La actitud de una persona testaruda en ocasiones puede ser confundida con la arrogancia y la vanidad.

Una persona testaruda puede defender con vehemencia que está en lo correcto (incluso cuando no lo está pero cree estar en posesión de la verdad). Una persona testaruda no tiene una mentalidad abierta sino cerrada.

Desde el punto de vista de la autoayuda y la superación personal, conviene puntualizar el significado positivo de la palabra testarudo. Una persona necesita ser testaruda para reafirmarse en la consecución de un sueño más allá de los obstáculos. Una persona testaruda suele ser perseverante y firme en sus propósitos.

Pero todo tiene un límite y es muy saludable potenciar la flexibilidad mental y la adaptación al cambio en lugar de mostrar tanta resistencia ante la idea de un posible cambio de creencias. Cambiar de opinión es muy saludable, rectificar es de sabios y el proceso de aprendizaje implica corregir errores, revisar ideas y afianzar nuevos conceptos.

El calificativo de ser una persona testaruda remite a un rasgo del carácter personal y del modo de ser. No se trata de un modo de ser inamovible puesto que todo ser humano tiene una infinita capacidad de superación, puede potenciar sus fortalezas y relativizar sus debilidades. Conviene potenciar el valor de la humildad en la comunicación interpersonal para poder aprender de verdad y alcanzar el concepto de verdad. No siempre aquello que uno cree, es lo cierto. En ese caso, es de sabios rectificar.

... via Definicion ABC https://www.definicionabc.com/comunicacion/testarudo.php

La Brújula De Las Emociones


Ya en el siglo XIX, Charles Darwin concluyó que la expresión de las emociones es algo innata y no aprendida, como se creía en su época. Llegó a esta hipótesis tras estudiar su expresión en los animales superiores, así como los gestos que hacen de forma instintiva las personas ciegas de nacimiento. En sus viajes comprobó, además, que estas emociones eran comunes a todas las culturas y se manifestaban de forma parecida, lo cual le convenció de que las llevamos “de fábrica”.

En tiempos más actuales se ha intentado enumerar nuestras emociones básicas, que según el psicólogo social Paul Ekman serían seis: ira, alegría, sorpresa, asco, tristeza y miedo. El actor brasileño Marcelo Antoni junto con Jorge Zentner, guionista y escritor argentino, en su libro Las cuatro emociones básicas, además de descartar el asco y la sorpresa del primer rango, señalan la importancia de reconocerlas en uno mismo y en los demás: 

“Una emoción es información íntima. 
Un aviso respecto a qué me está pasando en este momento; un toque de atención que sitúa a cada uno en el presente, pues está referida a lo que vivimos y sentimos en este instante concreto. Es un aviso primario con importantísimas funciones en la conservación, la relación y la socialización del individuo. Una información que también recibimos internamente, desde nosotros mismos”.

Los autores hablan de lo que sentimos como “existencia de tránsito”. Nadie puede anclarse de forma permanente a una misma emoción. Por eso, aunque hablemos de personas tristes o alegres, en realidad lo que existen son las situaciones tristes o alegres.

Tomar conciencia de ello permite relativizar lo que sentimos y no tomarlo como algo definitivo, lo cual es un alivio en el caso de las emociones negativas. Saber que el sentimiento que nos tortura es temporal y dará paso a otro, quizá de signo contrario, nos ayuda a relativizar el sufrimiento.
Una vez se toma posesión de nuestra brújula y somos capaces de leer lo que sienten los demás y nosotros mismos, ¿cómo gestionar las emociones? No se trata de meras reacciones a lo que vivimos. También tienen una utilidad y podemos canalizarlas para optimizar nuestra vida y la de nuestro entorno.

Comprender nuestras emociones básicas y su utilidad nos permite dejar atrás lo que ya no nos sirve, tomar conciencia de lo que ahora necesitamos y proyectarnos de forma mucho más positiva hacia el futuro.

Compromiso Ético - Social


La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su
auténtica realización como persona en todas sus dimensiones.

La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo debe llevar hacia su
perfeccionamiento persona, el mejoramiento de la comunidad humana y la
aplicación en el mundo del verdadero sentido del trabajo.

La ética, por ser un compromiso, es como un contrato consigo mismo
de orientarse permanentemente hacia el perfeccionamiento personal y
comunitario.
El compromiso ético es la exigencia que uno mismo se hace de ser siempre
más persona. Es la decisión interna y libre de vivir actitudes que contribuyan
a la realización personal y comunitaria del hombre.

La ética como compromiso implica el propósito y la decisión firme de superar
aquellas situaciones que en lo personal o comunitario se oponen a la realización
plena del hombre en todas sus dimensiones.
La ética como compromiso requiere y supone todo un proceso, un camino por
recorrer. Precisamente recorrer ese camino, verificar ese proceso, es la gran
tarea ética del ser humano.

Ese proceso, ese camino, incluye:

1.  Ver la realidad.
Conocerla

2. Interpretar la realidad
Analizarla

3. Transformar la realidad
Es la actitud de compromiso del hombre de perfeccionarse él mismo y de
mejorar el mundo.


Del Dicho Al Hecho


“Nuestros actos son los que nos definen”,
¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza al escuchar esta frase?”.

