viernes, 22 de marzo de 2019

Libertad De Expresión

“En 1939, Camus escribió un texto sobre la libertad de expresión, pero nunca fue publicado. En 2012, 'Le Monde' llevó a las rotativas el documento con los cuatro mandamientos del periodismo: la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.

En noviembre de 1939, cuando Europa era el cultivo de la Segunda Guerra Mundial, el periodista y escritor Albert Camus escribió un artículo para el rotativo Le soir républicaine, en la Argelia francesa, del que era coeditor.

El texto abordó la libre prensa y expresión durante el ya asentado siglo XX, sin embargo, nunca se publicó. Fue hasta que Macha Séry, una periodista del periódico francés Le Monde, encontró el texto en los Archivos Nacionales de Ultramar (Aix-en Provence),fue así que el documento de tres cuartillas llegó a la prensa.

En su Periodismo libre, el escritor, del que se conmemora el centenario de su nacimiento este 2013, describe los cuatro mandamientos para la profesión: la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.

A continuación, fragmentos del documento, recuperados en español por el periódico El País:
“Es difícil evocar hoy la libertad de prensa sin ser tachado de extravagancia, acusado de ser Mata-Hari o siendo convencido de que eres sobrino de Stalin”.

“(La libertad de prensa) es sólo una cara más de la libertad tout court. La obstinación en defenderla obedece a que, sin ella, no habrá forma de ganar realmente la guerra”.

“El hecho de que un periódico dependa de la competencia o del humor de un hombre demuestra mejor que cualquier otra cosa el grado de inconsciencia al que hemos llegado”.

“Uno de los buenos preceptos de una filosofía digna de ese nombre es el de jamás caer en lamentaciones inútiles ante un estado de cosas que no puede ser evitado. La cuestión en Francia no es hoy saber cómo preservar la libertad de prensa. Es la de buscar cómo, ante la supresión de esas libertades, un periodista puede mantenerse libre. El problema no concierne a la colectividad. Concierne al individuo”.

“Ante la guerra y sus servidumbres, los mandamientos del periodismo son cuatro: lucidez, rechazo, ironía y obstinación. La lucidez, porque “supone la resistencia a los mecanismos del odio de la ira y el culto a la fatalidad”.

“Un periodista, en 1939, no se desespera y lucha por lo que cree verdadero como si su acción pudiera influir en el curso de los acontecimientos. No publica nada que pueda excitar el odio o provocar desesperanza. Todo eso está en su poder”.

“Frente a la creciente marea de la estupidez, es necesario también oponer alguna desobediencia. Todas las presiones del mundo no harán que un espíritu un poco limpio acepte ser deshonesto”.
La veracidad

“Es fácil comprobar la autenticidad de una noticia. Y un periodista libre debe poner toda su atención en ello. Porque, si no puede decir todo lo que piensa, puede no decir lo que no piensa o lo que cree que es falso. Esta libertad negativa es, de lejos, la más importante de todas”.

“Sobre la ironía: No vemos a Hitler, por poner un ejemplo entre otros posibles, utilizar la ironía socrática: la ironía es un arma sin precedentes contra los demasiado poderosos. Completa a la rebeldía en el sentido de que permite no solo rechazar lo que es falso, sino decir a menudo lo que es cierto”.

“Un mínimo de obstinación para superar los obstáculos que más desaniman: la constancia en la tontería, la abulia organizada, la estupidez agresiva”.


“(Después de la guerra) hará falta probar con un método del todo nuevo que sería la justicia y la generosidad. Pero esto solo se expresa en los corazones ya libres y los espíritus todavía clarividentes. Formar esos corazones y esas almas, o mejor despertarlos, será la tarea a la vez modesta y ambiciosa que tocará al hombre independiente. La historia tendrá o no en cuenta estos esfuerzos. Pero habrá que hacerlos”.

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