Nos comunicamos en base a lo que entendemos que está
sucediendo y muchas veces los problemas surgen porque nuestra percepción está distorsionada.
Imaginaos la situación: mi pareja está callada durante un
largo rato y eso me incomoda.
Veamos qué podría decir según distintas interpretaciones y
cuál podría ser la respuesta que obtengo
Opción 1: interpreto que está ocultándome información y eso
me irrita
Digo: No me cuentas nada! Parecemos extraños
Posible respuesta que obtengo: Eso no es verdad, si te
cuento (reacción defensiva)
Opción 2: interpreto que le sucede algo
Digo: Qué te pasa ¿podrías compartirlo? No soy adivina!!
Posible respuesta que obtengo: Ya estás otra vez con que
hable, necesito pensar un poco tranquilamente!! (Irritado y/o cansado)
Opción 3: simplemente observo
Digo: Te veo callado
Posible respuesta que obtengo: Si, estoy dándole vueltas a
cómo hacer una cosa (natural)
Habrían mil opciones más pero lo importante es que notemos
la diferencia en el efecto de los dos primeros, donde lo que conseguimos es
alejarnos del otro y la tercera opción donde nos acercamos.
La comunicación eficaz es la que me acerca al otro, la
ineficaz es la que me aleja de él.
Para limpiar nuestra mirada es importante observar
conductas, en lugar de ir colocando etiquetas a las personas y situaciones
según nuestras interpretaciones y juicios. La conducta es observable, es algo
que puede ser visto o escuchado, es algo que alguien hace o dice.
Ejemplos de conducta son: escribir, fruncir el ceño,
sonreír, andar, colocar algo en un lugar, decir lo que se siente, tener una
pila de papeles encima del escritorio… no son descripciones de conductas :
enfadarse, alegrarse, huir de los problemas, ser ordenado/desordenado, ser
impertinente… esto último son etiquetas.
Las etiquetas nos limitan la realidad, porque ya no dejamos
opción a que sea de otra forma. Y nos hace iniciar la comunicación desde un
sitio donde muchas veces no vamos a hacer más que alejarnos del otro porque
presuponemos cosas de él equivocadas y desde el juicio.
Así que te invito a que te acerques a la observación limpia
de las cosas, de las personas, de las distintas situaciones. Verás cómo
se abren posibilidades, sobre todo a
conocer, entender y acercarte a la persona que tienes delante. Se abre el
camino a la comunicación efectiva.
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