A lo largo de nuestra vida, desde que nacemos, no paramos ni
un momento de buscar soluciones a problemas, incomodidades, retos… Este
mecanismo de supervivencia nos permite salvar las trabas con las que nos vamos
topando y seguir desarrollando habilidades de forma exponencial. La base
de nuestro aprendizaje reside en su utilidad y nuestras mayores destrezas
las conseguimos mediante el entrenamiento.
Estamos programados para salir adelante como sea. Un gran
ejemplo visual de ello podría ser cualquiera de los numerosos vídeos
que suelen viralizarse por la red en la que personas con alguna aparente
discapacidad realizan tareas, a nuestro juicio imposibles, y nos demuestran que
lo que realmente poseen son “otras capacidades distintas”.
Nuestro potencial de adaptación a las circunstancias nos convierte
en únicos.
En el terreno laboral, una de las competencias que más
se demandará en los próximos años será precisamente la desarrollada a
partir de nuestra capacidad de aprendizaje y adaptación.
Saliendo de la zona de confort
Estar expuesto a riesgos y dificultades intensifica tus
oportunidades de aprendizaje. Por tanto procura no quedarte dormido, debes
estar preparado para todo cambio que pueda acontecer y la mejor manera es
situarte siempre en el candelero. Estar alerta te mantendrá “vivo”.
El acomodamiento y la permanencia en la zona de
confort son los mayores enemigos de tu desarrollo profesional. Si queremos
salir adelante y seguir avanzando, debemos enfrentarnos a nuevos retos
constantemente.
Dicen que si en tu trabajo dejas de aprender, te
llega la hora de dar el salto. Justo en este momento debes buscar nuevos
retos y replantearte tu futuro profesional. Emprender o
localizar nuevos proyectos son tu única salida para seguir avanzando.
Imagina una persona que sepa adaptarse fácilmente a los
cambios, que nunca se atasque, capaz de salir adelante ante cualquier
imprevisto, hábil en la búsqueda de soluciones y con mecanismos suficientes no
solo para enfrentarse a situaciones adversas sino también para anticiparse a
ellas. Esta persona será el profesional
del futuro.
Desde hace un par de años se viene afirmando que el 75% de las profesiones del futuro aún no existen o se están
creando. Ante
tal panorama, más que titulados en carreras que posiblemente estén
caducadas al finalizarlas, las organizaciones demandarán personas capaces de
dar soluciones a los retos más impredecibles. ¿Y cómo se convierte uno en “buscador de soluciones”?
Aprendiendo
La manera en que nos enfrentamos a las dificultades de
nuestro día a día cambia en función de muchas variables. Hay personas más
previsibles que otras, algunas que destacan por su creatividad, otras por
su practicidad, las hay muy ágiles, las hay más detallistas… Pero aun así podemos
trazar algunos patrones comunes.
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