miércoles, 20 de marzo de 2019

Emocionalmente Inteligentes

Para entender lo que es la Inteligencia Emocional, empecemos por entender que la inteligencia es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas. 


Ser inteligente nos permite tener la capacidad de comprender ideas, adaptarnos al entorno, aprender de las experiencias de los demás, superar obstáculos y tener la capacidad de organizarnos y planificarnos.

Según Howard Gardner (psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard) existen y tenemos diferentes tipos de inteligencia que nos relacionan con el mundo (“Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences”):

Inteligencia Lingüística: es la primera que desarrollamos cuando aprendemos a hablar. Está relacionada con la capacidad verbal.

Inteligencia Lógica: pensamiento abstracto, precisión y la organización a través pautas y secuencias.

Inteligencia Musical: habilidades musicales y rítmicas

Inteligencia Visual – Espacial: habilidad para integrar elementos, percibirlos y ordenarlos en el espacio, y poder establecer relaciones de tipo metafórico entre ellos.

Inteligencia Artística: asociada a las bellas artes.

Inteligencia Kinestésica: asociada con el movimiento corporal, de objetos y los reflejos.

Inteligencia Interpersonal: capacidad de establecer relaciones con otras personas.

Inteligencia Intrapersonal: se refiere al conocimiento de uno mismo, autoconfianza y automotivación.

Edward Thorndike, psicólogo y pedagogo estadounidense, definió la Inteligencia Emocional como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres, mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”.

Según Daniel Goleman, la Inteligencia Emocional “es la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos”.

En base a estos conceptos, podemos definir que la Inteligencia Emocional es la capacidad que tenemos de controlar y gestionar nuestras emociones y la de los demás, en favor a los objetivos que queremos lograr. 

La inteligencia intrapersonal y la interpersonal están directamente relacionadas con la inteligencia emocional. La habilidad de sociabilizarnos y de establecer relaciones con otras personas, conocernos a nosotros mismo a nuestras emociones y sentimientos nos hace emocionalmente inteligente. De igual forma, estar preparados al cambio y no mostrar resistencia a estos, adaptarnos al entorno y a las situaciones son también habilidades que caracterizan a las personas emocionalmente inteligentes.

La Inteligencia Emocional puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros y la falta de la misma puede influir directamente en nuestra vida personal y en nuestras carreras.

Manejar nuestras emociones, tener autocontrol, gestionar lo que sentimos es la clave del éxito laboral. Los grandes líderes han sido siempre emocionalmente inteligente, Gandhi es un vivo ejemplo de esto: hubiese sido imposible para el alcanzar sus logros si no hubiera podido controlar sus emociones y la de sus seguidores. Y si Gandhi hubiese entrado en pánico? Sus seguidores igual lo hubiesen hecho.


Controlar las emociones es una habilidad muy importante que todos debemos de desarrollar. No dejar que los problemas de casa influyan en nuestra vida laboral y que los problemas laborales no influyan en nuestra vida personal es difícil, pero no imposible. Cuando hayamos logrado esto, y además también hayamos logrado tolerar las presiones y frustraciones de nuestro entorno y adoptemos una actitud empática y social que nos brinde mayores posibilidades de desarrollo personal, podremos decir que somos emocionalmente inteligentes.

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