Consciencia: Espacio Tiempo
Hace unos días aprendí un nuevo concepto: Eddy.
Un “eddy” es un remolino que se forma cuando el flujo de un
fluido se cruza con un
obstáculo.
Si entendemos la consciencia como algo que fluye a través del espacio-tiempo,
cuando su flujo natural es cruzado por un pensamiento recurrente, se genera un
eddy; se enturbia la corriente.
Cuando los pensamientos dejan de emerger, y la consciencia
fluye exclusivamente en el momento presente, se alcanza el estado de flow (el estado mental
operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que
ejecuta).
Cuando estamos en flow,
todo lo que hacemos lo hacemos sin esfuerzo, con precisión, sin distracciones
racionales.
El flow es el estado mental
ideal.
Pero entonces… ¿Debería evitar todo pensamiento? ¿Cómo
planifico mi vida si vivo siempre en el presente?
Si nunca reflexionamos sobre el pasado, y nunca proyectamos
hacia el futuro, no somos tan distintos a cualquier animal sin córtex
prefrontal. Pero lo tenemos, y cumple una función –aunque a veces difícil de
definir– fundamental en la evolución de la consciencia.
Sin la racionalidad que emerge de la complejidad de
conexiones neuronales del córtex prefrontal no tendríamos lenguaje, mitos,
cultura, música, danza, arte, puentes, edificios, internet, memes.
Imaginar cosas que no existen y aprender de nuestros errores
en una misma vida sin tener que morir para limpiar nuestros “genes equivocados”
nos permite evolucionar a otra velocidad.
La clave está entonces en el equilibrio, en tomar el camino
medio.
Aprender del pasado, proyectar el futuro, y
vivir ahora.
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