El que diga que no puede adquirir otros conocimientos o que está muy viejo para ello está equivocado. Todas las personas tienen la oportunidad de aprender a través de todo tipo de experiencias, sea porque han buscado conscientemente hacerlo o porque las circunstancias y oportunidades llegaron a sus vidas fácilmente.
Asimismo, a muchos individuos que no solo se cultivan de los aspectos positivos de la vida, también les ha tocado reconocer que de los errores se logran cambios favorables para el propio ser, e incluso para quienes les rodea.
Las personas que no se actualizan y que consideran que no es necesaria la capacitación están, metafóricamente, muertas”, Verónica Villacís Plúa
Por eso, dice la psicóloga educativa Jenny Alvarado Pozo, el hombre no solo aprende con la experiencia, la lectura o la observación, sino con la práctica. Más aún si tiene una actitud de apertura para adquirir nuevos conocimientos que serán útiles para su vida e interacción, social y laboral.
Para la psicóloga clínica Verónica Villacís Plúa, todas las facetas de la vida son giros y resoluciones que implican modos de aprendizajes. A nivel profesional, sobre todo, es absolutamente indispensable nunca dejar de aprender, por eso hay que cultivarse, capacitarse, actualizarse, pero no solamente en el conocimiento específico de la profesión, sino en relación a otros saberes que le van a permitir a ese profesional tener una perspectiva interdisciplinaria o multidisciplinaria en lo que se ha denominado la sociedad del conocimiento.
Según la psicóloga clínica Mónica Llanos, docente de la universidad Ecotec, es precisamente en este siglo en que se hace énfasis en los estudios formales. “El desarrollo de los países está vinculado estrechamente a los niveles de educación de sus ciudadanos y la educación constituye la puerta de ingreso a los avances científicos, tecnológicos y económicos de los mismos”.
Las naciones de varias regiones, agrega, se han preocupado en los últimos años en alcanzar calidad en los diferentes niveles de educación y en realizar acuerdos que los beneficie a todos. En este marco, agrega, surge el Proyecto Tunning de los países de la Unión Europea y posteriormente de América Latina y el Caribe, cuyo propósito es contribuir a la educación mediante acuerdos que propendan a mejorar la calidad de las titulaciones y de los programas educativos.
Un profesional de cualquier carrera, dice Villacís, es un ciudadano y no está fuera de un contexto social e histórico determinado. “A mi juicio debe aprender a desarrollar lo que Delors en 1996 especificó como los ejes fundamentales de la educación: aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a convivir y aprender a ser”.
Precisamente este “aprender a aprender”, dice Llanos, implica que todas las personas independientemente de su edad, condición social, económica o formación académica pueden desarrollar la motivación, constancia y disciplina necesaria para estar en un continuo aprendizaje que les ayude a ser mejores.
Para el psicólogo clínico Octavio Huerta, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), una persona nunca debe dejar de aprender porque parte de la superación personal y profesional es la búsqueda de conocimientos que la ayuda a crecer y a adaptarse a nuevas situaciones, a tener una visión de la realidad y un criterio bien formado sobre el acontecer diario.
Los beneficios que se obtienen por una educación continua, agrega, son el mantenerse al día con las nuevas tendencias e innovaciones, así como descubrimientos científicos que van revolucionando a diario el mundo laboral. Además, mantiene al profesional actualizado y en constante exposición con su área de especialidad.
Es una responsabilidad que tienen no solo los médicos, ingenieros, ambientalistas o educadores, sino todos los profesionales que trabajen al servicio de la sociedad.
Incluso, al dejar de aprender, agrega Huerta, corren el riesgo de quedarse atrás con las últimas investigaciones o descubrimientos que se realicen en el área en la que se ejerce. Además, muchos de los conceptos que se aprenden en la universidad cambian o se vuelven obsoletos.
Para Villacís, “las personas que no se actualizan y que consideran que no es necesaria la capacitación están, metafóricamente, muertas”.
El individuo que aprende cada día algo nuevo, dice Huerta, por lo general es muy curioso y no se contenta con los conocimientos que le dan en un tiempo determinado, sino que está constantemente queriendo aprender más y poniéndose al día con los adelantos en la ciencia y la tecnología. Es alguien a quien le apasiona el conocimiento y se siente a gusto en ambientes en los cuales se motiva y se comparten ideas, para construir continuamente el saber.
Según Alvarado, la imagen que transmite a los demás es de alguien inteligente o intelectual. Esto provoca que otras personas lo admiren por sus conocimientos e incluso en muchas oportunidades y dependiendo del liderazgo puede hacer que los demás imiten su ejemplo convirtiéndose en alguien valioso y positivo.
También, dice Huerta, transmite una imagen de profesionalismo e interés en lo que hace. Es decir, alguien preocupado por el desarrollo y mejoramiento de su profesión y de su práctica. “Es un sujeto que está constantemente retándose a ser mejor y aprender algo nuevo cada día. Por eso suele ser percibido como un profesional preparado y capaz de desenvolverse en su área con excelencia”, asegura.
Por último, dice Villacís, está demostrado que aprender es vivir, que es tener la posibilidad de variar, cambiar, transformar, gestionar o resolver. Y que la vida personal y profesional exige como condición cruzar las sombras de la ignorancia.
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