Filosofía
Reflexiones
La filosofía ha sido un tema considerado oscuro para muchas
personas que intentaron aproximarse a esta disciplina. Sin embargo, día a día
se van sumando adeptos que ya no temen sumergirse en las profundidades
complejas del saber filosófico y que por el contrario permanecen entusiasmados
y asombrados al darse cuenta del cambio mental que operan estos conocimientos
en las personas que se atreven en incursionar en este campo.
Como toda introducción a cualquier otra área del saber, se
necesita un método, o sea una forma de encarar el abordaje que sea más sencillo
que haga posible que esta tarea sea menos gravosa.
Ante todo es importante tener bien claro cuál es el objeto
de estudio de la Filosofía, después que haber quedado aislada y de haber sido
diezmada por el desarrollo de las ciencias naturales y el rigor del método
científico.
La filosofía no se limita a tener información objetiva de un
objeto de estudio sino que también reflexiona sobre si mismo y es de esta
reflexión que surge la problemática con la que la filosofía se enfrenta.
El filósofo se encuentra frente a las dificultades como el
ser o el sentido del conocimiento, el misterio de la vida, el origen del
universo y del hombre, por el sólo hecho de pensar.
La filosofía se ocupa no sólo de detectar estos problemas
sino que trata de considerarlos y de resolverlos.
Para lograr este propósito la filosofía debe utilizar un
sistema teórico coherente y lógico que explique el mundo de la manera más
amplia posible.
Esta explicación a todo lo que existe tiene que lograr
justificar la vida del hombre como tal, de manera que le permita adoptar una
cierta actitud.
La filosofía puede tratarse de modos de ver el mundo que
incluyan otros niveles de conocimientos además de la razón, sólo alcanzables a
través de una experiencia mística.
El propio objeto central de la filosofía es difícil de
definir y comprender. Se trata del Ser. El Ser expresa lo más general que puede
decirse de una cosa, sea cual sea, real, posible o concebible.
El problema del Ser presenta dos aspectos: la
realidad del ser o el ser como algo pensado.
Este Ser para poder definirse no puede ser algo que cambie,
por lo tanto debe ser algo que no cambie o algo que haga posible los demás
seres o como algo único que tiene distintas formas de manifestación.
El problema del ser conduce al problema
de Dios, al que siempre se considera como el ser por
excelencia.
Por otro lado existe el problema
del cosmos que
se relaciona con todo lo que la ciencia puede promover.
El problema del hombre es el enigma más grande.
El hombre forma parte del cosmos, pero al mismo tiempo es capaz de pensar,
reflexionar, sentir, preguntarse por el sentido de la vida y de las cosas que
lo rodean.
Por último es el problema
del conocimiento desde
dos puntos de vista, desde él mismo y su estructura y desde su relación con lo
conocido.
Estos problemas en toda filosofía dependen uno de los otros.
Por esta razón la filosofía se divide en distintos campos: la filosofía
del conocimiento, la filosofía teórica y la filosofía práctica.
Del problema del conocimiento se ocupa la lógica que a su vez se divide en
formal y metodológica según se ocupe de la estructura del conocimiento o de los
sistemas para obtenerlo; y la teoría del
conocimiento que
estudia la relación del conocimiento con la realidad.
La filosofía teórica es la que se ocupa
principalmente del ser y se denomina ontología.
Si se distinguen diversos tipos de seres origina disciplinas
teóricas especiales como la cosmología que es el estudio del ser
físico, la psicología que es el estudio del ser
espiritual y la teodicea que es el estudio del ser
divino.
La filosofía práctica estudia todo lo hecho por
el hombre y comprende temas como la ética, la religión, la historia, etc.
Lo cierto es que la respuesta a la pregunta ¿qué es la
filosofía? ha variado a través de la historia de la humanidad.
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