Hay tantos títulos
sugerentes para comenzar a hablar de aquella “época dorada de la histeria” que
es difícil elegir. Todos los arriba anotados parten de la misma fuente: La
invención de la histeria de Didi-Huberman. El libro no tiene
desperdicio, ni su contenido ni el estilo de su prosa, elegante y rica en
sugerencias, aunque en ocasiones se obceque en una idea y la rodee hasta
agotarla.
Muy al principio,
Didi-Huberman habla de este período como un capítulo de la historia del arte
cercano a la pintura y al teatro, donde médicos insaciables provocan, retratan
y archivan imágenes de la histeria en colaboración con supuestas histéricas que
lo consienten y exageran la teatralidad de sus cuerpos.
Los niños la
persiguen a pedradas, como si fuera un mirlo. Los hombres la siguen con la
mirada.
[Lautreamont]
Todo pasa por la
fotografía, es la medicina de la belle époque donde todo tiene
un estilo propio, y se ampara en una ingenua creencia: la sinceridad del medio
fotográfico.
La estela del romanticismo francés parece enredar también a estos científicos-artistas-voyeurs a la caza de lo sublime. Entre otras cosas en su mirada clínica que une vida y muerte: que anticipa sobre cuerpos vivos los resultados de una futura autopsia. Al parecer el método anatomoclínico del célebre Charcot consistía en estudiar con precisión los síntomas del paciente para, a su muerte, localizar en el cerebro las lesiones que habían provocado los síntomas.
¿Por qué
persiguieron los hombres de ciencia la histeria? La bestia negra, como la
llamaba Freud.
“La histeria fue, durante largo tiempo, la bestia negra de los médicos,
puesto que representaba, para todos, un miedo enorme: pues era una aporía
convertida en síntoma. Ahora bien, ese síntoma era el síntoma de ser mujer: así
de burdo; y todo el mundo lo sabía. Ustéra: lo que está completamente detrás,
en el fondo, en el límite: la matriz. La palabra “histeria” aparece por primera
vez en el aforismo trigésimo quinto de Hipócrates, en el que se lee: “En una
mujer atacada de histeria, o que tiene un parto difícil, el estornudo que le
sigue resulta favorable”. Esto significa que el estornudo coloca el útero en su
lugar, en su verdadero lugar, significa que el útero tiene la capacidad de
desplazarse. Significa que esta especie de “miembro” propio de la mujer es un
animal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario