sábado, 9 de marzo de 2019

El Impulso Interior

En psicología hay dos tipos de motivaciones, las intrínsecas y las extrínsecas. Motivación intrínseca es aquellas que vienen de nuestro interior, y que no persiguen una recompensa externa. Es la que nos motiva a tener deseos de autorrealizarnos y crecer como personas. La que nos motiva a realizar tareas que nos den placer. Este tipo de motivaciones están vinculadas a la buena productividad, ya que lo que hacemos no es para recibir una recompensa, sino porque nos gusta hacerlo.  La motivación extrínseca es aquella que viene de afuera de nosotros. Aquí los factores que nos impulsan son recompensas externas, ya sea económicas o de reconocimiento social.

En este caso la motivación no tiene que ver con el placer que nos provoca realizar una tarea. Sino que más bien está concentrada en lo que percibimos de ella.

También existen las motivaciones positivas y las negativas. Las positivas son las que nos mantienen motivados, ya sea por la obtención de una recompensa en dinero, o por el placer que nos da hacerlo. La negativa es la que realizamos para evitar una circunstancia desagradable externa o interna.

La motivación es directamente proporcional al pensamiento positivo, a esperar el futuro con esperanzas. A vivir con alegría y ganas de avanzar. Cuando estamos alegres y esperanzados, nuestra motivación surge para cuidar que ese momento no sea fugaz.

Cuando nos fijamos una meta, a veces pensamos si vale la pena el esfuerzo, pero solo lo sabremos si logramos esa meta. Si fuésemos alpinistas, solo nos conformaría llegar a la cima, solo así el esfuerzo habrá valido la pena. 

Cuando somos mayores, tenemos recuerdos de algún momento en que estuvimos desanimados, por alguna circunstancia. Sabemos muy bien que siempre que estuvimos desmotivados hemos salido gracias a nuestra fuerza de voluntad y el apoyo de nuestra familia o amigos. Hay que tener en cuenta que la fuerza que nos impele a estar motivados viene de nuestro interior, no importa la edad ni si hay recompensa o no. Solamente cuando estamos motivados somos capaces de lograr lo que nos propongamos.

 ¿Cómo hacer para motivarnos?
Siempre debemos pensar en positivo, nuestros pensamientos van a influir en cada paso que demos.
Escribir a modo de diario personal que progresos vamos logrando. Así tendremos registro de que es lo que vamos consiguiendo en el corto y mediano plazo.

Visualicemos mentalmente la meta que queremos alcanzar, algunos minutos por día nos darán la fuerza para enfrentar el camino a seguir.

Un día podemos tener una falla, pero dos, no. No todos nuestros días son iguales, algún día podemos tener pereza. Pero no nos podemos permitir en nuestra mente, dos días de retraso.

Preparémonos mentalmente para los momentos de bajón emocional. Y tengamos listas las ayudas que nos pueden servir para salir. Pero no nos permitamos nunca abandonar el barco.

Hagamos una lista con las razones para estar motivados. Conocer el “Por qué lo hacemos”.  Tenerlo por escrito es la “vacuna” contra la pereza, y sobre todo contra las excusas.

Descubramos nuestras verdaderas pasiones, aquellas que nos da placer realizar.


 Y recordemos siempre, que conocer nuestra motivación, es el camino hacia la autorrealización personal.

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