Es bastante profunda, porque habitualmente partimos de la base de que todas las personas tenemos un muy buen fondo, una enorme cantidad de recursos, buenísimas intenciones pero lo que queda son las acciones, los actos, el cómo actuamos y hacemos las cosas, nuestras actitudes y reacciones ante las diferentes situaciones que se nos presentan día a día.

Date cuenta que de cada vez que actúas o haces algo, estás transmitiendo y dejando un impacto, la otra persona se quedará con eso, ni con tus pensamientos y el potencial del grandíoso corazón que tienes, solamente valdrá en lo que has hecho., por eso es de vital importancia tener una perfecta sintonía entre lo que sientes, piensas y haces.

Lo mismo ocurre con tus sueños, objetivos y fantásticas ideas que se te ocurren a menudo, pero si éstas no las llevas a la acción, no te servirán de nada y seguramente tu impacto será el de una persona de fantásticas intenciones pero de cero hechos.

Debes tener muy en cuenta que si quieres transmitir algo, serán tus hechos los que te definirán, porque las palabras son muy bonitas y fascinantes pero sino le acompañas de acciones, a éstas se las llevará el viento y quedarán en el olvido.

Si quieres que te recuerden por tus actos como realmente eres, deberás sacar toda la autenticidad que llevas dentro, será necesario que seas muy fiel a tus valores, no deberás tener en cuenta a tus saboteadores, también tendrás que aprender a no quedar bien con todos porque cuando una persona es fiel a si misma, a los saboteadores de otras personas no les gusta nada esa actitud, y reaccionan, ya que los pone en una situación de riesgo en su área de confort.

Sería muy bueno que reflexiones sobre tu manera de actuar, y pienses si realmente en cada acción que haces, estás transmitiendo lo que eres y sientes, si la acción realizada está en sintonía con lo que sientes, por ejemplo si quieres a alguien, díselo!!!, porque tal vez crees que lo sabe pero tus actos no son lo suficientemente claro.

Recuerda que se nos juzga por nuestros actos y no por los buenos propósitos.



Ir Por Lana…


"Ir por lana y volver trasquilado" se aplica a aquellas situaciones de las que uno espera obtener un gran beneficio y sin embargo acaban con pérdidas, y en general a todas aquellas cosas que salen al revés de lo previsto, normalmente de forma inesperada y catastrófica.

Aunque hoy en día se siga utilizando habitualmente, es una expresión muy antigua, que ya aparece en el "Poema de Fernán González".

Su origen podría estar en el castigo medieval de trasquilar a cruces a los blasfemos y herejes, es decir, pelarles con grandes tijeretazos cruzados, tal como se hace con las ovejas.

Esta pena o humillación pública viene recogida en los textos jurídicos desde tiempos remotos; ya aparece en el IV Concilio de Toledo con el nombre de "turpiter decalvare" y el Fuero Juzgo la llama "esquilar laidamientre".

Sin embargo, existe otra explicación menos enrevesada para el origen de esta frase, también recogida por fuentes antiguas, y que aludiría simplemente al carnero que se mete en rebaño ajeno y vuelve al suyo trasquilado, o sea, sin ganancia alguna para su dueño que ha perdido así su lana…

…Saddam Husein era un dictador inaceptable, aunque muchos hacían negocios con él. Pero no es costumbre democrática que la primera potencia mundial y sus aliados invadan un país para derrocar a malos gobernantes. Incluso a gobernantes deleznables que torturan a su pueblo.

Esa no fue la razón de la invasión y la guerra. Ni tan siquiera la mentira en torno a las armas de destrucción masiva y los riesgos que ello entrañaba fueron razones, sino excusas para la guerra. 

Se invadió Irak para seguir luchando contra el terrorismo yihadista internacional que había cometido el 11-S en Nueva York, como luego cometería el 11-M en Madrid o los atentados de Londres.

La primera respuesta ante la indignación provocada por el atentado a las Torres Gemelas fue invadir Afganistán. Luego, ya sin el respaldo de Naciones Unidas, Irak. Mucha gente, ya entonces, dijo que combatir el terrorismo yihadista invadiendo países y declarando guerras, era, además de otra mentira y más allá de valoraciones éticas, un error estratégico que sólo encubría incapacidad para hacer otra cosa. Así ha sido.

Como arma de lucha contra el terrorismo yihadista, la guerra de Irak ha sido un error. No ha resultado eficaz. No ha logrado el objetivo declarado. No ha erradicado el terrorismo, ni ha reducido el temor a atentados en cualquier parte del mundo. Además, ha generado problemas adicionales de gran magnitud y sólo ha podido mantenerse en base a grandes operaciones de manipulación y mentiras como está quedando en evidencia recientemente en Estados Unidos.

¿No ocurrirá lo mismo con otros terrorismos que necesitan de políticas inteligentes y complejas para luchar contra ellos, y no sólo gritos y testosterona?