La vida es tan incierta, que la felicidad debe
Aprovecharse en el momento en que se presenta.
Alejandro Dumas
Hay momentos en la vida, donde lo único que tenemos que
hacer es disfrutar y dar gracias por estar ahí. Disfrutar significa percibir o
gozar los productos y ventajas de algo.
También, tener alguna buena condición física o moral, o
gozar de comodidad, regalo o conveniencia.
Es tener el favor o la amistad de
alguien, disfrutar es sentir placer o alegría.
Agradecer es sentir y mostrar gratitud, la gratitud es el
sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o
ha querido hacer, y se debe corresponder a él de manera voluntaria.
Créame, hay momentos en los que sólo se tiene que disfrutar
y agradecer, pero algunos no los saben apreciar, por el contrario… les
inquietan, les sorprenden e incluso buscan cualquier excusa para negarlos y
cuestionarse… Sí, desgraciadamente, algunos no saben disfrutar, agradecer y
apreciar esos momentos donde sólo se tiene que estar, sentir y compartir.
Actúan como si disfrutar y agradecer fuese una pérdida de
tiempo, un impase antes de una circunstancia comprometedora, como si disfrutar
fuese algo negativo, y como si agradecer fuese cuestión de cubrir deudas
adquiridas, porque sí, los hay que por no agradecer… no piden y tampoco dan, y
por no disfrutar prefieren seguir adelante haciendo de su vida una línea recta
e insensible sin variación… como si disfrutar fuese augurio de futuras
desgracias.
Y hay también los que se pasan la vida disfrutando… y los
que se pasan la vida agradeciendo… y por qué no… también los que procuran
encontrar un momento más para disfrutar y agradecer.
Estos últimos son por mucho los más atinados… los que viven
en el equilibrio de saber valorar lo que hacen, lo que tienen, lo que obtienen
o lo que reciben… esa podría ser casi seguro la mejor de las fórmulas…
Vivir tomándose el tiempo de disfrutar y de agradecer lo que
se vive.
No siempre todo lo que sucede trae una segunda intención… la
vida es mucho más simple, es uno mismo quien se la complica en su incapacidad
de valorar qué es, quién es, lo que hace, cómo lo hace y lo que da y cómo lo
da… a veces… también se recibe porque merecemos recibirlo, porque es nuestro,
porque es suyo… porque le pertenece.
Por eso, hoy le invito a tomarse el tiempo de disfrutar y de
agradecer todos los días, porque, efectivamente, cada día tiene un momento
perfecto para ese grandioso ejercicio de detenerse, de sentirse y de mirar a su
alrededor y poder apreciar el gozo y la gratitud.
Hay que educarnos a nosotros mismos para disfrutar y para
ser agradecidos, porque esos pequeños grandes momentos son los que dan sentido
a nuestra vida, aunque algunos no tengan esa capacidad.
Dejemos de pensar que algo falta, que alguien falta para
disfrutar, dejemos de pensar que el agradecimiento es producto de acciones y
recompensas… fluyamos mejor con lo simple, con cada mañana, con cada
movimiento, olor, sabor o tacto que puede sentir, con alguna sencilla
conversación… fluyamos con el trabajo, con lo cotidiano, con las personas que
nos rodean, con nuestras ideas, sentimientos y pensamientos.
En verdad la vida es incierta, aprovechemos mejor cada
instante para disfrutar, agradecer y ser felices, porque lo único que falta es
decidirse. Como siempre, usted elige.